jueves, 21 de enero de 2010

Prof. Pavel Gómez \\ Trampas de pobreza

Este es el título de un libro editado por los profesores Samuel Bowles, Steven Durlauf y Karla Hoff. Bowles es director del programa de ciencias de la conducta del Instituto Santa Fe y profesor de economía de la Universidad de Siena; Durlauf es profesor de economía de la Universidad de Wisconsin; y Hoff es investigadora del Banco Mundial.

El punto de partida de este libro es una reflexión sobre las salidas de la pobreza; en particular, sobre la idea de que lo fundamental para escapar de la pobreza es el uso del esfuerzo, las habilidades y la fortaleza interior de los individuos. De acuerdo con una creencia extendida, la combinación entre estos tres factores sería una suerte de ticket para superar la pobreza y lograr un grado importante de movilidad social. En otras palabras, de acuerdo con esta visión los factores que determinan el resultado socioeconómico de los individuos estarían bajo el control directo de su voluntad.

Esta visión ha sido sistematizada como el modelo del logro en la determinación del ingreso: "en una economía perfectamente competitiva, los individuos navegan en un mar de oportunidades, en el cual se recompensa el esfuerzo productivo y el ahorro. De aquí que solo quienes no hacen el esfuerzo adecuado terminan atrapados en la pobreza".

Sin embargo, diversos estudios recientes muestran que la inequidad en la distribución del ingreso ha aumentado en los últimos dos siglos, y que hoy día el 10% más rico recibe la mitad del ingreso mundial, mientras el 50% más pobre recibe menos del 10% del ingreso mundial. Además, algunos estudios muestran que las inequidades se transmiten de generación en generación y que los hijos de los ricos tienen diez veces más probabilidades de ser ricos que los hijos de los pobres.

Esta discusión tiene implicaciones de política no despreciables: si las oportunidades dependiesen solo del esfuerzo individual, entonces las diferencias en el ingreso serían "justas", ya que la pobreza sería una suerte de elección individual. Pero si hay factores que hacen que la pobreza persista, a pesar del esfuerzo individual, entonces las políticas públicas tienen mucho por hacer para lograr una mayor igualdad de oportunidades.

En esta línea de investigación, Bowles, Durlauf y Hoff se concentran en aquellos mecanismos que atrapan a los individuos en la pobreza, y que reproducen su condición desventajada, independientemente de los diferentes grados de esfuerzo y de talento individual. En particular, hoy quiero referirme a dos de estos de los mecanismos de perpetuación de la pobreza señalados por estos autores: Alas actividades parasitarias y B las trampas de pobreza institucionales.

Uno de los capítulos del libro editado por los referidos autores se llama "Parásitos" y es escrito a su vez por Halvor Mehlum y Karl Moene de la Universidad de Oslo y Ragnar Torvik de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Esto profesores definen a las empresas parásitas como aquellas que se alimentan de empresas productivas y pueden estar dirigidas por bandidos, jefes de mafias, intermediarios organizados o personas con valiosos contactos políticos. El ejemplo más bizarro sería aquellas formas organizacionales dedicadas a la extorsión o el secuestro, las cuales obtienen elevados ingresos del chantaje o la presión ejercida sobre empresas o empresarios productivos. Otra variedad de empresas parásitas serían aquellas dedicadas a proveer protección, hacer cumplir contratos cuando fallan las leyes y los tribunales ordinarios, y mediar en disputas por dinero. Cuando el sistema judicial falla, entonces empresarios violentos y sus secuaces actúan comercialmente como "cobradores informales". Una tercera variedad de parásitos comerciales son aquellos políticos corruptos o burócratas que colectan sobornos y usan sus posiciones políticas o familiares para su propio beneficio.

De acuerdo con el estudio referido, las actividades de los parásitos comerciales tienen en común algunas características: 1 sus rentas se obtienen directamente de los "servicios" vendidos a empresas privadas y estas actividades florecen cuando el Estado es inútil para proteger los derechos de propiedad y hacer cumplir los contratos; 2 sus actividades difieren de los llamados "buscadores de rentas", debido a que mientras estos últimos usan la influencia para su beneficio, los parásitos comerciales sustituyen el monopolio estatal de los impuestos, protección y violencia legítima; y 3 todos los parásitos comerciales son guiados por el interés en obtener beneficios financieros.

En este marco, los autores argumentan que la presencia de un gran número de parásitos comerciales en una sociedad puede atraparla dentro de una configuración auto-reforzada de prácticas y creencias que resultan en una pobreza persistente. Esto ocurre porque cuando las actividades de los parásitos comerciales son mucho más rentables que las de empresas productivas, entonces el talento y los recursos fluyen desde los productivos hacia los parásitos, lo cual se traduce en menores actividades productivas, mayores parásitos y estancamiento económico.

Por otro lado, las trampas de pobreza institucionales son el resultado de aquellas instituciones que perviven por largos períodos aunque sean inferiores, productivamente hablando, a otras instituciones más igualitarias. Ejemplos de estas últimas son los sistemas de castas, la monopolización de derechos políticos por una élite y el acceso bloqueado a servicios básicos de educación o salud.

Tanto en el caso de los parásitos comerciales, como en el de las trampas de pobreza institucionales, algunos mecanismos implícitos en normas o comportamientos reforzados por valores, creencias y el deterioro de las instituciones de justicia crean desigualdad de oportunidades y expulsan a personas talentosas de los países o no premian suficientemente el comportamiento productivo. Esta es una línea de investigación que apenas comienza, pero nos enseña que salir de la pobreza no es solo un tema de abundancia de recursos financieros o de intenciones salvadoras.

Artículo de opinión del Prof. Pavel Gómez
21 de enero de 2010

http://www.elmundo.com.ve/Default.aspx?id_portal=1&id_page=15&Id_Noticia=8797

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