viernes, 29 de enero de 2010

Miguel A. Santos \\ El cambio dual ¿Jugada maestra?

Es evidente que estos últimos años nos han producido algunos desórdenes mentales que llevará tiempo corregir. Uno se consigue gente por ahí para quien todo lo que hace el Gobierno es, más que una catástrofe, una señal inminente de que ya está por caer. "Este sí es el comienzo del fin". Otro grupo bastante nutrido es aquél que ha llegado a asociar la habilidad de Chávez para permanecer en el poder con una especie de genio, ven todas las actuaciones del Gobierno como el resultado de una jugada maestra, concebida dentro de un sistema complejo de redes neurálgicas de acciones estratégicas. "Chávez es un genio". Hay todavía un tercer grupo que oscila con una volatilidad impresionante de un lugar a otro, víctima de una ciclotimia incontrolable (del griego ciclos, círculos, y timos, ánimo). En fin.

Todo esto se me vino a la mente tras escuchar a alguien describir la implementación del cambio dual como una jugada maestra del Gobierno (en particular de Merentes). ¿Es en realidad así? Y si es tan "maestra", ¿por qué no la implementaron antes? Si es maestra ahora lo ha debido ser también durante el quinquenio de Lusinchi, algo que podemos discutir aprovechando el beneficio del tiempo.

La devaluación del bolívar y la creación de dos tasas oficiales traen al Gobierno dos ventajas esenciales. Por un lado, le permite obtener más bolívares por cada dólar de exportación petrolera. Nada nuevo aquí. La segunda ventaja es que le da la oportunidad de llevar una inflación menor a su base de apoyo. Esta última ventaja se dice mucho más fácil de lo que se ejecuta. Si a ver vamos, esa oportunidad ha estado ahí presente todos estos años en que se ha mantenido la enorme brecha entre el oficial y el paralelo, y de acuerdo con las estadísticas del BCV la inflación de los estratos más bajos ha sido mayor a la de los demás.

Algunas de las consecuencias de la devaluación ya han sido anticipadas, debido a la depreciación de 41% sufrida por la tasa paralela en 2009. Los impactos que el nuevo sistema de cambio traerá sobre éste último dependen de la cantidad de divisas que se liquiden a las nuevas tasas oficiales. El año pasado Cadivi redujo en 42% sus asignaciones, y para poder liquidar el 58% restante el Gobierno sacrificó 11.000 millones de dólares en reservas y contrató 12.000 millones de dólares en deuda externa. Este año pareciera que va a haber algo más de disponibilidad vía exportaciones petroleras, pero no mucho más (el ingreso petrolero no es sólo precio sino también volumen). Por otro lado, las elecciones a la Asamblea y el mecanismo de creación de dinero implícito en el nuevo arreglo cambiario van a provocar un crecimiento de la liquidez más acelerado (35%-40%) que en 2009 (22%), lo que pondrá una fuerte presión sobre los precios y el dólar paralelo.

La aceleración de la inflación va a erosionar muy rápido la tasa de cambio real, provocando unos niveles de sobre-valuación similares a los que existían antes. Al final del año, muy probablemente volvamos a registrar una caída significativa en la producción y en el consumo, inflación alrededor de 35%, tasas oficiales muy sobre-valuadas y algo más de depreciación del bolívar en el paralelo. Y yo no veo nada "maestro" en eso.

Artículo de opinión
El Universal, 290 de enero de 2010
http://noticias.eluniversal.com/2010/01/29/opi_art_el-cambio-dual:-jug_1737190.shtml

martes, 26 de enero de 2010

Prof. Ernesto Blanco \\ ¿Porqué no aprendemos?

Será por ingenuidad, ignorancia o puro resentimiento exacerbado? Me inclino a pensar, aunque muchos de mis colegas no están de acuerdo, que nuestros trabajadores son bastante ingenuos. Mucha gente, con desprecio en el tono, insiste en que se trata de ignorancia, pero ¿No produce la ignorancia cierta ingenuidad?

El gobierno nacional acaba de decretar la expropiación de la cadena de tiendas Éxito. Éstas emplean a cientos de trabajadores en varias ciudades del país. Ha sido para mí motivo de asombro el hecho de que un grupo de trabajadores de la tienda ubicada en el estado Anzoátegui aplaudía tan arbitraria medida. Pareciera que hemos perdido la capacidad de observación y, por ende, de aprendizaje. Estos trabajadores sólo tendrían que observar lo que pasó con Sidor, donde empleados que aún detentan acciones de la empresa ya no reciben los dividendos que periódicamente éstas producían. Sólo tendrían que observar que obreros y dirigentes sindicales que apoyaron apasionadamente la expropiación, ahora están absolutamente arrepentidos, ya que no sólo han sido privados de los dividendos en cuestión, sino que la baja productividad de Sidor impide que reciban los beneficios de ley y otros ganados mediante la contratación colectiva.

Otro a recordar es el de las empresas contratistas de Pdvsa en la costa oriental del lago de Maracaibo. En aquella ocasión, vimos cómo un grupo de trabajadores manifestaban frenéticamente a favor de la expropiación; tenían la promesa de que serían absorbidos por la empresa petrolera nacional. No pasaron muchos meses antes de que el desengaño se apoderada de ellos. La mayoría quedaron sin trabajo, hubo denuncias de que los pocos (unos mil de ocho mil) que sí fueron contratados, fueron aquellos comprometidos con la revolución. En este caso hubo un efecto dominó, pues las empresas expropiadas dinamizaban la economía de la zona: sus trabajadores consumían en los comercios aledaños, las empresas contrataban con otras que les prestaban servicios, solicitaban préstamos a los bancos locales, pagaban impuestos, etc., etc., etc. La expropiación hizo que muchos establecimientos de la zona tuvieran que cerrar sus puertas por falta de clientes, por lo que, además de los trabajadores de las ex contratistas petroleras, también quedaron sin trabajo los de estas otras empresas.

Hay otros casos que el espacio no nos permite documentar, como el de la antigua Venepal, no obstante ¿Qué tienen todos en común?: Se ofreció la propiedad o dirección de las empresas a los trabajadores, lo que nunca sucedió. Lo que sí sucedió fue que la mayoría perdió su trabajo o perdió los beneficios que religiosamente obtenían.

¿Será que no somos capaces de aprender de los errores de los demás? Reza el refrán: "cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas a remojar". ¿Será que somos ingenuos e ignorantes por naturaleza o que el resentimiento nos induce a inmolarnos?, no lo sé. Es evidente, sin embargo, que muchos de nuestros trabajadores aún creen en la promesa de ser dueños de las empresas donde laboran, para obtener mayores beneficios que los que hasta ahora reciben. No es mala la ingenuidad o la ignorancia, lo malo es hacer gala de ellas.

Artículo de opinión
El Universal, 26 de enero de 2010
http://opinion.eluniversal.com/2010/01/26/opi_art_por-que-no-aprendem_1728574.shtml

lunes, 25 de enero de 2010

Fernando Branger \\ Sincerar la situación

Recibimos con alivio la noticia de la suspensión del racionamiento eléctrico en Caracas; sin embargo ello nos obliga hacernos más preguntas ¿Cómo es posible que se tome una decisión de las dimensiones de la que se tomó y en menos de 24 horas se suspenda? ¿Es que entonces la situación no es tan crítica? En definitiva, ¿Cuál es la situación real del sector eléctrico? Para resolver cualquier problema, lo primero que hay que hacer es entenderlo, comprender sus causas, medir las dimensiones para luego establecer los planes y proyectos que nos ayudarán a resolverlo estableciendo, de antemano, los indicadores que nos permitirían saber que las diferentes fases se van logrando, y detectar a tiempo dónde están los desvíos.
En el caso del sector eléctrico, no está claro cuál es el punto de partida. El informe del Centro Nacional de Gestión (CNG), de noviembre de 2009, menciona que Venezuela tiene una capacidad instalada de 23.649 MW, lo cual, en teoría, podría generar más de 130.000 GWh/año, suficiente para enfrentar la actual demanda nacional. Sin embargo, ese punto de partida es falso. No es posible que, por ejemplo, sigamos reportando que Planta Centro tiene una capacidad instalada de 2.000 MW cuando desde hace ya muchos años la capacidad de ésta es sustancialmente menor. En ese mismo reporte, Cadafe Centro dice tener en enero una capacidad instalada de 2.935,3 MW, la cual aumenta a 3.085,3 en julio, pero sorprendentemente sólo generan cerca de la mitad de lo que en teoría debería generar y la cantidad de energía generada, en vez de aumentar, decreció justamente en las plantas que estaban llamadas a suplir la caída en el caudal de Caroní.

Entonces, comencemos por sincerar qué es lo que realmente tenemos en potencia y cuál es el déficit por regiones.

Por otra parte, la mayoría de las fallas eléctricas del año pasado no se debió a problemas en generación sino a cuellos de botella en el sistema de transmisión. Sólo en el mes de noviembre se reportan 10 fallas en las líneas 450 Kv con duración total de más de 4 horas.

Allí seguimos padeciendo los mismos problemas de hace años. La generación distribuida, que se ha presentado como una solución, tal como está diseñada, atenta contra las mejoras en transmisión porque compite por recursos y desestima la necesidad de recuperar las redes de transmisión. En un país con las capacidades potenciales de energía como el nuestro, no tiene mucho sentido diseminar pequeñas plantas de generación a diesel por todo el país para suplir los déficits de energía.

Uno de los argumentos que se dijeron cuando se decidió que todo el sector eléctrico pasara a manos del Estado era que el mismo es "estratégico". Ahora bien, lo "estratégico" es que Venezuela cuente con las fuentes de energía confiables, seguras y eficientes, tanto energéticamente como ambientalmente. Por el contrario, en este momento Venezuela se encuentra "estratégicamente" vulnerable.


Artículo de opinión de Fernando Branger
Site Análitica, 25 de enero de 2010
http://www.analitica.com/va/economia/opinion/9006199.asp

viernes, 22 de enero de 2010

Prof. José Mayora \\ ¡El racionamiento su funcionó!

Sobre la crisis eléctrica los expertos en el tema han dado suficientes y convincentes explicaciones, sin embargo, conviene comentar la manera como ha sido manejada. La reflexión inicial es que este es un año electoral que, de acuerdo con las encuestas, el Gobierno no las tiene todas consigo.

En más de una oportunidad he oído hablar de la torpeza, incompetencia y, en algunos casos, hasta de brutalidad del Gobierno, apreciaciones estas de las cuales difiero. Desde el momento mismo en que Chávez arribó al poder prometió la refundación de la patria (SXXI), proceso que supone acabar con el modelo de sociedad preexistente para implantar un nuevo e ignaro modelo. En este proyecto autoritario y personalista, los objetivos y las prioridades son políticas y las decisiones, indefectiblemente, están matizadas por lo ideológico: la gerencia técnica de los asuntos públicos no ha sido ni será prioritaria.

En ese escenario, la institucionalidad democrática no está presente en las listas protocolares de los organismos públicos: ¿en algún momento fueron llamadas a consulta la cámara que agrupa a los centros comerciales, las alcaldías, clínicas y demás instituciones afectadas por las medidas? Es más, la nueva institucionalidad tampoco es prioritaria: ¿llamaron a consulta al pueblo organizado en comunas, instituciones creadas precisamente para la participación y la contraloría social? ¿Llamaron a la banca para consultarle cómo enfrentar la crisis o para que sirviera de plataforma para cancelar a los ahorristas afectados? ¿Por qué al frente de estas instituciones no hay técnicos sino personas leales al líder? El diálogo y la participación consagrados en la Constitución, no forman parte del socialismo del siglo XXI.

La gravedad de la crisis eléctrica es objetiva, a pesar de ello, las medidas y sus rectificaciones no se compadecen con tal gravedad. Su anuncio no fue adecuado ni en cuanto al medio ni en cuanto a su contenido. Con relación a las medidas mismas, no se ha cuantificado el incremento de generación eléctrica, el huso horario no será modificado ni se ha instrumentado un programa ciudadano, no ideológico, de concientización sobre cómo ahorrar la electricidad. El Gobierno está apostando a que a partir de mayo, lloverá ¿y si no llueve? ¿Hay una verdadera y sincera intención del régimen de resolver el problema eléctrico? Cuesta pensar como real, tanta torpeza junta en un año electoral.

Estoy persuadido que las medidas no han sido azarosas, le han dado al régimen mucha información acerca de la reacción ciudadana, han servido como un indicador de cuan cerca o cuan lejos está el nivel de tolerancia de los ciudadanos, es decir, como está la capacidad de aguante de los venezolanos, los afectos al régimen y los que no lo son: ¿vendrán otras medidas extremas?

Sin embargo, a la sociedad democrática también le ha dado información. Perversamente, el interés nacional está supeditado al inviable proyecto de sociedad socialista que nos quieren imponer. Tamaña irresponsabilidad ni puede pasar por debajo de la mesa, ni puede seguir apoyándose pues no se trata de un partido, de un gobierno, o de un hombre, se trata de toda una nación que deliberadamente la están arruinando física y moralmente. No podemos convalidar tan depravada irresponsabilidad.

Para la ciudadanía democrática y consciente, debe quedar claro que a pesar de la irresponsabilidad revolucionaria, ¡hay que ahorrar energía tanto en la escasez como en la abundancia!

Artículo de opinión
El Nacional, 22 de enero de 2010
http://noticias.eluniversal.com/2010/01/22/opi_art_el-racionamiento-si_22A3318851.shtml
mayora.j@gmail.com

Prof. Miguel Ángel Santos \\Lo extraordinario se hace cotidiano

Ese es el nuevo slogan del gobierno: "Con la revolución, lo extraordinario se hace cotidiano". La autopista regional del centro está llena de vallas recién estrenadas, con gigantografías que acompañan al slogan. Al principio resultan difíciles de comprender. En una, cerca de La Victoria, un señor en camisa roja y una sonrisa que no aguantaría la prueba de Duchenne, muestra a la cámara, sosteniéndola con los índices y pulgares de ambas manos, su cédula. En otra, una señora es atendida en un hospital por una enfermera de apariencia afable y servicial. Ahí está la clave. Eso es lo que al Gobierno le parece extraordinario: Obtener una cédula, ser atendido en un hospital, conseguir una cita para el pasaporte, prender el interruptor y ver proyectarse el fenómeno de la luz, o hacer girar las llaves y sentir correr agua. Todo ese conjunto de elementos sobre los cuales se asienta la experiencia cotidiana, se han ido convirtiendo en cosas cada vez más extraordinarias.

El Gobierno, que llegó al poder cabalgando sobre la promesa de mejorar la calidad de vida, ha venido tirando la toalla y recurriendo cada vez más al argumento ideológico. La experiencia cubana es clara en ese sentido: Una vez que el fracaso de la gestión gubernamental sea total y absoluto, el aspecto ideológico, la resistencia, la dignidad, el hacerle frente al imperio, el sacrificio, ocuparán de forma exclusiva el debate nacional. Ya estamos próximos. La revolución hace de lo cotidiano algo extraordinario.

Y he aquí que, sin embargo, uno no puede dejar de pensar cuántas cosas verdaderamente extraordinarias se han vuelto cotidianas. Tantos atropellos a la dignidad se han vuelto cosa de todos los días que ya parecen haber pulverizado nuestra capacidad de sorpresa. Se ha vuelto todo tan surreal y a la vez tan cotidiano, que ya sólo requiere de un anuncio por televisión. De todos ellos, ninguno como el bajo precio que ha alcanzado la vida (de los demás) no sólo en el baremo del Gobierno, sino en el del resto de la sociedad (esa que se encoge de hombres y cruza los dedos).

Los 89.711 homicidios registrados en Venezuela entre 2003-2009, se encuentran muy cerca de los 95.069 ocurridos en la guerra de Irak. Con una diferencia fundamental: En Irak el número de víctimas ha promediado en los últimos dos años 3.042, mientras en Venezuela alcanza 16.800. Nuestra guerra será mucho más larga, y también más sangrienta. De acuerdo con los investigadores Daniel Pipes y Gunnar Heinsohn, entre 1950-2007 el conflicto árabe-israelí cobró algo más de 51.000 muertos (dos tercios árabes y un tercio judíos).

Nuestras muertes por homicidio en los últimos siete años están muy próximas al conteo de muertos del terremoto reciente en Haití. En nuestro caso, nadie se ha movilizado, no se ha producido una respuesta de emergencia internacional y, lo que es peor aún, tampoco nuestra. No hay centros de acopio para apoyar a los familiares de las víctimas, no se han multiplicado las ONGs y los programas de ayuda, a nadie se le ha ocurrido siquiera hacer una colecta para donar una planta a la morgue en donde los cadáveres se amontonan y se pudren por falta de suministro eléctrico. Y es que irse muriendo de a poco llama muchísimo menos la atención.

Artículo de opinión
22 de enero de 2010
http://noticias.eluniversal.com/2010/01/22/opi_art_lo-extraordinario-se_1728458.shtml

jueves, 21 de enero de 2010

Prof. Ramón Piñango\\ Colapso Institucional

El deterioro de la infraestructura física del país ya es obvio, como lo demuestra desde la simple presencia de profundos y eternos huecos en importantes vías públicas hasta la inoperatividad de plantas de generación de electricidad.

Y entre esos dos extremos caen muchas cosas. Considérese, por ejemplo, lo que está pasando con las instalaciones de Sidor o las productoras de aluminio, o las de unas cuantas empresas nacionalizadas.

Ese deterioro no es nuevo, comenzó hace varios años, pero sus graves efectos están a la vista de todos. En el pasado, hablar de las condiciones en que se encontraba Planta Centro, o del atraso en los programas de mantenimiento en Guri era cosa de especialistas o de los empleados y obreros que allí trabajan. En estos días, cuando ya todo el país sufre el problema de la fallas en la energía eléctrica, buena parte de la población se pregunta qué está ocurriendo, y de una u otra manera busca información y crea sus propias interpretaciones. En estas interpretaciones la gente ha comenzado a vincular un problema con otro. De esta manera, progresivamente, los diagnósticos son cada vez más integrales. Como quien arma un rompecabezas, se hacen encajar piezas que hace algún tiempo no se relacionaban, pero que ahora sí son vinculados, como, por ejemplo, las fallas en la electricidad, la escasez de agua, las malas condiciones en la vía pública, los crónicos embotellamientos del tráfico, la situación laboral de los empleados públicos, el desabastecimiento de alimentos, y la inseguridad personal.

La imagen que ya emerge del rompecabezas que todos armamos es la de un colapso funcional del país. Colapso de casi todo lo que tiene que ver con la marcha de una sociedad moderna, en la cual cada parte necesita del apoyo de muchas otras para cumplir con su función. Así, Caracas necesita que sus ciudadanos dispongan de sistemas de transporte público o privado para desplazarse de un sitio a otro, en tiempo razonablemente previsible. Eso no ocurre si en sitios como la Plaza Venezuela hay inmensos huecos que detienen el flujo de vehículos. Tal interdependencia de infinidad de elementos de nuestra sociedad fue lo que quedó a la vista de todos, primero, con el horario impuesto a los centros comerciales, luego, en forma aún más dramática, con el racionamiento de energía.

Que cada vez se haga más nítida en el cerebro de los ciudadanos la imagen de un colapso funcional tiene que ver, ante todo, con la desconfianza radical que muchos tenemos en la capacidad de gestión de quienes nos gobiernan. Impresiona que quienes manejan el país hayan demostrado gran desconocimiento de la realidad operacional de esta sociedad. No sabían lo que es un centro comercial, ni se habían percatado de cosas tan concretas como que hay gente que requiere servicios médicos de vida o muerte como una diálisis, de que muchos negocios no pueden vender aun cuando tengan suficiente iluminación natural porque sin electricidad no pueden emitir las facturas que el Seniat exige, ni de que una zona sin semáforos genera un peligroso caos.

Porque el diagnóstico que cada quien hace de lo que está pasando con el funcionamiento del país trata de identificar responsables, inevitablemente ese diagnóstico termina siendo político. Ni El Niño, ni las turbinas de Guri ni la incapacidad de un ministro sirven ya de explicación ante los ojos de muchos que ven el problema del colapso funcional como un problema de liderazgo. De este modo, el temor de que un colapso funcional se aproxima se está transformando en una preocupante expectativa de colapso político.

Artículo de opinión
El Nacional, 21 de enero de 2010
www.el-nacional.com
rapinango@gmail.com

Prof. Pavel Gómez \\ Trampas de pobreza

Este es el título de un libro editado por los profesores Samuel Bowles, Steven Durlauf y Karla Hoff. Bowles es director del programa de ciencias de la conducta del Instituto Santa Fe y profesor de economía de la Universidad de Siena; Durlauf es profesor de economía de la Universidad de Wisconsin; y Hoff es investigadora del Banco Mundial.

El punto de partida de este libro es una reflexión sobre las salidas de la pobreza; en particular, sobre la idea de que lo fundamental para escapar de la pobreza es el uso del esfuerzo, las habilidades y la fortaleza interior de los individuos. De acuerdo con una creencia extendida, la combinación entre estos tres factores sería una suerte de ticket para superar la pobreza y lograr un grado importante de movilidad social. En otras palabras, de acuerdo con esta visión los factores que determinan el resultado socioeconómico de los individuos estarían bajo el control directo de su voluntad.

Esta visión ha sido sistematizada como el modelo del logro en la determinación del ingreso: "en una economía perfectamente competitiva, los individuos navegan en un mar de oportunidades, en el cual se recompensa el esfuerzo productivo y el ahorro. De aquí que solo quienes no hacen el esfuerzo adecuado terminan atrapados en la pobreza".

Sin embargo, diversos estudios recientes muestran que la inequidad en la distribución del ingreso ha aumentado en los últimos dos siglos, y que hoy día el 10% más rico recibe la mitad del ingreso mundial, mientras el 50% más pobre recibe menos del 10% del ingreso mundial. Además, algunos estudios muestran que las inequidades se transmiten de generación en generación y que los hijos de los ricos tienen diez veces más probabilidades de ser ricos que los hijos de los pobres.

Esta discusión tiene implicaciones de política no despreciables: si las oportunidades dependiesen solo del esfuerzo individual, entonces las diferencias en el ingreso serían "justas", ya que la pobreza sería una suerte de elección individual. Pero si hay factores que hacen que la pobreza persista, a pesar del esfuerzo individual, entonces las políticas públicas tienen mucho por hacer para lograr una mayor igualdad de oportunidades.

En esta línea de investigación, Bowles, Durlauf y Hoff se concentran en aquellos mecanismos que atrapan a los individuos en la pobreza, y que reproducen su condición desventajada, independientemente de los diferentes grados de esfuerzo y de talento individual. En particular, hoy quiero referirme a dos de estos de los mecanismos de perpetuación de la pobreza señalados por estos autores: Alas actividades parasitarias y B las trampas de pobreza institucionales.

Uno de los capítulos del libro editado por los referidos autores se llama "Parásitos" y es escrito a su vez por Halvor Mehlum y Karl Moene de la Universidad de Oslo y Ragnar Torvik de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Esto profesores definen a las empresas parásitas como aquellas que se alimentan de empresas productivas y pueden estar dirigidas por bandidos, jefes de mafias, intermediarios organizados o personas con valiosos contactos políticos. El ejemplo más bizarro sería aquellas formas organizacionales dedicadas a la extorsión o el secuestro, las cuales obtienen elevados ingresos del chantaje o la presión ejercida sobre empresas o empresarios productivos. Otra variedad de empresas parásitas serían aquellas dedicadas a proveer protección, hacer cumplir contratos cuando fallan las leyes y los tribunales ordinarios, y mediar en disputas por dinero. Cuando el sistema judicial falla, entonces empresarios violentos y sus secuaces actúan comercialmente como "cobradores informales". Una tercera variedad de parásitos comerciales son aquellos políticos corruptos o burócratas que colectan sobornos y usan sus posiciones políticas o familiares para su propio beneficio.

De acuerdo con el estudio referido, las actividades de los parásitos comerciales tienen en común algunas características: 1 sus rentas se obtienen directamente de los "servicios" vendidos a empresas privadas y estas actividades florecen cuando el Estado es inútil para proteger los derechos de propiedad y hacer cumplir los contratos; 2 sus actividades difieren de los llamados "buscadores de rentas", debido a que mientras estos últimos usan la influencia para su beneficio, los parásitos comerciales sustituyen el monopolio estatal de los impuestos, protección y violencia legítima; y 3 todos los parásitos comerciales son guiados por el interés en obtener beneficios financieros.

En este marco, los autores argumentan que la presencia de un gran número de parásitos comerciales en una sociedad puede atraparla dentro de una configuración auto-reforzada de prácticas y creencias que resultan en una pobreza persistente. Esto ocurre porque cuando las actividades de los parásitos comerciales son mucho más rentables que las de empresas productivas, entonces el talento y los recursos fluyen desde los productivos hacia los parásitos, lo cual se traduce en menores actividades productivas, mayores parásitos y estancamiento económico.

Por otro lado, las trampas de pobreza institucionales son el resultado de aquellas instituciones que perviven por largos períodos aunque sean inferiores, productivamente hablando, a otras instituciones más igualitarias. Ejemplos de estas últimas son los sistemas de castas, la monopolización de derechos políticos por una élite y el acceso bloqueado a servicios básicos de educación o salud.

Tanto en el caso de los parásitos comerciales, como en el de las trampas de pobreza institucionales, algunos mecanismos implícitos en normas o comportamientos reforzados por valores, creencias y el deterioro de las instituciones de justicia crean desigualdad de oportunidades y expulsan a personas talentosas de los países o no premian suficientemente el comportamiento productivo. Esta es una línea de investigación que apenas comienza, pero nos enseña que salir de la pobreza no es solo un tema de abundancia de recursos financieros o de intenciones salvadoras.

Artículo de opinión del Prof. Pavel Gómez
21 de enero de 2010

http://www.elmundo.com.ve/Default.aspx?id_portal=1&id_page=15&Id_Noticia=8797

miércoles, 20 de enero de 2010

Venezuela: ¿producción vs. socialismo?


Por Yolanda Valery

Las máquinas de coser y las cortadoras están apagadas. Algún empleado barre los pasillo del extenso galpón de 1.500 metros cuadrados y la recepcionista está presta, al teléfono, si bien las llamadas no son muchas.

En una fábrica de zapatos del estado Carabobo, en el centro del país, no saben cuándo volverán a pegar suelas y a trabajar el cuero, en el año en el que el gobierno venezolano espera estimular, precisamente, negocios como éste.

Cuando el 8 de enero pasado el gobierno anunció un ajuste cambiario (no lo llama "devaluación" porque sostiene que, de hecho, lo que hizo fue revaluar el bolívar en relación con el mercado paralelo), el presidente Hugo Chávez manifestó que entre sus objetivos se contaba "el reimpulso de la economía productiva (…) el frenar las importaciones que no sean estrictamente necesarias y al mismo tiempo estimular la política exportadora".

"Ahora lo que tengo son un poco de preguntas", dice Rocco, cuya empresa describe como "más que nada familiar", que emplea a unas 20 personas y que produce cerca de 120.000 pares al año.

"Empezaremos a finales de febrero o en marzo. Pero no quiero que me pase lo del año pasado, que decían que iba a mejorar, que iba a mejorar…abrí ocho meses y terminé con deudas", dice.


Interrogantes

El presidente ha dicho que vamos al socialismo, que el objetivo es desarrollar medios colectivos de propiedad. Esto es muy contradictorio...
José Manuel Puente, especialista del Instituto de Estudios Superiores de Administración. Para empezar, el empresario no sabe todavía a cuánto le van a vender la materia prima, que es 80% importada, ni si va a conseguirla de sus proveedores.
"Me imagino que todos vamos a trabajar, pero si me dices que (la tasa de) 4,30 (bolívares por dólar) es para los zapatos pero no para la acetona, porque se usa también para hacer drogas, a mí me perjudica", explica.

Tampoco sabe si va a contar con un suministro ininterrumpido de electricidad debido al racionamiento que se está aplicando en el interior del país. Esto, junto con la falta de materia prima, podría generarle una situación de "tener a 20 personas aquí, mirándose la cara", como dice haberle ocurrido en varias ocasiones el año pasado.

Menos aún tiene garantizada la mano de obra: "Con las benditas misiones (programas sociales del gobierno) la gente se va, porque les pagan salario mínimo", explica.

Son algunos elementos que se suman a lo que los economistas críticos llaman un "ambiente de negocios adverso" y que los hace poner en duda el objetivo declarado del ajuste cambiario.


¿Contradicciones?
"La hiperregulación, los controles de precio y el control de cambio lo que hacen es expulsar la producción en vez de estimularla. Pero además están las amenazas reales de nacionalizaciones y expropiaciones, así como el racionamiento de electricidad. Con ese ambiente no puede haber reactivación", le dijo a BBC Mundo el especialista del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), José Manuel Puente.

Pueden cohabitar en una sociedad socialista quienes impulsan una producción social. El socialismo en su instancia superior no niega estos principios, sino que impulsa para poder cohabitar

Simón Escalona, vicepresidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.
"Además en términos de discurso el gobierno es muy claro: el presidente ha dicho que vamos al socialismo, que el objetivo es desarrollar medios colectivos de propiedad. Esto es muy contradictorio (…) y te hace pensar con más profundidad que el objetivo de la devaluación es fiscal", es decir, aumentar los recursos a disposición del Estado, lo cual sería clave este año, cuando está prevista la elección para la renovación de la Asamblea Nacional.

Pero el vicepresidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, el oficialista Simón Escalona, no cree que transformar la economía venezolana al socialismo e incentivar la industria privada sean conceptos excluyentes.

"Pueden cohabitar en una sociedad socialista quienes impulsan una producción social. El socialismo en su instancia superior no niega estos principios, sino que impulsa para poder cohabitar. De hecho uno de los retos principales del socialismo es estimular la producción nacional (porque) el sistema capitalista busca impulsar las importaciones para crear una dependencia del imperio norteamericano", le dijo a BBC Mundo.

Interrogado concretamente sobre el problema eléctrico, el control de precios y los temores generados por las expropiaciones, Escalona responde que no hay mejor momento que el presente para la inversión privada.

Gracias a que el ajuste cambiario eliminó "viejas presiones" y a que el gobierno dispone de recursos para otorgar créditos, las condiciones son "excelentes" para apostarle a Venezuela.


Línea 800

Pero José Manuel Puente insiste en que si el objetivo fuera promover la industria nacional, se hubiera hecho hace por lo menos cuatro años, cuando comenzó la caída sistemática de las exportaciones no petroleras, que entre 2008 y 2009 cayeron a la mitad.

Casi como en un espejo, Rocco señala que hace cuatro años él empleaba a 50 personas, más del doble de la actual plantilla, y asegura que con su capacidad instalada podría hasta duplicar el número de zapatos de su sello y marca.

"Ojalá pudiera incrementar mi producción. Yo vivo aquí, yo estoy aquí. Claro que me interesaría crecer. Tengo un galpón enorme, una tiendita al lado y todo está cerrado. Un crédito me ayudaría mucho", señala.

De momento, Rocco no ha tenido suerte. Según cuenta, ha intentado comunicarse con alguno de los números gratuitos puestos a disposición del gobierno para los interesados en acceder a recursos a través del recién creado Fondo Bicentenario.

"Yo he estado averiguando, he estado llamando, pero esos números no caen", asegura.

Así que, mientras tanto, maneja la empresa y, en paralelo, vende zapatos importados por su cuenta. "Para poder mantenerme

Fecha: 20 de enero de 2010
http://www.bbc.co.uk/mundo/economia/2010/01/100119_183_venezuela_produccion_jrg.shtml

¿Vale la pena hacer negocios en Venezuela?

Por Fabiana Culshaw
Poder 360°

La participación del sector privado en la economía está de capa caída, pero no hay que olvidar que estamos en un país petrolero. El rápido retorno de las inversiones hace olvidar a más de uno el complicado marco regulatorio vigente. En 2010 habrá peligros, retos y oportunidades para los empresarios

Como siempre, las opiniones son encontradas. Mientras unos apuntan al retroceso nacional, otros dan cuenta de nuevos proyectos gubernamentales que, al decir del presidente Hugo Chávez, “tendrán buenos frutos en el porvenir”. Por lo pronto el balance de 2009 no fue nada alentador. El gobierno ha tomado el control de los más diversos sectores con su política de nacionalizaciones ahuyentando así las inversiones extranjeras. La caída de la producción del petróleo, la reducción del parque industrial en más del 40%, el aumento de la corrupción (el 10% de la cartera bancaria se ha visto disuelta por ese factor), la inflación y la conflictividad laboral baten récords en la región y el gasto público va en aumento.
Según el Banco Central de Venezuela, el saldo neto de inversiones en Venezuela, al cierre del tercer trimestre es de 349 millones de dólares, mientras que en 2008 la cifra se ubicó en 975 millones de dólares. Aunque todavía falta computar los resultados del cuarto trimestre, parece un hecho que será una cantidad menor. Esta reducción se debe a la falta de condiciones adecuadas para invertir y también a las nacionalizaciones, las cuales ya no se contabilizan en la categoría de inversión privada.

El estudio “Doing Business” del Banco Mundial señala que Venezuela ocupa una de las posiciones más bajas en cuanto al clima para hacer negocios, al ubicarse en el lugar 178 de un total de 183 economías. Los peores índices están en las siguientes variables: relaciones con los empleados, impuestos, condiciones de protección a los inversionistas y obtención de permisos. Lamentablemente, las proyecciones del Banco Mundial para 2010 son muy similares a éste.

Según la ONG Transparencia Venezuela, de un total de 180 economías, Venezuela ocupa la posición 162 en la percepción internacional de sus índices de corrupción (éste es uno de los factores que más alejan a la inversión extranjera), junto a Haití, Irán, Afganistán y Somalia, entre otros países no precisamente democráticos que se diga.
Edward Jardine, presidente de la Cámara Venezolana- Americana (Venamcham), declaró que desde 2007 las empresas afiliadas a la Cámara no han podido repatriar dividendos a sus casas matrices (a excepción del grupo Santander, que llegó a un acuerdo con el gobierno), y que 28 de ellas han sido expropiadas. “A esto se le suma el cambio de las condiciones de los contratos ya firmados por parte del gobierno, lo que significa inseguridad jurídica para los potenciales inversores”, agrega Carlos Larrázabal, presidente de Conindustria.


La otra realidad

Pero la otra cara de la moneda muestra a quienes no pierden de vista el largo plazo: Venezuela es un país petrolero y los precios del barril de crudo están aumentando (el promedio fue de 56 dólares este año, pero en las últimas semanas se elevó a 70 dólares y se proyecta que alcanzará los 80 dólares en los próximos meses). El retorno de inversión en el país se caracteriza por ser rápido y, además, más de uno tiene en mente un posible cambio de gobierno o, al menos, que éste flexibilice su posición y sea capaz de dar mayores garantías.

En muchos casos la presencia del petróleo es más determinante que los esfuerzos del presidente Chávez por imponer el socialismo. La pulseada entre lo público y lo privado, lo autóctono y lo foráneo marcará la tónica de 2010. Y nuevos jugadores entrarán con más fuerza en el tablero de los negocios: Rusia, China, España, Argentina, Brasil… Lo que no es propicio para unos, lo es para otros, sobre todo cuando las condiciones desde las esferas del poder no son iguales para todos.
El petróleo es un elemento del imaginario social fuertemente valorado desde sus inicios, su sola presencia es capaz de mover a muchos inversores más allá de las restricciones políticas o contractuales de un gobierno. Nunca falta quien quiera asumir riesgos ante la posibilidad de gozar de los beneficios que directa o indirectamente representa el crudo. De hecho, históricamente éste se ha constituido en el instrumento político de avance de los gobiernos en el país y en la región. Pero los tiempos han cambiado. Las empresas se hallan entre la disyuntiva del atractivo del petróleo venezolano y un gobierno que impone unas condiciones no muy ventajosas. Mientras tanto, Pdvsa presenta una producción disminuida, aunque anuncia nuevos proyectos de explotación.

¿Qué pasará en 2010? Larrazábal proyecta que el Estado seguirá conservando el control de las actividades de valor estratégico del país. “No vemos que éste adopte correctivos que garanticen libertades económicas, pero sí se darán inversiones en el sector petrolero ligadas al Estado”.
El presidente de Conindustria observa que si bien disminuirá la inversión privada, los acuerdos entre gobiernos y los emprendimientos mixtos de empresas públicas y privadas seguirán en pie. Y agrega: “El gobierno ha promovido un empresariado vinculado al Estado a base de prebendas y es lo que prevalecerá en 2010”.


A pesar de todo
La caída del parque industrial nacional fue de 36% entre 1998 y 2007, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Después de 2007 no se han dado a conocer cifras oficiales de cierre de empresas, pero se estima que supera el 40%.
La intención de sustitución de las empresas privadas por empresas socialistas es un hecho. Cercos legales e impositivos estrangulan a las primeras, mientras las segundas son promovidas y obtienen créditos preferenciales, aunque sin claros resultados. Sólo aportan el 10% del PIB del país.
“Las empresas privadas tradicionales que sobrevivan en 2010 deberán invertir para mejorar sus procesos, aunque las condiciones no estén dadas para ello, diversificarse para disminuir el riesgo, explorar nuevos nichos de mercado y no exponerse a la opinión pública”, señala el economista José Manuel Puente, quien da cuenta de la alta politización que tiñe la actual dinámica de negocios.

El gobierno, frente a un año electoral y un nuevo aumento del consumo, ha anunciado algunas condiciones favorables para incentivar la inversión. Sin embargo, Puente opina que si el ambiente político permanece enrarecido y con amenazas reales al sector privado, los incentivos no serán suficientes. “Los inversionistas extranjeros son tratados por el gobierno en forma diferente según quienes sean y de qué países provengan; hay distintos grados de respeto a la inversión”.
“A pesar de todo –agrega– algunos empresarios se arriesgarán a invertir porque actualmente Venezuela tiene las más altas tasas de rentabilidad del continente. El retorno de inversión en muchos sectores –como telecomunicaciones y construcción- es rápido, y sólo en 2008 ingresaron 92 mil millones de dólares brutos por concepto de petróleo, cifra interesante que, al menos en teoría, debería dinamizar la economía y negocios en Venezuela”.

Si bien muchas grandes empresas se han ido del país porque se sienten perseguidas por las nuevas leyes, o por encarnar “ideologías indeseables”, otras aún están acá y no sólo han podido “surfear con las olas”, sino que obtienen ganancias sustanciosas, incluso las mejores de la región.
Hace poco Microsoft Venezuela recibió un premio como la subsidiaria más rentable de América Latina. BBVA Banco Provincial también destacó en los primeros lugares de rentabilidad en el mundo, Oracle vendió más que nunca en este país y el presidente de McDonald’s en América Latina ha señalado, en reiteradas ocasiones, que el consumo de sus productos en Venezuela es, de lejos, el más alto del continente. Esta franquicia, con su bandera imperialista y todo, planifica nuevas aperturas de locales en territorio nacional para 2010, en pleno proceso revolucionario. Entre otras empresas extranjeras que aún apuestan a la inversión, Nestlé anunció un fuerte desembolso en la mejora de procesos de calidad del ganado nacional, para aumentar la producción local. Y Siragon, que acaba de ampliar su planta de ensamblaje en Valencia, acaba de invertir 12 millones de dólares para un sistema de montaje de componentes electrónicos.

Víctor Maldonado, presidente de la Cámara de Industriales de Caracas, opina que salvo excepciones, no hay un clima para hacer negocios en Venezuela, “sobre todo cuando otros países vecinos más amigables, como Colombia, desarrollan políticas de atracción a la inversión, con exenciones tributarias interesantes”. Sin embargo, son muchas las empresas privadas que aún están dispuestas a defender sus espacios en Venezuela (o no tienen otra opción) y hasta sacrifican gran parte de sus ganancias importando materias primas a dólar paralelo para poder seguir produciendo.
Las organizaciones también están lidiando con los sindicatos. “Tal es el caso del sector automotriz, con MMC a la cabeza, empresa que superó un conflicto laboral que mantuvo su planta cerrada por largos meses, para ahora enfrentarse nuevamente a huelgas promovidas por el gobierno, en el interno de su organización”, menciona Maldonado.

En medio de la conflictividad y la “estanflación” (estancamiento + inflación) nacional, es lógico que las empresas privadas piensen más de dos veces antes de colocar su dinero en nuevas maquinarias para mejorar sus procesos o intentar nuevas líneas de producción.
Según una encuesta de Conindustria, el 55% de las pymes no tiene intención de invertir el año próximo, mientras que el 70% de las grandes empresas sólo lo hará en inversiones operativas, pero no en producciones que agreguen valor.
En la acera de enfrente, otro tipo de organizaciones -como las cooperativas, las empresas de producción social (EPS), las de capitales mixtos o las alineadas con las ideologías del gobierno-, sí tienen el camino más despejado, ya que obtienen financiamientos con mayor facilidad, dólares preferenciales e incentivos para la inversión. La intención es clara: sustitución del capitalismo por empresas socialistas y propiedad privada por propiedad social. Lo que aún no se sabe es si ese plan será exitoso. Experiencias similares en otros países sólo significaron pobreza y retroceso.


Los que desembolsan

El sector público será el mayor inversor en 2010. El gobierno está reemplazando a los inversionistas que tradicionalmente provenían de Estados Unidos y Colombia, por otros de China, Irán, Rusia, Brasil, Argentina, entre otros. “El gobierno reporta la creación de nuevas empresas con otros gobiernos, pero no se ve esa producción en el mercado local. Además, una cosa son los acuerdos bilaterales, que sí los hay, y otra la inversión real a largo plazo, de la que adolecemos. Estamos ante la destrucción del país”, alerta Maldonado.

El economista Andrés Santeliz, profesor de economía de la UCV, no comparte esa perspectiva: “En 2010 habrá mayor financiamiento del sector público, incremento en los subsidios de la cesta básica, aumento del salario mínimo y ajustes en las escalas de los empleados públicos, lo que se traducirá en más consumo, mayor atractivo para el comercio, mejoras en la producción nacional y en las expectativas de inversión”.
Este panorama alentador no es compartido por el sector privado. La mayoría de los empresarios teme invertir. Las áreas que sí registran mayores avances e inversión son, en primer lugar, los servicios con conexión al gobierno central, las telecomunicaciones, la construcción, el comercio y, hasta cierto punto, la banca (por lo menos, antes de las intervenciones de 8 bancos a finales de 2009). El sector turismo atisba movimientos interesantes promovidos por la política gubernamental o ciertas intenciones de inversión, aunque la Federación de Hoteles (Fenahoven) da cuenta que, debido a la nacionalización del Hotel Hilton de Margarita, algunos proyectos extranjeros de inversión ya avanzados, dieron marcha atrás.

Telecomunicaciones al frente
Merece una atención especial este sector, el cual, contra la corriente de desinversión privada, está creciendo significativamente. “Los ingresos totales de las telecomunicaciones para 2009 ascienden a Bs. 28 mil millones, con un crecimiento sostenido del orden del 20% interanual”, señala Mario Seijas, presidente de la Cámara Venezolana de Televisión por Suscripción (Cavetesu).
Sólo en el último trimestre de 2009, los ingresos operativos fueron de Bs. 7.037 millones y, durante ese período, las inversiones del sector ascendieron a Bs. 630 millones, es decir, más que los Bs. 5.938 millones desembolsados en el último trimestre de 2008.
¿Por qué si la mayoría de los negocios ha decaído en el país, en éste hay incremento? Seijas responde: “Ante las dificultades económicas que vive el país, las familias se refugian en la televisión por suscripción, servicio que ofrece entretenimiento barato, seguro y una visión del mundo que no muchos venezolanos tienen la oportunidad de conocer”.
En este 2009 se iniciaron nuevas inversiones de varios operadores internacionales, con Movistar a la cabeza, con su servicio de televisión paga. Según Cavetesu, no se conocen nuevos desarrollos de última milla, pero sí en infraestructura, hardware y tecnología, y estas inversiones vienen de China.

Pero el gran impulsor del furor de las telecomunicaciones es la telefonía móvil, la cual ha cambiado la dinámica de las clases populares, sobre todo por el concepto de prepago, que les resulta más manejable. “El venezolano, por idiosincrasia, gusta de las nuevas tecnologías y la gran demanda ha empujado al sector”, explica Seijas.
A pesar del crecimiento del sector, Seijas señala que para 2010, con un mercado secundario volátil (por la dificultad de contar con los dólares Cadivi) y sin procesos mercantiles posibles por la legislación vigente, habrá dificultad para motivar la inversión. “No obstante, estimamos se mantendrá el crecimiento del sector, en especial, con las iniciativas de Cantv de iniciar nuevos servicios, como la televisión por suscripción y las ampliaciones en capacidad de cobertura geográfica.


Cuestión de bloques

El gobierno anuncia proyectos de construcción de infraestructuras a través del Ministerio de Vivienda, mediante políticas de crédito a largo plazo, ante la necesidad de expandir la oferta habitacional en el país. Sin embargo, eso está por verse. La Cámara Inmobiliaria reporta al cierre de 2009 una realidad muy diferente.
Francisco Neri, presidente de la Cámara apunta, que la inversión inmobiliaria es riesgosa, a menos que cambien las condiciones. “Aspirábamos a construir 85 mil viviendas en 2009, pero sólo logramos 55 mil debido a la nueva Ley de Tierras Urbanas, a la eliminación del IPC, a las dificultades en los permisos y registros de construcción y a la lentitud de los créditos”.

El país necesita 200 mil viviendas al año, para lo que se requiere una inversión de 15 mil millones de dólares. Si se hubiera destinado el 10% del ingreso se habría logrado la meta. “Estamos lejos de eso –opina Neri, descreído de los anuncios de incentivos del gobierno– y para 2010 nuestra meta es construir sólo entre 25 mil y 30 mil viviendas, lo que también significará una disminución de empleo en el sector”.
Paradójicamente, la construcción se presenta con grandes oportunidades en algunos de sus nichos para el próximo año; esto es: en el negocio de oficinas y en viviendas de alto target. “Es cierto, –reconoce Neri– hay varios proyectos de oficinas iniciándose en este momento, y la clase media-alta de la población (25% del total) aspira a viviendas de alto escalafón, y ahí sí hay inversores. También existen ciertos espacios de inversión en locales comerciales, a pesar de las medidas que el gobierno ha iniciado contra los centros comerciales y en galpones”.


Más de lo mismo
¿2010 a la sombra? De seguir la política de nacionalizaciones e intervenciones es claro que los inversionistas mirarán otros horizontes y dejarán de insistir en el reclamo de mayores garantías jurídicas, como muchos lo han hecho hasta el momento. Santeliz opina: “El gobierno sabe que su posición intervencionista y de propiedad colectiva genera rechazo en gran parte de la opinión pública y no creo que insista mucho en esa dirección en un año electoral”.
Las intervenciones de los bancos afectarán el flujo de las inversiones y recursos para la operatividad de las empresas, pero, aunque el presidente Chávez tenga intención de nacionalizar la banca, el Estado no tiene los recursos suficientes para hacerlo, y menos en 2010. La banca venezolana es fuerte y es caro comprar un banco cuando éste no tiene problemas.

Todo indica que el gobierno continuará en el camino de la revolución que se ha trazado y que el aumento del precio del petróleo sólo será un aliciente para la economía nacional. En otras palabras, el rumbo del país está en marcha desde hace tiempo y no cambiará en 2010. Sólo se sumarán aquellas inversiones alineadas con los intereses del gobierno o las que aumenten los intercambios comerciales con los países del ALBA (probablemente con la moneda Sucre que ya se anuncia), se cambiará la CAN por el Mercosur –y mucho más ahora, que parece estar más cerca el ingreso de Venezuela como miembro pleno del bloque después del visto bueno del Senado de Brasil– y saldrán adelante las empresas privadas que se acomoden al sistema o logren resistir sus asperezas

Reportaje especial
http://www.poder360.com/article_detail_print.php?id_article=3307

viernes, 8 de enero de 2010

Reportaje especial: \\¿Porqué liderar con inteligencia emocional?


Por: Juan Manuel Salamanca - Jue, 07/01/2010

Al igual que las personas, las organizaciones tienen distintos estados de ánimo. Para lidiar con estos, un líder debe hacer uso de su Inteligencia Emocional (IE), una potente combinación de autogestión y habilidades para relacionarse con el resto de la compañía. "Las empresas son sistemas constituidos por seres humanos y, si hay humanos, las emociones son tanto o más importantes que lo técnico", sostiene Luis Felipe Calderón, profesor de la ESAN de Perú.

Desde mediados de los noventa, el concepto de IE comenzó a circular en el mundo empresarial, aunque no siempre de forma correcta. Los sicólogos estadounidenses Jack Mayer y Peter Salovey acuñaron el término, y lo definieron como "la habilidad para percibir, evaluar y expresar emociones en forma pertinente y apropiada", agregando que servía para "auto-regular las emociones propias y la de terceros, sobre todo en condiciones de tensión".

¿Pero qué rol juegan las emociones dentro de la compañía? Calderón afirma que el aspecto emocional determina el compromiso, la motivación y las ganas de usar todo el talento a favor de la organización. "Ningún sistema de control ni de recompensas puede generar todo ello si no considera el aspecto emocional", resalta el académico. Aunque en un comienzo muchas organizaciones mantuvieron una posición más bien escéptica ante la mirada de la IE, hoy se reconoce su importancia, más aún en tiempos difíciles.

"Si consideramos que la dirección de una empresa en el mundo actual supone afrontar un entorno turbulento y de alta incertidumbre, la importancia de la IE es obvia, porque tales condiciones cobran su precio en términos emocionales: estrés, ansiedad, irritabilidad y miedo, principalmente", agrega Carlos Pittaluga, experto en Inteligencia Emocional de la IESA de Venezuela.

Por ello, en tiempos de crisis el liderazgo debe contar con cierto dominio de la IE. "Aunque siempre es un factor importante, más lo es en tiempos de crisis, cuando hay menos posibilidades de dar recompensas materiales y donde las personas están más asustadas por el miedo a las quiebras y a quedarse sin empleo. La gente emocionalmente sólida encontrará salidas innovadoras y podrá sobrevivir a las dificultades más que las personas solo técnicamente competentes", precisa Calderón.

"Estas crisis llevan a los directivos a los límites de su capacidad adaptativa. Así, la IE pasa a ser en los tiempos actuales una competencia individual de importancia crítica", agrega Pittalunga. Por ejemplo, está demostrado que el estrés crónico disminuye la presencia en el organismo de las linfocitos T, debilitando así la capacidad inmunológica del cuerpo.

Para hacer frente a la necesidad ejecutivos entrenados en IE, cada año las escuelas de negocios están incorporando más elementos en sus programas dirigidos a esta materia. Por ejemplo, cada vez es más frecuente la utilización de talleres de entrenamiento en competencias que usan metodologías vivenciales, donde los participantes se ven confrontados con sus emociones y con la interacción con los demás.

El profesor Pittalunga asegura que "los principales programas de MBA en América Latina contemplan algún tipo de estrategia formativa en IE. Destacan aquellos programas de capacitación en condiciones de riesgo controlado, conocidos popularmente como talleres de sobrevivencia, y el énfasis en las experiencias o ejercicios vivenciales, insertos en los programas académicos".

En todo caso, Calderón sostiene que esto es aún insuficiente. "En muchos MBA se trabajan aún solo los temas técnicos con exclusión de los temas humanos y emocionales", concluye. "Con el tiempo se necesitará una mayor integración de lo técnico con lo emocional, y para ello los profesores de cursos más técnicos deberán tener más conocimiento y más compromiso con los temas emocionales"

Reportaje con Carlos Pittaluga en Educamericas
08 de enero de 2010
http://www.educamericas.com/Por-que-liderar-con-inteligencia-emocional

Porf. Miguel Ángel Santos \\ Caldera


José Ramón Medina, a la muerte de Miguel Otero Silva, escribió en una hermosa nota de prensa “no me ha sido necesaria su desaparición para elevar el tono de la voz o subrayar la palabra o el ademán en énfasis patético”. Lo que tenía que decir, lo había dicho en vida. Fausto Masó ha escrito que para hacer una reflexión útil es necesario hablar de los muertos como si estuvieran vivos, sin el “énfasis patético” o el tono encumbrado. Y yo estoy de acuerdo con él.

Mucho se ha escrito a raíz de la muerte de Rafael Caldera. Algunas de esas notas están llenas de hipérboles. Otras, en su mayoría de colaboradores en funciones de gobierno, muy sinceras y muy nobles. Después de todo, una de las virtudes más reconocidas del ex-Presidente era ser un gran reclutador de talentos. Si hay algo que tienen todas en común es que las bondades que describen se agotan a comienzos de la década de los ochenta. Su carácter pacificador, su adhesión al Pacto de Punto Fijo, su capacidad para gobernar en un período crítico para la democracia y evitar “que se perdiera la República”. Yo no tengo la fortuna de contar con esos buenos recuerdos, porque el período hacia el cual se extinguen los de los que sí los tienen coincide con los años en donde despertó mi interés por los asuntos públicos.

De todos esos recuerdos, ninguno como el del discurso en el Congreso tras el golpe del 4 de febrero de 1992. Haciendo gala de su enorme oportunismo político, el ex-Presidente aprovechó la ocasión no para condenar el golpe, sino para justificarlo: “La verdad verdadera es que no podemos nosotros afirmar en conciencia que la corrupción se ha detenido, sino que más bien se está extendiendo, que vemos con alarma que el costo de la vida se hace cada vez más difícil de satisfacer para grandes sectores de nuestra población, que los servicios públicos no funcionan y que se busca como una solución privatizarlos”. Esa extemporánea alusión a la inflación, vista con el beneficio de la historia, luce bastante desafortunada. Tras ser catapultado a la Presidencia por ese mismo discurso, el segundo gobierno de Caldera registraría la inflación más alta de cualquier período constitucional y la única superior al 100% (1996).

Desde hace algunos años se nota cierto afán en el entorno de Caldera por desvincular la llegada de Chávez al poder del sobreseimiento que le otorgara el ex-Presidente. Andrés Caldera ha insistido en que “a Chávez lo hicieron Presidente los venezolanos con sus votos”. Y no le falta razón. En mi opinión, la contribución de Caldera al ascenso de Chávez no hay que buscarla en el sobreseimiento. Se encuentra más bien en el enorme deterioro en el poder adquisitivo registrado en los primeros cuatro años de su último quinquenio, cuando la inflación promedió 68%. A su vez, esta debacle tiene su origen en la decisión de intervenir a puertas cerradas el Banco Latino, tomada durante el período de transición de Velásquez con la anuencia del gabinete de Caldera. Allí, y en el golpe de gracia que le asestó a su propio partido político en 1993, es en donde se encuentra la verdadera contribución (acaso no la única ni tampoco la más importante) del ex-Presidente al ascenso de Chávez y a la posible pérdida de la República.

Artículo de opinión
08 de enero de 2010
http://www.eluniversal.com/2010/01/08/opi_art_caldera_1701341.shtml

Prof. José Mayora ¡No me apagues la vela María!


En su loable afán por enfrentar la muy grave crisis eléctrica que vive el país, el régimen ha tomado dos decisiones trascendentales: cerrar algunas empresas de Guayana y regular el horario de los centros comerciales y salas de juego.

Con relación a Guayana baste decir que es insólito, por decir lo menos, que se esconda detrás de una crisis energética el fracaso operativo de unas empresas que, a todas luces, han superado la capacidad gerencial del régimen, demostrando con ello cuán vulnerable es el modelo de gestión industrial que propone la revolución.

Sobre la regulación del consumo eléctrico, a partir de enero 2010, entró en vigencia un horario especial para centros comerciales (las 26 moles de Jackeline), casinos y bingos, decisión que no fue concertada con los afectados, desmintiendo así el carácter participativo de la democracia.

Asumiendo la aparente rectitud de intenciones, hay cosas que no me quedan claras. Entiendo que esta medida debe ser provisional mientras maduran los proyectos de inversión requeridos para restituir la capacidad de generación eléctrica que el país requiere, para lo cual se debió cuantificar previamente cuánto sería el ahorro, que se presume lo suficientemente significativo como para haberla tomado. En todo caso, desconocemos ¿cuánto ahorramos?, o ¿en cuanto disminuye la presión sobre la capacidad instalada de generación eléctrica?

En cuanto a la implementación de la medida, se debió conceptualizar lo que incluye un centro comercial. Aparentemente no incluye edificios de oficinas en cuya planta baja hay comercios en cantidad apreciable; ni grandes tiendas diversificadas que solas pueden consumir más energía que un centro comercial pequeño; tampoco discriminan actividades de servicios como consultorios médicos, laboratorios, oficinas de la Cantv, bancos, gimnasios, farmacias, automercados, servicios públicos de cedulación, pasaportes, registros y notarías.

Nos preguntamos: ¿por qué las farmacias, los consultorios, las oficinas públicas, los bancos, los gimnasios, los laboratorios, los automercados que no están dentro de un centro comercial no se les aplica también un horario especial o es que ellos no consumen energía?

Entonces, ¿de qué se trata? Pues muy sencillo, los centros comerciales representan un modelo de organización de la sociedad consumista y esta es una excusa muy buena para que vayan desapareciendo y los ciudadanos vayan acostumbrándose a que, más temprano que tarde, el consumo se hará de acuerdo a criterios revolucionarios y no precisamente en centros comerciales. Esta decisión es una decisión ideológico-política y no técnica y como tal hay que evaluarla. Además, está tomada desde la perspectiva de quien maneja el poder sin fuerzas que se le opongan.

Sin embargo, los cambios operados en la medida han sido producto de una gran presión social y no de un cambio de rumbo, pues detrás de la medida no había intención de ahorrar energía sino de dar un paso más hacia el socialismo del siglo XXI.

Para las tantas personas que preguntan públicamente qué hacer, la rectificación revolucionaria es una prueba de cuánto se puede lograr con la presión social. Si en el manejo manipulado de la crisis bancaria el gobierno se ganó unos puntos, en esta oportunidad el corrientazo que le pegó fue fuerte y aleccionador, sobre todo en un año electoral.

Por estas y muchas cosas más, ¡María no me apagues la vela que estoy revisando la tarjeta de racionamiento!

Artículo de El Universal
Viernes, 08 de eneero de 2009
http://opinion.eluniversal.com/2010/01/08/opi_art_no-me-apagues-la-ve_08A3263615.shtml

miércoles, 6 de enero de 2010

Alba estrena su sistema

En la segunda quincena de este mes se tiene programado comenzar con la etapa de experimentación del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), mecanismo monetario creado entre los 9 países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), con el propósito de sustituir el dólar.

La primera transacción comercial con el sucre será la exportación de arroz venezolano a Cuba, según ha informado el Ministerio de Economía y Finanzas.
“En esta etapa se prevé que las transacciones con sucre sean virtuales; es decir, no se acuñará una moneda física, sino que la operación será electrónica”.

A esta primera operación se suma la compra de Bolivia a Venezuela de cemento asfáltico. A cambio, Venezuela importará de ese país madera, alimentos, textiles, artesanía entre otros productos.

“Estas primeras negociaciones buscan darle uniformidad al sistema de pago, por esa vía se quiere dar un ejemplo, es una muestra de confianza, de que sí es posible consolidar el intercambio comercial desde una visión de integración del sur”, explicó el integrante de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, diputado Juan Montenegro.

Si bien el Sucre es un paso para afianzar la integración del comercio regional, el macroeconomista, Richard Obuchi, sostiene que este esfuerzo tiene que venir acompañado de “el desarrollo de políticas públicas para movilizar capital y productos, además de la certificación de regulaciones y políticas arancelarias”.

En efecto, al margen de las primeras experiencias de intercambio comercial, el último informe de la comisión técnica del sucre señala que aún falta concretar la cámara de compensación, que será respaldada por una contra parte de las monedas locales de las naciones participantes, pues la meta es que los sucres puedan ser cambiados por la moneda de cada país, bien sea pesos (Cuba), bolivianos (Bolivia), Córdobas (Nicaragua) o bolívares (Venezuela).

Antes de la cámara de compensación, el sistema sucre se utilizará como una Unidad de Cuenta en Común (UCC), como forma de pago entre los bancos centrales de cada país.

La misión de las entidades bancarias será calcular el intercambio comercial de productos, en base al valor referencial de cada moneda local, un proceso que para el economista Rafael Antolini, es factible.

“Esta fase de unidad de cuenta servirá para determinar cuanto vale un rubro o un producto, no funcionará como medio de intercambio. La unidad de cuenta servirá para que cada país defina, en términos de Sucre, cuál será el valor que tendría cada país en materia de reservas internacionales”, apunta Antolini.

Para el profesor de economía de la Universidad Central de Venezuela, Andrés Santeliz, el impacto en la región del Sucre dependerá del crecimiento de las economías de los países que promueven esta nueva propuesta de intercambio comercial.

“Los países que tengan mayor capacidad industrial tendrán mejores beneficios. Argentina, Brasil y más o menos Venezuela tienen aceptables parques industriales para el intercambio. Pero el comercio del resto de los naciones tienen una economía que depende de sus productos primarios agrícolas”, comentó.

El experto cree que “es un tema de articulación industrial, de complementación tecnológica de crear nuevas reglas en el comercio regional”.
Comienza un año, empieza un nuevo método de intercambio comercial, con la firme intención de depender menos de las reglas comerciales de países desarrollados, y sobre todo del dólar norteamericano, y con la meta en el horizonte de emular la experiencia positiva del euro en el viejo continente.

“Eso va a requerir mucho tiempo, será necesario articular políticas y la instrumentación de instancias que no existen aún”, remata Antolini.