miércoles, 3 de octubre de 2012

Ideas de clase mundial


"La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político, sino de nuestro empuje", afirma la profesora Nunzia Auletta, Directora del Centro de Emprendedores de IESA en este artículo publicado en el Mundo Economía y Negocios


Las dificultades del entorno pueden convertirse en el mejor semillero de ideas para emprendimientos innovadores

En una reciente cena con un grupo de gerentes participantes  en el Programa Avanzado de Gerencia del IESA en Valencia, aprovechando el tiempo libre que un inoportuno apagón nos brindó, surgió como suele sucederme el tema del emprendimiento. Algunos comentaron que acariciaban desde hace tiempo el sueño de montar un negocio, reseñando que tenían muchas ideas, pero que no sabían si eran interesantes, factibles o particularmente innovadoras.
Sobre el tema de la innovación, les comenté que una de las cosas que más nos preocupaba de los resultados del estudio del GEM (Monitor Global del Emprendimiento) que realizamos cada dos años, es que sólo el 25% de los nuevos empredimientos venezolanos están basados en un producto novedoso, que no esté siendo ofrecido por competidores, o en una tecnología con menos de 5 años de utilización. Igualmente, los sectores de emprendimiento siguen siendo muy tradicionales, con frecuencia de poco valor agregado de autoempleo, registrándose en el 80% de los casos iniciativas de comercio, con preponderancia de alimentos, comida, ropa y calzado.
Sin duda innovar implica un mayor riesgo, pero al mismo tiempo un mayor potencial de retorno en caso de éxito. Innovar en nuestro país nos es imposible, pero pasa por observar y reconocer las necesidades insatisfechas y las limitaciones, no solo del mercado nacional sino del regional, sin excluir a priori iniciativas que puedan considerarse de clase mundial y por lo tanto inalcanzables.
Debemos desechar el sesgo negativo que un entorno particularmente complejo puede generarnos, dejándonos con frecuencia con una visión limitada de nuestro potencial. Países con entornos conflictivos o socialmente complejos como Israel y Etiopía han dado cabida a emprendimientos de elevada innovación, como es el caso del carro eléctrico y sus sistema de estaciones del emprendedor Shai Agassi , o del kioskoalimentado por la energía solar que está siendo probado en comunidades que no disponen de servicio eléctrico en el país africano.
Para quienes se escudan en la dificultad de obtener fondos para emprender, puede resultar interesante conocer una de las más exitosas experiencias de crowdfunding (fondeo de masa) de la región que está permitiendo la construcción del rascacielos más alto de Bogotá.
Para aquellos que deseen comparar sus ideas con muchas otras de clase mundial, les invito a que visiten www.ideas4all.com , el sitio de innovación abierta fundsdo por un grupo de emprendedoras  venezolanas en España, donde es posible abrir retos de innovación o responder a las solicitudes existentes, pudiendo así rebotar con expertos, usuarios y potenciales clientes en red, la bondad de sus ideas.
Otro espacio de semillero es www.springwise.com, donde es posible tener acceso a una base de datos de ideas clasificada por sectores en los que llaman particularmente la atención el de ecosostenibilidad, el de salud y bienestar, o de instrumentos para facilitar la vida. En estas listas se podrán encontrar ideas ya implementadas tan innovadoras como aplicaciones para hibernar aparatos eléctricos en busca del ahorro energético, un sistema de monitoreo de salud del ganado vía mensajes de texto, o una red social que informa sobre precios y ubicación de servicios de salud en la comunidad.
La calidad de las ideas no depende del entorno económico o político, sino de nuestro empuje por cruzar fronteras, superar pre-conceptos y abrir redes de consulta y colaboración.
La más brillante e innovadora de las ideas necesita de discusión, comparación y evaluación. Una buena idea tiene que poder superar el examen del diseño, la observación del cliente, el desarrollo de prototipos y las pruebas. Aceptar el reto de implementar ideas de clase mundial pasa por aceptar críticas, corregir errores, revisar los requerimientos de recursos, buscar apoyo, generar redes y no desfallecer en el camino.


Artículo publicado el miércoles 3 de octubre de 2012 en la sección de Emprendedores de El Mundo Economía y Negocios.

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