miércoles, 8 de mayo de 2013

Ilusión de conflicto

"La escogencia fundamental es si uno quiere vivir la vida como héroe o como víctima", reflexiona Ricardo Villasmil, profesor del IESA. Publicado en El Universal, el 4 de mayo de 2013.


Basta con echarle un vistazo a la situación del país para percatarse de que "esto" se derrumba. Cada quien tiene su definición de lo que es "esto". Para algunos es Maduro, para otros los herederos de Chávez y para otros, el chavismo.

Es ciertamente tentador personalizar los problemas y es sin duda nuestro primer impulso como seres humanos. El problema es Maduro. O Diosdado. O Giordani. Algo similar a lo que nos sucede cuando nos va mal en el trabajo, en el colegio o con su pareja: mi jefe es una plasta, mi maestra la tiene agarrada conmigo y mi novia es muy celosa. Pero claro, las cosas nunca son tan simples y su entendimiento reclama una visión más profunda y autocrítica. 

Lo que se derrumba hoy en Venezuela es mucho más que una persona o un proyecto político. Se derrumba una forma de entendernos a nosotros mismos y a nuestra relación con el Estado. Así como en los ochentas se derrumbó lo que Naím y Piñango llamaron "una ilusión de armonía" o el bienestar artificial e insostenible que vivíamos, lo que se derrumba ahora es "una ilusión de conflicto" idea según la cual la construcción de la sociedad y del Estado que queremos requiere primero de la destrucción total de los que tenemos. 

Un buen amigo me dijo una vez que la escogencia fundamental que uno hace en su vida es si uno quiere vivir la vida como héroe o como víctima. El proyecto chavista escogió concebirnos como víctimas, concepción fatalista que solo lleva al resentimiento y éste a la resignación pasiva o al conflicto destructivo. El chavismo interpreta todo desde esa concepción: nuestra historia es una de unos españoles que vinieron a abusar de "nosotros". Y en esa historia, con quién nos identificamos? ¿Quiénes somos nosotros? Los indígenas y los esclavos de origen africano, claro. Y así todo lo demás. Los empresarios son explotadores y los trabajadores explotados. Los ricos malos y los pobres buenos. 

La concepción del héroe es radicalmente distinta. Las desventajas y los obstáculos no son vistos como razones para justificarse y postrarse, sino para levantarse más temprano y vencer las barreras de la exclusión para luego integrarse y construir un mundo distinto desde adentro con la mirada puesta en el futuro. No para enfrentarlo desde afuera para destruir ese mismo mundo con la mirada puesta en el pasado. 

¿Qué quiere ser usted?

@rvillasmilbond; www.ricardovillasmil.com

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