martes, 31 de agosto de 2010

Carlos M. Allison\\ Crisis de los alimentos

Los contenedores con alimentos descompuestos son una expresión dramática de una cadena de errores en las leyes y las políticas públicas, así como desmantelamiento institucional y conductas ilegales, irresponsables y arbitrarias. El desastre se inicia con la Ley de Tierras del año 2001 y concluye con la correspondiente a seguridad y soberanía alimentaria del 2008, aprobadas mediante leyes habilitantes.

Quizás por eso la Asamblea Nacional se ha negado, doce veces, a debatir el tema.Además se aprueban leyes, decretos y resoluciones que colocan en manos del Gobierno todo el poder sobre producción, transporte, procesamiento, distribución y precio de los alimentos. Regula también permisos de importación, control de cambio y asignación de divisas.


Este absurdo poder y los abusos contra la propiedad privada, causan una reducción en la producción nacional. Mientras tanto el petróleo alcanzaba su valor máximo y con él, incremento en el consumo de alimentos. Cuando se produce menos y se consume más, inflación y desabastecimiento son inevitables.A partir del 2006, con el despojo de las tierras, cae la producción de ganado, caña de azúcar y frutales. Luego desciende la de raíces, tubérculos, café y cacao.


Acude el Gobierno a importaciones masivas que crecen de 1,8 mil millones de dólares a más de 7.000 en el 2008. Entre el 2008 y 2009 el Ejecutivo coloca sobre Pdvsa la responsabilidad del suministro a Pdval. Lo hace con grandes importaciones a través de Bariven y Pdvsa Services. Empresas con experiencia en materiales para la industria petrolera, pero que jamás habían importado alimentos. Pdvsa, ignorante en el manejo de alimentos, ejecuta órdenes y abarrota los puertos con comida. El Gobierno no sabe de enfriamiento, ensilaje, procesamiento y distribución. El Gabinete no le pidió colaboración a la agroindustria privada, por el contrario, mientras Indepabis los acosaba, se perdían cientos de miles de dólares.Amenazando la saludViolaron cuanta ley y norma existe, hasta las aprobadas por ellos mismos, generando pérdidas al patrimonio público y amenazando la salud de la población. Más de 100 mil toneladas, adquiridas cuando los precios internacionales llegaron al máximo, terminaron en basureros, incinerados o enterrados.

El Ejecutivo, la Fiscalía y la Contraloría, admitieron estos bochornosos hechos, a regañadientes, tratando de minimizarlos. Tres detenidos y silencio de las autoridades sanitarias, portuarias, Seniat, Guardia Nacional y Asamblea. Silencio mientras que miles de niños dejan de recibir el vaso de leche o las comidas ofrecidas en las escuelas ¿Se pagaron a los precios del mercado? ¿Llegó todo lo que se pagó? ¿De quién fue la responsabilidad política y administrativa de estas decisiones? ¿Por qué el Contralor dijo que este asunto no le preocupaba? ¿Hubo comisiones y corrupción? Quienes analizamos estos hechos confiamos que la próxima Asamblea Nacional controle y legisle para garantizar la salud y el dinero de los venezolanos

Artículo de opinión
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Martes, 31 de agosto de 2010

lunes, 30 de agosto de 2010

Pedro Palma \\ Poder de compra

El BCV calcula desde 1998 el índice de remuneraciones, en el que se puede observar la evolución trimestral de todas las compensaciones que reciben los trabajadores asalariados formales por las labores que realizan, tanto en el sector público como en el privado. En este cómputo se incluyen no sólo los sueldos y salarios básicos, sino también otras contraprestaciones, tales como horas extras, bonos alimentarios, de transporte y vacacional, utilidades, aguinaldos, comisiones, ahorro habitacional y otras remuneraciones en forma de bienes y servicios, tales como automóvil, vivienda, alimentos, etc.

Al corregirse ese índice por la inflación entre los consumidores que se ha materializado, se obtiene un indicador sobre cómo ha evolucionado la capacidad de compra de aquellas remuneraciones percibidas a lo largo del tiempo, observándose datos por demás interesantes. Después de operarse un aumento sostenido en esa capacidad de compra entre los años 1999 y 2001, ésta se desplomó en el caótico bienio 2002-2003, contrayéndose 26,6%. Sin embargo, en los años que siguieron el poder de compra promedio de los trabajadores asalariados se recuperó otra vez, haciendo que en el período de la bonanza petrolera 2004-2007 éste se incrementara en 9,8%.

La situación cambió a partir del primer trimestre de 2008, cuando aquella capacidad de compra comenzó a caer en forma sostenida, manteniéndose esa tendencia hasta el día de hoy.En efecto, a pesar de que en los seis primeros meses de ese año los precios de exportación del petróleo venezolano alcanzaron sus máximos niveles históricos, superando los 130 dólares por barril, la remuneración real promedio, corregida por la inflación, se contrajo en 2,8% en comparación con el primer semestre de 2007, agravándose notablemente la situación a partir del tercer trimestre de 2008 debido al desplome de los precios petroleros de la segunda mitad de ese año.

De hecho, y a pesar de la recuperación de los precios de los hidrocarburos en el primer semestre de 2009, y su ulterior estabilización en torno a los 70 dólares por barril en que ha estado hasta hoy, la capacidad de compra de los asalariados ha seguido cayendo en forma ininterrumpida y a un ritmo muy intenso.En 2008 la caída fue de 4,8%, en 2009 de 5,8%, y en el segundo trimestre de este año la contracción con respecto a igual período del año pasado fue de 7,7%.Curiosamente, en los últimos cálculos del BCV, el consumo privado real del segundo trimestre de 2010 aumentó 4,3% con respecto al primer trimestre, a pesar de que en ese mismo lapso la capacidad de compra de la remuneración de los asalariados se contrajo en 2%.

Esto es algo que llama la atención, ya que lo lógico es que las compras de los consumidores se hubiese contraído, en vez de crecer. De haber sido así, la reducción del consumo privado en el segundo trimestre de este año con respecto a igual período de 2009 habría sido muy superior a la oficialmente reportada, haciendo que la caída del PIB hubiese sido muy superior a 1,9%.Con una contracción tan importante en la capacidad de compra de los asalariados, con el debilitamiento obvio de las misiones y con la alta inflación en el rubro de alimentos que se padece, es difícil creer que la calidad de vida de los venezolanos de menores ingresos esté experimentando alguna mejoría. Creo que, por el contrario, sobre ellos es que está recayendo con más contundencia la adversidad económica que vivimos

Artículo de opinión publicado en El Nacional
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Lunes, 30 de agosto de 2010
palma.pa1@gmail.com

viernes, 27 de agosto de 2010

Patricia Monteferrante \\ Empresas familiares Vs. Familias empresarias

Las empresas familiares representan aproximadamente 80% del entramado empresarial mundial. En América Latina, nueve de cada 10 empresas pertenecen o pueden asociarse a grupos familiares.

En Venezuela, un simple vistazo al mundo empresarial local hace evidente que nuestras estructuras de negocios no escapan a esta realidad. Sin embargo, a pesar de la importancia económica de las empresas familiares, éstas también exhiben una faceta no tan positiva. Se calcula que cerca de 70% de este tipo de negocios desaparece después de la muerte de su fundador y apenas entre 5% y 15% logran alcanzar la tercera generación.

Las razones que explican esta elevada tasa de mortalidad puede atribuirse a la manera como el legado del negocio familiar es concebido por la familia propietaria.Una empresa familiar tradicional es la que tiene sus orígenes en un fundador o grupo de fundadores que aprovechan una oportunidad de negocio, crean una empresa y la hacen crecer, y con el tiempo la ceden a sus descendientes.

En estos casos, existe una elevada posibilidad de que el negocio desaparezca, pues no tendrá la capacidad de sostener económicamente a las diferentes ramas familiares que gravitan a su alrededor.En contraste, una familia empresaria es la que promueve que sus descendientes hereden la propiedad y la posibilidad de gestionar el negocio, además de la capacidad de replicar y hacer crecer lo que hicieron los fundadores. Por ello, una familia empresaria no promueve generaciones herederas sino emprendedoras, que generen valor en el tiempo y hagan crecer el patrimonio familiar.

Artículo publicado en El Mundo
Columna del Centro de emprendedores del IESA
Viernes, 27 de agosto de 2010
www.iesa .edu.ve

miércoles, 25 de agosto de 2010

Gustavo Roosen\\ Proponer y comprometer

La introducción al documento "La industria y Brasil: una agenda para crecer más y mejor", formulado recientemente por la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de ese país, tiene un dato aleccionador: desde 1998, como tradición de un diálogo instituido, el sector industrial presenta su propuesta a los candidatos a la Presidencia de la República. Es su forma de comprometerlos y de comprometerse, de expresar su opinión sobre los temas nacionales de orden económico y social, de hacer proposiciones concretas sobre ellos y de propiciar acuerdos, desde una visión incluyente y de responsabilidad compartida.

El hecho revela, entre otras cosas, una capacidad para mirar con sentido de país y con dimensión de mediano y largo plazo, la conciencia del otro, la disposición a participar unida a la de escuchar, la convicción sobre el valor del aporte de todos los sectores y sobre la exigencia de definir y aplicar políticas con la convergencia de todos los actores. La propuesta de este año, enfocada en las prioridades para el periodo 2011-2014, se concreta en el desafío de doblar la renta per cápita cada 15 años como camino para reducir la pobreza y afianzar el crecimiento.

Más allá de la meta, llama la atención el señalamiento de las medidas concretas para lograrla, basadas en los principios de crecimiento sostenible, generación de riqueza, competitividad, equilibrio macroeconómico e institucional, con reconocimiento del valor de la inversión, de la innovación, de la educación, de la seguridad jurídica, del acceso a los mercados y a la tecnología, de la estabilidad en las relaciones laborales y de la preservación del ambiente.

Los industriales brasileños proponen desarrollar las nuevas competencias exigidas por una economía innovadora, de alta productividad y competividad, ambientalmente sostenible, que avance en la modernización de las instituciones económicas y políticas y mejore la estrategia y la capacidad de ejecución del Estado. Cuando la CNI brasileña presenta su propuesta lo hace desde la convicción del papel fundamental de la industria en la dinamización de la economía, en la generación de empleo, en la aplicación de los principios de la competividad, en el diálogo con el mundo exterior, en la promoción de inversiones, en el impulso a la innovación.

Coincide así con el Informe del Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas de 2009, que señala que los países que presentan mejores y más sostenibles ritmos de crecimiento son aquellos que tienen la industria manufacturera como su mayor fuente de dinamismo.Vistos casos como el de Brasil, no basta, desde luego, con analizar las medidas que tomaron sino también cómo llegaron a ellas, los acuerdos políticos que las hicieron posibles, los caminos por los que lograron la necesaria confluencia entre Estado y sectores productivos.La capacidad de escucha y de acuerdos entre la clase política y la empresarial explica la prosperidad de algunos países.

La exclusión de un sector, la desconfianza en la relación Estado-ciudadano, la política de silenciamiento o de aislamiento, en cambio, sólo pueden conducir al entorpecimiento, el desaliento y el fracaso.Queda todavía tarea por hacer para sustituir este clima por otro en el cual sea posible presentar proposiciones y ser escuchado, en el que proponer sea el primer paso para comprometer y comprometerse. La experiencia insiste en la necesidad de tender puentes entre el mundo político y el empresarial, entre Poder Legislativo e instituciones del sector industrial, entre autoridad y ciudadano organizado. Las propuestas son una manera de hacerlo.

Artículo publicado en El Nacional
Miércoles, 25 de agosto de 2010
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martes, 24 de agosto de 2010

Gustavo Romero \\ Negociar es comunicar

El mundo de las negociaciones es un mundo de manejo de las diferencias; especialmente, aquellas que pueden conducir, o están conduciendo ya, a un conflicto percibido, sentido o real. De acuerdo con Stephen W. Littlejohn y Kathy Domenici, autores de Iniciar la comunicación en los conflictos: la práctica sistémica, los seres humanos encaran sus diferencias de diversas maneras: viven con ellas (el mundo de la evitación); las trabajan (el mundo de la negociación); expanden la conversación (el mundo de la intervención, sea facilitación o mediación); entran en conflicto (el mundo del litigio); o van a la guerra (el mundo de la violencia).

En una convivencia signada y muchas veces mediatizada por el conflicto, la comunicación -o, mejor, la conversación- es la manera humana de encarar la convivencia. Todo lo que se dice responde, de alguna manera, a algo que ha ocurrido y conduce a cosas que ocurrirán. Somos seres conversacionales y es mediante las conversaciones como damos forma a nuestro mundo, generamos posibilidades y construimos (o destruimos) relaciones.En la compleja interacción de las negociaciones, la conversación es la constructora de la red de posibilidades que conduce a los acuerdos.

El cómo se conversa al negociar es entonces vital: permite dar a conocer pensamientos y emociones, el modo de concebir la cesión y el acuerdo, el camino que marca hacia dónde queremos ir.Si se logra sentar las bases para un intercambio respetuoso, crear una atmósfera conversacional, un espacio compartido en el que la discrepancia inicial no dé paso al enfrentamiento; si podemos, con base en la afirmación de nuestro poder negociador, emplear recursos persuasivos eficaces y a la vez comprender integralmente las inquietudes de nuestro interlocutor, para avanzar hacia acuerdos mutuamente beneficiosos, la comunicación efectiva habrá cumplido su papel en la negociación.

Nos comunicamos de muchas maneras, verbales y no verbales. El impacto comunicacional interpersonal, sobre todo cuando se trata de interlocutores que están conociéndose, es, en más de un noventa por ciento, no verbal. El hemisferio izquierdo del cerebro dedica una limitada capacidad de procesamiento a los mensajes verbales, mientras que el resto procesa, mayoritariamente, estímulos visuales o kinésicos (movimientos, gestos, distancia, corporalidad y otros estímulos visuales) y vocales o paralingüísticos (volumen, tono, ritmo, modulación, pausas).

Dado que la negociación es una conversación con propósitos persuasivos, la intencionalidad comunicacional se mueve indistintamente hacia el logro de objetivos informativos, como es la transmisión lo más precisa posible de información y datos, y objetivos interpersonales, que dan prioridad a la relación y a su efecto sobre uno mismo y sobre el otro.

Persuadir se trata de lograr un cambio en las actitudes de las personas, donde la posibilidad de moverlas o, para hablar con más precisión, "polarizarlas" o "despolarizarlas", se basa sobre el hecho de que no responden enteramente a un procesamiento cognoscitivo, sino a un poderoso componente de emoción y experiencia. Cambiar actitudes implica, entonces, mover emociones y retar experiencias.

Artículo de opinión
Martes, 24 de agosto de 2010


lunes, 23 de agosto de 2010

¿Qué hace un emprendedor innovador?

Una cosa parece estar clara: las empresas viven en un entorno muy dinámico y deben trabajar internamente para desarrollar capacidades de innovación y adaptación que le permitan asegurar su sostenibilidad.

Decirlo puede ser muy fácil, comenta la profesora Nunzia Auletta, pero hoy las implicaciones son variadas."Por ejemplo, la Innovación y la iniciativa empresarial están estrechamente relacionadas, las experiencias recientes de emprendedores venezolanos revelan que el grado de innovación de sus iniciativas depende en gran medida de sus habilidades y características personales", destaca una nota de prensa del Iesa.
El consejo es que hay que aprovechar el mercado. Ante esta afirmación Auletta señala que "Peter Drucker (2002) plantea que ser innovador no se centra en un tipo de personalidad sino también en el compromiso, en la práctica de la innovación. Existen 7 posibles fuentes que el empresario o el emprendedor puede usar: los acontecimientos inesperados, las incongruencias, las necesidades de procesos, los cambios de mercados y las industrias, los cambios demográficos, los cambios de la percepción pública y el nuevo conocimiento. Un análisis cuidadoso de estas fuentes determina un emprendimiento exitoso".

La profesora no descarta la importancia de desarrollar cualidades que debe tener la persona para lograr innovar en sus ámbitos de acción."Las habilidades que se han reconocido son la capacidad de asociar y conectar apropiadamente problemas, preguntas de varios campos; habilidad de plantearse interrogantes desafiantes; observar el comportamiento de los demás, de los clientes; experimentar con ideas para procesos y productos, crear redes y participar en ellas. Pero además hay que ser paciente, saber arriesgarse, y tener confianza en la gente y en el proceso que te acompaña como emprendedor", destacó.

Oferta académica
El Iesa ofrecerá a partir del 13 de septiembre un diplomado en Mercadeo e Innovación, que durará hasta el 27 de noviembre de 2010.Quienes deseen participar en el programa académico pueden comunicarse con la dirección de Desarrollo Gerencial de la institución a través de los teléfonos (58 212) 555 4351 / 4254 / 4236 / 4459 / 4529 / 4461 o el correo electrónico: cdg@iesa.edu.ve

Miguel A. Santos\\ Fuera de lugar

Salir, así sea por un tiempo. El espacio sólo me alcanzaba para traer apenas unos pocos libros, los que más se releen, los que me son más próximos, esos que a manera de espejos nos ayudan a percibir mejor los contornos de nosotros mismos. Ahí, en esa pequeña galería muy personal, descubro el movimiento imperceptible de mi pensamiento.

Viene conmigo El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras de Philip Roth, por la extraordinaria entrevista con el checoslovaco Iván Klíma. "Los cambios que la censura nos obligó a hacer eran monstruosos. Pero peor aún fue el hecho de que muchos escritores tuvieran en cuenta la censura a priori, deformando no sólo su obra sino también su propia personalidad". Leí por primera vez a Iván Klíma hace ya cuatro o cinco años. Quería saber más de las formas bajo las cuales habían sobrevivido quienes estuvieron sometidos a la censura oficial bajo regímenes totalitarios. También fue de aquí de donde saqué esta interesante reflexión: "si bien nosotros padecíamos la censura del Partido, otros padecieron la del mercado".

Pero la realidad se fue imponiendo poco a poco. Una prueba de ello es que viajan en este pequeño atajo Tierra, tierra, de Sándor Marai, y Leyendo Lolita en Teherán, de Azar Nafisi. Al primero ya no le cabe en los márgenes una anotación más. "Aquellos jóvenes rusos no podían traer la libertad, porque ellos tampoco la tenían". "Un régimen que sólo puede sobrevivir si les arrebata a los seres humanos la libertad -la del derecho a la propiedad privada, de empresa, del derecho al trabajo, de expresión, de escribir y de afirmar sus convicciones políticas- no puede renunciar a la tiranía porque ésa es la única forma de salvaguardar el poder". Y por encima de todo: "A ellos no les preocupaba que no los quisieran. Sólo les preocupaba que no los temieran".

El libro de Azar Nafisi trae consigo toda la gama de colores que puede tomar la discusión acerca del exilio, porque en circunstancias así (Irán bajo el Ayatolá Jomeini) no se puede hablar de emigración. Tampoco en la nuestra. Ahí están todos los actores: Los que se van, los que se quedan por convicción, los que se quedan porque tienen miedo a no poder vivir igual en otra parte y lo disfrazan de convicción, e inclusive los que mueren, aquellos para quienes el final llega antes de que alcancen alguna definición.

Es difícil juzgar a quienes deciden salir a probar suerte lejos del país porque nos cuesta diferenciar nuestros propios motivos de los de ellos. Como suele suceder en otras áreas de la vida, cuando hablamos de los demás es mucho más lo que decimos sobre nosotros mismos.No puede faltar Venezuela, Política y Petróleo, de Rómulo Betancourt. "Llevo a Venezuela en la sangre y en los huesos; me duelen sus dolores cotidianos, y cuando se trata de hablar de ellos sería un farsante si jugara a la comedia de la imparcialidad. De allí la pasión confesa con que analizo los problemas de mi país. Dirán algunos que con esa actitud "nada se saca".

Y podría contestarles con palabras de otro gran apasionado, Miguel de Unamuno, a quien también le dolía su España: "Pero es que no vamos a sacar, sino a meter; a meter; a enfresar nuestra alma en la de los que la tienen dormida, o acaso muerta, y que viva allí, y allí, hecha como un óleo, arda y alumbre. Que no hay luz sin fuego".Último en entrar en el morral: las memorias de Edward Said, Fuera de lugar. "El exilio es la grieta imposible de cicatrizar impuesta entre un ser humano y su lugar natal, entre el yo y su verdadero hogar: nunca se puede superar su esencial tristeza". No había lugar para más.

Artículo de opinión
Domingo, 22 de agosto de 2010
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viernes, 20 de agosto de 2010

José Mayora \\ Integración ¡El gran objetivo democrático

El 26 de septiembre está a la vuelta de la esquina, la gran cita democrática ya no se puede posponer, sin embargo, la suerte aún no está echada, estoy persuadido que son muchas las miserias que el Gobierno todavía puede mostrar. No obstante, hay suficientes evidencias para vislumbrar lo que puede ser el futuro de este país si en esta fecha cimera no se le envía un mensaje contundente a la revolución disgregadora.Los que ostentan el poder temen un resultado adverso, de allí que pongan a correr ciertos rumores de resultados favorables al proyecto revolucionario, pero los alerto, las cifras que se vienen difundiendo pertenecen a un resultado pretérito que favoreció al régimen, circunstancia que ha sido manejada muy hábilmente por quienes piden a gritos, y a carcajadas también, que los hechos no se pueden descontextualizar.

Si bien es cierto que todavía podemos deteriorarnos más, opino que hemos llegado demasiado lejos. La restauración del país se debe convertir en la legitima aspiración de los demócratas, en el entendido que chocará contra la férrea voluntad de quienes requieren, como único objetivo, mantener el poder a como de lugar.No ha sido suficiente la creación de espejismos, como el eslogan que pretende transmitir una idea acerca de Venezuela como un territorio de paz, porque le pertenece a todos los venezolanos. Asalta la duda acerca de que se entiende por todos: los nacidos en el país; la sociedad democrática o los rojos rojito.

El discurso oficial sostiene que una parte de la población debe ser barrida, que con la otra no hay reconciliación posible y que al resto hay que impedirle que regrese al poder. El "todos" oficial alude a un conglomerado monocolor, muy inferior al total de la población nacional registrada en el censo. El eslogan en cuestión, pretende hacer creer a este colectivo que se puede obtener un título profesional en un santiamén, que se puede ser burócrata del poder popular sin las debidas credenciales, que se puede comprometer la soberanía alimentaria sin recibir sanción. En todo caso, la totalidad a la cual alude la frase de marras, identifica fácilmente a sus seguidores: pertenecen a alguna misión, estudian en universidades socialistas, vocalizan un discurso monocorde, adoran los mismos fetiches.

Lo paradójico es que en una Venezuela que supuestamente es de todos, los esfuerzos integracionistas y de pacificación, observados en los recientes acontecimientos con Colombia, generan una poderosa duda: ¿cómo se puede promover la integración regional con un país que al interior no está integrado?Los objetivos revolucionarios de integración no existen, el derrotero es dividir para gobernar y para mantener la conflictividad que desune. La inducción al mundo revolucionario pasa por remacharle a la gente que "todo el que no tiene una camisa roja es enemigo"".

Una Venezuela que de verdad sea de todos, es una idea inspiradora que moviliza a sus ciudadanos hacia objetivos de crecimiento, desarrollo y creación de capacidades suficientes para retomar los verdaderos indicadores de desempeño nacional. Ese eslogan debe sintetizar el orgullo de ser venezolanos. Una vez más, al país de las oportunidades le toca impulsar, desde las cenizas, la más importante de sus tareas. El 26 de septiembre a los venezolanos le corresponde hacer realidad lo que hasta ahora ha sido un hecho mediático: ¡el esfuerzo colectivo es lograr que este país sea propiedad de todos los venezolanosA

Artículo de opinión
Viernes, 20 de agosto de 2010
Mayora.j@gmail.com
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martes, 17 de agosto de 2010

Carlos M. Allison \\ Hermanos del alma

Ahora resulta que somos hermanos del alma y que a partir de esta semana y por toda la eternidad, las relaciones con Colombia tendrán más armonía que los conciertos de Daniel Barenboim. El talentoso Daniel es un judío argentino, de origen ruso, que cuenta además con nacionalidad israelí y española, pero también es ciudadano palestino. Hace unas horas Santos era un horrible oligarca, enemigo, explotador del pueblo colombiano, agente del imperio, conservador y peor que Santander, Páez y Mezerhane juntos. Ahora es mi hermanazo y desde hoy y hasta las elecciones, sólo flores y elogios recíprocos.

Elocuente pragmatismo político y por ello merece una felicitación. Colombia tiene en Venezuela un buen cliente y nosotros necesitamos con desesperación alimentos, repuestos para automóviles, medicinas, pasta de dientes y hasta arequipe. Ahora, aquellos que sintieron odio, que se desgañitaron en la Asamblea y en el canal del Gobierno, están rebobinando las neuronas para ajustar, una vez más el discurso. Lula, gran ganador en el comercio con Venezuela, debe estar arrepentido por andar de mediador ya que traer una vaca de Colombia es más barato que hacerlo desde Brasil, aunque allá el precio sea mejor. ¿Por qué no ofrecerle a Barenboim la cartera de Relaciones Exteriores?

Dependencia
Ni mejorar las relaciones con Colombia, ni seguir importando comida desde Brasil, Argentina, Uruguay, China, Estados Unidos y otros países, nos salvará de la dependencia en materia de alimentos, la escasez de algunos rubros, la inflación o la menguada provisión de divisas. Sin desestimar el acuerdo, ¿quién no quiere paz y armonía entre vecinos? Colombia seguirá su rumbo y Venezuela seguirá zozobrando en el suyo. Tal como señalaba en estos días el presidente de Fedeagro, la producción de arroz y papa seguirá descendiendo, la de maíz no será tan buena como tres años atrás, el café en la ruina y como todo el mundo sabe, la de bovinos apenas al 50% de su capacidad. La única buena noticia es que la inflación en alimentos, con suerte, no aumentará tanto como en el primer semestre porque los pobres comprarán menos o comerán piedras. Este socialismo cuesta más que un programa espacial.

Sin tapujos, dijo en su interminable programa dominical, que seguirá avanzando en el control gubernamental de la producción, importación, procesamiento y distribución de alimentos hasta copar el 50%. También ha asegurado, sin rubor, que el único propietario de la tierra es el Estado y aquí eso es lo mismo que gobierno y el gobierno es lo mismo que el partido y que un solo hombre le da órdenes a todos. Así que, con abrazos o amenazas, aquí las cosas no serán muy distintas hasta las elecciones y después de ellas ya veremos si se iluminan algunas mentes y el Gobierno, que ya mostró su vena pragmática, a lo mejor reconoce que existen varios millones de ciudadanos que al no ser ni militares, ni revolucionarios, quieren vivir y trabajar en paz y con libertad.

Artículo de opinión
Martes, 17 de agosto de 2010
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lunes, 16 de agosto de 2010

Pedro Palma \\ Comunismo a lo cubano

Los hermanos Castro se han encargado de aclararnos hacia dónde nos lleva el Gobierno con su socialismo del siglo XXI. Primero fue Raúl, presidente de Cuba, quien en abril dijo en Maiquetía que se complacía sobremanera del acercamiento y la hermandad de los dos países, concluyendo con una frase lapidaria: "Cada día somos la misma cosa".Más recientemente, Fidel Castro, padre político y tutor del presidente Chávez, dijo: "El socialismo es el comunismo, lo que el propio Marx definió como comunismo". Ante semejantes declaraciones dadas por esos dos faros, guías y paladines de la revolución bolivariana, creo que no queda duda acerca de lo que realmente es y hacia dónde vamos con el socialismo del siglo XXI.

Llama la atención, sin embargo, la hipersensibilidad gubernamental a cualquier manifestación o insinuación de que la intención última del régimen es llevarnos a un socialismo similar al existente en la isla caribeña. Afloran de inmediato los epítetos e insultos contra aquellos que se atreven a insinuarlo o denunciarlo, acusándolos de mentirosos y manipuladores que pretenden crear zozobra entre la población, insistiéndose una y otra vez en que no es la intención del Gobierno quitarle la vivienda a nadie o conculcarle los derechos a la población, ni imponer en Venezuela un sistema como el cubano. No obstante, los hechos cada vez dan más la razón a quienes alertan sobre esos peligros.

Ya no son sólo los latifundistas o los grandes empresarios los que sufren los atropellos gubernamentales al irrespetárseles sus derechos de propiedad, sino que también son los propietarios de pequeños fundos o de modestos negocios los que tienen que soportar arbitrariedades similares, pues se les arrebatan sus empresas o modos de vida sin que reciban a cambio las debidas compensaciones. Baste recordar los casos de los contratistas de Pdvsa en la costa oriental del Lago, los pequeños comerciantes del mercado de Quinta Crespo, los carniceros detenidos por vender a precios superiores a los regulados, los pequeños joyeros del edificio La Francia que perdieron su lugar de trabajo por un capricho presidencial y tantos otros.

Adicionalmente, las leyes draconianas y abiertamente inconstitucionales que se están aprobando conculcan flagrantemente los derechos de propiedad de la población, al punto de que cualquier construcción ubicada en un terreno urbano puede dejar de ser propiedad de su legítimo dueño con una simple decisión de una autoridad gubernamental, que declare que ese terreno es de utilidad pública. Igual sucede con la propiedad de las tierras agrícolas, la cual está supeditada a la voluntad de los funcionarios del INTI. Creo, entonces, que hay sobradas razones para que los venezolanos nos preocupemos con lo que está sucediendo. Entre 85% y 90% de la población ha manifestado una y otra vez, en las encuestas y en los focus groups, que no quiere que aquí se implante un esquema de comunismo totalitario como el cubano.

Tendrá que estar allí la razón de las reiteradas negativas de los voceros gubernamentales acerca de la verdadera intención atrás de las decisiones del Gobierno, que con sus acciones pretende llevarnos hacia donde no queremos ir. Dudo, sin embargo, que un pueblo con tan arraigada voluntad democrática permita que se le imponga un esquema político totalitario y caduco, que ha fracasado rotundamente en todos los países donde se ha pretendido implantar. ¡Absurdo que se nos quiera imponer un sistema político del que todos se están apartando!

Artículo de opinión
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Lunes, 16 de agosto de 2010

viernes, 13 de agosto de 2010

José Mayora \\ ¿Qué fácil es voltear la página?

En su discurso de posesión, Santos declaro que quería la paz con Venezuela y Ecuador, declinando agradecidamente los ofrecimientos de mediación pues el prefiere hacerlo personalmente y pronto. Acto seguido se produjo un breve encuentro con Correa a quien entrego los discos duro de las computadoras de Reyes y como respuesta, Correa anunció una distensión en las relaciones y entrego esta información a la Fiscalía para las averiguaciones de rigor.La respuesta venezolana no se hizo esperar. En un encendido discurso, Mauricio le dijo a Santos que estaba dispuesto a voltear la página e iniciar una nueva relación pensando en el futuro, sin omitir descalificadores conceptos hacia Uribe a quien considero lacayo del imperio y destructor de las relaciones entre ambos países.

Con la velocidad del rayo, se acordó una reunión entre el novel presidente colombiano y el experimentado líder revolucionario, de cuyo acontecer estuvo pendiente toda Latinoamérica: ¿Qué buscaba Colombia? ¿Qué buscaba Venezuela? ¿Qué buscaba Chávez?De los entretelones de tan esperada reunión dudo que logremos información, de manera que lo único que podemos comentar son las declaraciones dadas al final de la misma, las que evidenciaron la preservación de los intereses colombianos: cuentas pendientes de pago por parte de Venezuela; ajustes a los mecanismos comerciales del grupo andino; condena pública de la guerrilla, el terrorismo y el narcotráfico; defensa de la soberanía de ambas naciones.

Este acuerdo lo refrendó un apretón de mano entre el Atila caribeño, líder de la revolución socialista, encarnación de Bolívar y comandante de los ejércitos invasores de la propiedad privada, y el presidente mafioso, indecente y pitiyanqui.Nunca pensé que fuese tan fácil voltear una página y arrancar de cero. Hasta no hace mucho, desde Colombia se estaba incoando un movimiento entre el imperio y la oligarquía colombiana para asesinar al comandante; hasta no hace mucho las supuestas bases militares norteamericanas eran una amenaza pues desde allí se iniciaría la invasión a Venezuela; hasta no hace mucho la guerrilla colombiana era un verdadero ejercito de liberación popular; hasta no hace mucho había serias dudas acerca de las causas de la muerte de Bolívar y del papel que en este desenlace jugo la oligarquía colombiana; hasta no hace mucho, entre Santos y Chávez no sería posible un acuerdo.

Como por arte de magia, las muy graves declaraciones anteriores, se convirtieron en humo y regresaron al interior de la lámpara de Aladino pues el proyecto personal de Chávez se estaba viendo comprometido. Espero que cuando esa nube se disipe, no vuelva a frotar la lámpara.Paradójicamente, el mismo día que encendió la pipa de la paz con Colombia, arremetió contra la oposición calificándola de lacayos del imperio a quienes había que destruir: ¿la paz y la prosperidad económica de Colombia son más importantes que las de Venezuela?Cuando Mauricio tomó la decisión de romper con Colombia, no midió el impacto sobre la consolidación de su poder.

Él no calibró, por ejemplo, que el principal comprador de acero de Sidor, empresa del Estado, era Colombia.Hoy más que nunca el poder de Chávez, supremo objetivo de su revolución, comienza a ofrecer fisuras producto de inadecuadas decisiones político-ideológicas, de allí el giro de 180 grados con Colombia. En este escenario, si es tan fácil voltear una página, ¿hay esperanzas de que en Venezuela también la voltee?

Artículo de opinión
Viernes, 13 de agosto de 2010
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jueves, 12 de agosto de 2010

Pavel Gómez \\ El tusrista y el forastero

Una de las referencias básicas de la ciencia económica es la escasez. Los textos iniciáticos señalan que la economía existe en tanto los individuos deben usar medios escasos para alcanzar múltiples fines. La certidumbre de que enfrentamos una cantidad limitada de recursos, tiempo y medios se combina con la posibilidad de elegir para que la economía pueda ayudarnos en tales elecciones. Por ejemplo, debemos escoger cuánto dormir y cuánto estudiar o cuánto dedicar al ocio y al trabajo, porque el día tiene solo 24 horas; el tiempo es escaso.

De estas ideas básicas pasamos a la idea de la escasez relativa: todo es escaso pero hay cosas más escasas que otras. De las menos escasas decimos que hay abundancia relativa.La microeconomía postula que las personas valoran más lo que es relativamente escaso por encima de lo que es relativamente abundante. De acuerdo con esta conjetura, lo que sentimos que tenemos "de sobra", que abunda, que está cotidianamente disponible es menos apreciado que lo que percibimos lejano, escaso.Todo esto viene a cuento porque en los últimos días he estado pensando en la diferencia entre la mirada del turista y la mirada del forastero.

Me explico. El turista está de paso en la lejanía, retornará con cierta prontitud a su país. Por ello, a pesar de estar lejos, la cotidianidad que habita le es abundante, familiar, referencia de lo que abunda, mientras lo extranjero le resulta escaso.A diferencia de esta mirada, para el forastero, para quien vive en un lugar que no es el suyo, el de sus referencias culturales y sus sabores más familiares, lo que resulta escaso es lo que no tiene, lo que sólo recuerda en la distancia, lo que no retornará tan pronto como el turista a lo suyo.Hace unos días, en un artículo de prensa, un escritor comentaba acerca del contraste entre lo que se tiene en Venezuela y lo que observaba en otros países. Como adivinarán, el énfasis estaba puesto en lo político, en lo institucional.Como sospecharán, la comparación dejaba colar cierto desprecio hacia la calidad política e institucional del país, mientras enaltecía la calidad política e institucional que observaba afuera.

El balance era algo más o menos así: "Mientras nosotros vivimos en esta decadencia, con políticas que dejan perder el patrimonio cultural, producen escasez, destruyen el aparato productivo, dificultan el acceso a las divisas y no reducen la inseguridad, en otros países cercanos ha habido un avance importante en seguridad, economía y servicios".Obviamente esta es una mirada particular, filtrada por un sesgo político e ideológico particular. Pero aunque mucho de lo que se describe sea cierto, lo revelador es el énfasis, la comparación que, dentro de lo diferente, hace hincapié en lo "malo" que se encuentra abundante, que resulta dolorosamente familiar, frente a lo "bueno" que se encuentra escaso.

Mi hipótesis es que esta es la típica mirada de cierto turista, cuando evalúa con el lente de su abundancia y su escasez relativas.Mi segunda hipótesis es que el forastero enfrenta unas referencias diferentes, debido a lo que le resulta especialmente escaso y lo particularmente abundante. Sus referencias culturales son escasas, en tanto están lejos de su cotidianidad. Él no regresará a lo suyo tan pronto como el turista; para él, lo extranjero es lo que abunda, lo que puebla sus mañanas y sus caminatas, los paisajes que devora y los mercados que transita.El forastero generalmente echa de menos lo que no tiene y añora lo que hallaba en su lugar de origen. El énfasis de lo que se echa en falta depende, en gran medida, de cuáles son la escasez y la abundancia relativas que se enfrentan.

De ser así, entonces es más comprensible la mirada del turista que desprecia lo que le abunda y añora lo que le falta. También se entendería mejor esa cuenta del forastero que acentúa lo suyo, su cultura nativa, los ingredientes de su comida natal, las maneras de su gente, y la cadencia que lo acompañó hasta su salida.Recuerdo el caso de un conocido que le tomó el gusto a la música venezolana después de vivir siete años en Europa. Y entonces decía que un golpe tuyero era más sabroso que una obertura.

En otras oportunidades le escuché decir que la decadencia de Europa y Estados Unidos sobrevendría, más temprano que tarde, si no incorporaban el ají dulce y el queso blanco fresco en sus costumbres culinarias.Estos son solo algunos juegos de la imaginación. Al final, solo es una manera de decir que mi mirada es la del forastero, que un mar me recuerda mi mar, que cierta música me recuerda mi música, que, en la distancia, se me antoja enfatizar aquello de mi fuente de lo que me siento más profundamente orgulloso.
Artículo de opinión
Jueves, 12 de agosto de 2010

miércoles, 11 de agosto de 2010

Gustavo Roosen \\ Contrastes

La comparación es inevitable. Y dolorosa. No salimos bien parados de ella. Las economías de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Colombia, México y Costa Rica pueden exhibir, con satisfacción, buenos resultados, consecuencia en buena medida de una política de apertura a las formas de integración que privilegian lo económico y que se sostienen sobre los pilares de la competividad y la complementariedad, la diversificación y la productividad.

¿Y Venezuela? El impacto de los acuerdos de integración comercial celebrados por los países latinoamericanos entre sí en el ámbito de Mercosur y los tratados de libre comercio suscritos por algunos de ellos con la Comunidad Europea o países tan diferentes como China, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos se expresa en un crecimiento económico sostenido, una positiva expansión de la inversión nacional y extranjera, la generación de empleo productivo y la creación de las condiciones indispensables para la disminución de la pobreza y la afirmación de un estado de confianza que estimula la acción de los emprendedores y abre oportunidades de futuro a las nuevas generaciones. Han optado por asociaciones productivas y han ganado en bienestar social.

Si algo tienen en común estos países es una actitud de confianza por parte de sus líderes: confianza en la gente y en el país, en sus potencialidades y en su capacidad competitiva, en la posibilidad de desarrollar una economía exportadora y de sacar provecho de acuerdos binacionales o multilaterales concebidos sobre la base de objetivos económicos y no políticos, de metas realizables, de mercados reales.

En contraste con estos datos, los de Venezuela muestran hoy una condición de decrecimiento y la reafirmación de una doble dependencia: la de las exportaciones petroleras para la generación de recursos y la de las importaciones para la satisfacción de sus necesidades.

A la debilidad estructural de nuestra economía, afirmada en la pretensión de potencia energética, el liderazgo actual ha añadido una letal dosis de desesperanza, la que se manifiesta en la gente, en las instituciones, en los pequeños y medianos empresarios, en una juventud constreñida a buscar horizontes fuera del país.

Asombra, por ejemplo, que las solicitudes de inscripción de venezolanos en el Instituto de Empresas de Madrid sean hoy más numerosas que las que recibe el IESA para su Programa de MBA. Asombra también y angustia comprobar cómo el clima creado de desesperanza está desangrando a Venezuela mientras países como Colombia y México, por citar sólo dos, buscan ­y encuentran­ en el nuestro el personal calificado que necesitan para sostener el crecimiento de sus empresas.

¿Habrá daño más grande a un país que quitarle la esperanza? Dos imágenes nuevamente: la de países afirmativos, con fe en su gente y con políticas de apertura económica, y la de países cegados ideológicamente, más pendientes de acuerdos políticos que económicos, frenados por el proteccionismo y negados a la competividad, marcados por un estatismo sin límites, inhibidores de la iniciativa privada y generadores de desesperanza. La apertura comercial, la expansión económica, la diversificación, la productividad, el estímulo a la actividad privada son para los primeros el camino para la generación de empleo, de riqueza, de bienestar.

El autoengaño, la dependencia de un solo producto, el aislamiento económico, el dominio estatal sobre la propiedad, la producción y el mercado, la ilusión ideológica y su pretensión expansionista seguirán siendo para los segundos el instrumento para el control de las libertades y la perpetuación del atraso y la pobreza.

Artículo de opinión
Miércoles, 11 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

Rosa M. Rey \\ Estoy endeudado ¿Qué hago?

¿Con qué va a vivir si el 80% del sueldo ya está comprometido?
En Maracaibo dicen "Fiado hasta el puente", en Barquisimeto "hasta el obelisco" y en Caracas "hasta la plaza Bolívar". En el oriente del país parece que no piden prestado, porque una frase muy popular es "Fiado es regalado".De acuerdo a esto, ¿es bueno financiarse? Pues sí, porque se pueden adquirir cosas que el ingreso mensual no permite, pero el problema es cuando la deuda se sale de las manos y se vuelve inmanejable.
¿Qué hacer entonces? Lo primero es detallar qué se debe, a quién, el monto y a qué tasa de interés; en el caso de la familia típica venezolana suelen ser casa, carro y tarjetas de crédito.Después hay que anotar los montos mensuales que paga en esos rubros. En el caso de la(s) tarjeta(s) de crédito, totalizar las cuotas mínimas; luego, calcular cuánto pesa cada concepto sobre el ingreso familiar. En el caso de la vivienda, según la ley venezolana, el porcentaje no debería sobrepasar el 20%; el carro, un monto similar, y para las tarjetas, la señal de alarma es que sobrepasen el 40%. ¿Por qué? Pregúntese el estimado lector: ¿con qué va a vivir si el 80% del sueldo ya está comprometido y sólo queda un 20% para cubrir los gastos del día a día?
Así que si este es el caso, hay que amortizar alguna. ¿Cuál?La primera tentación suele ser la vivienda. Para el venezolano, la propiedad es tan relevante, que una pareja no se suele casar hasta que la tiene asegurada. Pero dejando aparte las emociones, no tiene lógica financiera amortizarla antes de la fecha pactada, por varias razones:La vivienda principal (y para los lectores que no la hayan declarado, es lo primero que tienen que hacer) tiene tasas hipotecarias reguladas por ley, de tal manera que no importa a cuánto esté el resto de los créditos, el máximo para éste es del 18% anual; actualmente es muy bajo considerando que en abril del 2002 llegó a 55%.
Además, con una cuota fija, cuando se termine de pagar ese crédito en veinte años, ¡se podrá comprar el equivalente a un kilo de arroz!En el caso del Impuesto sobre la Renta, las personas naturales pueden deducir hasta 1.000 UT anuales por concepto de intereses del pago de la deuda (BsF 65.000 para el 2010); si se vende, no está pechada la ganancia si en los dos años siguientes se compra otra vivienda principal; y adicionalmente, muchas alcaldías les otorgan un descuento en el impuesto a la propiedad inmobiliaria, conocido popularmente como "derecho de frente".
Mientras se esté pagando, la cuota mensual incluye una prima de seguro de vida, que cubre el saldo deudor, de tal manera que si el propietario fallece, la vivienda queda a los beneficiarios libre de compromisos.La segunda tentación es amortizar el carro; pero éstos tienen reserva de dominio y por tanto la tasa no es tan alta, alrededor del 18% anual en este momento. Tampoco tiene mucho sentido pagarlos anticipados si hay una deuda más cara. En el caso de la tarjeta de crédito, la tasa está alrededor del 29% anual. Así que si el lector puede conseguir un dinerito más barato que esto, amortice lo que pueda para respirar un poco más tranquilo. ¡Eso sí, no se emocione y salga a celebrar volviendo a saturar la tarjeta!
Artículo de opinión
Martes, 10 de agosto de 2010
rrey@iesa.edu.ve

lunes, 9 de agosto de 2010

Rosa A, González \\ Una serie de eventos desafortunados

La historia del vencimiento, no conformidad o putrefacción de miles de toneladas de alimentos importados bien podría ser documentada con el título de la conocida película protagonizada por Jim Carrey. En la concepción e implementación de esta política pública se tomaron decisiones que sólo podían conducir al lamentable resultado obtenido; lo que ocurrió no es culpa de terceros o de eventos fortuitos no controlados por el Gobierno, sino que fue determinado por la manera como se procedió.

La política ejecutada parte del supuesto de que al no mediar el "lucro" (incentivo perverso que lleva a los empresarios a aumentar los precios y acaparar los productos), la provisión pública es mejor para los consumidores. Lo sucedido en el caso de los alimentos muestra que, contrario a lo esperado, la actuación del sector público puede ser menos virtuosa que el capitalismo más salvaje. A continuación se analizan algunos factores relevantes para entender este caso: Licencia para actuar sin restricciones: Con el argumento de la "emergencia alimentaria", el Gobierno liberó la cadena de abastecimiento de todos los controles usualmente empleados en la administración pública.


Asignó a Pdvsa, cuyo presupuesto no está sujeto a la normativa de la Oficina Nacional de Presupuesto, la responsabilidad de liderar el proceso de compra; y se permitió que las adquisiciones se hicieran por adjudicación directa (y no por licitación).Pdvsa superpoderosa: Con la consigna "Ahora Pdvsa es de todos", el Gobierno le asignó funciones de ejecución de varias misiones sociales: educación, salud, empleo, vivienda y alimentación. Si bien es cierto que muchas empresas privadas llevan adelante programas de responsabilidad social, en el caso de Pdvsa la cantidad de responsabilidades conferidas es casi tan importante como las funciones de exploración, producción y comercialización del petróleo. Todo esto con el convencimiento de que las competencias organizacionales que permiten gestionar el negocio petrolero, son transferibles y suficientes para manejar cualquier actividad que se le asigne a la empresa.

Dólares preferenciales para la importación de alimentos: Aunque la intención del Gobierno pudo ser disminuir los costos de importación de los alimentos para que su precio de venta al consumidor fuese bajo, cuando existe una brecha tan grande entre el tipo de cambio preferencial de 2,60 bolívares por dólar y el precio que los venezolanos están dispuestos a pagar por las divisas, se crean fuertes incentivos para transformar la importación de alimentos en un negocio cambiario.Factores multiplicadores: La crisis de los alimentos se vio potenciada por dos factores que afectaron la cadena de abastecimiento: el problema de la electricidad y el mal funcionamiento de los puertos.

Aunque el Gobierno trató de exculpar su responsabilidad en estos asuntos recurriendo a los argumentos más extravagantes ­como las iguanas que comen cables y el saboteo de los puertos-, a los ojos de la opinión pública (o al menos, parte de ella) resultaron muy poco creíbles.La combinación de todos estos factores hizo que el objetivo de los funcionarios fuese adquirir la mayor cantidad posible de alimentos, a través de intermediarios que compraran barato a los proveedores (alimentos de baja calidad y próximos a vencerse) y facturaran con sobreprecio a Pdvsa.Que los alimentos fuesen desembarcados, nacionalizados y distribuidos al consumidor final, simplemente no le interesó o sobrepasó las capacidades de los responsables.

*Directora de Investigaciones y miembro del Consejo Directivo del IESA
Artículo de opinión
Lunes, 09 de agosto de 2010

viernes, 6 de agosto de 2010

Miguel A. Santos \\ ¿Colapso?

La caída en la producción y en el consumo, no son consistentes con los ingresos petroleros reportadosAl fin las bancas de inversión internacionales hacen eco de las advertencias de muchos analistas locales sobre la situación económica venezolana. En todas las crisis financieras registradas en mercados emergentes durante los últimos veinte años (México, Asia, Rusia) los locales fueron siempre los primeros en salir, adelantándose a los inversionistas internacionales (y señalándoles el camino).

Pero entre los analistas, que trabajan en bancas de inversión internacionales que suelen ser contratadas por los gobiernos para la emisión de deuda soberana, siempre ha existido cierta tendencia a mantener sus perspectivas "positivas" aun en presencia de signos evidentes de deterioro. Ese fue el caso de Venezuela hasta hace muy poco.Un informe reciente de Morgan Stanley (agosto 2) ofrece el tradicional balance de las cuentas externas venezolanas. Se calcula la demanda de dólares para 2010-2011, suponiendo importaciones estables y éxito en el control de la fuga de capitales, entre $ 58.000-62.000 millones. Se contrasta con la oferta de dólares (petróleo), según estimados oficiales entre $ 62.000-66.000 millones.

Siendo así, existiría un superávit de $ 4.000 millones cada año, que podría apuntar hacia cierta estabilidad de la moneda (¿en sus cuatro diferentes tipos?). Pero ahí empieza lo bueno (y lo nuevo). Ahora las bancas de inversión reconocen que "las estadísticas del BCV reflejan las cifras de Pdvsa, en lugar de los flujos de efectivo observados".A partir de la cifra de exportaciones de Pdvsa (2.5 millones de barriles día) se introduce un primer ajuste por los 700 mil barriles diarios vendidos bajo "mecanismos de financiamiento con más que dudoso valor de recuperación". Además, se introduce un ajuste por el hecho de que las exportaciones petroleras a Asia (China) "podrían no estar hechas a precios de mercado, sino más bien a descuento" (Fondo Chino).

Utilizando los precios a futuro para estimar ese descuento, la cifra total de ingresos petroleros para ambos años llega sólo a $ 43.000-45.000 millones. Es decir, 31% menos del estimado "oficial", o un déficit de $ 33.000 millones en sólo dos años (2010-2011). No termina ahí. Falta aún por ajustar los volúmenes de exportación reportados por Pdvsa. Suponiendo que la OPEP (2.2 MBD para Venezuela) refleja exportación en lugar de producción, se hace un ajuste adicional que lleva los ingresos en divisas a $ 34.000-36.000 millones; 45% menos de la estimación inicial, o un déficit combinado en 2010-2011 de $ 51.000 millones (imposibles de financiar vía deuda). Now we are talking.Quizás el cambio en la percepción se deba, más que a la insistencia de los analistas locales, a la difícil situación que atraviesa el país. Nuestras carencias no se corresponden con las estadísticas oficiales.

La improvisación cambiaria, las políticas fiscales desesperadas para levantar ingresos (emisión de deuda interna a 14% de adquisición obligada para cajas de ahorro y fondos de pensiones de empleados públicos, aumento de la tasa aeroportuaria, cobrar por la planilla de datos de inmigración), la fuerte caída en la producción y en el consumo, no son consistentes con los ingresos petroleros reportados. Y pronto vamos a ver más.

Artículo de opinión
Viernes, 06 de agosto de 2010

jueves, 5 de agosto de 2010

Ramón Piñango \\ Ira

Tantas cosas hemos vivido en pocos años, tantos abusos y desafueros gubernamentales inspirados y bendecidos por la inexistente separación de poderes, tantas amenazas cumplidas, tanta corrupción e incompetencia administrativa, tanta protesta que no ha llegado a nada, tanto cierre de empresas, tanta violencia e inseguridad personal hemos sufrido, que se ha ido formando un torbellino de percepciones y emociones negativas como el desconcierto, el miedo y la desconfianza.

Cada uno de esos síntomas se manifiesta de diversas maneras en personas y sectores sociales diferentes. El miedo cunde en los estratos de mayores ingresos a medida que llegan noticias de algún familiar o conocido que fue asaltado o secuestrado. Los sectores populares han tenido que aprender a vivir la zozobra de los enfrentamientos entre pandillas, o de saber que cada día crecen las probabilidades de ser asaltado en una buseta o en el Metro. La inflación causa desconcierto y preocupación en los sectores medios y los de menos ingresos.

En grandes y medianos agricultores hay incertidumbre porque en cualquier momento emerge una resolución o un decreto que puede alterar los planes de producción. Desconocemos hacia dónde va la propiedad inmobiliaria, ni lo que las comunas deben hacer para obtener recursos del Gobierno central. Los empresarios no saben con claridad cuál es la política cambiaria en la práctica y muchos menos cuál ha de ser en el futuro cercano. A la policía se le teme casi tanto como a los malandros. Quien es propietario de una emisora de radio tiembla porque en cualquier momento puede ser víctima de una medida arbitraria.

Las universidades sienten el cerco político. Quien tiene alguna querella con el Estado no tiene a quién recurrir porque ningún tribunal se atreverá a sentenciar en contra del régimen, por muy caprichosa que sea la decisión o actuación que se objeta. Quienes apostamos por una salida electoral tememos que en cualquier momento puede surgir una inhabilitación de un candidato a diputado de la Asamblea Nacional. Y, reconozcámoslo de una vez por todas, no sabemos qué va pasar con el proceso electoral, si los resultados serán reconocidos, o qué podemos hacer o a quién recurrir para enfrentar fraudes o anormalidades significativas.

En ese clima unos optan por la resignación, otros por la denuncia y otros por la salida del país. Ninguna de las tres opciones se escoge con tranquilidad. Quien se resigna lo hace sintiendo humillación. Y si se trata de alguien que en algún momento se ilusionó con el régimen, peor es el desagrado. No es raro que quien denuncia lo haga por principio o para que "conste en acta" en algún ente público nacional o internacional, porque lo hace consciente de que no se le prestará atención alguna, cosa por demás irritante. Muchos de quienes decidieron irse del país lo hicieron muy a su pesar, con tristeza y amargura.

Todas esas emociones reflejan frustración. Tal agitación de emociones parece estar formando un sentimiento terrible compartido por muchos: la ira colectiva, ese deseo de destruir lo que causa desilusión, desesperanza, deterioro acelerado de la calidad de vida, por pobre que ésta haya sido. La ira se ha ido convirtiendo en el sentimiento que ha de marcar el clima de la sociedad venezolana en las semanas y meses por venir.

Por su poder destructivo, la ira es una fuerza que debe ser orientada, pero no frenada, porque reprimirla sólo le impartiría mayor poder destructivo. Darle sentido a la ira colectiva va a ser el reto que el liderazgo del país tendrá que enfrentar a corto plazo. Esa ha de ser la prueba de fuego de quienes aspiran a la conducción de la nación. Por el bien de todos, ojalá que la ira no constituya su Némesis.


Artículo de opinión
El Nacional, 5 de agosto de 2010
www.el-nacional.com
rapinango@gmail.com

martes, 3 de agosto de 2010

Rebeca Vidal \\ A surfear la ola verde

Ante la ola de la protección del planeta a través de iniciativas verdes, muchos emprendedores se preguntan si esta estrategia es compatible con la rentabilidad del negocio.Muchas de las ideas que buscan conservar el medio ambiente son claramente compatibles con los objetivos de rentabilidad de cualquier negocio, al incidir sobre la reducción de costos, por ejemplo por la vía del ahorro energético, de agua o de papel.

Aquellas iniciativas que puedan implicar mayores inversiones para la reducción de impactos medioambientales, como la alteración de líneas de producción para reducir emisiones, pueden afectar de manera negativa la rentabilidad en el corto plazo, pero con el tiempo pueden redundar en beneficios al favorecer la imagen de la empresa y generar preferencia en el mercado por productos ofrecidos por organizaciones responsables.

En la medida en que existan necesidades en la población, la búsqueda de soluciones creativas para satisfacer al público se convierte en oportunidad de mercado. Los emprendedores que ofrezcan soluciones que sean compatibles con el desarrollo sustentable, tendrán la ventaja de poder usar este enfoque en su estrategia de posicionamiento.En Venezuela existe, además, una oportunidad para el desarrollo de las llamadas tecnologías limpias, pues la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación ofrece mecanismos para financiar este tipo de iniciativas. Asimismo, las incubadoras de base tecnológica como la de Sartenejas y la de Mérida, ofrecen múltiples servicios para apoyar la creación de empresas con esta orientación.¡Llegó el momento de surfear la ola verde!


Columna del Centro de Emprendedores del IESA
Martes, 3 de agosto de 2010
rebeca.vidal@iesa.edu.ve
www.elmundo.comve

lunes, 2 de agosto de 2010

Pedro Palma \\ Precios Petroleros

Después del colapso de los precios de exportación de petróleo en la segunda mitad de 2008 debido a la profunda crisis financiera internacional, estos mostraron una franca recuperación en los primeros 8 meses de 2009, para luego estabilizarse cerca de 70 dólares por barril.

De hecho, el precio promedio de exportación en lo que va de año es de 69,68 dólares por barril, el cual es mayor al de 2007, y muy superior al de los años anteriores. Incluso, si expresamos los precios de los años precedentes en dólares constantes de 2009, para así limpiarlos del efecto inflacionario, el precio actual es muy superior a los existentes en el período de la bonanza petrolera que vivimos hasta 2007. De allí que sea muy válido preguntarnos por qué, a pesar de estar exportando a estos altos precios, la economía no sólo no está creciendo, sino que se encuentra en una profunda recesión.

La respuesta a esa interrogante tiene varios componentes. El primero es que las altas tasas de crecimiento de los años de la bonanza se produjeron principalmente como consecuencia de una política expansiva del gasto público, a través de la cual se inyectaban a la economía los recursos petroleros adicionales que ingresaban, lo que originaba un crecimiento sostenido de la oferta monetaria que, a su vez, estimulaba la demanda, particularmente al consumo privado.

Esto último incentivaba la actividad productiva, y se generaban altas tasas de crecimiento del PIB. Por ello, bien puede decirse que el factor locomotor central de aquella bonanza fue el franco crecimiento del gasto público.

De allí que durante esos años dijimos en múltiples ocasiones que una de las condiciones necesarias, mas no suficiente, para mantener el gran dinamismo económico era que los gastos gubernamentales reales siguieran mostrando altos crecimientos a lo largo del tiempo, para lo cual se requería que los ingresos petroleros, y en consecuencia los precios de exportación, experimentaran sostenidos y crecientes aumentos.

Decíamos entonces que no bastaba con que los precios se estabilizaran en niveles elevados, sino que debían seguir creciendo cada vez con mayor intensidad, como condición de base para aspirar a mantener las altas tasas de crecimiento de los años de bonanza, haciendo la salvedad de que aun cuando ese aumento de precios se diera, era probable que el crecimiento económico fuera menos intenso debido a los francos signos de agotamiento que ya mostraba el modelo económico aplicado.

Los hechos nos dieron la razón. A pesar de que los precios se han estabilizado en niveles elevados, no sólo no hemos seguido creciendo, sino que nos encontramos en una gran recesión.
Otro factor que ha contribuido a este comportamiento tan adverso es la reducción de los volúmenes de producción y exportación de Pdvsa, los cuales están muy por debajo de los reportados oficialmente, ratificándose los estimados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la AIE y otra serie de fuentes de alto prestigio internacional, que coinciden en señalar que lo que exportamos es mucho menos de lo que oficialmente se dice. A ello hay que agregar que buena parte de los volúmenes que se exportan no generan ingreso de divisas porque están destinados a pagar ventas anticipadas de petróleo a China y a otros países, se financian a largo plazo a través de programas como Petrocaribe o se envían a Cuba, nación que aparentemente los cancela con la prestación de servicios médicos y de otra índole.

Artículo de opinión
Lunes, 02 de agosto de 2010
www.el-nacional.com