lunes, 31 de enero de 2011

Pedro Palma \\ Cambios en Cuba

El 18 de diciembre de 2010, Raúl Castro pronunció un importante discurso en la Asamblea Nacional de Cuba, en el que planteó un conjunto de cambios y correctivos de necesaria implantación para evitar que la revolución se hunda en el precipicio. Hizo, entonces, una serie de reflexiones y críticas dignas de mención. Criticó veladamente el gastado argumento de que los problemas económicos cubanos se deban al bloqueo norteamericano.

Para ello utilizó una anécdota de un vietnamita que le preguntó a un dignatario cubano: ¿Cómo es posible que ustedes que nos enseñaron a sembrar café, ahora nos estén comprando café? Concluyó Raúl: No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguramente que le dijo: "El bloqueo". Nos recuerda esto la trillada cantaleta con que aquí nos bombardean a diario, diciéndonos que todos nuestros males tienen un solo culpable: El imperio.

También reconoció Castro el fracaso del modelo económico basado en la concentración de la propiedad de los medios de producción en manos del Estado y mencionó la necesidad de permitir el trabajo por cuenta propia, con el fin de elevar la oferta de bienes y servicios, y liberar al Estado de una serie de actividades que le permitirá concentrar su gestión en lo que le corresponde. Si bien esto es una gran verdad, también hay que decir que con ese argumento el Gobierno de Cuba pretende lavarse las manos del dramático pero inevitable despido de 500.000 trabajadores que prestaban sus servicios al Estado, quienes siempre habían creído que sus trabajos eran seguros y estables.Igualmente, destacó la necesidad de modificar los esquemas productivos en el sector agrícola con el fin de incrementar la producción y planteó la necesidad de que los "agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor".

Adicionalmente dijo que si la tierra entregada en usufructo tiene que ser destinada a otros fines distintos al cultivo, el Estado debe compensar a los usufructuarios lo invertido y abonarles el valor de las bienhechurías. Estas ideas deben llevar a la reflexión a nuestros gobernantes que tanto se guían por los designios de los hermanos Castro y deben rectificar su ilegítimo proceder al expropiar fundos sin el debido proceso y sin realizar las debidas compensaciones, violando flagrantemente el derecho de propiedad.En materia de precios, Castro planteó la necesidad de fijar los mismos tomando en consideración las dos fuerzas fundamentales del mercado: oferta y demanda, y deben evitarse los controles y prohibiciones irracionales que sólo llevan a las violaciones de derechos, aupan la corrupción y la impunidad. También manifestó que el Estado no debe inmiscuirse y mucho menos regular las relaciones entre los individuos y preservar el derecho de disposición de los bienes que son de su propiedad. En ese sentido, dijo: "Si algo es mío, tengo el derecho de vendérselo al que me dé la gana, cumpliendo también las regulaciones del registro de propietario".

Si bien estos son tan sólo los primeros pasos en el proceso de transformación de la economía cubana, y se aleja, como ya lo han hecho muchos otros países, del fracasado y caduco esquema de producción socialista-comunista, sus inicios son acciones importantes que hay que seguir de cerca. Ojalá que en las próximas visitas a la isla caribeña en busca de las instrucciones de los hermanos Castro, estos convenzan a nuestro Presidente del errado camino que en materia económica está siguiendo que, al igual que en Cuba, sólo ocasionará penurias y depauperación.

Artículo de opinión
Lunes, 31 de enero de 2011
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viernes, 28 de enero de 2011

Miguel A. Santos \\ Venezuela: A céntimo el minuto

Lo he ido notando poco a poco, aunque en buena medida ha sido imperceptible. Venezuela escala posiciones en las propagandas de los cyber-cafés y locutorios de las grandes ciudades del mundo. Ya estamos ahí, junto a Ecuador, Bolivia, Rumania, Bangladesh y Pakistán. A céntimo el minuto. Es la contrapartida de ese ejército que ha ido creciendo de igual forma, lenta pero sostenida. Son esos mismos que deambulan en las noches por los pasillos virtuales de Twitter o Facebook, lanzando botellas al mar. Hay cada vez más.

A pesar de nuestra tradición individualista los números se imponen, y aunque quizás nunca llegue a tomar forma un equivalente de la Hermandad Gallega o el Hogar Canario, a donde los venezolanos exiliados puedan acudir para ofrecer ayuda y ser ayudados, ya empiezan a asomar algunas organizaciones informales. Nos cuesta esa sociedad. No estamos hechos para eso.En Venezuela siempre ha predominado cierto desdén hacia aquellos que emigraron del país. Ese mismo desdén que, apenas alguien rompe cierta barrera y destaca, en esa lógica de pensamiento no lineal que nos rige, suele transmutar en admiración.

Tengo para mí que tras la difícil migración de los trabajadores expulsados de Pdvsa, esos que hoy habitan los dominios de Petrolia (Luis Pacheco dixit), ha cambiado en algo esa percepción. Ahora existen sentimientos encontrados. Me llama la atención el contraste entre esa actitud y la de otros países como España o Italia. Me viene a la mente de inmediato mi abuelo Ángel Navarrete, que solía religiosamente pasar a visitarnos tras retirar el cheque de su pensión, ya no sé si en Correos (cuando existía) o en el Consulado de España. Resulta curioso que, a pesar de la enorme dificultad fiscal que atraviesa España por estos días, a nadie se le haya ocurrido dar al traste con las transferencias a los emigrantes españoles.

Es una medida que, si uno lo piensa bien, debería tener un costo político relativamente bajo y quizás aún podría llegar a ser atractiva. Pero aquí prevalecen dos convicciones. Primero, el Gobierno debe velar por el bienestar de sus ciudadanos, no sólo de los que viven en el territorio nacional. Esta es una idea poderosa sobre la que tendremos que volver más adelante (como sociedad, quiero decir, no soy de los que disimula la propaganda del ego utilizando el plural). Segundo, existe cierto sentimiento de deuda hacia aquellos que se vieron obligados a abandonar su país en búsqueda de mejores condiciones de vida.

En cualquier caso, no deja de ser curioso que para muchos de los hijos de aquellos que vinieron en tiempos difíciles la marea haya reversado. Había empezado esta nota con la intención de comentar algunas investigaciones recientes acerca de las ventajas y desventajas de la fuga de cerebros (para el país de origen, se entiende). En su lugar, se me vinieron a la memoria un caudal de imágenes, en rápida sucesión, y las palabras de mi padre, llegado a América con apenas diecisiete años y a Venezuela hace más de cincuenta: "Se ha cerrado el ciclo. Recuerda siempre que, si yo he tenido alguna suerte en la vida, es que nadie me ha regalado nada". Es así papá. A nosotros tampoco. Ni aquí, ni mucho menos allá.

Artículo de opinión
Publicado el viernes 27 de enero de 2011
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miércoles, 26 de enero de 2011

Sofía Esqueda\\ La marca Venezuela

Podemos hablar de una marca Venezuela? ¿Qué productos o servicios asociaría espontáneamente con esta marca? Desde la antigüedad las marcas han existido, como un elemento que permite diferenciar un artículo elaborado por un productor de otro elaborado por uno diferente. En la actualidad, una marca no es sólo el nombre, símbolo, signo, diseño, que identifica y diferencia un producto o servicio de otros dentro de una categoría. La marca "es algo que reside en la mente de los consumidores", como afirma Keller, es una entidad perceptual que está enraizada en la realidad, pero también es algo más que eso, reflejando las apreciaciones más simbólicas, emocionales e intangibles de las personas hacia un determinado producto.

Las marcas, en especial las fuertes, tienen diferentes tipos de asociaciones, tanto racionales como intangibles, construidas, siguiendo una concertada estrategia de mercadeo.Las marcas se extienden más allá de productos o servicios. Personas, organizaciones e incluso lugares pueden ser marcas. Ciudades, estados, regiones, países, son ahora promovidos con el objetivo de crear asociaciones positivas, conocimiento de estos lugares, con el fin último de promover sus productos, su gastronomía, motivar visitas, o en algunos casos mudanzas permanentes de individuos u organizaciones empresariales.


Un ejercicio que realizo con mis alumnos, para ilustrar este concepto, es pedirles que imaginen que un determinado lugar es una marca, y que digan lo primero que les viene a la mente. Las asociaciones espontáneas con esa marca-lugar usualmente incluyen atributos específicos, productos, beneficios, sentimientos e incluso imágenes intangibles que rodean los lugares en cuestión. Por ejemplo, París evoca cocina gourmet, romance, la torre Eiffel, lujo y glamour. Italia es pasta, historia, diseño, cultura, Venecia. Cuando menciono Venezuela señalan un líder político, para luego hablar de petróleo, playas así como mujeres bellas y vanidosas, pues se hace mucho hincapié en la apariencia física.

Si hiciéramos este ejercicio con estudiantes de MBA en Berlín o en Los Ángeles muy posiblemente se repitan parte de las asociaciones que surgen en mis clases para la mayoría de los destinos mencionados. Al referirse a Venezuela se añadirían probablemente otras imágenes, surgirían otras asociaciones, como música, jóvenes músicos, niños músicos, fenómeno musical. Elementos como organización, excelencia, el Sistema de Orquestas Juveniles, afortunadamente está cambiando la imagen que del país se tiene fuera.

¿Por qué es relevante conocer las asociaciones que se hacen con Venezuela y estudiar la imagen de marca de nuestro país? Indudablemente, la imagen de marca que proyectemos como país incidirá en nuestra credibilidad a la hora de fabricar y ofrecer productos o servicios, en la capacidad de atraer empresas y por supuesto en nuestro potencial turístico. El punto es que cualquier marca, no importa lo fuerte que sea, es vulnerable y susceptible al manejo que de ella se realice. Esto para nosotros es una buena noticia, pues cuando adquiramos la conciencia del valor de crear la marca Venezuela, es mucho el trabajo que tenemos por delante.

Artículo de opinion publicado en El Universal
26 de enero de 2011

Aramís Rodríguez \\ Es ilegal, pero legítimo

TOMANDO LA INICIATIVA

Las oportunidades de negocio de cualquier país están vinculadas a un sistema formal e informal que las regula. El formal: las leyes y normas de las instituciones que hacen legal o ilegal tales oportunidades. El informal: las creencias y valores de la sociedad que las hacen aceptables o inaceptables, es decir, legítimas o ilegítimas.

Generalmente el sistema formal recoge y encarna los valores, normas y creencias de grandes grupos en la sociedad. Cuando se dan incongruencias entre dichos sistemas se generan oportunidades de negocio en tres espacios: economía formal, cuando la oportunidad es legal y legítima; economía informal, cuando la oportunidad es ilegal pero legítima; economía renegada, cuando la oportunidad es ilegal e ilegítima.

Los emprendedores de la economía informal venden productos en los mercados sobre los cuales tienen una influencia limitada, debido a que comparten una identidad colectiva común con un grupo de clientes que ven socialmente aceptable comprar productos ilegales. Tal fue el caso de Napster (música gratis en Internet), en el que el fundador captó el descontento de un grupo de amantes de la música, por no encontrar canciones recientes en la red.

Aunque para muchos era ilegal (infringía derechos de propiedad intelectual), Napster detectó la oportunidad como legítima.La venta de CD y software pirata y artículos de vestir falsos son otros ejemplos de productos ilegales, que son aceptados socialmente. Lo esperado sería que la mayor cantidad de oportunidades de negocio se diesen en la economía formal, ya que esto reflejaría la congruencia entre las leyes institucionales y los valores y creencias de la sociedad.

Artículo publicado en El Mundo en la columna del Centro de Emprendedores
Miércoles, 26 de enero de 2011
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Gustavo Roosen \\ Centralizar para entorpecer la estrategia política

La intención detrás de algunas nuevas leyes, reformas o proyectos de ley no parece ser otra que la de centralizar para entorpecer. Es el caso de la Ley de Reforma Parcial de la Locti ­Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación­, sancionada en diciembre pasado; o el de la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional que cierra la puerta a las posibilidades de financiamiento internacional para las organizaciones no gubernamentales y pone los posibles aportes a la disposición ­y a la discrecionalidad­ del poder central; o, también, el proyecto de ley de universidades, finalmente vetado.

La Locti, concebida para impulsar iniciativas en los campos del desarrollo tecnológico, la investigación y la innovación, se convierte ahora en nuevo instrumento para concentrar en una instancia oficial las decisiones sobre una actividad tan compleja, diversa y determinante. Su aplicación había permitido inversiones que contribuyeron a poner de relieve el tema investigación y desarrollo, a estimular iniciativas de las empresas en acción conjunta con investigadores y universidades. Se ganó en capacitación dentro y fuera de las empresas, en patrocinio de programas, en el fomento de esa interacción necesaria entre empresas y universidades.

Reducida la capacidad de selección, las iniciativas de las empresas y de los investigadores deberán alinearse ahora no necesariamente con los grandes fines de la nación, sino con la particular visión de una instancia oficial. Más espacio para las comunas y menos para las empresas, las universidades, academias y centros de investigación y desarrollo privados.Con la nueva ley el concepto de inversión se convierte de algún modo en tributo, en simple aporte fiscal, en instrumento para alimentar un presupuesto paralelo. En los últimos años en Venezuela se ha venido desvirtuando el concepto de la unidad del tesoro y creando, por diversas vías, presupuestos parafiscales que no sólo rompen esa unidad, sino que parecen excluidos del compromiso de rendición de cuentas.

De resultados poco visibles, alimentan, eso sí, una creciente burocracia y se sostienen con una abrumadora publicidad.El espacio de la investigación y desarrollo es demasiado amplio como para concentrarlo en los estrechos límites de la visión oficial. Insertos y en buena medida sobrepasados por la tecnología digital, comenzamos a ser parte, a decir de la investigadora venezolana Carlota Pérez, de la próxima revolución tecnológica, ejemplificada en la biotecnología, la nanotecnología, la bioelectrónica y los nuevos materiales. Hay países que lo han comprendido y tratan de ajustarse al cambio de paradigma tecnológico que, según la consultora internacional e investigadora de la Universidad de Cambridge, está dando lugar a la sociedad del conocimiento, global y sustentable.

Estamos pasando, dice, de la lógica de la energía barata a la lógica de la información barata, lo que abre para América Latina el camino de la especialización en procesamiento de recursos naturales con alta tecnología, camino diferente del asiático, de especialización en manufacturas masivas.Emprender en investigación aplicada se convierte así en una prioridad nacional si no queremos permanecer condenados a una economía minera o de copias.Cuando se revise la ley de universidades haría bien el legislador en consagrar la relación entre universidad y desarrollo científico y tecnológico, y en destacar el potencial que para este objetivo ofrece la interacción empresa-universidad. La modernización del país pasa por la comprensión ­amplia y no excluyente­ del valor del concepto investigación y desarrollo.

Artículo de opinión
Miércoles 26 de enero de 2011
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lunes, 24 de enero de 2011

Antonio Cova \\ Celebración y lucha

Aquella hermosa tarde de un domingo de Agosto de 1993 agarró a la bella e impactante ciudad colombiana de Cartagena de Indias sin un alma en la calle. De rato en rato un grito emocionado brota de cada casa y es eso lo que le prueba a un extraño como yo que la ciudad está viva, vivísima, pero resguardada. Pasan las horas y la emoción contenida torna eléctrica la tarde. Por fin, un pitazo recorre la ciudad como un corrientazo. Es del árbitro que en Buenos Aires ha hecho saber que el juego terminó y mientras un silencio trágico cae sobre el estadio de Buenos Aires, en Cartagena el silencio se transforma en pandemónium.

Colombia ha batido a la Argentina por 5 goles a cero.Esa fiesta, inacabable, que no hacía otra cosa que crecer con más y más gente que se incorporaba a la estruendosa celebración, me transportó instantáneamente a otra que viví completa y totalmente en la Caracas de Enero de 1958. Era la segunda vez que contemplaba la alegría incontenible de un pueblo que ha logrado una gran proeza.¿Y qué es lo que celebraban los caraqueños de aquel ya lejano 23 de Enero? Pues ni más ni menos que la culminación de un esfuerzo concentrado y agotador: el estrepitoso derrumbe de una dictadura, derrumbe que apenas dos meses antes muy pocos se hubiesen atrevido a vaticinar.Rebobinemos. Estamos en Noviembre de 1957. La prensa, cansona, viene repleta de largos manifiestos. Todos ellos encabezados por el servil "Nosotros, los abajo firmantes, convencidos de que el Nuevo Ideal Nacional que dirige nuestro... " y abajo, las firmas de la abyección.

Nóminas enteras de ministerios y gobernaciones obligadas a estampar su firma en un funesto ritual.Y, de pronto, es el jueves 21. Cuando ya la mañana corre veloz a morir en el mediodía, se oye el estrépito de los vidrios que caen hechos añicos en la entrada de la Facultad de Economía de la Universidad Central. Y tras ese ruido, el otro, el del estruendo de mil voces que gritan ¡abajo la dictadura! Era, para mí y para mi hermana que allí comenzábamos nuestro primer año de universidad, un estrepitoso asomo de la otra Venezuela, la que luego de hacerse la dormida durante años, despierta.Hijos de militar como éramos, cuando entendimos que la cosa se iba a complicar y ya no sabríamos qué hacer, abandonamos la Universidad. Al poco rato la temida Seguridad Nacional llegó, con fuerza, a hacer su trabajo.

La Universidad, era de esperarse, fue cerrada de inmediato, al igual que fueron encerrados muchos de los que los eficientes servicios de espionaje de la dictadura pudieron identificar.Igual al que produjera la represión de Ajmadineyad contra los jóvenes de Teherán en Julio de 2009, cuando consumó su gigantesco fraude electoral, un velo de angustia y horror cayó sobre la Caracas de aquel Noviembre. Presta, la dictadura, queriendo convencer a la población de que iba en serio y que no permitiría que le aguaran su Plebiscito aprobatorio del 15 de Diciembre, a la semana reabrió la Universidad. Las vociferantes protestas y las demandas por la libertad de los estudiantes presos le dio la excusa perfecta para cerrarla de una vez por todas.Aquel domingo 15 de Diciembre de 1957 fue un día triste para los venezolanos.

De las dos tarjetas que cada votante recibía: la azul aprobatoria y la roja de negación, debía depositar la primera y llevar a su ministerio la roja, como prueba de haber consumado su humillante castración. ¿Todo se había consumado?Los acontecimientos subsiguientes probarían que no. La hora final de la dictadura había llegado ya. Las torpezas del dictador harían click con la determinación del pueblo.La verdadera lucha se libraría en Enero, culminando con la huelga general del 21 y 22. El 23 de Enero sería la estruendosa celebración desde el momento mismo que un ruidoso avión terminó con la vigilia de los caraqueños: "¡Pérez Jiménez se fue!". Comenzaba la gran fiesta de la democracia.

El 23 de Enero es una fecha pertinaz y su recuerdo ha resistido al desamor y al odio contenido. El pueblo, sin importarle lo que han dejado de hacer las instancias legislativas, lo ha hecho su fiesta de la democracia. Tan agradecidos le estamos de que nos la regalara por más de 40 años que no podemos dejarla en el olvido.Cuando la pesadilla concluya, esa deuda la tenemos que saldar. Será el "Día Nacional de la Democracia" y conmemorará el amor, que sin darnos cuenta los venezolanos le tenemos. Como los griegos de antaño, nos enamoramos perdidamente de la democracia y no queremos perderla, y menos a manos del militarote de turno.

Artículo de opinión
24 de enero de 2011
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viernes, 21 de enero de 2011

José Mayora \\ Diálogo: Una cabilla forrada de terciopelo

La cita constitucional que exige cada año que el Presidente rinda cuentas al pueblo, tuvo un elemento novedoso pues luego de 5 años de hegemonía legislativa, a la AN se incorporan los representantes de la sociedad democrática.Más que hablar del desempeño gubernamental del año 2010, Chávez hizo un recuento histórico de 11 años de gobierno. Para los ciudadanos mayores de edad, con uso de razón y de este domicilio, la Venezuela descrita, no se correspondió con el país que a diario vivimos.

Para la comunidad internacional, se describió el renacimiento de un país que se incorpora a la modernidad y a la grandeza, de la mano de un líder demócrata capaz de escuchar, reconocer errores y con voluntad para convocar a la unidad.En este discurso resaltaron tres ofertas: reconoció el rol de adversarios a los que hasta ayer nada más eran enemigos, los convocó a un reencuentro respetuoso de diálogo y ofreció devolver la ley habilitante. No es la primera vez que Chávez invoca el diálogo y la concordia, como tampoco la primera vez que los sepulta, de allí que nos asalten algunas dudas: ¿para quién habló Chávez?, ¿qué hay detrás de esas ofertas?, ¿en caso de aceptar la invitación al reencuentro no supondrá, una vez más, poner la otra mejilla?

Si la voluntad de diálogo y rectificación es cierta, por qué esperar 5 meses para devolver la habilitante, por qué la AN no deroga el reglamento interno y por qué no se revisan también las restantes leyes aprobadas entre gallos y medianoche.Cómo se puede creer en un rencuentro respetuoso cuando diez días antes, el PSUV desconoció al 41% de la voluntad popular y no le reconoció ningún cargo directivo en la AN. Ese mismo día, en un lamentable acto de masas, Chávez pidió que trituraran a los diputados de la oposición a lo que el nuevo presidente del Poder Legislativo le contestó que le caerían a c…….s: ¿entre quiénes se dará el mentado diálogo? Chávez ha dicho en innumerables oportunidades que no hay diálogo posible con los enemigos del pueblo:-¿qué ha cambiado en el país para que los enemigos ahora sean adversarios?-¿cuáles son los signos visibles que denotan un cambio en la orientación del chavismo para creer en un diálogo?

La decisión de Chávez es la de construir un nuevo modelo de sociedad socialista que no está en discusión, que no formará parte del diálogo, a pesar que más de la mitad de los ciudadanos no quiere tal cosa y muchos de sus seguidores tampoco. En ese escenario, no hay posibilidad de diálogo a menos que la oposición reconozca en el socialismo, el verdadero camino hacia la grandeza: dentro del socialismo todo, fuera del socialismo nada. Chávez no va a abandonar su proyecto de vida, entonces: ¿en qué consistirá el diálogo?El maratónico discurso de Chávez no se dirigió ni al país ni a los diputados de la oposición, se lo dirigió al mundo que ya comienza a verle la costura.

Les dijo que la oposición está vendiendo un Chávez que no es él para usar una frase de su cosecha. No olviden que en una de sus intervenciones, Insulza adujo que devolver la ley habilitante podría ser un camino expedito para resolver la crisis: ¿qué mejor demostración de voluntad democrática? Tal devolución no es un gesto democrático sino la obligación de restituirle a la AN su misión de legislar.No hay razones objetivas para creer en la oferta de diálogo. Como en anteriores oportunidades, esta oferta es una especie de cabilla forrada en terciopelo.


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Miguel A. Santos \\ La magnitud del atraso

En los últimos días, a raíz del discurso del Presidente en donde en teoría debía rendir cuentas por los últimos doce años, muchos se han dado a la tarea, cada uno en su área, de explicar qué es lo que no se ha hecho. Porque con una bonanza petrolera de la magnitud que hemos tenido es evidente que no se puede citar como único mérito el que esto se haya mantenido en pie (si es que eso se puede decir, al menos hay más de 150.000 que ya no están en pie).

Esa dimensión, la de lo que no se ha hecho, nos saca de la atontada realidad en la que vivimos y nos pone en presencia de lo que pudo haber sido (y podemos llegar a ser). Ese es acaso uno de los retos más difíciles de quienes hacen política: alimentar la imaginación del venezolano con la posibilidad de alcanzar un nivel de bienestar superior, que quizás no hayan tenido antes. Algo así como la república aérea de Bolívar, pero en términos de bienestar.

En economía los números son devastadores. A pesar de la colosal bonanza petrolera, el ingreso por habitante promedio ha crecido 4,8% en doce años, que viene a ser 0,4% anual. Los farsantes (los hay de lado y lado) suelen decir que Venezuela "siempre ha sido un país de bajo crecimiento". No es verdad, Venezuela fue el país de mayor crecimiento económico en el mundo entre 1950-1977 y también creció lo suyo entre 1990-1992. (Pero en fin: Analistas económicos y políticos son dos ocupaciones muy de moda por estos días, y a veces ambos se funden en uno sólo) ¿Qué han hecho otros países en ese tiempo? No vamos a citar el caso de China, cuyo ingreso promedio ha crecido en doce años 161% (8,3% anual) o el de la India, que ha crecido 85% (5,3% anual).

Vamos a pensar en gente como nosotros. Entre 1999 y 2010, Chile consiguió incrementar el ingreso promedio de cada habitante en 36% (2,6% anual). Bueno, te dicen, Chile tuvo a Pinochet (a quien se sobreestima, se olvida que su gestión económica fue un rotundo fracaso hasta 1982 y que la democracia volvió en 1990, hace ya veinte años). "Es un caso distinto". Hablemos de Argentina y Brasil. En los doce años de Chávez, ambos consiguieron incrementar su ingreso por habitante 25% (1.8% anual). ¿Tampoco? Veamos Perú y Colombia. Perú consiguió aumentar el ingreso real promedio de sus habitantes en 47% en doce años (3,2% anual). Colombia ha conseguido crecer 14% por encima del crecimiento poblacional (equivalente a 1,1% anual). Y hasta en México, que no ha tenido doce años fáciles, el ingreso promedio creció más del doble de lo que creció el nuestro: 12% en doce años (0,9% anual).

Visto de otra forma, al ritmo de crecimiento de Venezuela tomaría 98 años crecer lo que ha crecido Perú en doce, 33 años crecer lo que ha creció Colombia y 29 años lo que creció México en ese mismo período. Y cuando se hacen todas estas cuentas hay que considerar que el resto de América Latina ha recibido el impacto negativo de los precios del petróleo, que para Venezuela representa viento a favor.

Muchos de esos países aún tienen ingresos promedio que en términos absolutos están por debajo de Venezuela. Pero con esas enormes diferencias en las tasas de crecimiento, es sólo una cuestión de tiempo. Hecho en socialismo.

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21 de enero de 2011
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jueves, 20 de enero de 2011

Ramón Piñango \\Obra son amores

En su reciente intervención ante la Asamblea Nacional, el presidente Chávez hizo un llamado al diálogo y señaló su disposición a escuchar a la oposición. Fue muy reiterativo en su llamado y unas cuantas veces se autocalificó de demócrata. Habló con ansiedad, esforzándose para que le creyeran. ¿Por qué tanta insistencia y tanta ansiedad? Hugo Chávez hoy necesita como nunca ser considerado un demócrata presto a escuchar las voces de la oposición.

No las tiene todas consigo. Problemas nacionales tan graves e impopulares como la inseguridad personal, la inflación y el creciente déficit de viviendas, acosan al Gobierno y lo asustan. Por otra parte, en el chavismo hay gente sensata que, con perplejidad y preocupación, percibe la inocultable incompetencia para atender problemas relativamente sencillos como las destrozadas vías públicas.

A esa gente debe alarmarle el incidente de los damnificados arrollados por un autobús, cuando manifestaban por las pésimas condiciones del refugio que les habían asignado. Y más aún debe alarmarles la conducta irresponsable del alcalde del PSUV y el torpe trato del general que se hizo cargo de la situación de los refugiados. ¿Cómo no vincular toda esta realidad con la caída en la popularidad del máximo líder, popularidad que, sin duda, constituye el verdadero capital político del oficialismo? A la realidad nacional se suma el rápido ritmo en que la comunidad internacional le ha ido perdiendo aprecio y estima al Gobierno venezolano y, en particular, al Presidente. Son frecuentes los comentarios de los medios internacionales sobre la pobre disposición democrática del líder del socialismo del siglo XXI.Ante ese deshilachado panorama, el régimen enfrenta la necesidad de hacer algo para ganar puntos perdidos o para controlar los daños causados por evidentes errores políticos.Tal necesidad explica tanto llamado al diálogo y tanto repetir "soy democrático".

Eso se entiende. Sin embargo, el discurso presidencial delata las carencias presidenciales. Obras son amores y no buenas razones. Si Hugo Chávez tiene que repetir y repetir que quiere dialogar y que es democrático es porque obviamente teme que no le vayan a creer. Casi dijo: "Les juro que soy demócrata".Tiene que recurrir a un exceso de palabras porque, consciente o inconscientemente, sabe que sus procederes no son democráticos. De una u otra forma en su cerebro procesa lo que ha hecho con la juez Afiuni, con los comisarios, con los tres diputados electos a quienes no se les dejó incorporarse a la Asamblea, tantas expropiaciones hechas de manera ilegal. Se recuerda de Franklin Brito. Sabe cómo le incomodan las críticas de la oposición y que ni siquiera tolera las discrepancias en su entorno más cercano. Sabe también que la gente no olvida el cierre de RCTV y muchas estaciones de radio, ni tampoco las amenazas contra Globovisión.

Las convicciones democráticas no se demuestran con palabras sino con hechos. A Hugo Chávez le han sobrado oportunidades para mostrar al país y al mundo su vocación democrática y, sin embargo, no las ha aprovechado. Su conducta política se puede resumir en pocas palabras: concentrar todo el poder en sus manos. Así eliminó la división de poderes para abrir las puertas a todo tipo de abusos y arbitrariedades.Sin esa separación no hay discurso ni promesas o juramentos que valga.

Para ser creído, el Presidente tendría que hacer cambios radicales en su gobierno, como, por ejemplo, acordar con la oposición la designación de un fiscal creíble y confiable para los más amplios sectores del país. Tal cosa hoy es improbable. Él y sus colaboradores se acostumbraron a gobernar con todo el poder. No podrían actuar de otra manera.El régimen está atrapado en sus propias prácticas políticas

Artículo de opinión
Jueves 20 de enero de 2011
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martes, 18 de enero de 2011

Carlos M. Allison\\ Educación basta de historias

En Basta de historias, el último libro de Andrés Oppenheimer, se hace evidente la causa del atraso de América Latina: la pobreza de su sistema educativo. Cifras elocuentes: la calidad de la educación primaria y secundaria es bajísima, el número de días y horas dedicadas al estudio se encuentra entre los menores del mundo, las pruebas internacionales como PRISA nos dejan mal parados, la escolaridad no pasa de 6 años.

Peor aún, mientras que en los países que progresan la educación tiene la vista puesta en el futuro, en estos lares y especialmente en Venezuela, el objetivo está centrado en el pasado.Que se cultive la historia, nos parece bien, pero solo mirar al pasado es dramático, en particular cuando existe un tamiz ideológico. Mientras que en Corea del Sur y Japón, y ahora también en China, los estudiantes tienen un calendario que supera los 200 días al año, nosotros andamos por los 180, en el papel, y un promedio real de 160, hasta menor cuando hay elecciones o algún desastre natural.

Las condiciones, para espantar a los estudiantes: 20% carece de agua potable, 33% no tiene baños suficientes y más del 60% no tienen computadoras. ¿Cuántos no reciben clase de matemáticas? Cada año, el inicio de clases es un drama, en elevada proporción las escuelas públicas abren 15 días o un mes después de la fecha establecida.El autor ilustra cómo deben competir los estudiantes para ingresar a una universidad y cómo cada país privilegia a un cierto número para que adquieran un nivel internacional de excelencia. Coloca énfasis en algo que muchos sabemos, la necesidad del patronazgo de los egresados y aportes del sector privado para financiar el gasto de las universidades, realizar las inversiones requeridas, formar investigadores, docentes y tecnólogos para contribuir al desarrollo del país.

Mirar al futuro
En los países con éxito, la educación mira hacia el futuro. Círculos virtuosos con las empresas y los egresados para mantener y elevar la calidad de las universidades. Estas compiten entre sí, ya que el prestigio atrae a los mejores estudiantes, profesores y fuentes de financiamiento. En América Latina los gobiernos las nivelan hacia abajo o las sepultan por no tolerar ni la libertad de expresión, ni la formación de talento. Cuando el nuestro descubrió que la LOCTI había creado colaboración entre empresas y universidades que miraban hacia el siglo XXI, acabó con esta ley.

Cuando percibió que las universidades autónomas eran fuente de no sumisión, inflaron otras con estudiantes, pero sin bibliotecas o laboratorios y trataron de imponer otra ley para someterlas ya que es más importante que se dediquen a indagar sobre supuestas trazas de veneno en los restos del Libertador, el ideario educativo del siglo XIX o las ideas de Marx y Fidel, que sobre Física del Estado Sólido, Biotecnología, Ingeniería Electrónica o Medicina. Por eso es que Corea del Sur registra más patentes por año que todos los países de América Latina juntos.

Artículo de opinión
18 de enero de 2011
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lunes, 17 de enero de 2011

Pedro Palma \\ 2011, año difícil?

Después de dos años de recesión y altísima y creciente inflación, los voceros gubernamentales nos han vendido 2011 como de recuperación económica y de moderación inflacionaria. Si bien deseo que así sea, no creo realistas esas expectativas optimistas. Por el contrario, estoy convencido de que este será un año difícil con alta presión sobre los precios, reducción de la capacidad de compra, limitadas posibilidades de empleo y muy pobre desempeño económico. Con respecto a la inflación, no veo razones para que este año la misma baje. Por el contrario, una serie de factores contribuirán a mantenerla en los elevados niveles del año pasado, o incluso superarla.

El recrudecido acoso a la actividad productiva privada contribuirá a restringir la oferta local de bienes y servicios, y se podrán presentar problemas de desabastecimiento en caso de que los controles de precios, producción y distribución arrecien de tal forma que condenen a los productores y comerciantes a trabajar a pérdida, o bajo condiciones muy adversas. También contribuirá a restringir la oferta la merma de la producción y de la productividad en las empresas expropiadas, ahora manejadas de forma cada vez más ineficiente por el Estado, así como los efectos por las pérdidas de cosechas y semovientes debido a las inundaciones de diciembre pasado.

Si bien el Gobierno puede intentar compensar esas mermas de oferta interna con importaciones, la devaluación reciente, combinada con el notable encarecimiento de los commodities a escala mundial, particularmente los de origen agrícola, harán mucho más costosas esas compras foráneas, lo que contribuirá a elevar los precios de una serie de productos básicos, en especial los alimentos; es ilusorio pensar que estas presiones alcistas se puedan neutralizar con el recrudecimiento de los controles de precios anunciados por el Gobierno.

La alta inflación, combinada con ajustes menos intensos de las remuneraciones, particularmente las de las personas que trabajan para el sector público, hará que, al igual que en los tres años anteriores, la capacidad de compra de los venezolanos se siga contrayendo, particularmente la de los más pobres, ya que la elevada inflación de alimentos y medicamentos a quien más afectará será al segmento de la población de menores ingresos. Esto, combinado con una generación de empleo cada vez más limitada, y con mayores restricciones de financiamiento bancario a personas naturales, hará que los gastos de consumo privado se mantengan reprimidos, o incluso continúen bajando.

Por su parte, la formación bruta de capital fijo del sector privado seguirá cayendo, ya que serán muy pocos los que querrán invertir en un ambiente tan enrarecido y hostil hacia el sector empresarial como el que tenemos.Nos debemos preguntar entonces qué puede generar una sólida recuperación económica si el consumo y la inversión continuarán constreñidos, y si el Gobierno se empecina en imponer un esquema de producción que ha fracasado en todas las economías del orbe donde se ha implantado.

Creo que la respuesta a esa interrogante no es alentadora, y es lógico prever que la actividad productiva de este año seguirá mostrando una gran debilidad, lo que hará que, en el mejor de los casos, se produzca un crecimiento marginal como producto de un rebote después de dos años de severa caída. Esto, de darse, no sería el inicio de una sólida recuperación económica que sacará la economía de la postración en que se encuentra, sino más bien un evento circunstancial de poca significación.

Artículo de opinión publicado el 17 de enero de 2011
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viernes, 14 de enero de 2011

Miguel A. Santos \\ La república exhausta

La semana pasada decía yo que en los últimos doce años Venezuela había recibido 516.280 millones de dólares por exportaciones petroleras, 245% más que en los doce años previos a Chávez. Siendo un período tan largo, habría que ajustar por la inflación en dólares (hoy no valen lo mismo que hace 24 años). Tras ese ajuste, la cifra se reduce a 141%. También somos muchos más.

Como la población ahora es 24% mayor que hace doce años, las exportaciones petroleras reales por persona son ahora 95% más altas. Por donde se le mire y tras los ajustes que se le quieran hacer, es un período de bonanza descomunal. Es como si al final de estos doce años, en diciembre pasado, a cada venezolano le hubiesen hecho un cheque por 21.875 dólares (1.823 por año). Hace doce años, el cheque habría sido apenas de 11.740 dólares (978 por año). ¿A dónde se ha ido todo ese dinero? Uno tiene que pensar que si el Gobierno no existiera, y alguien se hubiese tomado la tarea de distribuir la renta petrolera, a todos nos hubiese tocado 95% más (¡en dólares!).

Uno también se puede imaginar que con ese cheque, al menos a los fines de las estadísticas del INE, habría sido posible eliminar por completo la pobreza. ¿Por qué digo esto? Porque según una de esas reglas prácticas de los organismos internacionales (esos que suele citar el Gobierno cuando las estadísticas son favorables y vilipendiar cuando no es así, tipo Insulza), en pobreza crítica se encuentran quienes viven con menos de un dólar al día, y en pobreza relativa en general con menos de dos dólares diarios.

Un cheque de 1.823 dólares cada año le hubiese dado a cada venezolano en promedio unos cinco dólares diarios, todos y cada uno de los 4.380 días de los últimos doce años. Sin embargo, la producción por habitante en estos doce años ha crecido apenas 5% y ni siquiera el gigantesco boom del volumen de consumo (43%) alcanza para explicar el destino de la mitad de los recursos recibidos. Pero la cuenta no termina ahí. También en estos años el endeudamiento del sector público consolidado ha crecido de forma colosal.

Si uno realiza cálculos similares a los anteriores para nuestros niveles de deuda se da una coincidencia interesante: Ha crecido en 240% en doce años, que en términos reales (corrigiendo por inflación en dólares) representa 140%, lo que equivale a decir que cada venezolano debe ahora 95% más en términos reales que hace doce años. ¡Idéntico al ingreso petrolero!Más allá de esta curiosidad estadística, se hace cada vez más evidente que el desgobierno de Chávez dejará a Venezuela en la bancarrota total, sin activos de valor, sin reservas internacionales, con una enorme deuda y con una fracción de la producción petrolera futura ya cobrada por adelantado.

Es decir, lo que dejó Lusinchi y el año 1989 van a parecer un paseo por el Parque del Este al lado de esto.Pero como decía el Presidente Nixon, hope for the best, but plan for the worst. No sólo es que ese escenario se puede enfrentar, sino que alguien tendrá que hacerlo porque sí. Siendo tan previsible como lo es, y tan imprevisible el qué podría ocurrir con el curso del poder, no queda otra que empezar a planificar para entonces. Lo más difícil es creérselo.

Artículo de opinión publicado el 14 de enero de 2011
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jueves, 13 de enero de 2011

Rosa María Rey \\ Pagar deuda y gastar otra vez para ganarle a la inflación

Dejar el pago de los créditos, tarjetas y otras deudas para después de febrero podría convertirse en un gran dolor de cabeza. Con las proyecciones de altos índices inflacionarios en el país, es preferible cancelar otros gastos, y salir del endeudamiento.Si el consumidor paga las deudas en estos dos primeros meses, tiene más posibilidades de adquirir otro financiamiento bancario para después del primer trimestre de este 2011.

El comportamiento de consumo en estos dos primeros meses del año suele ser bastante bajo, comenta un analista estadístico de una consultora financiera. Es por ello que la sugerencia es aprovechar para cancelar lo más que se pueda los créditos adquiridos.Rosa María Rey, analista financiera y profesora del Iesa, recomienda, sin embargo, adelantarse a los gastos que sean prioritarios para cada quien. "Si la persona tiene un tratamiento costoso de medicinas, le sugiero que compre los medicamentos cuanto antes, y que pague las deudas después", dice.

A pesar de que la tendencia de consumo en los primeros meses del año en Venezuela se caracterizaba por ir de compras, por las rebajas en las tiendas, el comportamiento ha ido cambiando desde hace tres años. "Sobre todo con los anuncios de devaluación", comenta la especialista. Desde ya se pueden apreciar en algunas tiendas por departamento que las compras no son iguales, pero sobre todo por la falta de oferta. Es el caso de las famosas almohadas del GOS de las tiendas Beco, que desaparecieron apenas una semana después de haber anunciado las rebajas.

"En enero la inflación suele ser baja, pero con las devaluaciones en el primer mes del año las rebajas son escasas", explica Rey, también asesora financiera. Y es que ninguna tienda coloca su mercancía en oferta con una moneda devaluada.Lo que no está regulado probablemente sea más caro en los próximos meses, interpreta la asesora de finanzas personales."Lo recomendable es bajar la deuda de las tarjetas de crédito, y en seguida comprar productos y bienes de consumo de alta necesidad para el consumidor; lo importante es no dejar que el banco cancele las tarjetas, que es un modo de extensión del salario de los venezolanos", dice Rey.

Oferta y demanda
Según la Superintendencia de Bancos (Sudeban) en enero del año 2008, los venezolanos gastaron con la tarjeta de crédito un total de Bs.F. 14.294 millones, una cifra que se incrementó en 57 por ciento para el mismo mes del año 2010, cuando el financiamiento de este tipo creció a Bs.F. 22.565 millones. Los clientes bancarios han incrementado el uso de las tarjetas de crédito, sobre todo en tiempos de bajos ingresos; en este caso, justo cuando las utilidades ya desaparecieron.

"Si usaste las utilidades es natural que ahora no tengas con qué gastar en las rebajas, los venezolanos están pasando por un fenómeno en donde no hay suficiente oferta, pero tampoco consumo", comenta la profesora del Iesa. Es razonable que ante la expectativa económica del país los consumidores prefieran gastar menos, o al menos gastar en lo que realmente necesiten."Los consumidores venezolanos, por la devaluación, tienen que hacer un ejercicio presupuestario y comprar todo aquello que no esté regulado por el Gobierno", aconseja Rey.

Entrevista publicada en El Mundo
13 de enero de 2011

miércoles, 12 de enero de 2011

Gustavo Roosen \\ En memoria de Bello

El veto presidencial a la Ley de Educación Universitaria y la acción ciudadana que le precedió han tenido la virtud de poner de relieve el valor del ejercicio democrático de la disidencia y, al mismo tiempo, de reafirmar la voluntad nacional de mantener en primer plano de discusión temas tan fundamentales como el de la educación.

Desde la oposición democrática e incluso desde sectores académicos cercanos al Gobierno se levantaron voces para detener el sinsentido de la radicalización ideológica, de la pérdida de la autonomía universitaria, de la concentración de poder en las instancias oficiales, de la presencia absorbente del Estado rector, de la pretensión de control político, de la desfiguración de la democracia participativa, de la intención de hacer de las universidades centro de difusión de una única línea de pensamiento.

El regreso del tema a la Asamblea y, ahora sí, a la discusión pública, es el momento para las propuestas. Es, por ejemplo, el momento para relanzar el proyecto de ley de educación superior, elaborado por profesores de 7 universidades y presentado en diciembre pasado, con el respaldo de cerca de 40.000 firmas, a la Asamblea Nacional. Hay allí coincidencias con lo mejor del proyecto oficial pero, sobre todo, lineamientos para una universidad plural, abierta al pensamiento libre y democrático, crítica, en permanente renovación, centro de creación de pensamiento, motor de modernización, comprometida con la excelencia, profundamente integrada al país y simultáneamente abierta al mundo y al intercambio global.

Más allá de esta ley, es también el momento para retomar el tema de la educación como prioridad nacional. Y qué mejor que hacerlo bajo la tutela de la figura educativa más admirada en Latinoamérica, Andrés Bello. Su nombre honra ya a una universidad desde la cual han surgido múltiples iniciativas para el mejoramiento de la educación y en cuyo seno se inició la discusión del proyecto de ley presentado por los ciudadanos.

En esta hora, cuando el país percibe con urgencia la necesidad de un nuevo diseño para la actividad educativa, la memoria de Bello bien podría ser la inspiración para alcanzar en la Asamblea Nacional un acuerdo solemne que, llevando su nombre, comprometa la aprobación de leyes que modernicen y apoyen la educación en todos los niveles, corrijan las entorpecedoras normas de la nueva Locti, promuevan la formación, capacitación y remuneración del educador, doten el sistema educativo de disposiciones legales que hagan efectivamente de la educación el mayor objetivo nacional, su principal actividad y la primera herramienta para su modernización y desarrollo.

El centro de atención del país se ha desviado de lo verdaderamente esencial, que debería ser la educación. Venezuela es un país en deuda con el compromiso de los 200 días del año escolar, un país carente de una ley que promueva y desarrolle la profesión docente, donde se han abandonado los programas sociales orientados al estudiante, un país que no ha asumido la opción mundial por el conocimiento y la innovación. Lo ha asumido China, cuyas autoridades se propusieron recientemente como meta para 2015 registrar anualmente 2 millones de nuevas patentes a fin de ponerse a la vanguardia de la investigación mundial.

Lo ha entendido José Mujica, el presidente de Uruguay, cuando ha dicho: "El puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación".La Casa de Bello y el próximo Día del Educador, el 15 de enero, podrían ser el lugar y el momento para relanzar un proyecto de escala nacional en el que participen todas las fuerzas políticas y el sector educativo del país en su más amplia extensión.

Artículo de opinión
Miércoles 12 de enero de 2011

martes, 11 de enero de 2011

Miguel A. Santos \\ 12 años: los números de la revolución

Vale la pena analizar las cifras oficiales de estos últimos doce años. ¿Por qué? Porque es un período suficientemente largo como para verificar la naturaleza infalible de algunos principios de economía, esos mismos que se suelen encontrar en los libros de Macro 101 y que el Gobierno se empeña en ignorar. Además, de ahí se derivan un conjunto de lecciones que nos podrían ser útiles una vez que pase el diluvio y se detenga la destrucción.

En doce años, el Gobierno ha recibido por exportaciones petroleras 516.280 millones de dólares. ¿Y eso es mucho? Para hacerse una idea, basta decir que es 245% más que los 149.600 millones de dólares recibidos en los doce años previos. Pero eso no ha sido todo. Chávez en 1998 recibió un país con una deuda pública de 27.900 millones de dólares, que representaban apenas 29% del tamaño de nuestra economía. Hoy en día la deuda pública asciende a 95.000 millones de dólares, equivalentes a 70% de nuestra producción. ¿Qué se hizo con esa enorme cantidad de divisas? 62% se destinó a importaciones (consumo), 28% salieron del país, en una colosal fuga de capitales estimulada por las emisiones bolívar-dólar del propio Gobierno.

Lo demás fue a fortalecer reservas (apenas 3%) y otros usos. ¿Cuánto ha crecido nuestra economía? La producción por habitante ha crecido 5%, un mísero 0,4% anual. Doce años perdidos. Mientras tanto, al cierre del 2010 el consumo por persona era 43% más que en 1998, equivalente a 3% anual. Esa es la esencia pura de la revolución: Promueve un socialismo-comunismo que destruye la capacidad productiva, mientras procura evitar la correspondiente caída en el consumo haciendo uso de la renta petrolera y el endeudamiento. Entre 1999-2010 el salario promedio creció 740% (19,4% anual), mientras la inflación registrada fue de 1006% (22,1%).

Es decir, el poder de compra del salario ha caído 24% en doce años. El boom de consumo no tuvo como contrapartida un boom de salarios reales, sino el aumento del gasto público y las transferencias del Gobierno. Así se manipulan y chantajean empleados públicos, contratistas y receptores de programas sociales. Al contrario de lo que se predica, la devaluación y la inflación no resultaron de la especulación. Mientras la liquidez ha crecido en doce años 2.676%, nuestras reservas apenas se duplicaron. En 1998 había 0,7 bolívares por cada dólar en reservas, ahora hay más de 9,7. Aumentar el circulante en 32% anual, en un país que crece muy poco, sólo puede generar inflación.

La paridad del poder de compra, una de esas leyes vilipendiadas por todos, se cumple de forma asombrosa: Inflación promedio anual de 22%, mientras la tasa oficial se ha devaluado 18% anual y la paralela 25%. Si ya de por sí íbamos a tener que devaluar el diferencial entre nuestra inflación y la de los demás, ¿por qué no hacerlo de forma gradual, en lugar de esperar años y luego recurrir a macro-devaluaciones?

En resumen: Destrucción de la producción, crecimiento cero, gigantesco boom de consumo cortesía del petróleo, más inflación y más devaluación. La revolución nos trajo de vuelta a la política del siglo diecinueve, en medio de una economía idéntica a la del decenio Herrera-Lusinchi. ¡Qué fenómeno!

Artículo de opinión
Publicado el 07 de enero de 2011
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lunes, 10 de enero de 2011

Los más pobres son los que resisten la alta inflación

PERSPECTIVAS Inflación en 2010 fue de 27,2%
Palma: Los más pobres son los que resisten la alta inflación

El economista Pedro Palma cree que los factores de presión inflacionarios siguen presentes.Aboga porque el Gobierno evalúe su política económica
* Según BCV aumenta la escasez y disminuye variedad de marcas* Prevén elevar controles para frenar alza de precios

YANETH FERNÁNDEZ EL UNIVERSALviernes 7 de enero de 2011 11:38 AMCaracas.- Lejos de la confianza que trata de imprimir el Gobierno en materia de inflación, las cifras reales apuntan que 2011 no será un año fácil. Para el economista Pedro Palma, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, la tasa de 1,8% que se registró en diciembre -para un acumulado en 2010 de 27,2%- indica una serie de aspectos importantes, que el desabastecimiento está aumentando y que en consecuencia, los factores de presión inflacionarios están allí, siendo probable que se acentúen en enero por la pérdidas de productos agrícolas y pecuarios durante las lluvias, sin contar con las modificaciones cambiarias.

Palma precisó que tan solo en el Área Metropolitana de Caracas la inflación promedio se ubicó en 29%, mayor a la puntual. Según el economista, este dato no puede valorarse como un mero índice, más bien debe considerarse para saber cómo está de afectada la capacidad de compra de los ciudadanos. "Los ciudadanos tuvieron que invertir 29% más que en 2009", agregó en entrevista a El Universal. Lamentó que la inflación afecte a todo el mundo, pero sobre todo a los más pobres, porque se reducen sus posibilidades de mejoras de calidad de vida.

Apuntó que la inflación promedio más alta la sufrió 32,3% de la población que representa el estrato más pobre y eso obedece porque la acelaración de los precios se concentró en los alimentos. A su juicio, "eso es algo que debe tener muy preocupado al Gobierno, porque los más pobres son los que están resistiendo la alta inflación. Eso se puede traducir en una reducción del apoyo político". El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas considera además que no puede pasar por desapercibido el ajuste cambiario, porque afectará la importación de alimentos y medicamentos.

"Es lógico prever que la inflación en esos rubros va a seguir siendo muy alta y por lo tanto, los que la padezcan sea el segmento más pobre".Pedro Palma precisó que el control de la inflación parte de una disciplina monetaria y fiscal, de la autonomía del Banco Central de Venezuela, del estímulo a la inversión para incrementar la productividad, y minimizar los controles que distorsionan la producción y los precios. De lo contrario,"estamos condenados a padecer la imayor inflación del mundo".

Entrevista publicada en El Universal
http://www.el-universal.com/2011/01/07/eco_ava_palma:-los-mas-pobre_07A4945571.shtml
10 de enero de 2011
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