viernes, 26 de febrero de 2010

Miguel Ángel Santos \\ ¡¿Qué hacer con los mutuos?

El sólo hecho de que alrededor de los mutuos se hayan alineado las posiciones del Gobierno y las de algunos banqueros de oposición debería inspirar cierta curiosidad (sana). Tal y como funcionan aquí, los mutuos son contratos a través de los cuales las casas de bolsa prestan dinero a alguien que deja en colateral algún activo. El préstamo se otorga "al margen", es decir, por una proporción del valor del activo. Al finalizar el contrato, una vez que el préstamo ha sido cancelado, el activo vuelve a manos de su propietario original.

Visto así, difiere de los acuerdos de "securities lending" que ocurren entre bancos comerciales, fondos y bancos de inversión en mercados más desarrollados. Los mutuos se asemejan más a "security-collateralized loans", aunque no del todo. Como muchas otras cosas, los "mutuos venezolanos" son el resultado de nuestra legislación, experiencia y creatividad, y no son comparables a nivel internacional.

¿Qué hacen las Casas de Bolsa con esos activos? Si los dejan en custodia en la Caja Venezolana de Valores no hay mucho más que decir. Pero eso no siempre ocurre. La ley permite que las Casas de Bolsa cambien el título de propiedad del activo recibido en garantía. Así, pueden venderlo o colocarlo a su vez como garantía de un préstamo (mutuo activo). A partir de aquí everything goes wild. Los mismos títulos se multiplican dando origen a un número mucho mayor de préstamos. Nada garantiza que los activos todavía existan en los balances al finalizar el contrato. De acuerdo con algunas estimaciones (Barclays), el mercado de mutuos totaliza unos 2.500 millones de dólares (a tasa paralela), de los cuales sólo 60% están respaldados. Este es un promedio general, pero las cifras particulares no son difíciles de averiguar.

Si se combina este amplio margen de maniobra con la falta de supervisión de la CNV, se abren enormes posibilidades de estafa. La solución del Gobierno ha sido ordenar la "eliminación de los mutuos en 90 días". Algunos banqueros, que alegan que las Casas de Bolsa se han convertido en intermediarios financieros sin encaje legal y sin gavetas, han estado de acuerdo. Pero esa no me parece a mí una solución razonable. ¡Si van a eliminar todo lo que no pueden regular! Como mecanismo de financiamiento, los contratos de mutuos permitieron a muchos profesores universitarios obtener efectivo a cambio de los Vebonos con que les pagó el Estado, sin tener que salir del título a precios muy bajos.

También hizo posible la participación masiva de venezolanos en la primera emisión de bonos de Pdvsa. Si los bancos comerciales no están siempre dispuestos a prestar para estas operaciones de inversión, ¿qué tiene de malo que venga alguien a suplir ese vacío? Parece tratarse más de un asunto de regulación que de un instrumento diabólico. Quizás esta es una buena oportunidad para abrir un debate de puntos de vista, sin malos ni buenos, y llegar a una solución de consenso que traiga consigo un nuevo régimen de regulación y supervisión, que sirva de dique de contención, sin que eso implique el cierre del mercado. Ese sería un buen ensayo para lo que vamos a tener que hacer más a menudo y en muchas otras áreas en los tiempos por venir.

Artículo de opinión
Viernes, 26 de febrero de 2010
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miércoles, 24 de febrero de 2010

Gustavo Roosen \\ ¿Bono demográfico?

Hay un periodo en la vida de los países en el que la población en edad productiva es mayor que la dependiente (menores de 15 y mayores de 65) en proporción de 3 a 2. Es lo que los especialistas llaman "bono demográfico" o "ventana de oportunidad". Para Venezuela, la ventana se abrió hace 7 años. Se cerrará, dicen las estadísticas, en 2045.

Nos quedan apenas 35 años, mucho tiempo para quienes denigran de la previsión o confían temerariamente en salidas mágicas, demasiado poco para quienes piensan que es necesario adelantarse al futuro y prepararlo mediante políticas públicas ­de educación, empleo, salud, protección social, ahorro interno, creación de infraestructura productiva­ capaces de generar condiciones de desarrollo sostenido y de asegurar el bienestar de los ciudadanos.

Con la mirada en ese futuro, la primera urgencia del presente no puede ser otra que invertir en la formación de capital humano, volcarse sobre la educación, recuperar su valor y sus objetivos, capacitar a las personas para el trabajo, dotarlas de herramientas para crecer.

Capitalizar el bono demográfico ahora implica, entre otras prioridades, desarrollar una política sostenible de generación de empleo productivo. Si tomamos como buenas las estadísticas oficiales, el índice de desempleo se ubica en 7,4%; sin embargo, alarma la reducción experimentada en la calidad del empleo. Del análisis que hace el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello usando estrictamente la estadística oficial, se desprende, en efecto, la gravedad que representa la subocupación, el empleo informal, el trabajo precario, definido este último como el insuficiente para facilitar al trabajador condiciones mínimas de vida y de desarrollo personal. De los 3,3 millones de empleos creados entre 1997 y 2008, 60% responde a esta calificación.

Más allá de crear puestos de trabajo, la preocupación debería ser, en consecuencia, generar empleos de calidad, productivos, bien remunerados, permanentes, competitivos, dotados de seguridad social, generadores de valor, no consumidores del ahorro social o de eventuales excedentes económicos.

El país no gana con disfraces de la desocupación, sino con empleos productivos, dignos, motivadores, factores eficientes de crecimiento personal y colectivo. Examinar el tema con visión de futuro implica ocuparse de la capacitación del trabajador y de la promoción de políticas específicas de integración social de los jóvenes y de participación de la mujer en el mundo laboral. ¿Es esto lo que estamos haciendo? En una economía moderna y competitiva, está claro que para esta función responde mejor un sector privado dinámico y competitivo que un Estado centralista, con pretensiones de empleador único, proclive al control político y al silenciamiento del mundo laboral.

¿El país está capitalizando su bono demográfico? El Plan de la Nación bautizado oficialmente como "Primer Plan Socialista" no parece contemplarlo. No hay allí referencia explícita a la necesidad de un modelo de desarrollo que considere el componente poblacional y su evolución en el tiempo. La presencia de los jóvenes manifestando en las calles o el creciente número de emigrantes haría pensar que unos y otros intuyen este vacío, perciben la amenaza de un futuro comprometido y de la pérdida de una oportunidad para construirlo. No quieren verse como la generación del desempleo o del subempleo y advierten que recaerá sobre sus hombros el peso de una economía debilitada por la improvisación y la irresponsabilidad. ¿Sacaremos provecho de este bono demográfico o dejaremos que se convierta en hipoteca?

Artículo de opinión
Miércoles, 24 de febrero de 2010
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Pavel Gómez\\ Elogio a la política

La idea inicial era que este artículo se llamara algo así como "libros malos" o "libros disfrazados de lo que no son". A pesar de que podrían llenarse muchos anaqueles de bibliotecas con publicaciones que entrarían en esta categoría, mi motivación parte de uno en particular: "El poder y el delirio" de Enrique Krauze.
Al leerlo tuve una sensación de estafa, de pérdida, no tanto por su calidad literaria sino por su calidad como investigación.

Comprar el libro de Krauze es como adquirir un par de zapatos de un solo pie: sencillamente inservible. El libro está lleno de lugares comunes, de versiones mediáticas del ala derecha de la cursilería política venezolana, de enfoques unidimensionales, de lamentables sesgos de investigación. Este libro podría ser catalogado en lo que se conoce como "pensamiento de grupo", en teoría de las decisiones.

El pensamiento de grupo ocurre cuando cada miembro de un grupo intenta ajustar su opinión a lo que se percibe como el consenso de tal grupo: el resultado es falta de objetividad, de cuestionamiento y la tendencia a ser presa de prejuicios y clichés. Pero, así es la vida. Pasemos a nuestro tema de hoy.

Lo interesante de este comienzo de semana, y quizás de los últimos tiempos, es la controversia planteada por el gobernador del estado Lara, Henri Falcón, quien ha puesto sobre el tapete una discusión que había estado reprimida dentro del oficialismo.
Se trata del conflicto entre el discurso oficialista de profundización de la democracia y la ausencia de debate interno, la imposición de la "línea política" desde arriba, la exclusión de los disidentes, la descalificación de las opiniones divergentes, el culto a la personalidad y el pensamiento único como paradigma.
Este evento político envuelve al menos tres elementos que vale la pena comentar:
a) el fondo de la argumentación,
b) la firmeza ante los poderosos, y
c) la forma como se canaliza esta postura, en su sentido político más puro.
Lo primero se refiere a la necesidad de abordar unas críticas que han sido constantes en los experimentos revolucionarios, y que abarcan al menos dos esferas.
Por una parte, está el cuestionamiento de la deliberada ignorancia de los revolucionarios a la tensión entre valores e incentivos, entre altruismo y lucro, entre voluntarismo y eficiencia, entre planificación central y productividad. Por otro lado está la deformación democrática que se expresa en la sustitución del debate por la fe y la religión revolucionaria, la represión de la crítica bajo el argumento de no darle armas al enemigo, y el uso de la disciplina y la cohesión política como subterfugios para ocultar la necesidad de algunos individuos de aferrarse al poder por cualquier medio.

Lo segundo se refiere a la necesidad de cuestionar al poder, de defender puntos de vista ante los poderosos, de enfrentarse, de cuestionar, de pararse frente a las agresiones del poder, de la burla de los argumentos de autoridad. Hasta ahora han sido pocos los casos de enfrentamiento de un estilo de liderazgo autocrático, grosero, impositivo, que ridiculiza al contrario, ironiza y promueve la burla y los aplausos de los adulantes. Yo añoraba algún gesto de firmeza frente a este estilo de liderazgo.

Hasta ahora solo algunas personas, principalmente mujeres, se habían parado frente a los abusos del líder, y habían preferido renunciar a ministerios antes que aceptar el trato humillante. Es lastimoso ver esa manera como se trata a su gente, a sus ministros, como se les ridiculiza en público, como un coro de adulantes ríe las humillaciones domingueras.

Causa extrañeza ver a alguna gente tartamudear frente al jefe, bajar la mirada y aceptar ese tono denigrante de las increpaciones cotidianas. El gesto de Falcón viene a reivindicar el enfrentamiento de quien se crea todopoderoso.
El tercer punto se refiere a la reivindicación de la política que está implícita en la manera como se canalizó esta respuesta. En este momento, esta discusión es más importante al interior del oficialismo que fuera de éste. Por ello, la urdimbre política del paso de Falcón, dificulta la descalificación por "saltar la talanquera", pone el juego en el terreno interno y fortalece la diversidad al interior del oficialismo.

Quizás esto sea al final lo más valioso: la reivindicación de la política, la conexión entre mensaje y forma, entre discusión y arena política, entre discurso y auditorio.
Finalmente, es preciso dimensionar a las personas y a las jugadas políticas. Falcón es una persona, un político, con virtudes y defectos, quizás con mañas y deudas, con luz y sombra como todo político. Por ello quizás no sea deseable el endiosamiento, la visión absoluta, la búsqueda de un nuevo héroe, de un salvador, de una luz en medio de la oscuridad.
Quizás mañana haga una jugada que no nos guste, o nos enteremos de una historia que nos desagrade. Pero siempre será reivindicable el símbolo en la mesa de esta semana, el giro hábil, la discusión que puede comenzar.
Este acto, con toda su simplicidad y su poder, con lo efímero y lo trascendente que pueda ser, con el ardid político como vestimenta necesaria, es quizás uno de esos giros que tanto necesita la devaluada política venezolana.

...solo algunas personas, principalmente mujeres, se habían parado frente a los abusos del líder...
...está la necesidad de cuestionar al poder, de defender puntos de vista ante los poderosos...
Causa extrañeza ver a alguna gente tartamudear frente al jefe, bajar la mirada esta discusión es más importante al interior del oficialismo que fuera de éste


Artículo de opinión
Miércoles, 24 de febrero de 2010
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martes, 23 de febrero de 2010

Rosa María Rey\\ ¿Uso la tarjeta de crédito?

Por qué usar la tarjeta de crédito? En cualquier economía, y aún más en la venezolana, considerada de alta inflación, el dinero del presente vale bastante más que el del futuro. La diferencia entre tener mil bolívares hoy o dentro de un año, es que ahora se pueden colocar en una inversión que genere renta, o comprar algo que en unos meses después esté más caro.

Usando este principio, prefiera la tarjeta de crédito antes que el efectivo, porque puede llegar a disponer de hasta 50 días para pagar el consumo sin generar intereses. Si tenía el dinero disponible para la compra, en ese lapso hasta puede poner el dinero en una cuenta de ahorros (que por muy bajos que sean los intereses siempre van a ser mayores a cero).

Use el dinero a su favor. No pague antes si lo puede hacer después (a menos que haya premio: un descuento por pronto pago; y no los subestime, por favor, un 1% de rebaja por pagar una semana antes de la fecha convenida, se convierte en un ahorro del 52% anual). Domicilie los pagos de servicios, seguros y cuotas varias en la tarjeta de crédito, no en la de débito.

Aproveche los incentivos, puntos, etc., que ofrecen algunos bancos por consumos, que permiten hacer compras adicionales con ellos.

La tarjeta también constituye una referencia que puede abrir puertas para otro tipo de créditos. Eso sí, no se retrase en los pagos y cancele por lo menos la cuota mínima.

Los gastos son más fáciles de controlar. Todos hemos experimentado el hecho de retirar dinero del cajero automático y tres días después no sólo no lo tenemos, sino que tampoco sabemos en qué lo gastamos. Usar la tarjeta permite controlar los consumos, porque se tiene un comprobante de la transacción. Y, estimado lector, ese sobre amenazante que recibe del banco con el estado de cuenta no, no muerde cuando se abre. Impóngase la disciplina de chequearlo periódicamente, no sólo para medir su nivel de gastos sino también para descubrir posibles fraudes.

Y hablando de clonaciones de tarjetas, es preferible usar las de crédito y no débito, porque en estas últimas, el dinero lo sacan directamente de la cuenta y ya no se puede disponer de él mientras se presenta el reclamo al banco; en las de crédito se paga al vencimiento del plazo, y hay más tiempo.

¿Y cuándo no usar la tarjeta de crédito? Cuando se convierte en un sueldo adicional. ¿Cómo darse cuenta que está sucediendo eso? Si sumando las cuotas mínimas de todas las tarjetas el total alcanza o supera el 40% del sueldo, o si la deuda total permanece constante o sube continuamente durante varios meses. Si este es su caso, estimado lector, consiga dinero más barato que el que le cuesta la tarjeta, y amortice la deuda, pues de seguir así entrará en una espiral de endeudamiento de la que va a ser muy complicado salir. Y no, pedirle al vecino dinero al 20% mensual no es la solución. La tasa de la tarjeta está en un máximo del 29%... anual.

&Estela pensó: ¿por qué pagar ahora si puedo hacerlo en 20 días con el mismo precio? Y sacó la tarjeta de crédito.

Fernando Branger\\ Marco institucional para el sector público

La actual situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha obligado a los hacedores de políticas públicas a correr para presentar un marco institucional que se adecue a las condiciones actuales del país. Es bueno recordar que en la actualidad está en vigencia la Ley Orgánica del Servicio Eléctrico (Lose), ley que cuando fue aprobada contaba con un importante consenso entre las empresas públicas, privadas, el Estado y la sociedad.

Entre los aspectos importantes que queremos resaltar están: separación de las actividades de generación, transmisión y distribución; creación de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica, la cual se encargaría de "supervisar" a las empresas del sector en cuanto a su desempeño; exigencia legal relativa a la calidad del servicio; tarifas del servicio eléctrico de acuerdo a una rentabilidad "regulada" que tomaba en cuenta las nuevas inversiones y el mantenimiento.

El diseño institucional que se deriva de la Lose es en buena medida un gran esfuerzo que hicieron los legisladores de ese entonces (2001) para incorporar en Venezuela las experiencias más exitosas de gestión del sistema eléctrico de América Latina y el resto del mundo. La separación de actividades, la creación de una agencia autónoma de alta capacidad técnica que pudiera "vigilar" el sector y el reconocimiento de los "derechos" de los clientes al obligar a las empresas a cumplir con unos estándares mínimos de calidad de servicio son, entre otras cosas, grandes avances que han incorporado las legislaciones de diferentes partes del mundo y también de Venezuela.

Ahora que se anuncia la modificación de la Lose quisiéramos proponer que sean considerados los siguientes aspectos:
1) Que Edelca asuma la responsabilidad de toda la generación hidráulica del país;
2) Que se cree la "Empresa Nacional de Generación Térmica", la cual sería responsable de la gestión, operación y mantenimiento del parque de generación térmica del país;
3) Que se cree la Empresa Nacional de Transmisión, la cual sería la responsable de la gestión, mantenimiento y operación de las líneas de transmisión del país;
4) Que se creen las empresas de distribución por centros poblados y regiones;
5) Que Corpoelec pase a ser una empresa holding de todas las empresas del sector, y 6) Que se cree la Comisión Nacional de Energía Eléctrica con autonomía funcional y con capacidad de supervisión del SEN.

Adicional a lo anterior, la ley deberá prever la posibilidad de "Subastas de Potencia", esquema utilizado en Brasil, donde el ente regulador somete a subasta la incorporación de nueva capacidad de generación y el precio al cual será vendida al sistema la energía producida por ese nuevo generador, lo cual supone contratos de largo plazo entre el regulador y el privado que desarrolla la capacidad; además, deberá estimular la autogeneración que entre otras cosas podrá contar con financiamiento proveniente de los "Créditos de Carbono". Otro aspecto que deberá incluirse es la estricta limitación de la empresa holding y sus filiales a obtener recursos financieros del Estado, ello es con el fin de evitar tener empresas con grandes pérdidas y un SEN insostenible en el tiempo, además de estimular a que las empresas presenten esquemas tarifarios que incentiven la eficiencia energética.

Artículo de opinión
Martes, 23 de febrero de 2010
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lunes, 22 de febrero de 2010

Hablemos de los Postgrados 2010 en el Embassy Suites

El IESA convoca a todos aquellos interesados en cursos los principales postgrados del IESA tales como su nueva oferta académica el Master en Administración Ejecutiva (EMBA), el Master en Administración (MBA) y el Master en Finanzas (MF). La cita es el día 24 de febrero a las 6:00 p.m. en el Hotel Embassy Suites, ubicado en El Rosal, Caracas. Allí los asistentes conocerán a detalle todos los requisitos, pensum y beneficios de cada uno.

Los postgrados del IESA están diseñados para recién graduados, profesionales y ejecutivos con experiencias, que buscan estar más preparados para asumir retos, y ser los líderes en sus áreas y responsables de la transformación en su organización y en la sociedad.

Para mayor información y confirmar su asistencia comuníquese con la oficina de Admisiones por los teléfonos 0212-555.43.71/ 555.4354 / Fax: 0212-555.4470 o por el correo electrónico: admisiones@iesa.edu.ve.

Sala de prensa, IESA
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Pável Gómez\\ De cara a las elecciones Gobierno optimizará su red de distribución

El anuncio del presidente de la República, Hugo Chávez, de adquirir el 80% de las acciones de la Cadena de Tiendas Venezolanas (Cativen) -medida que le llevaría a tomar el control de 35 establecimientos de los supermercados Cada-, parece responder a una estrategia electoral, según señala el economista Pavel Gómez."Se persigue llevar bienes y servicios a los sectores de menores recursos teniendo en la mira las próximas elecciones parlamentarias", explica Gómez.

Señala que entre 2004 y 2007 aumentó la capacidad de compra de estos sectores de menores recursos (los que tradicionalmente han sumado más votos al oficialismo y por lo tanto siguen siendo su público objetivo). Sin embargo, en estos últimos años, esa tendencia se ha revertido y había que buscar un mecanismo de llevarles bienes baratos con el fin de traducir eso en votos."La lógica electoral parece ser la que mueve estas decisiones. El presidente busca impermeabilizar a su segmento político objetivo", señala.

Indica que como en las estatales Mercal y Pdval ha bajado el consumo, la idea es ubicar una infraestructura que le permita al Gobierno comercializar los bienes importados a la tasa preferencial de Bs. F. 2,60 por dólar."La medida también responde al hecho de poder compensar las presiones inflacionarias que se esperan para este año", dice Gómez. A las empresas se les han incrementado sus costos debido a la devaluación y ese aumento indiscutiblemente llega al consumidor. Apunta el economista: "La estrategia obedece a una señal que busca disciplinar al resto de las cadenas, con un mensaje de fuerza del Gobierno contra la especulación".

Vale recordar que el anuncio de la expropiación de los seis hipermercados Éxito (que pertenecían a Cativen) se hizo aludiendo a la especulación, a pesar de que el lema de la cadena era: "Contra la vida cara"."Se pretende dar una vuelta a la realidad y crear una matriz de opinión en la que se dice que la inflación es producto de los especuladores y no de la devaluación. Se traslada la responsabilidad hacia las empresas".

Piensa el economista que la elección particular de Éxito tiene que ver con el hecho de poseer una red de tiendas grandes que comercializa una amplia variedad de productos. En cuanto a Cada, señala que la fortaleza se concentra en la gran cantidad de puntos de venta y el hecho de ser una de las redes de supermercados que junto con Central Madeirense, se dirige a los segmentos de ingresos más bajos (por ejemplo, otras cadenas como Automercados Plaza´s y Excelsior Gama apuntan a consumidores de mayores ingresos).

Algunas fuentes señalan que las negociaciones entre el gobierno venezolano y el francés Grupo Casino (dueño del 80% de Cativen) vienen desde hace un tiempo atrás y que la devaluación de la moneda aceleró la compra-venta. Fuentes internas de la empresa señalan que siguen esperando por las directrices de la casa matriz en Francia y que, entretanto, todos siguen en sus puestos de trabajo. Lo mismo que indica un comunicado oficial en su página web.

Noticia de El Mundo Economía&Negocios
18 de febrero de 2010
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viernes, 19 de febrero de 2010

José Mayora \\ ¡La paz puede ser un negocio rentable!

La paz, clamor universal, es un objetivo que, a juzgar por las evidencias, aún se percibe distante. Sin embargo, tal realidad es una oportunidad de mejora para la sociedad civil organizada, tal como se plantea en un libro que trata este tema magistralmente, escrito por Jane Nelson (2002), miembro del Foro Internacional de Líderes Empresarios del Príncipe de Gales, titulado "El negocio de la paz. El sector privado como socio en la prevención y resolución de conflictos".

Este trabajo recoge la imperiosa necesidad que tienen las empresas privadas, en su rol de líderes sociales, de involucrarse en la resolución de los conflictos de sus países, entre otras cosas, porque requieren espacios ordenados y estables para dar satisfacción a las necesidades de las comunidades a las cuales atienden; enfatiza que las decisiones organizacionales pueden generar conflictos sociales; propone que el fomento de la paz o, mejor dicho, la reducción de la conflictividad, también se puede dar por la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento del capital social, el desarrollo de los recursos humanos, la protección del medio ambiente, gerenciar con equidad y justicia y luchando por los derechos humanos.

Esta realidad no exime de responsabilidad a ningún actor que haga vida en el espacio público. Concretamente el sector privado no puede eludir este compromiso. Como dato relevante, para el año 2002, las empresas privadas internacionales proveían el 96% de los productos y servicios civiles.

Las reflexiones contenidas en este libro, cuya lectura sugiero, emergen en un momento neurálgico de la actual situación venezolana. El sector privado ha venido perdiendo importancia en el contexto no porque su concurso no sea útil, sino porque el esquema de sociedad que promueve la revolución bolivariana, le resta importancia al papel que este debe jugar en un país. Sin embargo, tal realidad no lo libera de asumir los compromisos sociales que se derivan de su actuación en el espacio público.

La actual crisis eléctrica que vive el país es una brillante oportunidad para, desde los sectores privados, dar una importante contribución. Es evidente como un problema técnico ha sido tratado políticamente: sus causas son un fenómeno natural y un inadecuado modelo de comportamiento que favorece el despilfarro de la energía y su solución es un decreto punitivo. Independientemente de esta óptica gubernamental, la crisis es real y todos tenemos que aportar nuestro concurso para enfrentarla.

Es en este punto donde puede haber un sustantivo aporte desde la perspectiva del sector privado, diseñando una campaña, válida para la escasez y la abundancia, difundida por medios escritos y audiovisuales promoviendo un consumo racional de la energía que incluya lo siguiente: explicar a los usuarios cómo se produce la energía, cómo se transmite y cómo se distribuye; proveer la información adecuada de porqué el modelo de generación eléctrica está basado en la capacidad hídrica del país; cómo usar adecuadamente los equipos eléctricos de cara a contribuir en la disminución del consumo energético; condenar el robo y la alteración de medidores. No se quiere echar en cara al Gobierno sus deficiencias gerenciales (lo que está a la vista no necesita anteojos), lo que se aspira es crear conciencia del consumo racional de energía eléctrica para contribuir con la disminución de la conflictividad social.

De lo que se trata es de resaltar que no hay negocio más rentable, social y económicamente, que la paz social.

Artículo de opinión
Viernes, 19 de enero de 2010
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Miguel Ángel Santos \\ Giordani y el mamut del estado

Los últimos veinte años de la cuarta han sido repetidos a carta cabal por la revolución
Los primeros once "añitos" de la revolución han cerrado con un balance que combina la política económica de la peor parte de la cuarta con algunas adiciones de su propia cosecha.

El consumo por habitante al cierre del año 2009 ha resultado 49% superior al de 1998.Es decir, el volumen de consumo de cada uno de los venezolanos ha crecido en promedio 3,7% durante cada uno de estos once años. ¿Cuál ha sido la fuente que ha hecho esto posible? ¿El trabajo? No. De acuerdo con el BCV, durante estos once años el salario promedio creció 580%, mientras la inflación totalizaba 743%. Eso equivale a una pérdida acumulada en el poder adquisitivo del salario de 19% en once años. ¿Nuestra propia capacidad productiva? Tampoco. Entre 1999-2009 nuestra producción creció 9,4%, equivalente a sólo 0,8% anual. En otras palabras, si de nuestra capacidad productiva dependiera, la tasa de crecimiento del consumo hubiese sido una quinta parte de lo que fue.

Existe otra implicación más interesante y menos directa de estas cifras. Si se acepta la convención económica según la cual la producción es función de la inversión de capital y el trabajo, se puede concluir que los frutos del crecimiento (por más bajo que haya sido) fueron recogidos por los dueños del capital, no por los trabajadores (cuyo salario real cayó 19% durante el período). Este resultado es una consecuencia directa de la combinación entre muy poca o ninguna inversión de capital en un escenario de aumento sostenido del gasto público. Acaso los "sombrerazos" a los que aludía Giordani para sacudirse a los inversionistas hayan sido de plomo: En 2009 la inversión extranjera directa en Venezuela resultó negativa en 6.200 millones de dólares. Es decir, el dinero que salió vía repatriaciones de dividendos y expropiaciones (por pagar), superó en esa magnitud a lo invertido en Venezuela.

Para fortuna del Gobierno, las exportaciones del período 1999-2009 totalizaron 520 mil millones de dólares (89% petróleo). Nada menos que 283 mil millones (55%) se destinaron a importaciones (he aquí la fuente del boom de consumo). Otros 142 mil millones (27%) se utilizaron para financiar salidas privadas de capital (para mantener la tasa oficial cuando no había control de cambio, o el paralelo ahora que sí hay). Aún así, la tasa de cambio oficial se ha devaluado 662% y el paralelo se ha depreciado 961% en estos once años.

Todos estos elementos que caracterizaron el fracaso económico registrado en los últimos veinte años de la cuarta han sido repetidos a carta cabal por la revolución. A eso le podemos agregar algunos toques más personales. Ahora el propio Estado ahorra en dólares en el exterior, transfiriendo 58 mil millones a un fondo sin ningún tipo de reporte ni mecanismos de rendición de cuentas. Ahora las expropiaciones son cosa de todos los días, y nuestros vecinos empiezan a recibir al capital y el trabajo que salen despavoridos de Venezuela. Como la colosal renta petrolera no ha sido suficiente para todo lo que el Gobierno quiere hacer ahora tenemos una deuda externa que duplica la que teníamos hace once años. "Logramos mover el mamut del Estado", como dice Giordani. El problema es hacia dónde.

Artículo de opinión
Viernes, 19 de febrero de 2010
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jueves, 18 de febrero de 2010

Rebeca Vidal \\ Nos encanta emprender

Los venezolanos somos emprendedores por naturaleza. Así lo demuestra el Monitor Global de la Iniciativa Empresarial, estudio que desde el año 2003 ha ubicado a Venezuela entre los países más emprendedores del planeta.

En efecto, más de la mitad de nuestra población afirma que conoce personalmente a alguna persona que haya iniciado un negocio propio en los últimos dos años, a la vez que 18,7% afirma que se encuentra en proceso de crear una empresa o cuenta con una de reciente apertura, cifra que nos coloca en el octavo lugar de una muestra de 55 países.

Aprovechar oportunidades, buscar la independencia, mejorar el nivel de vida, son los motores del emprendedor venezolano.
Además, nuestra cultura apoya la aventura empresarial: alrededor de 70% de los venezolanos considera que emprender un negocio propio es una opción de carrera deseable y que los emprendedores exitosos gozan de un alto nivel de vida y respeto por parte de la sociedad.

Otra característica interesante de la cultura venezolana es la visión optimista sobre el propio desempeño emprendedor: alrededor de 60% considera que cuenta con los conocimientos, destrezas y experiencia que se requieren para llevar con éxito un negocio propio.

Esto contrasta con la visión de expertos encuestados, quienes consideran que la capacidad gerencial del emprendedor venezolano es débil. Además, un escaso 6,5% de los venezolanos logra mantener su empresa activa por más de tres años y medio. La formación gerencial se presenta entonces como una opción para incrementar las posibilidades de éxito del nuestros emprendedores.

Prof. Rebeca Vidal
Columna del Centro de Emprendedores lESA

Jueves, 18 de febrero de 2010
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Ramón Piñango \\Descontrol que hace historia

Hace apenas tres semanas parecía que en el país pasaba de todo. Protestas en muchas partes, alarma por la crisis de energía eléctrica, inesperada salida del vicepresidente Carrizález y su esposa, ministra del Ambiente. De repente, pareciera que ya no pasa nada, que, al parecer de muchos, el régimen conduce con mano firme el rumbo de la nación. Pero no es así, la dura historia no se detiene. La desesperación no nos deja percibir lo que está ocurriendo. Y cosas importantes están pasando que, más temprano que tarde, pueden generar grandes acontecimientos, en particular en lo que se refiere al control de la situación por parte del Gobierno.
Al respecto, es bueno considerar dos asuntos de naturaleza diferente relacionados con el mismo tema del control de la situación del país por parte del régimen. Veamos.

Aunque trate de disimularlo a toda costa, al Gobierno se la escapan o se le enredan, cada vez más, los hilos de su propia gestión. Al respecto lo más elocuente es lo que está ocurriendo con la crisis de energía eléctrica. Nombra ministros, salen ministros, se anuncian medidas de emergencia, se suspenden medidas. En menos de 24 horas. Para disimular el desastre, el Presidente recurre al espectáculo. Monta un show en la plaza Bolívar de Caracas y expropia todo lo que estaba a su vista, para terminar expropiando al mismo Estado. Para demostrar que está tranquilo y sin nervios arma un show beisbolero con jugadores profesionales. En la misma tónica, se rechaza olímpicamente la oferta de electricidad por parte de Colombia.

En el afán de demostrar poder, se cuadran las cosas para que la suspensión de las medidas cautelares en contra de un accionista importante de Globovisión sean levantadas inmediatamente después de anunciada la salida del perturbador presidente del canal.

Con la misma intención, exige la mudanza inmediata de unas instalaciones de la Polar en Barquisimeto, porque supuestamente está mal ubicada en el centro de la ciudad, aunque se trate de una zona industrial.

En relación con el control es insoslayable mencionar que, según dicen los analistas especializados, en el insondable mundo de la Fuerza Armada parece que hay un mar de fondo y las cosas no son tan serenas como creemos la mayoría de los ciudadanos. Se habla de serias resistencias, a los más altos niveles, en relación con las milicias. De igual manera, se señalan presiones que han obligado a modificar leyes que regulan lo militar por los conflictos que han generado. Y, al mismo tiempo, crecen los comentarios por el amargo desagrado que la intromisión cubana en la Fuerza Armada ha creado. Sobre este tema es inevitable preguntarse: ¿y no se supone que si algún ámbito controla el régimen es el militar? Si al Gobierno se le escapa el control de sí mismo, también se le escurre el control de la opinión pública. Las encuestas señalan que, cada vez con mayor fuerza, la opinión pública atribuye la responsabilidad de muchos de los males del país al presidente Chávez, cuya popularidad viene cayendo lenta pero sostenidamente.

Es claro que el teflón presidencial se gastó y ya las cosas no le resbalan. Ahora, con mayor probabilidad que nunca, cualquier mala noticia sobre la marcha del país hace que las miradas acusadoras se centren en él. Si las encuestas ya hablan con claridad del deterioro de la imagen del líder supremo y único de la revolución bolivariana, desde hace algún tiempo señalaban lo mismo las protestas públicas por fallas en los servicios públicos, por promesas incumplidas o por inseguridad.

¿No pasa nada? Hay quienes dirán que, a pesar de todo, no pasa nada. Otros creemos que está pasando mucho, que es asunto de serenarse y observar cómo, poco a poco, el descontrol hace historia.

Artículo de opinión
Jueves, 18 de febrero de 2010
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miércoles, 17 de febrero de 2010

Pavel Gómez \\Giros regulatorios

Desde el ocho de enero, día del anuncio de la devaluación, al día de hoy, han transcurrido sólo cuarenta días. Sin embargo parecen siete meses: Se devaluó la moneda, se dispararon las ventas de electrodomésticos, estalló la crisis eléctrica, comenzó el racionamiento, se interrumpió el racionamiento en Caracas, se unificaron los ministerios de economía y planificación, fue removido Ángel Rodríguez como ministro de electricidad, lo relevó Alí Rodríguez, renunció Yubirí Ortega y su esposo Carrizález, ascendió Jaua a la vicepresidencia, renunció Vásquez Orellana a la presidencia del Banco de Venezuela, se intervinieron un conjunto de casas de bolsa, el Banco Central inició las mini-subastas de bonos Cero-cupón denominados en dólares, se anunció una mega subasta para esta semana, el hipermercado Éxito fue expropiado, se llegó a un acuerdo de sociedad con su principal propietario, el Grupo Casino, renunció Samán al Ministerio de Comercio, Laureano fue acusado de terrorista, se licitó el campo Carabobo de la faja petrolífera del Orinoco, Pdvsa se asoció con transnacionales petroleras entre las que destacan Chevron (gringa) y Repsol (española), se creó el Banco Bicentenario, renunciaron a Ravell, expropiaron los galpones de Polar en Barquisimeto, Indepabis cerró dos mil empresas por remarcaje y especulación… y apenas estamos a 17 de febrero.

El país danza frenéticamente y una mezcla entre estrés y agotamiento dispara la demanda de rumba y fármacos. Pero ya va, no puedo entrar en pánico: la desesperación es mala consejera. En medio de este torbellino es preciso detenerse a pensar con cabeza fría. Allí, cuando los lamentos se propagan como incendio sabanero, entonces vuelvo sobre mis explicaciones.

Una amalgama de ideología con pragmatismo
Ya es un lugar común decir que ese frenesí que observamos es el producto de una extraña mezcla entre ideología y pragmatismo. Los anuncios y documentos plantean que la ruta es hacia un socialismo en el que haya tanto Estado como sea posible y tanta empresa privada como sea necesario. Sin embargo, esto es sólo el desiderátum, la aspiración, el deseo no cumplido y perseguido. Cualquier análisis debe partir de la visión de ese camino como una colección de cortos-plazos.

La primera clave está en las elecciones parlamentarias de septiembre y la necesidad del oficialismo de hacerse con dos tercios de la futura Asamblea Nacional. El cuadro actual muestra a un Presidente que es un soberbio campañero (sí, "campañero", de campaña) y un país que enfrenta la resaca o ratón de la borrachera de petróleo a más de cien dólares. Entre 2004 y 2008 hubo una mejora sustancial del nivel de vida de los sectores de menores ingresos, los cuales representan la mayoría del país y concentran buena parte de los votos oficialistas. Pero esto cambió en 2009 y lo que va de 2010. Por ello el reto del Gobierno es recuperar el bienestar de este sector y mitigar los efectos de la devaluación y la inflación sobre estos. Esto explica el mantenimiento de la tasa cambiaria a 2,60 Bs.F./$, el dólar petrolero a 4,30, la creación de Comerso (red de comercios socialistas, aunque esto suene a contradicción), el Banco Bicentenario, los hipermercados Bicentenarios, el rebote de Indepabis y la campaña mediática.

El objetivo es múltiple: proveer bienes y servicios baratos en un entorno inflacionario, transferir recursos para comprar bienestar en cuotas electorales, disciplinar a los actores privados con "presión moral", presión directa, regulación asimétrica y competencia favorecida por la venia gubernamental. Todo lo demás son variantes o formas de alcanzar estas metas con un amplio conjunto de instrumentos. Al menos el juego ya tiene nombre…

Artículo de opinión
Miércoles, 17 de febrero de 2010
www.elmundo.com.ve

Carlos Machado Allison \\ María la del barrio existe

María es un personaje real. Tiene 45 años, cuatro hijos de dos compañeros de vida que ya no están con ella. El primero murió de una afección intestinal cuando tenía tres años y el segundo está paralítico como resultado de una bala perdida. La hija mayor trabaja como doméstica y la menor, a veces, va a la escuela. Viven en un barrio, resultado de una reciente invasión, como a un kilómetro de la vía hacia El Junquito. No cuentan con agua, electricidad o cloacas, ni escalinata como en los barrios “consolidados”. Con otras vecinas buscan a alguien que tire un cable desde un poste que está como a 300 metros.

El sueldo de la hija no alcanza para comer, menos para vestirse o adquirir las medicinas que requiere el hijo paralítico, arreglar los numerosos dientes con caries y menos para la intervención quirúrgica que necesita María con urgencia. Comen arepas y pasta, a veces con salsa de tomate o margarina.

María le da las gracias al Gobierno porque no la han sacado de su vivienda de latas y palos y, además, en las últimas elecciones votó por el PSUV porque la llevaron en un camión, le dieron un paquete de comida y 40 bolívares como premio por traer a los dos hijos que están en edad de votar. Acuden a una casa de alimentación y, aunque la caminata es larga, también ha logrado llegar a un módulo de Barrio Adentro donde una enfermera cubana le recetó y le regaló unas medicinas.

María no entiende mucho de marchas, protestas, estudiantes o derechos humanos. Tampoco sabe qué es seguridad, soberanía alimentaria o socialismo. Apenas cursó tres años de primaria y nunca ha tenido ni empleo formal ni derechos de ninguna clase. Sabe de lavar y planchar, pero no es hábil en eso de pedir, y un cura le metió en la cabeza que robar era malo.

Sabe que hay Gobierno y oposición y que en los tres sitios en que ha vivido, han aprobado “proyectos” para poner agua y vivienda, pero no ha visto que ninguno termine o que la beneficie a ella. Alguien le metió en la cabeza que eso no es culpa del comandante, sino de quienes lo rodean. Conoció a uno de esos, dizque líder comunal en la Panamericana que montó una empresa pirata, abrió un hueco, puso dos tubos y desapareció.

María nunca ha visto a ningún líder opositor y a pocos del Gobierno. Tiene esperanzas limitadas, no espera gran cosa en esta vida, pero quisiera que alguien cuidara a su hijo cuando ella ya no esté y que sus dos hijas vivan en un lugar mejor. Su mayor ambición es una casita cerca del kilómetro 13. No está contenta con el Gobierno porque no le cumplió y la vida está muy cara. En su corazón busca a alguien que le dé alguna esperanza.

Una de las vecinas, Rosita para más precisión, logró conseguir una beca para su hija a pesar que la jovencita no estudia, y ofreció presentarle al que le consiguió la beca, eso sí, hay que pagarle el primer mes cuando la cobren. Como María hay más de seis millones de venezolanos.

¿Quién obtendrá el voto de María y de sus dos hijos?

Artículo de opinión
Martes, 16 de febrero de 2010
www.eluniversal.com
cemacallison@gmail.com

viernes, 12 de febrero de 2010

José Mayora \\ Nos quieren expropiar nuestra capacidad de asombro

Hace mucho tiempo entendí que hay dos cosas que los humanos no debemos perder: el sentido del humor y la capacidad de asombro. Con relación al primero contamos con la profundidad satírica de nuestros caricaturistas. Con relación a la segunda, el régimen se encarga de alimentarla.
En efecto, algunos hechos del acontecer nacional han puesto a prueba nuestra capacidad de asombro: el papel punitivo de las cableras; una insólita solicitud de Fidel Castro; un titular de prensa; la ley antitalanquera; y el dedo expropiador.

El abrebocas de los asombros fue la decisión de las operadoras de TV por cable de excluir a RCTV por incumplimiento legal. Lo que falta es que Fedecámaras cierre a uno de sus miembros por no pagar los impuestos.
Desde Cuba también nos asombran, transcribo textualmente: "Fidel Castro hizo contacto con nosotros, envió un mensaje y solicitó autorización para enviar, a través del presidente Raúl Castro, una comisión técnica para ayudarnos a enfrentar el problema eléctrico". De esto se concluye que en Cuba debe existir una sala situacional en la cual se mantiene un monitoreo constante del proceso revolucionario y apenas se percibe algún giro que compromete el proceso, se debe actuar. En esta oportunidad, el infinitamente magnánimo camarada Fidel, preocupado por la necesidad de luces, que no de moral, decide, respetuosamente, enviar una comisión técnica para atacar este problema, encabezada por un oscuro personaje.

A la prensa nacional también le corresponde asombrarnos. El pasado domingo leímos el siguiente titular: "La mitad de los venezolanos desconfía de Hugo Chávez". No entiendo como después de 11 años de mal gobierno, de golpear inmisericordemente el bolsillo, de humillar la inteligencia, de manipular sentimientos, de regalar plata allende los mares, de estimular la violencia, de despreocuparse por la inseguridad, de desconocer el talento autóctono, de fomentar la intolerancia, todavía la mitad de los venezolanos confíe en Hugo Chávez.

No recuperados aún de lo anterior, nos enteramos de una presunta ley que tendría como finalidad impedir que los descontentos del régimen cambien de militancia.
Sin embargo, la tapa del frasco fue la confiscación de los inmuebles alrededor de la plaza Bolívar que el dedo de Chávez (al decir de Jacqueline) decidió frente al mundo entero.

En alguna medida estos asombrosos hechos son aristas diferentes de un único proceso de confiscación que se nos ha venido aplicando paulatinamente: se les confisco a los estudiantes de Economía, Ingeniería Eléctrica y Derecho el campo donde ejercer (sólo por mencionar algunos);
-se le confisco a los venezolanos la posibilidad de alternar liderazgos en los órganos de gobierno;
-se le confisco a las universidades el derecho a contribuir con el país;
-se le confisco a los venezolanos la libertad de elegir.

De seguir enumerando áreas confiscadas retaría aún más el asombro, pues no es concebible cómo hemos aceptado pasivamente a un gobierno que basa su poder no en lo que otorga sino en lo que quita: menos productos de consumo, menos luz para leer; menos agua para asearnos, menos libertad de hablar; menos espacios para el esparcimiento; menos capacidad adquisitiva y, lo más preocupante, menos soberanía nacional, entendiéndola en su más amplia acepción. Frente a esta pérdida, la pregunta que nos debemos formular es: ¿a quién corresponde recuperar esa soberanía?

¡Qué asombroso sería no encontrar respuesta a esa pregunta!

Artículo de opinión
El Universal, 14 de febrero de 2010
http://noticias.eluniversal.com/2010/02/12/opi_art_nos-quieren-expropi_12A3424091.shtml

jueves, 11 de febrero de 2010

Gustavo Roosen\\ Optar por lo mejor

Progresar, debería ser la aspiración de cada persona y de cada pueblo. No siempre es así. Hay momentos en los que las sociedades se contentan con no retroceder, amortiguar la caída, capear el temporal.
En materia de elecciones, se da el caso, a veces, de decidir seleccionando lo menos malo o ajustarse al "más vale malo conocido que bueno por conocer". Pero también hay ocasiones en que un electorado se inclina por la oportunidad ideal: no desecha lo viejo pero opta por lo mejor.

Así es como muchos analistas explican la elección de Sebastián Piñera en Chile. No es el castigo al gobierno anterior, puesto de Michelle Bachelet deja el poder con un alto nivel de aprobación. No el resultado de la desesperación, de la necesidad de buscar un redentor. Tampoco el salto al vacío, el reclamo de cambio radical.

Es, por el contrario, la reiteración de que se va bien pero, al mismo tiempo, la decisión de ir a mejor, de perfeccionar. Se cree en la perfectibilidad de la democracia y se apuesta por ella. Una desapasionada lectura de los resultados electorales diría que los chilenos han optado por profundizar un esquema que ha probado su capacidad para producir buenos resultados, un modelo basado en la apertura, la competitividad, la eficiencia, la atención a la calidad de vida de la gente.

Diría también que ven el éxito y la excelencia como valores.
Por oposición a culturas en las que el éxito es castigado o donde la excelencia es denigrada o puesta en entredicho, Chile avala el éxito y convoca al país a metas de excelencia.

En consonancia con esa voluntad nacional, el nuevo Presidente ha anunciado los criterios para la selección de sus colaboradores: los mejores, no importa de dónde vengan ni en qué partido militen, los que hayan demostrado las mejores capacidades en su respectivo campo o especialidad, del sector público o del privado, de la empresa o de la academia, de la política o de las organizaciones ciudadanas.

Cuando la escogencia de colaboradores no se hace en función de lealtades ni acosado por la soledad del poder se puede contar con gente capaz, con mucho que aportar y con independencia para actuar. No así cuando lo que se busca son lealtades ciegas y silenciosas, en cuyo caso sólo queda el recurso al reciclaje de los incondicionales. Si la formación de equipo con los mejores pone a prueba el propio liderazgo, que se expresa en capacidad de dirección, respeto a la autoridad de los colaboradores, aprovechamiento de su talento, la selección de los simplemente leales alimenta el autoritarismo, la sumisión y la mediocridad. La desconfianza en los mejores nunca ha servido para resolver exitosamente los problemas. Hoy, en Venezuela, es la crisis eléctrica. Qué diferente sería si en lugar de desplazar a quienes tenían el conocimiento, la capacidad y la experiencia se hubiera contado con ellos. En su momento fue el "Curro" Aguerrevere, hoy son otros: los técnicos venezolanos cuyo criterio es desoído.

No es extemporáneo recordar a Francisco "Curro" Aguerrevere, un gerente exitoso en el sector eléctrico, ejemplo de integridad personal, de saber hacer, de profesionalismo, de capacidad para dirigir y vincularse positivamente con la base trabajadora. Su paso por Edelca y por la Electricidad de Caracas probó su condición de gerente público y privado eficiente y comprometido. Sus recomendaciones no fueron escuchadas. Se optó por el debilitamiento del sector privado. La decisión de concentrar en el Estado las operaciones del sector eléctrico, desvalorizando el aporte de quienes tenían la capacidad para vitalizarlo, tiene ahora sus consecuencias. La advertencia hecha en 1996 por el Comité de Profesionales de Edelca se ve fatalmente cumplida.

¿Optamos por lo mejor? Por este camino, no.

Artículo de opinión
El Nacional, 10 de febrero de 2010
www.el-nacional.com.ve

miércoles, 10 de febrero de 2010

Pavel Gómez\\ Sobre el resentimiento

Cuenta la leyenda que un señor muy viejo con una barba muy blanca dijo una vez que la lucha de clases es el motor de la historia… y que la violencia es la partera. Mucha agua ha corrido bajo los puentes desde entonces y las instituciones llegaron a ser como la cesárea de la historia: convirtieron en normales los partos sin violencia.
Sin embargo, la violencia persiste agazapada, esperando una oportunidad, medio dormida, alimentada por el resentimiento y aguardando por los detonadores, por los sedientos, por los impacientes, por los que pisan peines, por los irresponsables, por los adoloridos, por los agraviados sin consuelo, por las respuestas extraviadas.

Hace unos días hice un descubrimiento milagroso. Hurgaba por el pasillo de libros de la UCV y me topé con unos cuadernos de la Fundación Manuel García-Pelayo. Como esas invocaciones triunfantes, o lo que los surrealistas llamaban el azar-objetivo, me encontré con un trabajo llamado Sobre el resentimiento, de Max Scheler. Este autor no lo registraba en mi memoria, pero el mismo título es como esos temas botones o temas tornillos o temas ladrillos, que uno busca sabiendo que no serán el todo, pero que ayudarán a construir una explicación.
Lo que puede lucir extravagante es que el trabajo de Scheler, cuyo título completo es Sobre la fenomenología y sociología del resentimiento (1912), es antecedido por un breve ensayo del mismo Manuel García-Pelayo, titulado Notas sobre el resentimiento en su dimensión psico-política. Este último, y la Venezuela que nos aplasta, son los verdaderos alimentos de esta reseña.

García-Pelayo define el resentimiento, desde el punto de vista psicológico, como la vivencia permanente de una humillación no olvidada y constantemente revivida, vuelta a sentir, re-sentida. Esta vivencia se instala en lo más profundo de la personalidad hasta transmutarse en hostilidad, venganza y rencor.
Citando a Scheler, el resentimiento sería una suerte de "autointoxicación psíquica", que proviene de la constante inhibición de las reacciones normales frente a lo percibido como humillante y ofensivo. En esta línea, cuando se responde a una humillación mediante palabras o hechos que la enfrenten, no emerge resentimiento ya que la emoción negativa es descargada a través del acto de respuesta.
El autor se refiere a algo que puede resultar familiar para nosotros: la politización del resentimiento. Una versión histórico-novelada de este fenómeno es el desenlace de la vida de José Tomás Boves, representada por Francisco Herrera Luque en su novela Boves el urogallo.
Esta politización ocurre cuando el sujeto resentido proyecta su resentimiento sobre un grupo político o sobre un país. La clave estaría en el paso del resentimiento a unas ideas, no por lo que estas tengan de positivo sino de negador de lo otro.
No se define con precisión la época en que García-Pelayo escribió estas notas, pero no deja de ser muy actual la siguiente afirmación que este autor conecta con Nietzsche: "Todo sufrimiento, toda injusticia, toda miseria, todo obstáculo, deriva, bien de los grupos o instituciones que representan la oposición al ideal (…), o que la representan todavía, bien por las personas o grupos que, siendo sus partidarios de primera hora, han "traicionado" al ideal".
Finalmente, García-Pelayo introduce una diferencia con los autores de los que se nutre: el resentimiento no ocurre solo "de la clase baja con respecto a la alta, sino también del que hasta ahora ha sido superior frente a un ascenso inevitable del inferior que le disputa o limita su lugar preeminente".

Un crujido estremece el piso y anuncia el volcán, mientras algunos hechiceros confían en que los sacrificios humanos saciarán su hambre milenaria, su vocación de fuego, su promesa en cenizas.
A veces pareciera que danzamos justo al borde del cráter y alguien juega a que la lava es juego y es abono y se puede regar el futuro con fuego y exclusión.
A veces pareciera que danzamos al borde…

Artículo de opinión
El Mundo, 10 de febrero de 2010
www.elmundo.com.ve

Raquel Puente \\ Todavía hay oportunidades

Es fácil paralizarse por lo que pasa en Venezuela: racionamiento de luz, escasez de productos, aumento de precios, y por ende menor capacidad de compra, además de un clima de incertidumbre. En medio de este panorama: ¿todavía hay oportunidades? Quienes aprovechen las circunstancias y no le teman al riesgo, harán los mejores negocios. Se preguntarán: ¿cómo invertir en un ambiente tan incierto? Es en este ambiente cuando se desarrollan negocios más prósperos, pues sólo se lanzan los más atrevidos, y existe demanda por necesidades no satisfechas y pocos competidores.

Lo primero es generar nuevos paradigmas que permitan visualizar oportunidades donde vemos amenazas. Delinear nuevas fronteras del mercado como lo explican los autores de "La estrategia del océano azul", Kim y Maulborgne, revisando el nivel de utilidad que el mercado potencial considera que tienen las ofertas, y el desarrollo de innovaciones, que implican diferenciación a bajo costo. Proponen 6 estrategias aplicables a cualquier situación. Daré ideas que pueden servir para consumidores o empleados.

1. Industrias alternativas: analizar a cuál industria o producto se cambiaría el consumidor en este momento, y cómo la empresa puede competir. Pensando en el consumo masivo y el racionamiento se pueden desarrollar electrodomésticos que funcionen a gas, los cuales se comercializan en países donde la electricidad es un gasto importante.

2. Grupos estratégicos o relevantes en la industria y cómo desarrollar una oferta de valor diferenciada para ellos. Ej: Ofertas para aprovechar el tiempo en horas de racionamiento: las empresas podrían organizar actividades deportivas, o relajantes para empleados; las cuales aumentará la motivación y la productividad de los trabajadores.

3. Desarrollo de productos o servicios complementarios que agreguen valor a la oferta. Podemos pensar en pilas de 3 a 4 horas de duración recargables a través de generación solar para el uso de equipos eléctricos.

4. Repensar en la cadena de compradores y cómo ganar mercado dirigiendo la oferta a compradores no atendidos. En horas de racionamiento, podríamos ir a parques o sitios abiertos y desarrollar "los momentos de innovación", donde los empleados organizados en equipos multidisciplinarios y de diferentes jerarquías, aportan ideas a la empresa de cómo lograr las reducciones del consumo eléctrico hasta innovación de productos o servicios.

5. Apelar al atractivo emocional que los clientes le dan a una oferta existente. Aquella que se relacione con optimismo y oportunidades, será la más exitosa. Desde un curso de caligrafía china, hasta uno de pensamiento y desarrollo de estrategias de avance, o mensajes a través de ofertas tradicionales que hagan concentrarse en lo positivo.

6.- Dimensión del tiempo y como a través de la innovación ofrezco al consumidor ahorrar tiempo. Ej: Entrega a domicilio productos y servicios como el de peluquería para las mujeres que deben esperar hasta las 11 a que abran el establecimiento, por la nueva regulación. Son ideas rentables y seguramente hay muchas que se le van a ocurrir al leer el artículo. ¿Cuál implementará mañana?

Artículo de opinión
El Universal, 9 de febrero de 2010
raquel.puente@iesa.edu.ve
http://noticias.eluniversal.com/2010/02/09/opi_art_todavia-hay-oportun_1748879.shtml

José Mayora\\ Ramiro mi sangre ¿trajiste las velas?

Finalmente el líder del proceso decidió tomar al toro por los cachos en lo que a crisis eléctrica se refiere. El país ha recibido con desbordado alborozo la traída a Venezuela de Ramiro Valdez, experto cubano en el tema que nos ocupa. Al contrario de algunas voces agoreras, yo estoy optimista con esta acertada decisión del presidente, pues estoy persuadido que la llegada de Ramiro pondrá orden y concierto en un asunto que ha sido manejado con descuido, inexperticia e improvisación. El país debe estar alegre pues Ramiro Valdez sí sabe de eso.

Por supuesto que habría que aclarar de qué es lo que sabe Ramiro. No se trata de un experto en generación ni en trasmisión eléctrica. Posiblemente su experticia se ubica más en el tema de la distribución o, más concretamente, en el tema de la asignación de cuotas de consumo de un bien que es escaso, como es el caso de la energía eléctrica en estos aciagos momentos. Es decir, Ramiro es un experto en racionamiento, ¡sólo eso!

El ahorro y el racionamiento son dos conceptos distintos aunque no mutuamente excluyentes. Ahorrar se refiere, en primer término, a guardar algo como previsión y, en segundo término, a evitar un gasto o consumo. Yo añadiría que esta conducta requiere de una gran conciencia de parte de quien consume pues presupone visión de futuro y de solidaridad. El ahorro no es propio de la escasez o de la abundancia, es propio de la conciencia individual.

Por su parte, el racionamiento es un concepto que tiene una importante raigambre militar pero que en general se aplica a aquellos bienes necesarios escasos, que se distribuyen de acuerdo con criterios establecidos por las autoridades.

La presencia de Ramiro está vinculada directamente con este asunto, asesorar como distribuir, con criterio socialista, la poca de energía eléctrica que aún nos queda. Ramiro no viene a evaluar el estado del Guri, ni a monitorear los proyectos de generación y transmisión (si los hubiere), mucho menos a evaluar el estado de la planta Josefa Camejo. Ramiro viene de un país que es experto en racionamiento, un país en que los ciudadanos están acostumbrados a consumir de lo que hay, una porción que permita que la torta alcance para todos. Ramiro viene a dar los primeros pasos serios, dentro del socialismo bolivariano, en la fijación de los criterios de racionamiento que se aplicarán en todas las áreas donde existirá escasez.

Una vez más el líder del proceso nos confirma que sus prioridades son políticas. No se trata de ver cómo se incrementa la generación y, en consecuencia, se adecua la transmisión, o de cómo logramos disminuir, cuando no eliminar, el robo de energía con o sin medidor. No se trata tampoco de instrumentar una verdadera campaña para fomentar la conciencia del ahorro, y de proveer ideas concretas acerca de las decisiones que cada quien debe tomar en su casa u oficina para ahorrar energía. ¡No! Se trata de hacer eficiente un programa socialista de racionamiento energético que permita vivir con la cantidad de energía que produzcamos y que, por los vientos que soplan, no se incrementará de acuerdo con su demanda.

Lamentablemente para el régimen, en Venezuela hay muy poca experticia en el tema de racionamiento y, por supuesto, no debiéramos desarrollarla. A los ciudadanos nos toca consumir con racionalidad para satisfacer las necesidades del presente y para garantizar las necesidades del futuro.

¡Ramiro, espero que tu estadía en nuestra patria sea muy breve

Artículo de opinión
El Universal, 5 de febrero de 2009
http://www.eluniversal.com/2010/02/05/opi_art_ramiro-mi-sangre-tr_05A3388177.shtml

viernes, 5 de febrero de 2010

Visión Global de Emprendedores \\ Nunzia Auletta

Hace unas semanas, se reunieron en Santiago de Chile 55 equipos de investigadores de universidades y escuelas de negocios de los cinco continentes para presentar los resultados del estudio del Monitor Global de Emprendimiento (GEM, 2009), que el Iesa realiza en Venezuela desde el año 2003.

Una ocasión para compartir experiencias con académicos de países tan diferentes como el reino de Tonga, Uganda, Arabia Saudita, Corea o Finlandia, pero sobre todo para comprender que las palancas que activan la iniciativa empresarial pueden ser muy parecidas, sin importar la latitud.

América Latina es una de las regiones con mayor representación, y en ella, Venezuela ocupa el cuarto lugar en la tasa de actividad emprendedora temprana (TEA=18,7, después de Guatemala con 26,8; Colombia con 22,4; y Perú con 20,9), la cual se refiere a la creación de nuevas empresas, que en Venezuela ocupan en promedio a tres personas. Muy parecidas a Colombia son las motivaciones para emprender.

Nosotros lo hacemos por necesidad en el 32% de los casos (los vecinos 34%) y por oportunidad 42% de las veces (versus 45%). En temas de innovación, solo 14% de nuestros emprendedores se perciben como innovadores, dejándonos por encima de Brasil (8%), pero muy distantes de Chile, el líder en la región con 48%. Son solo pocos datos, pero dan cuenta de la presencia de laboriosos emprendedores en nuestro país. Hombres y mujeres que son una fuerza de progreso, para mover a nuestra economía de un modelo de explotación de recursos (factor-driven), a un camino de búsqueda de eficiencia, que ya recorren nuestros vecinos de Perú y Colombia.

Nunzia Auletta
nunzia.auletta@iesa.edu.ve
Directora del Centro de Emprendedores del IESA
Jueves, 04 de febrero de 2010
www.elmundo.com.ve

lunes, 1 de febrero de 2010

Gustavo Roosen \\ Qué hacer

Sobran las pruebas de que la crisis que padecemos, y que se hará más aguda en los próximos meses, en materia de energía eléctrica se debe a la desidia, la inexperiencia, la falta de planificación y de capacidad de ejecución de los responsables de evitarla. Lo han dicho las voces más autorizadas, no llega de sorpresa; desde 1966 y, luego, reiteradamente, año tras año. Consta en las presentaciones hechas al propio Presidente de la República y en los informes técnicos levantados en su momento.

Los análisis más serios desmienten hasta la saciedad los argumentos con los que se ha pretendido explicar una situación que obedece estructuralmente a la ineficiencia, a la falta de inversión y a un modelo que entiende por estratégico la propiedad estatal de las empresas y no la garantía de oportuno suministro del servicio eléctrico para el bienestar de los ciudadanos y el crecimiento. Sólo el desprecio del buen criterio de la gente explica la argumentación oficial y su pretensión de desviar responsabilidades.

Ante la dura realidad, sin embargo, más que preguntarse cómo obtener dividendos políticos de la situación, los sectores más constructivos de la sociedad han comenzado a preguntarse qué vamos a hacer para superarla. Las soluciones tocan los meses inmediatos, pero apuntan especialmente al largo plazo, desde limitaciones programadas y generación independiente hasta la aplicación de un verdadero plan de desarrollo eléctrico. Las medidas propuestas, sin embargo, no serán viables si el Gobierno no las atiende y no convoca, con amplitud y sincera voluntad de rectificación, a todos los actores que tienen algo que aportar.

La primera medida oficial ha sido el cambio de ministro. Lo que de verdad se espera tendría que ser un cambio de política, que debe comenzar por el reconocimiento de una conducta equivocada de abandono del sector y de desprecio por las soluciones técnicas y que debe concluir con el arranque de los proyectos postergados y la aplicación de un programa estratégico que atienda el problema estructural. Se trata, entonces, de pensar en la generación, transmisión y distribución, en la utilización racional de la energía hidroeléctrica, pero especialmente de la termoeléctrica, con todas las posibilidades de que dispone Venezuela en este campo, incluida la orimulsión. Se trata de pensar más en aumentar la generación que en disminuir la demanda, en políticas de eficiencia y buena gestión, más que en medidas de racionamiento; en educación y participación ciudadana, más que en restricciones.

La solución duradera no puede estar en los cortes de servicio eléctrico, por muy bien programados que sean; tampoco en la reducción de la jornada de trabajo, de incalculables consecuencias negativas para el funcionamiento institucional, la productividad y el abastecimiento de bienes y servicios. No nos sirve el modelo de las restricciones que comienzan siendo circunstanciales y se convierten en permanentes. No el de ciudades oscuras y sin servicios adecuados. No el de la incomodidad, la renuncia impuesta y el empobrecimiento.

Visto el problema en su dimensión estructural, el primer paso para solucionarlo supone el acuerdo entre los actores claves: Gobierno y sector privado, ciudadanos y expertos. ¿Hay disposición para hacerlo? ¿Hay sinceridad en la búsqueda de una solución o utilizará la emergencia como oportunidad para consolidar un esquema de control, de oscuridad, de limitaciones? ¿Se escucharán las voces de nuestros técnicos o se seguirá la orientación cubana en aplicación del reciente acuerdo de cooperación firmado a fines del año pasado? Desde el sector privado hay la mejor disposición para ser parte de la solución.

Artículo de opinión
Viernes 29 de enero de 2010
http://laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=27903