Ernesto Blanco, profesor del IESA, considera que la pérdida de apoyo internacional puede ser un paso en el camino de la recuperación de la democracia. Publicado en El Universal, el 14 de mayo de 2013.
Haciendo un ejercicio automotivación y evaluación objetiva de los recientes acontecimientos políticos, podemos afirmar que la agresión y autoritarismo extremo ocurridos en Venezuela pueden tener efectos positivos en el desarrollo de nuestra historia. El presidente de la Asamblea ha afirmado que: "la oposición debió haber rezado mucho para que Chávez siguiera vivo; él era el muro de contención de muchas de esas ideas locas que se nos ocurren a nosotros. Él imponía su liderazgo, su prudencia y su conciencia y nos evitaba actuar en muchas ocasiones con estas ideas locas nuestras".
En estos catorce años, muchos hemos pensado que buena parte de quienes nos gobiernan son tan radicales, que no les importa ejecutar cualquier arbitrariedad para justificar sus fines. Así, hemos visto al secretario de deportes del Zulia expresar que "Pueden ir a donde les dé la gana, al ministerio del Trabajo, a los tribunales, pero los vamos a sacar", refiriéndose a los empleados de la gobernación del Zulia que votaron por Capriles. En otra declaración, el ministro de Vivienda y Hábitat, expresó que "No acepto militantes de partidos fascistas, quienes quieran ser militantes de Voluntad Popular... que renuncien, porque sino yo mismo los voy a botar; se los digo con toda claridad, no me importa en absoluto lo que dicen las normas laborales".
Días después, en una discusión en la Asamblea Nacional, el diputado William Dávila recibió el impacto de un micrófono lanzado desde la bancada oficialista. Varios puntos de sutura y la fortuna de no haber perdido un ojo, fueron los resultados de esta acción pues, a la fecha, no se sabe quién lanzó el artefacto. Luego de lo que parecía un hecho extremo, un grupo de diputados oficialistas propinaron una paliza a diputados opositores; la consecuencia: tres diputados, una dama entre ellos, seriamente heridos. Hasta ahora, no hay responsables.
Alcanzar los fines
Cuando Chávez vivía hubo mucha arbitrariedad, pero toda dentro de la ley. Retorciéndola o mal interpretándola, pero comunicando al mundo que todo se hacía apegado a la Constitución. La comunidad internacional lo apoyaba, porque además de la cantidad de dádivas que éste repartía, siempre era ejemplo de legalidad. Ahora, al caer el muro de contención, la legalidad no importa. No es importante guardar las formas solo alcanzar los fines. En consecuencia, a los actuales gobernantes no les importan las normas. El presidente de la Asamblea Nacional impide el derecho de palabra a los diputados opositores y hasta ha amenazado con suspenderles el sueldo.
Ya no se pueden justificar internacionalmente tales acciones. Ahora, hasta los países "amigos" censuran lo que pasa en Venezuela y, quizás, algunos ya habrán inferido que esto no es nuevo, sino que estaba maquillado por el muro del habilidoso líder que nos gobernaba. La pérdida de apoyo internacional puede ser un paso adelante en el camino de la recuperación de la democracia y las instituciones.
Profesor del IESA
eabm@cantv.net
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