lunes, 11 de febrero de 2013

¿Quién manda más? ¿Merkel o Murdoch?

Moisés Naím se pregunta: "¿Quién manda más? ¿Merkel o Murdoch?", las respectivas fuentes de poder de estos dos personajes son diferentes, así como la manera en que utilizan la influencia que tienen, o los objetivos e intereses que guían sus conductas. Publicado en El Nacional, el 5 de febrero de 2013.


La canciller alemana, Angela Merkel, es sin duda una de las personas más poderosas del mundo. Rupert Murdoch es el dueño de News Corporation, uno de los más grandes conglomerados mediáticos y, naturalmente, también es muy poderoso. Las respectivas fuentes de poder de estos dos personajes son diferentes, así como la manera en que utilizan la influencia que tienen, o los objetivos e intereses que guían sus conductas.

Merkel es la líder de un gran país y Murdoch el dueño de una gran empresa privada. Más aún, el empresario insiste en que él no utiliza el poder de sus medios de comunicación para presionar a gobiernos o influir sobre la política. Sus críticos rechazan estas afirmaciones y advierten que hay sobradas evidencias de que Murdoch y sus medios de comunicación son actores políticos de primer orden.

En Estados Unidos, sus detractores acusan a la cadena de televisión Fox de estar manifiestamente parcializada a favor del Partido Republicano y, más recientemente, del Tea Party. En Reino Unido, Murdoch tuvo que presentarse hace unos meses ante una comisión del Parlamento británico que investigaba las prácticas periodísticas de los tabloides. “Yo nunca le he pedido nada a ningún primer ministro”, afirmó. Sin embargo, ante esa misma comisión el ex primer ministro John Major reveló que, en una cena en 1997, Rupert Murdoch le pidió que cambiara la política de acercamiento hacia Europa que seguía su gobierno.

De no hacerlo, Murdoch le advirtió, le retiraría el apoyo de sus periódicos. “Esa es una conversación difícil de olvidar”, dijo Major. “No es frecuente que alguien sentado frente al primer ministro le diga: ‘Si no cambia su política, mi organización no lo apoyará”, añadió.

Ed Miliband, el líder del Partido Laborista británico, también declaró en esa comisión parlamentaria que, en su opinión, el conglomerado de Murdoch “tenía un sentido de poder sin responsabilidad debido a que controla 37% del mercado de periódicos en Reino Unido, así como el canal de televisión BSkyB”.

¿Qué tiene que ver todo esto con Angela Merkel? Mucho. Y con el futuro de Europa mucho más.

Como se sabe, el primer ministro británico, David Cameron, acaba de anunciar que planea someter a referéndum la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. Esta consulta popular se llevaría a cabo antes del fin de 2017. Antes de hacerla, Cameron tratará de obtener tanto concesiones específicas para Reino Unido como amplias reformas en la manera en que opera el acuerdo entre los 27 países miembros. En particular, Cameron ha indicado que desea recuperar el poder de tomar en su país decisiones que ahora se toman en Bruselas por los órganos de la Unión Europea. De la agricultura y la pesca a la política social, de las regulaciones del sector financiero y del medio ambiente a las políticas de inmigración o defensa, Cameron pretende iniciar una amplia y ambiciosa negociación con Europa.

Las interpretaciones sobre cuáles son los objetivos de Cameron y las consecuencias de su audaz iniciativa son muchas y variadas. Para algunos es una transparente treta para separarse de una Europa debilitada por la crisis y menguada en su peso en el mundo. Para otros, es un intento de extorsionar a Europa para obtener ventajas.

Y para otros, como el ex vicecanciller alemán Joschka Fischer, es simplemente una locura que no le conviene ni a Reino Unido ni a Europa y que sólo responde a intereses particulares y a los miopes cálculos políticos de Cameron. Y también hay quien piensa que para los británicos el costo de salir de la UE es prohibitivamente alto y que, al final, no votarán mayoritariamente a favor de la salida.

Esto último, por supuesto, supone que la opinión publica británica será informada de una manera imparcial y completa sobre los costos y beneficios de continuar o no formando parte de la Unión Europea. Hasta ahora esto no ha sido así, y los tabloides británicos (no sólo los de Murdoch) que más moldean la opinión pública han mostrado una furibunda, y con frecuencia tendenciosa, oposición a la integración con Europa.

Del otro lado de todo esto está Angela Merkel, quien seguramente va a hacer cuanto esté a su alcance para no pasar a la historia como la líder bajo cuyo mandato fracasó el proyecto de unificar Europa. A pesar de que el continente puede continuar su integración sin la participación de Reino Unido, no hay dudas de que el retiro de los británicos sería un severo golpe.

Además, si el referéndum de 2017 lleva a ese desenlace, los movimientos antiintegracionistas de otros países europeos ganarían fuerza y hasta se podría producir un contagio de referendos con ánimo separatista en todo el continente. Por esto y por otras muy buenas razones, Merkel hará lo posible por impedir la salida de Reino Unido.

Veremos quién tiene más poder, la canciller o el magnate.

viernes, 8 de febrero de 2013

Discursos y tendencias

El Presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, afirma que Europa renovó su voluntad de impulsar las negociaciones para un tratado de libre comercio con Mercosur, siempre sobre la base del respeto a las normas internacionales de seguridad jurídica. Publicado en El Nacional, el 4 de febrero de 2013


Taparse los ojos suele ser el gracioso recurso infantil para no ver lo que está delante o, incluso, para hacerse la ilusión de no ser visto. Sucede también, frecuentemente, con la sociedad. Son muchos los recursos para negar lo que se impone como realidad. Uno de ellos es el discurso. Se recurre a la palabra para sostener una ficción o para autoafirmarse, como el que silba para engañar el miedo. La realidad, sin embargo, y las tendencias que la expresan, terminan imponiéndose.

Un ejemplo: el financiamiento del presupuesto nacional. “El Seniat te recuerda declarar y pagar el ISLR. Tu aporte contribuye con 52% del presupuesto de la nación”, dice una cuña de radio. Las estadísticas oficiales muestran que para el año pasado 57,85% de la recaudación tributaria neta no petrolera corresponde al IVA; 24,88%, al ISRL no petrolero, y el resto a la renta aduanera, otras rentas internas (licores, cigarrillos, timbre fiscal, sucesiones, juegos de envite y azar) y otros renglones. Lo que se nos quiere decir es que más de la mitad del presupuesto del Estado viene de los ciudadanos. El Seniat reconoce de esta manera la importancia del aporte de los ciudadanos para el sostenimiento del gasto público y para impulsar el desarrollo. La vitalidad de la economía, nos dice, está en función de la actividad privada. En los países en los que esto sucede la contribución ciudadana se convierte en mejores servicios, el Estado se siente más obligado a rendir cuentas y los ciudadanos a exigirlas.

Un segundo hecho: las declaraciones del encuentro recientemente sostenido en Chile entre mandatarios de la Celac y la Unión Europea. Pese al tono altisonante y reivindicativo de algunos discursos y a inocultables intentos para suavizar el texto de las declaraciones, la posición mayoritaria de los mandatarios fue de claro respaldo a las inversiones y al comercio internacional como fuente de desarrollo sostenible. Quedó reafirmada la necesidad de “marcos reguladores estables y transparentes que proporcionen certidumbre legal para los operadores económicos”. Se hizo manifiesta la voluntad de los Estados de proteger la inversión como forma de proteger la iniciativa y el trabajo creador.

El tema de las garantías jurídicas a las inversiones volvió a ser planteado en el encuentro de los cancilleres de España y Venezuela. José Manuel García-Margallo recordó a Elías Jaua la expropiación de Agroisleña por parte del Ejecutivo venezolano. Jaua ha ofrecido que intentará desatascar el proceso. Los dos países han decidido retomar las negociaciones comerciales, para lo cual se dará pronto una reunión entre los ministros de Industria y Fomento. ¿Se impone la realidad? Por de pronto, también aquí se evidencia que los países no olvidan y que, más tarde o más temprano, están dispuestos a hacer valer los derechos de sus ciudadanos.

En Chile, Europa renovó su voluntad de impulsar las negociaciones para un tratado de libre comercio con Mercosur, siempre sobre la base del respeto a las normas internacionales de seguridad jurídica. A la hora del balance, lo que queda como realmente importante son los acuerdos concretos y la voluntad de desarrollar políticas de apertura a la inversión productiva y a la iniciativa privada, como las contenidas en el grupo de propuestas entregadas a los mandatarios por los más de 800 líderes empresariales reunidos en Chile.

Cuando todo apunta a advertir que se nos está acabando el tiempo de la magia petrolera crece la conciencia de que, más temprano que tarde, tendremos que afrontar la realidad de sostener la economía no gracias a la renta sino mediante el trabajo, la inversión, la productividad. La presencia de Venezuela en la Celac y Mercosur ha sido hasta ahora oportunidad para los discursos, pero impondrá al país, cada vez más, la obligación de adoptar las mejores prácticas y las exigencias internacionales en materia de intercambio, inversión y seguridad jurídica. Esta es la tendencia que va a terminar prevaleciendo, la que explica el desarrollo de unos países y el estancamiento o retroceso de otros.

jueves, 7 de febrero de 2013

Mala música y peor comida

Carlos Machado Allison, profesor del IESA, se plantea la pregunta: ¿Qué debemos hacer para disponer de alimentos variados, a precio razonable y en cantidad adecuada?. Publicado en El Universal, el 29 de enero de 2013
 
 
Por razones diversas hay quién piensa que el suministro de alimentos es un asunto simple. Suponen que en el trópico basta con lanzar una semilla en cualquier parte para lograr una abundante producción, o que el gobierno arroje algún dólar al mercado internacional para solucionar el problema. Un sistema agroalimentario saludable y eficiente necesita, como una orquesta, muchos ejecutantes bien entrenados, satisfechos con su labor, bien remunerados, tecnológicamente dotados, con visión global y de largo plazo. El director de la orquesta tiene que ser inteligente, conocer las particularidades de cada instrumento, de cada músico y tomar en consideración los gustos del público y el precio de la entrada.

Desde hace una década los consumidores, tienen problemas para acceder a la comida. Aunque alguien diga que 20% de desabastecimiento es "aceptable" y que 25% de inflación es menos que 30, lo cierto es que el derecho a la alimentación ha estado muy comprometido. Así está, porque como país, estamos haciendo muy mal todas las cosas que tienen que ver con la comida. Arrastrados por estupidez, los dogmas, la arrogancia derivada de lo fácil que es hacerse con dólares petroleros y la ignorancia supina de lo que significa un sistema agroalimentario saludable, entonces postergamos decisiones y colocamos todas las culpas en cosas tan falsas como manidas: especulación, acaparamiento y usura.

Alimentos

¿Qué debemos hacer para que los venezolanos dispongan de alimentos variados, a precio razonable y en cantidad adecuada? Para comenzar es necesario que los productores primarios tengan sólidos derechos de propiedad sobre sus tierras, libre acceso a semillas, insumos, tecnología moderna, crédito y certeza de poder producir a largo plazo y con una razonable utilidad. Luego es imprescindible que la infraestructura tenga calidad: carreteras, centros de acopio, cadena de frío, libre circulación de los productos, control de calidad y normas sanitarias. Productores y transportistas deben trabajar en sintonía, como los violines, flautas y trombones de la orquesta, para que los productos lleguen sanos y salvos a la agroindustria o a los mercados. El director de la orquesta debe armonizar, crear condiciones adecuadas, negociar soluciones y entender que un estómago lleno a precio razonable, es mejor política que un modelo ideológico y económico que produce más votos que alimentos y más ilusiones que empleos. Los venezolanos están condenados a ir todos los días a un establecimiento donde la comida es mala y la música peor.

El atraso alimentario es patente: divisas gastadas, baja calidad de los productos, escasez, inflación, asimetrías en el consumo, costo burocrático y baja competitividad. La orquesta desafinada, instrumentos obsoletos y batuta corroída, toca un patético potpourri acompañado por una voz aguardientosa que murmura "Todo a media luz, cuesta abajo en la rodada, una percha en el cogote y la comida tan cara que mi bolsillo enfermo ya no da más".

cemacallison@gmail.com

miércoles, 6 de febrero de 2013

El gran financiador de gasto público

El profesor del IESA, Pedro Palma, explica cómo los bancos centrales pueden crear dinero en forma irrestricta, podría resultar muy atractivo para un gobierno, o para entes públicos que tengan fuertes déficits, buscar financiamiento en el instituto emisor a través de la emisión de bonos u otras obligaciones que son vendidos a esa entidad, produciéndose así lo que se conoce como monetización del déficit. Publicado en El Nacional, el 28 de enero de 2013



En el pasado he escrito varios de mis artículos sobre un tema que me preocupa particularmente por su potencial efecto nocivo sobre la economía venezolana; me refiero al creciente financiamiento de gasto público por parte del BCV. Cuando un instituto emisor adquiere un activo, como dólares, bienes raíces, mobiliario, etc., crea el dinero con el que realiza la compra.


Este dinero, llamado también primario, de alto poder o base, entra a la economía expandiendo la oferta monetaria en poder del público. Cuando esos fondos son captados por la banca en forma de depósitos, ésta se encarga de multiplicarlos a través de sus actividades crediticias, razón por la que aquel dinero base se multiplica.

Uno de los activos que puede adquirir un banco central son títulos valores, como bonos, pagarés y otros, proveyendo así de fondos a quien se los vendió. Si un gobierno o algún ente público requiere financiamiento porque sus erogaciones superan sus ingresos ordinarios, emite obligaciones que pueden ser adquiridas por inversionistas, extranjeros o locales, por la banca, o por el banco central, y obtiene así los fondos buscados. Dado que los bancos centrales pueden crear dinero en forma irrestricta, podría resultar muy atractivo para un gobierno, o para distintos entes públicos que estén incurriendo en fuertes déficits, buscar el financiamiento que necesitan en el instituto emisor a través de la emisión de bonos u otras obligaciones que son vendidos a esa entidad, produciéndose así lo que se conoce como monetización del déficit. Sin embargo, si esa práctica se hace en forma reiterada en el tiempo y por montos cada vez mayores, las consecuencias pueden ser nefastas, ya que el financiamiento de gasto público deficitario en forma recurrente y creciente puede llegar a generar una expansión desbocada de dinero base y de liquidez monetaria, que se traduciría en presiones inflacionarias crecientes. Por ello es universalmente aceptado que los bancos centrales deben ser autónomos e independientes del Poder Ejecutivo, para así poder negarse al financiamiento desmesurado de requerimientos financieros del gobierno o de entes públicos.

De allí que preocupe lo que está sucediendo en Venezuela. Las modificaciones reiteradas de la Ley del BCV de los últimos años han eliminado la autonomía de esa institución, y la han puesto, al igual que sucede con los distintos poderes públicos, a merced de los intereses del Poder Ejecutivo. Ello está transformando al instituto emisor en el gran financiador de gasto público deficitario, particularmente de Pdvsa y de otras empresas públicas no financieras. En efecto, al cierre de 2012 la acreencia neta (activos menos pasivos) del BCV con Pdvsa, es decir, la deuda neta de esta empresa estatal con el instituto emisor, superó los 165 millardos de bolívares, habiendo experimentado un crecimiento vertiginoso en el segundo semestre del año mayor a 66%, sucediendo todo esto en el año en que se vendió el petróleo al mayor precio histórico. En el caso de las otras empresas públicas no financieras, su deuda neta total con el BCV al cierre del año pasado superó los 15,5 millardos de bolívares, a pesar de que a mediados de noviembre dichos entes mantenían en el instituto emisor unos depósitos netos cercanos a los 5 millardos de bolívares.

De continuar esta situación podríamos caer en un proceso perverso de creación desproporcionada y creciente de dinero base y de expansión de oferta monetaria, que nos lleve en el mediano plazo a sufrir una inflación muy superior a la ya muy alta del presente, aunque no creo que llegaríamos a padecer las inflaciones galopantes que experimentaron otros países latinoamericanos en décadas pasadas, ya que contamos con un alto poder de compra externa generado por nuestras exportaciones petroleras. Es hora de tomar consciencia y corregir el rumbo, pues no hacerlo nos expondría a riesgos inflacionarios mucho mayores que los que hoy existen.

martes, 5 de febrero de 2013

Civilización del siglo XXI

Ricardo Villasmil, profesor del IESA, considera esencial entender las lecciones que nos deja la historia de las civilizaciones. Publicado en El Universal, el 26 de enero de 2013 
 
 
La noción de civilización es enormemente controversial. En su nombre se han cometido -y se siguen cometiendo- grandes atrocidades en todo el mundo. Todos los grandes imperios, desde del antiguo Egipto y Mesopotamia hasta el británico, pasando por Macedonia, el Imperio Inca, el Romano, el Persa, los chinos y muchísimos más, justificaron sus acciones afirmando que su versión de civilización beneficiaba a pueblos bárbaros o a civilizaciones entendidas por ellos como más primitivas. Y aunque muchos trajeron grandes avances para los pueblos ocupados y para la humanidad en general, trajeron también esclavitud, muerte, pillaje y genocidio cultural.

No quiero ni pretendo realizar un balance de la civilización. Es una tarea imposible y en buena medida inútil, ya que no podemos modificar el pasado. El futuro sí, y por ello considero esencial entender las lecciones que nos deja la historia de las civilizaciones. En uno de los esfuerzos de sistematización más reciente -Civilización: Occidente y el resto-, Niall Ferguson resume en seis los determinantes de la superioridad de la civilización occidental: 1) la competencia y la descentralización de la vida política y económica; 2) la promoción del estudio libre de la ciencia y de sus aplicaciones; 3) el Estado de Derecho y la protección de la vida y de la propiedad; 4) los avances en el estudio de la medicina; 5) la sociedad de consumo como parte fundamental de una sociedad de producción; y 6), la ética de trabajo.

Si estas son las lecciones, los venezolanos estamos aplazados: 1) cercenamos la competencia y centralizamos la vida política y económica; 2) desechamos la ciencia occidental en favor del conocimiento endógeno; 3) el propio Estado viola sistemáticamente el Estado de Derecho y se confiesa incapaz de defender la vida y la propiedad de los ciudadanos; 4) promovemos la fuga de talentos, particularmente en el área de la medicina; 5) estimulamos una sociedad de consumo pero incrementando la dependencia externa al destruir la producción nacional; y 6), socavamos la ética de trabajo al provocar la anarquía y la conflictividad laboral.

Sociedades pasadas con mejores boletas perecieron o fueron conquistadas. Me niego a aceptar que ese sea nuestro destino.

@rvillasmilbond / www.ricardovillasmil.com


lunes, 4 de febrero de 2013

Tendencias 2013

Edwin Ojeda, profesor del Centro de Emprendedores del IESA, comparte  las últimas tendencias de consumo, en materia de emprendimiento, para este año 2013


Amigo emprendedor, ¿quiere inspirarse o identificar oportunidades de negocios? De acuerdo a la firma independiente trendwatching.com estas son algunas de las tendencias de consumo que veremos “explotar”, a nivel global, durante este año.



•    Momentos móviles (Mobile Moments): el hecho es que en la agitada vida moderna queremos aprovechar cualquier cantidad de tiempo posible para intercalar más contenidos, conexión, consumo o diversión. Llaman la atención los casos de Jana y de Peapod. Jana es una aplicación que permite a los consumidores de países en desarrollo participar en investigaciones de mercado mediante el uso de SMS. El servicio “paga” a los participantes con minutos gratis. Fundada en 2009, la empresa opera en más de 100 países (en Venezuela con las tres principales operadoras de celulares) y alcanza a 3.500 millones de personas.  Peapod, tienda fundada en 1989,  anunció en octubre de 2012 que iba a lanzar más de 100 tiendas virtuales, basadas en códigos de barra, en las estaciones de trenes de Boston, Nueva York, Washington y Chicago. Con el servicio de ventas por códigos de barra los consumidores pueden adquirir desde hortalizas hasta comidas preparadas simplemente al hacer click en su dispositivo móvil.

•    Celebración de la nación (Celebration Nation): Los mercados emergentes exportarán con orgullo parte de su herencia cultural.  Studio Tsimáni  es una empresa mexicana que desarrolla mobiliario y artículos para el hogar contemporáneo inspirados en la gente y la identidad del país. Fundada por dos diseñadores industriales tiene como objetivo “aportar una nueva estética de diseño contemporánea que tenga como base los elementos característicos  y únicos de las tradiciones mexicanas”. El 90% de la producción es hecha a mano. House de Masaba es la marca que ha reinventado los tradicionales saris hindúes a través de modernos y novedosos diseños, convirtiendo un traje típico en objeto de interés para jóvenes consumidores.

•    Emergente² (Emerging²): ¿Sabía usted que BluePad es una tableta diseñada y fabricada en Bogotá? Esta tableta, de la empresa Compumax ilustra de que se trata el Emerging²:
productos y servicios procedentes de mercados emergentes para los mercados emergentes.

Independientemente del mercado o sector en el cual usted emprenda, no olvide que un factor de éxito es saber comprender y entender lo que sus clientes (en Venezuela o a nivel global)  quieren para así poder atar la necesidad con la oportunidad. Quienes comprendan y sepan atender estas necesidades podrán aprovecharse de una gran cantidad de oportunidades de negocios.

Edwin.ojeda@iesa.edu.ve
@edwinojeda



viernes, 1 de febrero de 2013

Juez y parte

Gustavo Roosen, Presidente del Consejo Directivo del IESA, asegura que para satisfacer las necesidades de abastecimiento de la población,  la única fórmula es más producción. Publicado en El Nacional, el 21 de enero de 2013


La propaganda oficial sobre logros inexistentes en la producción de bienes para el consumidor, el silencio respecto de los fracasos en las empresas estatales, el acoso a las del sector privado y el recurso al escándalo como instrumento para denunciar lo que engañosamente se presenta como acaparamiento se han convertido en las políticas con las que el Gobierno intenta cubrir –no resolver– el problema del desabastecimiento.

Mientras en la mayoría de los países se avanza en una más clara separación de funciones económicas, adjudicando al Estado las de fijación de políticas y control, y al sector privado la de producción, en Venezuela sufrimos los efectos de la pretensión estatista de abarcarlo todo, de constituir nuevas formas monopólicas y reducir el campo de acción del sector privado, camino contrario al propuesto incluso en la propia China. Allí, desde los setenta, cuando se introdujo la economía de mercado, más de 90% de las compañías estatales se han convertido en corporaciones y algunas se han reestructurado para convertirse en compañías de propiedad privada por acciones. La decisión china de adelantar reformas incluye reducir la posición dominante de las empresas estatales, consideradas focos de corrupción y despilfarro. Se propone acelerar el proceso de transformación, mejorar la gestión de los recursos humanos, incrementar la eficiencia y la productividad, buscar la actualización tecnológica, avanzar en el control de costos y de la contaminación. Los estudiosos de esta apertura se preguntan qué puede hacer China para avanzar con su modelo económico, y se responden: agilizar el entramado burocrático y resolver el viejo problema de las empresas estatales –atrasadas, pesadas, ineficientes–.

En Venezuela se mantiene el conflicto de intereses de un Estado que pretende ser simultáneamente regulador y competidor, que además no es capaz de regularse a sí mismo y menos de mostrar los resultados de su propia evaluación. Rehúye la rendición de cuentas de sus propias empresas mientras ahoga en exigencias a las del sector privado. La eficiencia de las empresas del Estado se ha convertido en tema cerrado. Sólo se toca con cifras manipuladas cuando se trata de culpabilizar al otro. Es la forma de cubrir la propia ineficiencia. Se minimiza el hecho de que el Estado concentra la mitad de la capacidad de producción de varias cadenas alimenticias y de que esas empresas públicas no están supliendo oportunamente al mercado.

Los ministros hablan de desabastecimiento pero olvidan que crearon empresas para competir con el sector privado y que estas empresas han sido ineficientes. No sólo han impedido el trabajo a quienes saben producir sino que han creado desaguaderos de los bienes públicos. Allí está la razón de la crisis de abastecimiento y la razón de nuestra creciente dependencia de las importaciones.

Olvidan también que las decisiones oficiales en materia laboral no han contribuido a estimular la responsabilidad y dedicación del trabajador y, en consecuencia, a incrementar la productividad. La inamovilidad laboral ha facilitado el ausentismo y la práctica del menor esfuerzo. Eliminado el principio de premio y castigo, da igual ser productivo que no serlo. Se repite el círculo vicioso de menos productividad, menos unidades de producción, carestía, inflación. A la larga, se castiga al consumidor. Las previsiones de la nueva Ley del Trabajo, por otra parte, hacen esperar nuevos costos y crean obligaciones contables y legales que afectan la capacidad de inversión de las empresas, todo lo cual termina en estancamiento o reducción de la producción.

Para satisfacer las necesidades de abastecimiento de la población, no hay duda, la única fórmula es más producción. El sector privado no rehúye su responsabilidad, pero aspira a políticas que le permitan producir con eficiencia. El Estado, por su parte, convertido en controlador y competencia, juez y parte, está en la obligación de resolver este conflicto de intereses. No le es suficiente el silencio sobre su propia