jueves, 23 de agosto de 2012

La lección mexicana

(El Presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, aborda los detalles de las políticas públicas desarrolladas por México que lo han llevado a sobresalir en materia económica, con el pronóstico de que superará a Brasil en el año 2020 como primera economía de la región. Publicado en el diario El Nacional, el 20 de agosto de 2012)

La economía de México superará a la de Brasil en 2020, pronostica la firma japonesa Nomura Securities International. Como todo pronóstico, este de Nomura, más que para prefigurar el futuro, debería servirnos para comprender el presente.

¿Qué tendencias se observan? ¿Bajo qué premisas podría darse este cambio? ¿Puede hablarse de una lección mexicana? En el podio de las economías latinoamericanas Brasil y México han ocupado en las últimas décadas las primeras posiciones, con Brasil a la cabeza desde 2005, gracias a las políticas modernizadoras iniciadas por Fernando Henrique Cardoso y seguidas por Lula da Silva. En los últimos años, sin embargo, México ha ido concretando políticas públicas dirigidas a fortalecer su economía. Y ha obtenido buenos resultados.

Pese al gravísimo problema del narcotráfico, con incidencia en todos los aspectos de la vida nacional, México ha logrado diversificar su economía, ampliar su base exportadora, mejorar su competividad y probar su compromiso con el libre comercio. Lo ha hecho sin aspavientos, sin grandes declaraciones, con una presencia sólida y madura en los centros internacionales de decisión, superando grandes dificultades como la competencia de China en su propio mercado natural.

Los pronósticos de Nomura hablan para la próxima década de un crecimiento promedio de entre 4,25% y 4,75% para México y de sólo entre 2,75% y 3,25% para Brasil. La influencia de la economía china y el peso de la deuda serían algunas de las razones para explicar la diferencia. Así, la desaceleración de esa economía, negativa para Brasil en tanto reduce su opción exportadora de materias primas, revitaliza las posibilidades de México en el mercado norteamericano. La proporción de deuda bancaria respecto al PIB en México, por otra parte, es apenas un tercio de la de Brasil.

Otras dos razones sugiere el análisis para justificar su visión optimista respecto de México: la ventaja del bono demográfico y la perspectiva de reformas para estimular el crecimiento.

La población activa, en efecto, será mayor en las próximas dos décadas a la dependiente. Los recientes resultados electorales, a su vez, expresan la voluntad de animar ambiciosas reformas económicas, condición para el crecimiento que se anuncia. Enrique Peña Nieto, el presidente electo, ha dicho ya que se propone elevar 6% la tasa de crecimiento mediante, entre otras medidas, reformas al mercado laboral y al sector petrolero. En México, de hecho, se comienza a percibir la voluntar de aprovechar con mejor criterio las importantes posibilidades que tiene en el campo energético, para lo cual habrá de superar el fracasado esquema tradicional y optar por la modernización de su industria petrolera.

Una aproximación comparativa a las políticas recientes de Brasil y de México dejaría ver una tendencia brasileña a volcarse al ámbito internacional, en contraste con la mexicana, más centrada en el país y en sus necesidades. La atención a temas que tienen que ver más con un cierto liderazgo internacional que con el fortalecimiento interno ha provocado posiblemente en Brasil una pérdida de foco en lo nacional. México, de manera más callada pero más consistente, ha venido ocupándose de consolidar una economía realista, competitiva, sostenible en el tiempo.

Aquí reside posiblemente la lección mexicana de esta hora: concentrarse en el desarrollo de las fortalezas internas para garantizar el bienestar de la comunidad y ganar en competividad, absolutamente conscientes de la necesaria inserción en lo internacional pero sobre la base de los mejores intereses nacionales.

Es lo que corresponde a economías imperfectas como las nuestras: trabajar hacia dentro sin perder la perspectiva global, dedicar los esfuerzos más a la solución de los problemas internos que a la construcción de liderazgos continentales o mundiales, poner el foco en las prioridades: educación, salud, trabajo, seguridad, infraestructura, productividad, servicios, calidad de vida. Atender lo interno es la primera condición para competir con éxito en el plano internacional.
nesoor@cantv.net

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