viernes, 4 de mayo de 2012
10 años de Ideas
(La profesora Nunzia Auletta, directora del Centro de Emprendedores del IESA, relata la historia del concurso Ideas, que arriba a su décima edición. Publicado el diario El Mundo Economía&Negocios el 2 de mayo de 2012) (Fotografía: Andreína Acosta)
Hay aniversarios que deben festejarse con orgullo y optimismo como es el caso de los 10 años del Concurso Ideas (www.ideas.com.ve), la competencia de planes de negocios organizada por la Fundación Ideas con el apoyo de Banco Mercantil, McKinsey, Iesa y el Escritorio Jurídico Palacios, Ortega & Asociados, además del patrocinio de numerosas empresas privadas. El concurso, que acaba de abrir su décima convocatoria, la cual cierra el 18 de junio de 2012, hasta ahora ha atraído más de 7.000 ideas de negocios y emprendimientos sociales, de los cuales muchos han logrado consolidarse como iniciativas exitosas.
Más allá de la sana competencia que se realiza cada año, el concurso se convierte en una verdadera plataforma de promoción a las ideas emprendedoras a través de la selección, formación y tutoría de decenas de equipos, apoyados por el esfuerzo de una red de instituciones académicas a nivel nacional. Esta ruta guiada hacia el emprendimiento redunda en una mayor probabilidad de éxito y desarrollo de los planes presentados.
Cada año se inscriben en el concurso más de 700 ideas, un número que refleja positivamente la iniciativa y creatividad de nuestros emprendedores. Sin embargo, el potencial podría ser mayor, en consideración de los hallazgos del GEM 2011, que nos dice que más de 60% de nuestros compatriotas ve oportunidades para emprender en los próximos dos años, y 15,4% está comenzando sus iniciativas de negocios o sociales. Se trata de 2.600.000 emprendedores en actividad temprana, que lamentablemente en su mayoría no lograrán superar el fatídico lapso de tres años y medio que define a las empresas establecidas, que hoy representan solo 10% del total de los emprendimientos.
Esta "mortalidad infantil" puede relacionarse con las características cortoplacistas de emprendimientos comerciales o de autoempleo, con los bajos niveles de innovación de muchas iniciativas, con un entorno de negocios particularmente hostil e incierto, pero también con la escasa tendencia de nuestros emprendedores de formalizar sus proyectos en un plan de negocios estructurado y de recurrir a la asistencia de mentores o asesores de emprendimiento, que podrían jugar un rol central en incrementar sus oportunidades de desarrollo.
La necesidad de un mayor impulso a la mentoría a emprendedores asume una particular importancia a la luz de las evidencias del GEM 2011. Ante la pregunta ¿ha recibido usted consejos o asesoramiento de alguna persona?, 60% de los emprendedores venezolanos indica que de su cónyuge o pareja, 50% de sus padres, 71% de familiares y 62% de amigos.
Es decir, nuestros emprendedores acostumbran recurrir a su entorno social más cercano para no sentirse solos y sin guía, y solo en 10% de los casos tienen acceso a asesores profesionales, mentores o inversionistas ángeles, que pueden transferir sus conocimientos. Pero ¿qué significa ser un mentor de emprendedores? Según Carlos Brandt, coordinador del Proyecto Emprende en el Iesa, "un mentor debe ser un articulador que conecte los puntos necesarios para que el emprendedor tenga el capital relacional y los conocimientos para potenciar su éxito".
Existen muchas experiencias internacionales exitosas en cuanto al desarrollo de redes de mentoría, aceleración y servicios a emprendedores. Una en particular es Endeavor (www.endeavor.org), ONG que desde 1997 apoya a emprendimientos de alto impacto en países emergentes como Chile, Argentina, Colombia y Brasil. Una de las claves de éxito de Endeavor ha sido juntar a más de 600 emprendedores con líderes empresariales, académicos y profesionales que fungen de mentores, generando un capital social medido en otros factores en términos de más de 25.000 horas de mentoría ofrecidas.
En Venezuela el camino se está pavimentando con la consolidación del Ecosistema Nacional de Emprendimiento (www.enevenezuela.org), en el cual participan más de 150 instituciones que diariamente apoyan a centenares de emprendedores.
ONG como el Concurso Ideas siguen siendo pioneras, pero están acompañadas por instituciones académicas que están moldeando sus programas y proyectos para dar mayor cabida a la formación para emprender; instituciones financieras que se enfocan en comprender las peculiaridades del segmento de emprendedores y sus necesidades; y parques tecnológicos o incubadoras privadas que apuestan a la aceleración o despliegue de iniciativas de mayor potencial.
El gran reto es lograr que, de los más de dos millones y medio de aspirantes emprendedores en el país, una porción cada vez más alta pueda ser generadora de empleos, no solo para sí y su familia cercana. Lo deseable es reconocer a las iniciativas con potencial de crecimiento, a los equipos emprendedores capaces de retar el presente e innovar en sus respectivos sectores para apoyarlos en su camino de progreso.
@nunziaauletta
No todos los programas sociales son iguales
(Rosa Amelia González, profesora del Centro de Políticas Públicas del IESA, hace una reflexión sobre la diferencia entre aliviar la pobreza y superarla. Publicado en el diario Últimas Noticias, el 29 de abril de 2012)

En las últimas semanas el tema de las misiones sociales regresó a la palestra pública, con motivo de la propuesta del candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski, de promulgar la Ley de Misiones para Todos por Igual.
Desde la perspectiva de las políticas públicas, se puede argumentar que las misiones son absolutamente necesarias en países como Venezuela donde persisten altos niveles de pobreza y desigualdad; sin embargo, cabe preguntarse si la manera en que se han diseñado e implementado esos programas conduce a los mejores resultados posibles.
Hasta la fecha, la mayoría de las misiones sociales son lo que se conoce como programas no condicionados; eso significa que sus beneficiarios no tienen asignada una tarea o responsabilidad que cumplir como contraparte del apoyo que reciben. Si bien ese enfoque podría tener sentido para grupos muy vulnerables de la población, no necesariamente debería aplicarse a todos.
Brasil, uno de los países que ha tenido más éxito en los últimos años en sus esfuerzos para reducir la pobreza y mejorar la distribución del ingreso, ha preferido los programas sociales de transferencia de renta condicionada. De ellos, el más importante es el Programa Bolsa Familia (BF), creado en 2003, con dos objetivos fundamentales: 1) en el corto plazo, mitigar los problemas derivados de la situación de pobreza; y 2) en el largo plazo, invertir en capital humano. BF transfiere mensualmente a los hogares rentas que oscilan entre 18 y 135 dólares (el valor de la transferencia depende del grado de pobreza de las familias: extrema/no extrema). Si la familia se encuentra en situación de pobreza no extrema, la transferencia de renta está condicionada a: la realización de controles y exámenes prenatales, consultas pediátricas, el cumplimiento del programa nacional de vacunación y el mantenimiento de la altura y peso idóneo para los niños entre 0 y 6 años. También exige la asistencia escolar mínima de 85 por ciento para niños entre 7 y 15 años y en el caso de los adolescentes, el requisito es asistir a un mínimo de 75 por ciento de las clases.
En 2011 BF benefició a 13 millones de familias. Según evaluaciones oficiales, el programa ha tenido impactos positivos en: asistencia escolar, reducción de la deserción, transición más corta entre el desempleo y el empleo, reducción del trabajo infantil y mejoras en las condiciones de nutrición de los niños entre 0 y 6 años. Aunque Brasil es el país de América Latina con la mayor proporción de jefes de hogar que no tienen instrucción, ocupa el segundo lugar (Chile es el primero) con el porcentaje más bajo de niños entre 7 y 15 años que no asisten a la escuela.
Esta breve referencia al caso de Brasil pone en evidencia que no todos los programas sociales son iguales; una cosa es aliviar la pobreza, como hacen nuestras misiones sociales, y otra muy distinta superarla de manera definitiva. Para ello, se requieren cambios como éste: en una muestra comparativa realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Brasil fue solamente superado por China como una de las naciones donde los trabajadores tienen mayor probabilidad de transitar de un empleo con bajo salario a un empleo mejor pagado en los próximos 12 meses.
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Crecimiento con igualdad
(Gustavo Roosen, presidente del Consejo Directivo del IESA, nos habla sobre dos ideas planteadas en la última Cumbre de las Américas pero poco publicitadas, relacionadas con las experiencias de la región en la última década y la definición del nuevo reto. Publicado en el diario El Nacional el 30 de abril de 2012)
Ya casi apagados los ecos y los ruidos de la VI Cumbre de las Américas, parecería oportuno rescatar dos ideas centrales expresadas en ese encuentro y muy poco recogidas en los medios de comunicación: las lecciones latinoamericanas de la última década y la definición del nuevo reto para la región.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, expuso muy bien ambos puntos en su presentación. "Hemos aprendido a ser prudentes en lo macroeconómico y progresistas en lo social, aplicando medidas contracíclicas diversas, desde moderadas y transitorias hasta estructurales, que evitaron, sobre todo en la última década, costos sociales irreversibles".
Afirmación matizada por el director para la Reducción de la Pobreza y Gestión Económica en América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Rodrigo Chaves, cuando advierte que no todos los países latinoamericanos están igualmente preparados para una eventual caída del precio de las materias primas, porque algunos, como Venezuela, actuaron "como la cigarra de Esopo" y "se pasaron cantando en el verano". Mientras unos países, dice, "han manejado bien el superciclo de las materias primas, otros han despilfarrado la bonanza, causando daños permanentes a sus economías".
Alicia Bárcena apoya su afirmación en datos como estos: pese a la crisis financiera de 2008, la región vivió un período histórico de crecimiento, el número de personas en condición de pobreza se redujo de 48,4% a 30,4% en los últimos 20 años; la pobreza extrema pasó de 22,6% a 12,8%; el desempleo disminuyó hasta ubicarse en 6,6%; mejoró la distribución del ingreso; por primera vez se redujo la desigualdad, y mejoró el coeficiente de Gini en 18 países. Estas son las lecciones latinoamericanas.
El gran reto para el futuro: crecimiento con igualdad. Es "La hora de la igualdad", como ha destacado Cepal en el título de su documento. "La desigualdad conspira contra el desarrollo y la seguridad", ha recalcado su secretaria ejecutiva. Se trata nada menos que de lograr ese desiderátum de vida con dignidad para todos expresado históricamente de tan diversas maneras. Políticos, líderes, pensadores, coinciden cada vez más con un clamor universal que exige que el desarrollo se exprese fundamentalmente en una mejor calidad de vida, en mayores niveles de satisfacción. Como dice Jeffrey Sachs en El precio de la civilización, "nuestra obsesión por el crecimiento del producto nacional bruto distrae nuestra atención de indicadores más importantes". De allí su reclamo de mediciones que vayan más allá de los meros ingresos del mercado y que incluyan índices de salud, educación, entorno, seguridad, justicia, confianza en la sociedad y otros.
La mejor expresión del crecimiento latinoamericano no puede reducirse a las estadísticas macroeconómicas; debe expresarse fundamentalmente en la calidad de vida de su gente, en el disfrute de los derechos personales y ciudadanos, en la consolidación de un clima de justicia y libertades, pero también de bienestar y de oportunidades. La dimensión social del desarrollo inspira la economía y se realiza a través de ella de manera estructural.
Es la única manera de alcanzar establemente los objetivos sociales. La atención coyuntural de las necesidades vía planes especiales misiones, programas, campañas o como se los llame no suple la visión estructural de una economía ordenada y eficiente.
Más allá de las posiciones ideológicas, el logro de este objetivo pasa por una concepción responsable y progresista del gobierno, de la economía, de las relaciones con los actores internos, los de la comunidad continental y el mundo. "Una estrategia de desarrollo económico y productivo con igualdad exige una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad", aclara Bárcena, al tiempo que recuerda los desafíos y obligaciones planteados por la globalización y la exigencia de coordinar objetivos y remar en la misma dirección.
Crecimiento con igualdad, ese es el reto.
nesoor@cantv.net
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El tiempo, el implacable, que aún no pasó
(Miguel Ángel Santos comparte sus añoranzas y reflexiones personales, relacionadas con vivencias y reencuentros con su historia familiar. Publicado en El Universal el 29 de abril de 2012)
Hay algunos temas que se presentan de súbito en la conciencia con carácter de necesidad. Uno los puede evitar por un tiempo, sacarles el cuerpo y hacerse el loco, conseguir alguna que otra conjetura económica algo más entretenida (y casi con certeza de mayor interés general), pero siempre terminan volviendo como una suerte de conjuro. En esos casos, sólo queda escoger las palabras con el mayor esmero posible y hacer el esfuerzo de despertar en los demás ese interés persistente que ni uno mismo sabe a ciencia de dónde ha surgido. Eso debe ser a lo que alude Vargas Llosa cuando invita a cada quien a "aceptar sus propios demonios y servirlos en la medida de sus fuerzas".
Todo esto a raíz de las ideas e impresiones que me han venido persiguiendo desde que, hace algunas semanas, decidí acercarme a escuchar cantar a Pablo Milanés en el Palau de la Música Catalana. Habían pasado ya unos cuantos años desde la última vez que lo vi, acompañado por Soledad Bravo, en el Teatro Teresa Carreño. Aún así, la estructura del concierto sigue siendo en esencia la misma, más allá de alguna que otra canción nueva de la que ya hablaré más adelante. El comienzo con "Yo no te pido", "La vida no vale nada" o "Nostalgias"; el cierre con "Yolanda" y "Para vivir". ¿A qué viene uno a estos conciertos si no es a esto?
Tengo para mí que se viene a estos recitales a reencontrarse con esos otros que uno ha sido y no ha sido a lo largo de su vida, esos cuya esencia se nos hace esquiva, bien sea porque han desaparecido para siempre (porque ya no se es más quien se fue) o porque jamás se materializaron. Difícil pensar en una mejor forma de recobrarlos así sea de forma breve, en esto a la música no le llega de cerca ni aun el silencio de la fotografía. En mi caso en particular, me trajo a la memoria aquellos long play de no hace tanto tiempo que hoy se nos antojan siglos, con sus surcos llenos de cotufas desde cuyo fondo emergía aquella voz de protesta, de cambio y de inspiración que vino a ser para muchos de nosotros la trova cubana.
Fue allí donde supe por primera vez de Bertol Brecht (... pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles), de los poemas de Lola Rodríguez de Tió (... Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas...); desde allí fuimos iniciados a los detalles de la intervención de Estados Unidos en Nicaragua (... otro hierro caliente con que el águila daba su señal a la muerte).
Era, en todo el sentido de la palabra, la fascinación de la ficción. Veníamos de clase media, relativamente acomodada, y aquellas estrofas llenas de solidaridad y preocupación por el prójimo traían una cierta sensación de resistencia que no pasaría de allí, nos permitían recrear la vida que no sería, las posibilidades que ya no tendríamos la oportunidad de vivir. Ya para estas alturas es evidente que ese cariño que uno no puede sino guardar por aquella época y sus otros ha entrado en franco conflicto con el presente.
En mi caso en particular, una visita a La Habana con mi padre a finales del gobierno de Caldera ya había generado una primera ruptura, aunque nunca como lo que vendría después. Íbamos, como muchos gallegos que vuelven a la isla, tras el rastro de antepasados. Allí dimos con una escuela nombrada en honor a Eliseo de la Torre, un tío abuelo que emigró de España y se convirtió en un maestro armero de las columnas de Fidel en Sierra Maestra. Mi papá iba buscando sus raíces en aquella tierra hermosamente descrita en las cartas, pero nos dimos de bruces con la realidad. No quedaban ya sino las sombras, y en el sentido literal de la palabra, los escombros.
Uno nunca pensó que la lucha que tan noblemente describían aquellas canciones podía terminar con aquella gente en harapos, forzada a vivir en casas semiderruidas, rogándole a los turistas jabones y champúes en las calles, haciendo cola para recoger raciones de alimentos, profanando las tumbas del Cementerio Colón en búsqueda de alguna joya que pudieran intercambiar por comida o ropa, con dos títulos universitarios encima y unas capacidades que nadie en la isla demandaba y a cambio de las cuales el sistema no provee remuneración.
Los años que han pasado y los acontecimientos políticos de Venezuela no han hecho sino terminar de despertar nuestra conciencia en relación con el régimen cubano. Predomina, como me dijo alguien en estos días, una sensación de invasión que ya hace imposible reconciliar al Silvio Rodríguez de "Ojalá" y "Mujer con sombrero" con el que representa y sostiene al régimen cubano desde su curul en la Asamblea Nacional.
El bar del Palau de la Música Catalana estaba repleto de cubanos aquella noche. Uno hubiese esperado algo de ese sentimiento de holocausto (en minúscula) que predomina en los encuentros de venezolanos en el exterior por estos días y que invariablemente discurre por las siguientes líneas: "¿Venezolano? ¿Qué más, pana?" (en voz baja). "¿Y eso?" (Voltea hacia otro lado antes de contestar) "Bueno, salimos en el 2003... Mi esposo trabajaba en una contratista de Pdvsa... ¿Y tú?" (suspiro, cejas arriba) "Bueno, yo... ". Pero no. El ambiente aquí es bastante menos dramático, mucho más parecido a esa feliz nostalgia que reina en los reencuentros de egresados.
Dispuesto a averiguar por qué me aproveché de esa facilidad para establecer contacto con extraños que nos caracteriza a ambos, y entablé conversación con un pequeño grupo. Y entonces me di cuenta. No tiene nada que ver con la discusión reciente que han tenido Silvio Rodríguez y Pablo Milanés por el distanciamiento de este último de la revolución cubana (y de la que yo estaba bastante más al tanto que ellos). No. Tiene que ver con que ha pasado ya demasiado tiempo, con el hecho de que ya no está vivo ese rencor, ya Cuba forma parte de la otredad, de esos otros de los que hablaba yo antes. Es "el tiempo, el implacable, el que pasó". El rencor le ha abierto paso a la nostalgia. Ni siquiera una nueva canción bastante crítica titulada "¿Ha valido la pena? Te pregunto, no sé" ha sacado a la concurrencia de ese modo jovial.
Pensaba en estas cosas mientras hacía una de esas largas caminatas sin rumbo por la ciudad y sin darme cuenta vine a parar de nuevo al número 15 de la calle Escudilleros, muy cerca de las Ramblas. Aquí está el Hotel Comercio, en donde mi papá pasó sus últimas noches en España, antes de abordar el barco que en 1952 lo traería a América. Para él, arraigado en Venezuela desde hace tanto tiempo, volver ya tampoco es una opción. Para él, también ha pasado el tiempo. Con frecuencia termino aquí, y luego más allá frente al puerto, pensando en esos seres arrancados de sus vidas, forzados por la guerra, las dictaduras, el crimen o la propia economía a pasar el resto de sus vidas caminando por unas calles y conviviendo con otras gentes que ya no podrán ser más las suyas.
Me doy cuenta entonces de que en Venezuela todavía no ha pasado ese tiempo. Todavía podemos, como decía el poeta José Ramón Medina, hundir las manos en las aguas cálidas del sentimiento, antes de que todo se vuelva fría memoria.
@miguelsantos12
El trilema: Euro, baja inflación y democracia
(Publicado en El Universal 27/04/2012, Miguel Ángel Santos nos habla sobre el escenario económico europeo, sus causas, consecuencias y posibilidades)
La persistencia de Alemania en su receta de austeridad, impuestos y recortes ha sumido a buena parte de Europa dentro de unos cuantos círculos viciosos de los que le será muy difícil salir. El primero de esos círculos es económico. Tómese por ejemplo el caso de España. Como consecuencia de sus dislates de otros años el país se encuentra hoy con una de las mayores tasas de desempleo a nivel mundial (22%) y también con uno de los mayores salarios relativos de Europa.
La legislación laboral, similar a la nuestra en el sentido de que hace prohibitivo el despido e inhibe así la contratación, hace que el mercado se ajuste no a través del precio (salarios), sino de las cantidades (puestos de trabajo).
En plena recesión, con la prima de riesgo de España en niveles récord, el presupuesto nacional se ha vuelto inviable. La aritmética pura exige subir los impuestos y bajar los gastos, pero esa es una reacción pro-cíclica que sólo puede acentuar el problema. Pensándolo bien, el país ha caído en el peor de los dos mundos. No está bajo los designios de una administración keynesiana, cuyos pilares teóricos son el estímulo fiscal como herramienta para recuperar la actividad económica y la reacción anti-cíclica.
Pero tampoco se trata de la derecha, que al menos en teoría también tiene sus bondades: Menor gasto y menores impuestos, con la esperanza de que estos últimos estimulen la recuperación. Tampoco. Europa (Alemania) le ha impuesto a Rajoy una combinación de mayores impuestos y menor gasto.
Siendo así, sólo cabe esperar los peores escenarios del ideario de derecha (mayores impuestos afectarán la iniciativa privada, reduciendo la inversión, la actividad, y en consecuencia la base sobre la que se calcula el impuesto) y keynesiano (recortar el gasto en medio de una recesión y de una crisis de confianza debilitará aún más demanda). Uno no puede sino preguntarse cuál es la apuesta que se hace con este paquete, a que se le está apostando, de dónde va a venir la inversión que hace falta para crear los puestos de trabajo necesarios.
Alguien podría decir que la flexibilización laboral provocará una caída en los salarios, que devolverá a la economía española algo de la competitividad perdida. Pero con tipo de cambio fijo (moneda única en éste caso) ese será un proceso lento y muy doloroso muy similar al sufrido por Gran Bretaña cuando, tras el fin de la I Guerra Mundial, se empeñó en volver al patrón oro a la tasa pre-guerra. Y aquí es dónde entra el segundo círculo vicioso: el social.
Los mayores impuestos y los recortes en programas de atención social (educación, salud, pensiones) han provocado un descontento generalizado entre los más vulnerables, que se oponen con cada vez más fuerza al euro, la integración y la inmigración. En ese estado de cosas, pareciera una cuestión de tiempo antes de que surja un candidato que reúna a esa mayoría y le de un golpe a la mesa.
El miedo que la UE tiene a este escenario ya ha sido recogido en el veto que se le hizo en su momento a Papandreu cuando se le ocurrió registrar a todos llamando a Grecia a referéndum. Y es que por los vientos que soplan Europa pronto tendrá que escoger entre mantener el euro, baja inflación y democracia. Puede tener dos de esas tres, pero no las tres.
@miguelsantos12
lunes, 30 de abril de 2012
"La reforma laboral traerá el fracaso de empresas"
(El presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, realiza un análisis sobre la nueva LOT en una entrevista de Daniela García para el Diario La Verdad, de Maracaibo, publicada el domingo 29 de abril de 2012. Con fotos de Alejandro Paredes Pérez)
Gustavo Roosen, presidente del IESA, advierte que las Pymes tendrán problemas para cumplir los compromisos laborales. El empresario considera que el propio Gobierno podría enfrentar dificultades para cumplir con los pasivos laborales tras la modificación de la LOT.
El Gobierno plantea una controversial reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, como una medida "socialista" para reivindicar a la masa laboral, sin consultarla con los sectores involucrados.
Pero la modificación del instrumento no solo podría complicarle las cuentas al Estado, el principal empleador del país; sino que pondría en aprietos al sector productivo, compuesto por la empresa privada, advierte Gustavo Roosen, presidente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa).
El empresario, quien estuvo al frente de organismos y empresas del Estado, asegura que reformar la ley sin hacer los cálculos previos sobre pasivos, dejaría al Gobierno en una posición de incumplimiento que provocaría un malestar entre los trabajadores.
El representante del instituto para la formación de gerentes agrega que modificar la LOT sin hacer un análisis de las implicaciones económicas, "generaría un fracaso temprano de empresas, que sencillamente no podrán hacerle frente a las cargas laborales".
- ¿Es viable la reforma de la LOT que plantea el Gobierno?
- El principal empleador es el Estado, por eso tiene que hacer cálculos para determinar si puede pagar los pasivos actuales y determinar de dónde sacará los recursos para hacer las reservas que necesitará para efectos de pagar los beneficios que incluirá la ley. Esas cifras tienen que estar listas, de lo contrario, la reforma no será sincera. No se puede hacer una ley para incumplirla, porque eso generaría insatisfacción y desmotivación en los trabajadores.
- ¿Qué implicaciones tendría en el sector productivo?
- Esa reforma podría generar un costo que para la empresa privada sería difícil de cumplir, sobre todo para las pequeñas y medianas (pymes). Las pymes podrían resultar empobrecidas. La reforma podría generar el fracaso temprano de empresas que sencillamente no van a poder hacerle frente a las cargas laborales.
- Usted está al frente de un instituto para la formación de gerentes, ¿cómo se forman gerentes cuando las empresas enfrentan tantas dificultades?
- Todas las incertidumbres que existen agregan una complejidad a la gestión del gerente, que a la vez lo convierten en una persona con cualidades, valores y competencias importantes, no solo para el que está en el país, sino para el que se va.
- ¿Forman gerentes para el país o para irse al exterior?
- Los jóvenes están mostrando una importante inclinación hacia el área social. Por menos salarios parecen estar dispuestos a dedicarse a las actividades sociales.
- Pero también están los que se van...
- En el sector privado existe un aplanamiento de las estructuras organizacionales, por las reducciones de personal y dificultades económicas. Cuando un joven va a una empresa donde el presidente de la compañía está a dos pasos de la posición que le ofrecen, lógicamente ingresa en ella, pero no hace una carrera. Esa es una dificultad que hace que los jóvenes no se sientan inspirados en trabajar en empresas con un desarrollo interno limitado. Por eso el talento joven emigra, busca oportunidades en otras partes.
- ¿Qué posibilidades hay de llegar a ser gerente cuando ni siquiera hay empleos?
- Hay que tener la paciencia y la confianza de que hacer carrera en el país vale la pena. En este momento hay mucha inclinación hacia el emprendimiento, eso es bastante estimulante.
- ¿El Presidente es un buen gerente?
- Un buen gerente tiene que tener foco e iniciativa, ser apasionado y saber trabajar en equipo. El Presidente tiene todas esas características, pero está utilizando un conjunto de prácticas que no llevan a ninguna parte, que vienen de ideologías que están totalmente superadas. Su gran error es que utiliza como solución algo que no funcionó en ninguna parte del mundo: El socialismo.
- ¿Cuál es el mayor potencial que tiene el país en este momento?
-Venezuela tiene lo que se llama un Bono Demográfico, es decir, está en el momento en el que la mayoría de su población es económicamente activa. Desde hace seis años, y por 36 más, es decir, 42 en total, el número de venezolanos económicamente activos es mayor que el de jóvenes menores de 18 y los adultos con más de 65 años. Si no capturamos el talento de toda esa fuerza económica en estos próximos 36 años, para preparar al país para el momento en que esa población envejezca, con fondos de ahorros, habremos perdido la oportunidad.
miércoles, 25 de abril de 2012
Unos días en Caracas
(El profesor Miguel Ángel Santos realiza una reflexión sobre cómo cambia la percepción sobre la economía venezolana cuando te reencuentras con su realidad. Publicado en el diario El Universal, el viernes 20 de abril de 2012)
He vuelto a pasar unos días en Caracas y a sumergirme de nuevo en sus estadísticas económicas, en sus cifras, en sus detalles. Y han vuelto a aparecer esas enormes contradicciones que nos hacen incomprensibles a nosotros mismos, ya no digamos a los demás. El país no se ve mejor desde lejos. No, se ve siempre mejor desde cerca. Desde lejos no se aprecia su variedad, sus contrastes; se corre el riesgo de caer en esos lugares comunes gerenciales, económicos y sociales, en las frases hechas, el clásico "chico el problema de Venezuela ha sido siempre que... ". Desde lejos se suele cometer un error en el que también incurren algunos de los que observan desde adentro: Nos parece que la "verdad" y "lo más probable" es lo primero que se nos viene a la mente.
El país se encuentra entrampado entre no tener controles y padecer inflación, o tenerlos y padecer escasez. El sector privado vive cada día ante una suerte de bombo en el que se decide quién sobrevive y quién no, a quién le dará dólares Cadivi o el Sitme y a quién no, quiénes o qué sectores serán estatizados y cuáles no, quiénes irán presos y quiénes no, y de los primeros, quiénes saldrán pronto y quiénes no. Los ganadores de esta suerte de lotería recursiva sufren los controles de precios en algunos productos y sacan tajadas de hasta 40% y 50% en los demás. Para quienes la suerte o la confabulación con el gobierno les trae el don de la supervivencia las ganancias son fenomenales.
Pero he aquí que ese terrorismo de Estado hace posible que esos enormes márgenes de ganancias, perfectamente consistentes con el nivel de riesgo, no inviten, como sí lo han hecho en otras partes, a la competencia. El Estado con su bloquear la competencia, facilita el poder de oligopolio a quienes se mantienen vivos, persigue y liquida aleatoriamente a esos pocos, promoviendo monopolios. Cuando el fin llega, cuando sólo queda el Estado productor en una determinada industria, sobrevienen el caos y las importaciones.
Y así sucesivamente. En medio de una administración de corte socialista se han registrado no sólo las salidas de capital privado más grandes de la historia sino también las mayores tasas de rentabilidad al escaso capital privado que todavía queda en pie. Así lo suelen predicar los fundamentos de la teoría económica: Mientras más escaso es un recurso (en este caso, el capital privado) mayor será su rendimiento. Mientras tanto, nuestro salario real exhibe un poder adquisitivo similar al que tenía en 1966: Más de medio siglo de estancamiento.
Después de pasar una semana por esas calles, de asombrarme de nuevo ante la majestuosidad del Ávila y las calles vacías apenas entrada la noche, de convivir entre la zozobra y la felicidad y la facilidad para el trato que siempre nos ha caracterizado, se me hace evidente, como se le hace a todo el mundo, que el país se aproxima a una de esas grandes e inevitables encrucijadas que hacen historia. No le queda otra, como solía decir Yogi Berra, que tomarla. En la medida en que se aproxima, se le va a uno el aliento asomándose a ese amplio abanico de posibilidades que nos esperan, y que a grandes rasgos van desde las formas más primitivas de la barbarie hasta la propia civilización.
@miguelsantos12
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