viernes, 24 de mayo de 2013

Patriotas, realistas y ambidiestros

 "No existen burgueses que quieran ser pobres, ni pobres que no deseen ser ricos", asegura Carlos Machado Allison, profesor del IESA. Publicado el 21 de mayo de 2013, en El Universal

Aunque fue más una guerra civil que otra cosa, nos enseñaron que había dos bandos en pugna: los patriotas, hacendados y comerciantes burgueses inspirados por cosas como la libertad económica y los derechos humanos, y los realistas que defendían el gobierno autocrático de España, sus monopolios y modos feudales de producción.

Dos siglos después, con diferencias marcadas por la historia seguimos divididos. Ahora tenemos patriotas que salen a trabajar todos los días para mejorar su situación económica e ingresar, o mantenerse, en la clase media, conocidos en el lenguaje marxista como "burgueses". El término nace a fines de la Edad Media cuando en la Europa de aristócratas y siervos, aparece gente que se ganaba la vida como artesanos, comerciantes, clérigos o profesores en las pequeñas ciudades llamadas burgos. Gentes que iban construyendo comunidades con nuevas reglas y derechos, que luego darían lugar a ideas liberales, parlamentos y gobiernos democráticos. Por el contrario los defensores del rey vitalicio, dueño de todas las tierras, almas y vidas, eran llamados realistas, que odiaban y temían que congresos o parlamentos los controlaran.

Nuestros realistas tienen cosas en común con los del siglo XIX. En primer lugar les encantan los reales obtenidos sin trabajar, procedentes de coimas y contratos con un rey que reparte mercedes entre condes, duques, seguidores y protectores. Luego detestan principios democráticos como la separación de poderes y la contraloría, ya que si existieran, tendrían que trabajar como burgueses para poder ser realistas, es decir, aquellos que tienen muchos reales. De allí que juran que decirle burgués al que trabaja es un insulto, pues lo ven como un extraterrestre que labora para vivir. 

No entienden que mientras los campesinos y obreros quieren vivir como burgueses, no existen burgueses que quieran ser pobres, ni pobres que no deseen ser ricos. No faltan quienes aspiran mejorar siendo primero realistas y después burgueses. Como verán todo esto es muy confuso, en particular porque hay marxistas burgueses, realistas autocráticos de izquierda y asalariados de derecha, amén de ambidiestros que sin jugar pelota, obtienen buenos ingresos en los negocios públicos. Me explico, hay zurdos que son de derecha y diestros que batean a la izquierda. De allí que sea posible que dos católicos de origen judío, Capriles y Maduro, con tradición en materia de negociaciones puedan dialogar, aunque uno defienda a los que trabajan para vivir, convertidos por la inflación en proletarios conservadores y el otro a los que hacen más reales, conocidos como realistas revolucionarios. Pero dos de cada tres venezolanos, no son realistas ni burgueses, eran y siguen siendo "limpios", aunque Marx no conociera la palabreja.

Sancho, cosas veredes./ Frase atribuida a un Cervantes que nunca la escribió,/ útil para expresar sorpresa y estupor,/ con su cierto origen en versos del Cid Campeador,/ ilustra los pesares de un pueblo que ya se arruinó/.

cemacallison@gmail.com

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