martes, 9 de octubre de 2012

Eric Hobsbawm (1917-2012)

(El economista y profesor vitalicio del IESA, Asdrúbal Baptista, en memoria de la muerte de Eric Hobsbawm afirma que la obra del historiador inglés La obra de Hobsbawm es testimonio del uso autónomo y libre de este gran postulado del conocimiento social. Publicado en El Mundo, el 3 de octubre)

Pese a autodefinirse como marxista, la obra del célebre historiador inglés es testimonio del uso autónomo y libre de esta doctrina político-social.
 
Con la muerte de Eric Hobsbawm cesa una larga y fructífera existencia. Se le dio una espléndida longevidad - había nacido en 1917 - y todavía hace un par de años dio una entrevista que daba clara cuenta de que su mente aún se hallaba en pleno y lúcido ejercicio.

Se lo llama "historiador marxista". Con esa denominación, muy probablemente no se le identifica con entera propiedad, no importa que a sí mismo se veía como tal.

Sin que en lo que de inmediato se afirma vaya un adarme de desmedro por lo que significa ser un historiador de verdad, lo cierto es que Hobsbawm, antes que historiador, fue más bien un científico social.

Pero a la buena ciencia social le pertenece por necesidad el conocimiento histórico y, sobre todo, el riguroso juicio histórico. De allí que llamarlo historiador no es que no le calce, sino que le calza inapropiadamente.
Un gran historiador no tiene otro afán que el riguroso conocimiento del pasado; pero hay más, un historiador que se sabe tal no toma la licencia de ir más allá del caso singular, que escruta y analiza, para saltar a una proposición conceptual que ha de cubrir o abarcar por analogía, o lo que fuere, otros casos que aún no han acaecido. Hobsbawm sabía de historia como pocos, investigó con juicio y circunspección el campo histórico.

Mas su afán era la contienda política, la polémica contra el orden capitalista establecido. Allí la historia en su cualidad de conocimiento es de limitada utilidad. En tal respecto era científico social y no historiador.

Pero en cuanto científico social, y por ser científico, precisó de un método, de unos postulados orientadores del trabajo de pensar sobre su tema, que fue el orden social capitalista. Para hacerlo tomó de Marx sus grandes pautas de trabajo.

De allí que se lo pueda llamar marxista. Pero aquí debemos entendernos. Ser marxista no es sólo censurar el orden existente. Si se quisiera denotar que lo fue por crítico impenitente de lo establecido, no ha de perderse nunca de vista que Marx, por fino hegeliano en última instancia, bien sabía que tener conciencia es ser de por sí crítico, puesto que la conciencia - y el ser humano, en el mundo de Hegel, es conciencia - no cumple más papel que diferenciar, distinguir, separar y, todo ello en rigor, es la crítica.

A decir verdad, Hobsbawm fue marxista, sobre todo, porque hizo uso esclarecido del gran postulado de Marx con el que se establece una jerarquía en el plano del pensamiento para la comprensión de lo social como realidad efectiva. 

Óigase a Marx: «es siempre la relación directa de los propietarios de las condiciones de producción con los productores directos… lo que revela el secreto más profundo, la base escondida de la estructura social íntegra, y con ella la forma política de la relación de soberanía y dependencia». 

La obra de Hobsbawm es testimonio del uso autónomo y libre de este gran postulado del conocimiento social.

Una vasta obra acompaña la vida larga de Eric Hobsbawm. Este lector suyo, que hoy lo recuerda con genuina admiración por la sobriedad de su juicio y por mantener una firme adhesión al principio de no buscar adentrarse en el corazón de los hombres más de lo que permitían sus acciones, tiene muy presente una obra suya de 1989 que reúne textos escritos entre 1977 y 1988, y que intituló Politics for a Rational Left.

Dos ideas allí expresadas son memorables en el juicio de quien lo leyó con especial atención. La primera es un juicio sobre el gobierno de Margaret Thatcher, que le lleva a vocear un temor muy grande ante un posible «golpe de Estado» (p.49) en la Gran Bretaña.
Se entenderá que sólo imaginar ese golpe de Estado es un ejercicio que linda con la ficción y, sin embargo, debe saberse que la misma se escribe en el medio de un poderoso análisis de lo que significó, en la vida política de Inglaterra, el desmantelamiento de la industria del carbón en los años 1980.

La segunda corre en similar vena. Así hubo de escribir: «el mejor gobierno [escribió el texto en 1983] existente hoy se halla a merced del mercado mundial» (p.75). Viniendo de quien venían no podían menos que causar, ambas, esa suerte de estupor que incita a pensar.

Libertades y soberanía alimentaria

(El Presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, afirma que la soberanía alimentaria se garantiza en un clima de libertades que estimule la producción. Publicado en el diario El Nacional, el 1 de octubre de 2012)

Al analizar los informes con los que muy diferentes instituciones internacionales miden valores como competitividad, libertad económica y clima de negocios salta a la vista la relación entre la posición ocupada por los países y su capacidad para impulsar crecimiento económico y crear condiciones de bienestar para sus ciudadanos.

En la elaboración de todos estos informes, por otra parte, aparecen como constantes un conjunto de factores que tienen que ver con el respeto por la legalidad y los derechos individuales –incluido el de propiedad–, la fortaleza y confiabilidad de las instituciones, los niveles de libertad, las condiciones de infraestructura y logística, los estímulos a la innovación y al trabajo. Venezuela no está en los primeros lugares: 177 entre 183 en el “Doing Business” del Banco Mundial que mide el clima de negocios, 126 entre 144 en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de Davos, 144 entre 144 en el Informe sobre Libertad Económica del Cato Institute de Washington y Fraser Institute de Canadá.

Estos mismos factores explican el comportamiento de economías más prósperas y mejor orientadas a las soluciones de los problemas reales de la gente. Su aplicación da sentido a casos como el de Brasil, presentado recientemente en el foro organizado por la Asociación Venezolana de Ejecutivos para estudiar la transformación experimentada en ese país en los últimos 30 años.

La actual condición de Brasil como formidable exportador de productos agrícolas se entiende mejor cuando, como expusiera el ingeniero agrónomo brasileño Samuel Ribeiro, se analiza el resultado negativo de los excesivos controles estatales sobre la agricultura y, por el contario, el efecto positivo de una política basada en el respeto a la propiedad privada de la tierra, el estímulo a la investigación y a la producción en un clima de libertades.

En los últimos años en Venezuela, por contraste, hemos aplicado el modelo equivocado: expoliaciones, intervenciones de tierras, estatizaciones, inseguridad, controles de precios. Con estas políticas, lejos de aumentar la oferta de productos se ha contribuido al abandono de la actividad agrícola, a la distorsión del mercado y, en definitiva, a la escasez. Pese al discurso de soberanía, lo que se ha hecho ha redundado en dependencia.

Se ha dejado incluso de hablar de soberanía alimentaria –que implica privilegiar la producción interna– para concentrarse en el concepto de seguridad alimentaria que pone el énfasis en la disponibilidad de alimentos sobre la base de la producción interna y del recurso a la importación. Lo que ha crecido, de hecho, ha sido la importación, multiplicada por cinco a raíz de las recientes medidas de control de precios.

Entre las revisiones urgentes que se imponen en esta hora está, sin duda, la del desarrollo agroalimentario como política básica para garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria, sin pretensión de autarquía pero con una firme voluntad de aprovechar nuestro potencial agrícola y nuestras ventajas competitivas y comparativas para producir alimentos en volúmenes suficientes incluso para disponer de excedentes exportables. Tuvimos momentos en que fuimos capaces de hacerlo.

Para superar la crisis y retomar la vía de la producción se vuelve imperativo pensar en un plan de crecimiento del sector agrícola, inconcebible sin la inclusión del sector privado, sin seguridad jurídica, económica y social y sin políticas públicas de estímulo y apoyo.

La reciente propuesta de Cavidea se inscribe en esta línea cuando vincula seguridad alimentaria con expansión de la producción nacional y cuando propone un incremento sostenido de la producción agrícola, la flexibilización de los trámites de importación, la participación de la industria en programas sociales y un sistema administrado de precios que permita a todos los actores de la cadena recuperar su inversión.

La soberanía alimentaria, está claro, se garantiza más en un clima de libertades que estimule la producción que bajo un esquema de controles que la asfixie.

nesoor@cantv.net

viernes, 5 de octubre de 2012

El 7-O, oportunidad para los ciudadanos

 (El profesor del IESA, José Mayora, invita a ejercer la participación ciudadana el 7 de octubre. Publicado en eluniversal.com, el viernes 05 de octubre de 2012)


El debate moderno sobre las democracias apunta hacia el desarrollo de sistemas más incluyentes y de participación múltiple, que envuelven actividades de pertenencia como una iglesia, un consejo comunal,  una junta de padres y representantes, un condominio, un club de diversión, un grupo de reflexión intelectual. Pero quizás, la participación más importante es aquella que nos permite gerenciar el funcionamiento de la democracia, decidiendo, a través del voto, a quien le corresponde conducir los destinos del país.


El actor fundamental de las actividades de  participación  es el ciudadano, no sólo como habitante de un país, sino como el eje de las decisiones dentro de  una sociedad cuya cultura es democrática.   La participación exige normas que regulen la conducta de los individuos para que sus interacciones converjan y permitan el normal desenvolvimiento institucional. Los mecanismos regulatorios no solo pautan las decisiones de los miembros de la democracia, los ciudadanos, también pautan las actuaciones de los responsables de gerenciar estas instituciones, a quienes corresponde, entre otras cosas, producir y diseminar la información  necesaria para la toma de decisiones por parte de los ciudadanos.

El ejercicio de la ciudadanía  es el resultado de un quehacer compartido entre la educación formal (sistema educativo), los mecanismos informales (familia, amigos, medios de comunicación, ambiente social) y las instituciones públicas (poderes públicos). En el esfuerzo combinado de estos actores, "radica la enseñanza de la ciudadanía", no porque la ley lo establezca, sino porque en tales instituciones deben prevalecer los principios de participación activa, de justicia, equidad e igualdad de acceso a las finalidades públicas.

En este punto es pertinente aclarar que los ciudadanos pueden tener  razones para abstenerse  de participar, circunstancia que no exime a los servidores públicos de gerenciar adecuadamente las instituciones, producir la información veraz y suficiente, así como garantizar que esta información esté a la disposición de todos los ciudadanos.

La premisa de la cual partimos es que el ciudadano debiera ser en esencia "un ciudadano bien informado" para dar mayor soporte a sus decisiones.  En todo caso, lo cierto es que la participación exige tomar decisiones y la calidad de esta  estribará en que los que participan lo hagan de manera consciente y, fundamentalmente, con la debida información.

La  idea del ciudadano bien informado focaliza  la dimensión de la participación pues en la convivencia, los ciudadanos entienden que existen fronteras en su actuación vinculadas con la relación entre derechos y deberes.

La cita del 7 de octubre es una oportunidad más para ejercer la participación ciudadana. Es una cita normal dentro de una sociedad democrática, tanto para los que sufragaran, como para los que aspiran gerenciar la democracia venezolana, de allí que el reconocimiento del resultado no debe ser motivo de preocupación o duda. Mientras mayor sea la  normalidad en la que transcurra el proceso, los venezolanos estaremos dando muestra de cuán democrático es nuestro talante.

En lo que no cabe duda alguna es que cada elección  es una nueva oportunidad para mejorar la democracia: ¡no la desperdiciemos!

mayora.j@gmail.com

jueves, 4 de octubre de 2012

Pdvsa y el ambiente


(Amanda Beaujon y Jessica Grisanti, del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA, comparten las cifras de la gestión ambiental de PDVSA en Venezuela, poniendo en evidencia el impacto de las operaciones petroleras y el efecto negativo sobre la salud y la calidad de vida de los afectados. Publicado en El Universal, el 2 de octubre de 2012)

Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA) tiene entre sus lineamientos estratégicos avanzar hacia una gestión ambiental articulada con las áreas y filiales, contribuir a la construcción del desarrollo sustentable y saldar la deuda ambiental, como expone en el Informe de Gestión de PDVSA 2011.

Sin embargo, los resultados en materia ambiental de la empresa parecieran no ser coherentes con estos lineamientos. Entre el año 2010 y 2011 las inversiones de PDVSA y sus filiales destinadas para el desempeño ambiental disminuyeron aproximadamente en 49%, de Bs. MM 996,37 en 2010, en el 2011 la suma fue de Bs. MM 510,95. En ese mismo periodo los derrames en agua más que se duplicaron.

Los derrames en agua tienen un impacto ambiental considerablemente superior a los derrames en suelo, ya que en un periodo de tiempo muy corto, el petróleo se esparce en una capa muy fina a lo largo de la superficie del agua teniendo un mayor alcance que otro tipo de derrame.

Durante el 2011 se reportaron un total de 4.019 derrames de hidrocarburos, de los cuales se contabilizaron 3.115 en agua y 904 en suelo, mientras en el 2010, el total de derrames fue 2.393, significando un incremento del 70% en los derrames de hidrocarburos entre el 2010 y el 2009. Durante este año 2012, en el Centro de Refinación Paraguaná, estado Falcón, se han suscitado derrames en el mar durante operaciones de carga y descarga.

Desde diciembre del año pasado en el estado Monagas han ocurrido 3 derrames petroleros con consecuencias graves. El derrame en río Guarapiche se estima en más de 100 mil barriles, afectando la planta potabilizadora que surte a la ciudad de Maturín. Como consecuencia, 80% de los habitantes de la capital del estado estuvo sin agua potable por tubería durante mes y medio. Asimismo, han ocurrido siete fugas de crudo petrolero en el sur del estado Anzoátegui en el año 2012.

Otra preocupación ambiental, consecuencia de la industria petrolera, es la acumulación de coque en el estado Anzoátegui, la cual se ha duplicado en menos de un año, pasando de 300 millones a más de 500 millones de toneladas métricas.

Sólo para el año 2010 se registró la asistencia de 238 pacientes con enfermedades respiratorias y pulmonares al Centro de Atención Hospitalaria de Puerto Píritu a causa de la producción y acumulación de coque.

La falta de agua potable, degradación del suelo, contaminación en el aire que genera problemas respiratorios, contaminación en el agua que impacta actividades como la pesca, son algunos de los problemas que enfrentan las regiones petroleras en el país.

En nuestra sociedad no se le da la relevancia pertinente a los problemas ambientales, la degradación del entorno en donde vivimos, más allá de las consecuencias relacionadas a problemas que afectan a la humanidad, como es el cambio climático, disminuye la calidad de vida de los venezolanos, en particular los que residen en zonas aledañas a las afectadas.

Fuentes:

1) Informe de Gestión de PDVSA 2011
2) Balance de la Gestión Social y Ambiental de PDVSA 2011

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ideas de clase mundial


"La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político, sino de nuestro empuje", afirma la profesora Nunzia Auletta, Directora del Centro de Emprendedores de IESA en este artículo publicado en el Mundo Economía y Negocios


Las dificultades del entorno pueden convertirse en el mejor semillero de ideas para emprendimientos innovadores

En una reciente cena con un grupo de gerentes participantes  en el Programa Avanzado de Gerencia del IESA en Valencia, aprovechando el tiempo libre que un inoportuno apagón nos brindó, surgió como suele sucederme el tema del emprendimiento. Algunos comentaron que acariciaban desde hace tiempo el sueño de montar un negocio, reseñando que tenían muchas ideas, pero que no sabían si eran interesantes, factibles o particularmente innovadoras.
Sobre el tema de la innovación, les comenté que una de las cosas que más nos preocupaba de los resultados del estudio del GEM (Monitor Global del Emprendimiento) que realizamos cada dos años, es que sólo el 25% de los nuevos empredimientos venezolanos están basados en un producto novedoso, que no esté siendo ofrecido por competidores, o en una tecnología con menos de 5 años de utilización. Igualmente, los sectores de emprendimiento siguen siendo muy tradicionales, con frecuencia de poco valor agregado de autoempleo, registrándose en el 80% de los casos iniciativas de comercio, con preponderancia de alimentos, comida, ropa y calzado.
Sin duda innovar implica un mayor riesgo, pero al mismo tiempo un mayor potencial de retorno en caso de éxito. Innovar en nuestro país nos es imposible, pero pasa por observar y reconocer las necesidades insatisfechas y las limitaciones, no solo del mercado nacional sino del regional, sin excluir a priori iniciativas que puedan considerarse de clase mundial y por lo tanto inalcanzables.
Debemos desechar el sesgo negativo que un entorno particularmente complejo puede generarnos, dejándonos con frecuencia con una visión limitada de nuestro potencial. Países con entornos conflictivos o socialmente complejos como Israel y Etiopía han dado cabida a emprendimientos de elevada innovación, como es el caso del carro eléctrico y sus sistema de estaciones del emprendedor Shai Agassi , o del kioskoalimentado por la energía solar que está siendo probado en comunidades que no disponen de servicio eléctrico en el país africano.
Para quienes se escudan en la dificultad de obtener fondos para emprender, puede resultar interesante conocer una de las más exitosas experiencias de crowdfunding (fondeo de masa) de la región que está permitiendo la construcción del rascacielos más alto de Bogotá.
Para aquellos que deseen comparar sus ideas con muchas otras de clase mundial, les invito a que visiten www.ideas4all.com , el sitio de innovación abierta fundsdo por un grupo de emprendedoras  venezolanas en España, donde es posible abrir retos de innovación o responder a las solicitudes existentes, pudiendo así rebotar con expertos, usuarios y potenciales clientes en red, la bondad de sus ideas.
Otro espacio de semillero es www.springwise.com, donde es posible tener acceso a una base de datos de ideas clasificada por sectores en los que llaman particularmente la atención el de ecosostenibilidad, el de salud y bienestar, o de instrumentos para facilitar la vida. En estas listas se podrán encontrar ideas ya implementadas tan innovadoras como aplicaciones para hibernar aparatos eléctricos en busca del ahorro energético, un sistema de monitoreo de salud del ganado vía mensajes de texto, o una red social que informa sobre precios y ubicación de servicios de salud en la comunidad.
La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político, sino de nuestro empuje por cruzar fronteras, superar pre-conceptos y abrir redes de consulta y colaboración.
La más brillante e innovadora de las ideas necesita de discusión, comparación y evaluación. Una buena idea tiene que poder superar el examen del diseño, la observación del cliente, el desarrollo de prototipos y las pruebas. Aceptar el reto de implementar ideas de clase mundial pasa por aceptar críticas, corregir errores, revisar los requerimientos de recursos, buscar apoyo, generar redes y no desfallecer en el camino.


Artículo publicado el miércoles 3 de octubre de 2012 en la sección de Emprendedores de El Mundo Economía y Negocios.

¿Cómo desarrollar el carisma?

(La profesora del Centro de Gerencia y Liderazgo del IESA, Carmen Cecilia Torres, en un artículo publicado en la Revista Educaméricas sobre la importancia del carisma a la hora de buscar trabajo, destacó que es importante el  contacto cara a cara a la hora del reclutamiento, porque es el momento en donde se puede exhibir las reales habilidades)

Hoy no basta con ser un profesional talentoso, ya que son diversos los estudios que demuestran que "ser carismático"- definido como la capacidad de ciertas personas para atraer y cautivar a los demás- es importante a la hora de conseguir y mantener un empleo.

Tal es la importancia que ha tomado en los últimos años que, en Stuttgar, Alemania, se creó la primera escuela dedicada exclusivamente al estudio y enseñanza del carisma para ejecutivos y políticos llamada Akademie für Anziehungskraft.

Ante este escenario, ¿el carisma será, entonces, la nueva fórmula para alcanzar el éxito profesional? ¿Es posible aprenderlo o es una cualidad propia de la genética? Según el decano de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián (USS), Chile, Claudio Orellana, es posible adquirirlo, pero son escasas las instituciones que las enseñan.

"Se da por hecho que alguien que estuvo más de 5 años en la universidad está preparado para manejar los procesos técnicos de una profesión. Pero no necesariamente el profesional fue educado para desarrollar y explotar su carisma o las habilidades integrales que exige el mundo laboral. Lo lamentable es que son pocas las universidades que las enseñan obviando que esta es una variable central para encontrar trabajo", afirmó Orellana.

Las primeras impresiones son cruciales en las entrevistas de trabajo, se puede contar con un excelente currículo, o solicitar un salario inferior al resto de los entrevistados. Sin embargo, agregó el docente de la USS, lo que hoy buscan las empresas y los headhunter son trabajadores con carisma, valores, principios, e intereses.

"El carisma no es algo exclusivo de las personas extrovertidas y atractivas, por lo que es una herramienta que perfectamente se puede enseñar realizando, con la ayuda de un terapeuta o profesional de área, un autodiagnóstico para conocer cómo me estoy relacionando con mis pares. Pero lo importante es ser honesto con lo que soy y con lo que quiero llegar a ser", dijo Orellana.

En la Antigua Grecia, se creía que el carisma era el regalo que los dioses daban, desde la cuna, a unos pocos. Sin embargo, hasta hace unos años todo quedó en mito, debido a que los especialistas han afirmado que el carisma es 50% genética y el otro 50% corresponde a conductas que pueden ser adquiridas por cualquier individuo.

Antes de comenzar a desarrollar el carisma, el profesor del Área Académica Comportamiento Humano en la Organización del IAE Business School, Argentina, Patricio Fay, precisó que es necesario ser conscientes de la realidad de cada quien.

"Todo dependerá del tipo de trabajo al que se busca postular, ya que algunos empleos requiere a personas que sean buenas conversando, escuchando, otros organizando, etc. Lo importante es tener autoconocimiento para saber qué es lo que se puede mejorar y qué es lo que no. Es por eso que hay que ser estratégicos para "convencer" al entrevistador, y demostrar que somos seguros de nosotros mismos y que tenemos control de nuestras emociones. Una de las claves que se pueden entrenar y/o mejorar sería mantener siempre la mirada en los ojos, mostrarse desenvueltos y abiertos, mantener una voz agradable y dócil, etc.", detalló Fay.

Pero en tiempos en donde el 'eros electrónico' prima en la vida de las personas, y en el que el uso de las tecnologías como Twitter y Facebook, por ejemplo, hacen que los profesionales tengan menos contacto social, ¿será este el mejor escenario para aprender a ser carismático?

Según Fay, quien también es director Académico de Programas Internacionales de la IAE, "hoy más que nunca la gente necesita afilar todas sus habilidades, porque el mercado necesita de profesionales más integrales y, porque la falta de talento en el mundo se debe, en otros factores, a la ausencia de conocimiento de nosotros mismos, por lo que ante situaciones complejas en las que los profesionales deben "probarse" fracasan, lo que lleva a que muchos se autodestruyan".


Por su parte, la docente del Centro de Liderazgo y Estrategia del Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA, Venezuela, Carmen Cecilia Torres, destacó que "si bien las tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) entregan múltiples beneficios, siempre es mejor el contacto cara a cara, porque es en ese momento en donde se puede exhibir las reales habilidades. Por eso es importante pedir a los amigos o a los compañeros de trabajo, cada cierto tiempo, opiniones sobre nuestro comportamiento y ver qué es lo que se puede mejorar".


La profesora de IESA agregó que otras de las claves para ser carismáticos es ser optimistas y auténticos, "porque a la hora de evaluar tu desempeño en la escena laboral, la mirada siempre estará centrada en estos factores".

Para algunos profesionales puede que no sea un desafío enfrentar una entrevista laboral, ya que confían en sus capacidades técnicas y en sus destrezas interpersonales. Sin embargo, en la otra esquina están aquellos que, si bien tienen talento, están faltos de carisma y de habilidades relacionales. ¿Qué les espera a ellos? Quizás reconocer que buscar empleo es un arte y reconocer que se necesita fomentar, desde las universidades e instituciones educacionales, el desarrollo y explotación del carisma.

martes, 2 de octubre de 2012

La amenaza del mercantilismo

 (En una entrevista para el diario La Prensa (Panamá), escrito por Alfonso Acosta, el economista y profesor del IESA, Hugo Faría, afirma que el mercantilismo es un mecanismo de acumulación de riquezas a expensas del bienestar del consumidor. Publicado el 22 de septiembre de 2012)

 
El historiador Thomas Carlyle condenó famosamente a la economía como la “ciencia lúgubre” por considerarla sujeta a una preocupante obsesión con el desastre. 

Pero para el economista Hugo Faría, hoy profesor titular del Instituto de Estudios Superiores de Administración en Venezuela, la perspectiva que ofrece esta ciencia es una forma de inocular a la sociedad contra posibles desastres mediante acciones responsables.


Faría, de cabello gris y buen ánimo, explica que el fenómeno económico está ligado de forma intrínseca con los fundamentos sociales de la democracia y que un deterioro institucional puede llevar a graves problemas que afectan el estilo de vida de los ciudadanos de cualquier país.

El economista venezolano está en una posición privilegiada para analizar el fenómeno del mercantilismo de forma empírica. Profesor en universidades prestigiosas como Harvard y Chicago, ha visto de primera mano el deterioro político de su país.

LECCIONES DE UN PAÍS VECINO


Al preguntarle el proceso que llevó al estado actual de su país, describió una situación que permite hacer reflexiones.

Faría describe la historia: “los partidos políticos se encontraban desprestigiados. La población crecía más que la producción por políticas mercantilistas aplicadas por el Gobierno”.

“Estas políticas generaron pobreza, lo cual terminó siendo un campo fértil para el surgimiento de líderes carismáticos y mesiánicos como [Hugo] Chávez”.

Las clases mercantilistas creyeron que podían controlar a este nuevo jugador político, pero Chávez cimentó rápidamente su poder al favorecer económicamente a las fuerzas armadas.

Los empresarios, una clase desprestigiada, no tuvieron argumento moral, ya que ellos se favorecieron de las políticas corruptas de los gobiernos anteriores.

Por esta razón, Faría considera que una campaña de educación sobre los peligros del mercantilismo es urgente.

LA REALIDAD DEL MERCANTILISMO

Faría cree esencial en este proceso de educación definir adecuadamente los términos.

“El mercantilismo es un mecanismo de acumulación de riquezas a expensas del bienestar del consumidor”, indica el profesor, transformando rápidamente la entrevista concedida a La Prensa en una clase.

Como explica, el mercantilismo es el desarrollo de una relación simbiótica entre jugadores de mercados establecidos que se benefician de una protección de sus intereses por parte de la clase política que administra el gobierno.

Por su parte, “el Gobierno recibe poder e ingresos y la empresa recibe menos competencia en perjuicio de los consumidores”.

Esta relación simbiótica usualmente se manifiesta en forma de “regulaciones complejas que solo las puede aguantar el empresario grande o establecido, por ejemplo, en los requisitos para la asignación de licencias o contratos de obras”, lo cual “viola el principio de trato igual para todos, en efecto, violas el estado de derecho”.

“Esto genera mecanismos de exclusión que afectan al consumidor. Por ejemplo, las barreras al comercio internacional reducen el sueldo del consumidor local y tienden a encarecer el costo de su vida”.

Sobre la opinión de que las barreras comerciales son importantes, ya que estimulan la industria local, Faría conecta la economía al marco institucional.

“La solución es un ejercicio democrático. Si es un beneficio obvio, ¿por qué no le preguntas al supuesto beneficiario si lo quiere? Somete la idea a un referéndum: ¿Deseas poder adquirir un bien a un mayor costo o a un menor costo? ¿Qué crees que respondería la gente?”, pregunta.

Igualmente, responde a los argumentos de que la protección de la industria privada, en particular del sector agrícola, es fundamental, en el caso de una emergencia nacional.

“En ese caso, ¿cómo hace Hong Kong o inclusive Aruba? Uno desarrolla un modelo económico para una situación normal, no para eventos extraordinarios. Si ese fuera el caso, también deberíamos producir cualquier otro producto importante de forma local”.

Cuando considera el posible costo a la generación de empleos causado por el libre comercio, Faría considera que es un argumento erróneo y se vale de las ideas del periodista económico del siglo XIX Frédéric Bastiat, comentando que “si el objetivo es puramente generar empleos, deberíamos eliminar los tractores en la construcción y regresar a las palas entonces”.

Faría explica esto indicando que “no debemos confundir producción con bienestar”, ya que, aunque usualmente van ligados, uno no implica lo otro.

La lealtad del profesor retorna a la democracia cuando menciona que “al final, debe haber un proceso de consulta y preguntarle a los ciudadanos si desean optar por reducir el costo de la vida y dedicar el esfuerzo nacional a las ventajas comparativas del país”.

Para Faría, hay una clara divergencia entre un beneficio económico inmediato y el beneficio dinámico a largo plazo mediante el uso adecuado de recursos escasos dentro de una sociedad.

“Hong Kong no era más desarrollado que ustedes en 1960, cuando implementaron sus reformas”, comenta.

UN MERCADO HUMANO Y TRANSPARENTE

Para Faría, la división no es necesariamente entre una economía de mercado y un sistema proteccionista, sino entre una visión de respeto a los derechos humanos y la inclusión social y mecanismo de exclusión producto del mercantilismo.

“La libertad económica es una condición necesaria, aunque no suficiente, para la democracia, porque cuando existe la libertad económica, el poder político está fragmentado”, comienza.

“De hecho, lo peor que le puede pasar a una democracia es una monopolización por parte del Estado de empresas, porque genera una fuente de ingresos para la clase política aparte del pueblo”.

Faría explica que “el principal contrapeso para un gobierno en una democracia es que debe financiarse de los recursos que la ciudadanía le otorga”.

Cuando este vínculo se destruye, surge una relación mercantilista que atenta directamente contra el bienestar de la ciudadanía, ahora impotente por su falta de control sobre el Gobierno.

Faría continúa explicando que el mejor antídoto desarrollado contra esa cartelización entre el poder público y empresas privadas es un mayor acceso a nuevos jugadores de mercado y por lo tanto, mayor competencia.

Esto solo se puede lograr con reglas claras de propiedad privada y un rol activo del Gobierno en castigar el fraude y el robo.

“El capitalismo, al final, persigue el beneficio del consumidor, no del empresario, aunque muchas empresas resultan beneficiadas. El sistema mercantilista va en contra de una visión del derecho humano. Se le obliga al consumidor a obtener productos a un precio más caro y en efecto se le está robando su riqueza a beneficio de ciertos grupos de interés”.

“¿Por qué hay que amarrar al Estado, entonces? Porque los políticos son personas como todos, no son ángeles y responden a sus intereses personales, no como agentes de la ciudadanía”.