miércoles, 25 de abril de 2012
Cegarra, prodigio musical
(El profesor Pedro Palma nos trae esta vez un artículo sobre Miguel Ángel Cegarra, un joven músico venezolano que está conquistando el mundo con su talento como violonchelista. Publicado en el diario El Nacional, el lunes 23 de abril de 2012)
Parecen increíbles los triunfos y reconocimientos que siguen conquistando nuestros jóvenes venezolanos en los centros musicales de mayor prestigio mundial.
El último caso fue el de Miguel Ángel Cegarra, violonchelista de tan sólo 13 años de edad, que recientemente ganó el primer premio del Concurso Nacional de Música de Francia, celebrado en la ciudad de Lempdes, uno de los concursos de mayor prestigio internacional.
No sólo eso; a pesar de que en el certamen participaban artistas en las categorías de 13, 15 y 17 años de edad, Miguel Ángel compitió en el grupo de 25 años, pues su maestro, Phillipe Müller, director de la cátedra de violonchelo del Conservatorio Superior de París, le sugirió que concursara en el grupo de los adultos dado su alto nivel técnico y calidad interpretativa.
Siguiendo los consejos de su maestro, así como del gran trompetista venezolano Francisco Flores, primer premio del concurso Maurice André y de muchas otras competencias internacionales, Miguel Ángel se preparó concienzudamente, se presentó al concurso y sin siquiera haber escuchado a los otros competidores ni ver a los miembros del jurado comenzó a tocar el difícil repertorio escogido. Su compenetración, pasión, emotividad y entrega total hicieron que su maravillosa interpretación conmoviera al jurado, el cual no dudó en otorgarle el primer premio. Pero, ¿de dónde salió ese prodigio? Miguel Ángel es hijo de dos jóvenes profesionales venezolanos, Rafael Cegarra y Karla Monsalve, que se mudaron a París con su hijo menor para acompañar a Miguel Ángel que, además de los exigentes estudios musicales, estudia el segundo año de bachillerato en esa ciudad. Su hermano Rafael, de ocho años de edad, es trompetista y un gran aficionado a la cocina. Desde antes de nacer Miguel Ángel estuvo en estrecho contacto con la música, pues durante el embarazo, su mamá le tocaba el chelo al hijo por nacer.
Karla, que se había formado como chelista en su juventud con el profesor William Molina, del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, les inculcó a sus hijos el amor por la música desde su nacimiento. Fue la primera profesora del futuro prodigio, que ingresó al Sistema a los seis años de edad y estuvo allí hasta los 11 años bajo la tutela de Valmore Nieves, compañero de estudios de Karla, por lo que bien puede decirse que Miguel Ángel es "nieto" del maravilloso Sistema creado y dirigido por José Antonio Abreu. Posteriormente, se trasladó con su familia a Quebec después de ganar una beca para continuar sus estudios musicales, y fue allí donde lo escuchó el profesor Müller, discípulo de Rostropovich y de André Navarra, y uno de los grandes intérpretes contemporáneos del chelo, que le ofreció a los padres de Miguel Ángel que el niño se trasladara a París para continuar la formación musical bajo su tutela.
Entre las extraordinarias cualidades musicales de este compatriota se cuenta el hecho de que es poseedor de un oído absoluto, condición excepcional y poco frecuente entre los músicos, que le permite distinguir cualquier nota y tonalidad sin escuchar nota referencial alguna. Eso, según los entendidos, es una herramienta interpretativa de gran importancia, pues le da al ejecutante una gran memoria auditiva para interpretar piezas no tocadas previamente sin necesidad de una partitura.
Aparte de eso, Miguel Ángel tiene una férrea disciplina y es un enamorado de la música y de su instrumento, condiciones que lo han llevado a autoimponerse una rutina de estudio de cinco o más horas diarias. Con razón ha logrado a tan temprana edad reconocimientos tan importantes.
No en vano sueña este joven con llegar a ser el mejor violonchelista del mundo, y no me cabe la menor duda de que en los años por venir veremos su nombre entre los grandes intérpretes de ese noble instrumento. ¡En hora buena, Miguel Ángel; eres un orgullo nacional!
palma.pa1@gmail.com
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