Los venezolanos hacemos cola para entrar en el infierno, cada uno tiene un número y el Gobierno tiene la lista. Lo más grave es que el modo sorpresivo -por cuenta gotas- pero bien calculado, de expropiar, invadir, tomar a la fuerza, confiscar o cualquier otra fórmula, legal o no, nos tiene a todos confundidos. Todos los venezolanos juran que están siempre en el último lugar de la cola y que nunca les tocará.
Un día confisca alguna finca perdida en los llanos de Apure y al otro a una gran industria moderna, en la mañana le toca a una siderúrgica y en la tarde a un edificio de apartamentos.Una porque no se utiliza demasiado, la otra por exceso de uso o contaminar el ambiente, la tercera porque las cabillas son estratégicas y la siguiente dizque para defender a la clase media.A todosPero ya le está tocando a todo el mundo, a unos porque tenían la plata en un banco intervenido, otros por tener sus ahorros en bonos y no falta quien haya perdido su póliza de seguros o algún otro bien en manos del Gobierno, o del hampa, que a final de cuentas es más o menos lo mismo.
O te lo quita el Gobierno, o lo hace un delincuente de esos que pululan en nuestra geografía. Ya, simplemente al ver que Venezuela y Haití son los únicos que no progresan en el continente, se puede deducir que "nos tocó a todos".Todo es estratégico al final del día, el café, el cacao, la caña de azúcar, el cemento, las cabillas, los agroquímicos, los envases de vidrio. Desde luego también el aceite, la harina de maíz, las pastas y el pollo. Desde luego las industrias básicas, los tractores, la electricidad y las telecomunicaciones. Pronto se darán cuenta que también tienen carácter estratégico los zapatos, la ropa interior y los bolígrafos.
El valor estratégico incluye a las ideas y la libertad, por ello también se encuentran en la lista la educación privada, las clínicas y las universidades. Desde luego existen variaciones y el riesgo es mayor cuando se trata de empresas y empleos relacionados al petróleo, la energía en general, telefonía, radio, televisión, construcción, banca, valores y seguros.Pero a la cabeza se encuentra todo lo que tenga que ver con la comida, desde las fincas hasta las cadenas de distribución pasando por el transporte, el almacenamiento, la agroindustria y las empresas proveedoras de insumos como Agroisleña y Owens-Illinois.
Así, también al final del día, hay menos empleos y más control del Gobierno sobre los ciudadanos.Con 759 organizaciones invadidas, confiscadas, intervenidas o tomadas a la fuerza ¿en qué lugar de la cola se encuentra usted? Pienso que hay muchas colas, un número muy elevado de ellas y por consiguiente la distancia entre su posición y la boca del infierno es muy corta.Dijo el jefe máximo, lo peor vendrá cuando pierda las elecciones, porque desde el alto Gobierno creen que la fuerza y las armas están en sus manos. La pregunta clave es ¿y siempre será así? La voluntad del pueblo también cuenta.
Artículo de opinión
Martes, 09 de noviembre de 2010
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