26 de septiembre: ¿Redistribución de fuerzas en la Asamblea Nacional?
Osmary Hernández
El próximo 26 de septiembre más de 17 millones de venezolanos son convocados a votar en una elección que les permitirá definir un nuevo parlamento. El Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, trabaja por una victoria para garantizar el avance de la revolución, mientras, la oposición lucha por obtener una representación en la Asamblea Nacional, luego de un período de ausencia en el hemiciclo, tras haber decidido no participar en los comicios de 2005 en un intento por boicotear el proceso. Ahora su nuevo reto es recuperar los espacios perdidos.
Ambas fuerzas se medirán nuevamente, esta vez en un intento por ocupar la mayoría de los 165 curules en juego y en la antesala a las elecciones presidenciales de 2012. Si un partido alcanza los dos tercios del total de diputados logrará allanar el camino para fortalecer su proyecto político. De igual forma, tendrán la potestad para decidir quienes integrarán el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia. El profesor de economía política del IESA y especialista en sistemas electorales, Francisco Monaldi, explica que hay otras dos mayorías claves, quien domine el 50% del parlamento podrá aprobar leyes ordinarias y con el 60% podrá impulsar leyes orgánicas.
¿Una contienda electoral entre iguales?
Aunque recientes encuestas ubican al oficialismo ligeramente por encima de la oposición en intención de voto, al llevar estos resultados a número de diputados obtenidos, los rojos superarían a los azules por una abrumadora diferencia. Esto ocurre porque por primera vez los venezolanos votarán en unas elecciones parlamentarias regidas por un sistema de votación no proporcional.
La transición del sistema electoral venezolano de un esquema proporcional a uno que no lo es, lleva a que a la hora de contar los votos 2 +2 ya no sea igual a cuatro, explica Monaldi. Hasta tiempos recientes, la tradición política venezolana se basaba en sistemas electorales proporcionales, de manera que el porcentaje de votos que obtenía un partido resultaba similar a la representación que terminaba obteniendo en el entonces Congreso. Los cambios que se producen con la implementación del nuevo sistema, considerado como uno de los menos proporcionales de América Latina, generan muchas dudas y confusión. Cabe destacar, que este sistema se distancia de lo previsto en la Constitución de 1999, la cual establece que el sistema debe ser proporcional.
Monaldi explica que existen tres condiciones que le complicarán el escenario a la oposición. Explica que cada voto es clave pues pequeñas diferencias en el voto pueden llevar a grandes diferencias en el seno del órgano legislativo.
1. El sistema contempla una sobre-representación de los estados menos poblados del país, en los que en su mayoría domina el oficialismo.
La Constitución de 1999 establece que todos los estados, así sean pequeños o despoblados como Delta Amacuro y Amazonas, tienen 3 diputados designados por el simple hecho de ser estados. De los 165 diputados que hay en Venezuela, 69 se distribuyen en partes iguales, es decir, a Zulia que es un estado pobladísimo le corresponde el mismo número de diputados que a Amazonas donde hay muy pocas personas. Eso lleva a que las entidades menos pobladas del país estén tremendamente sobre-representadas en la Asamblea Nacional. Un voto en Amazonas vale 6 veces más que un voto en el Distrito Capital o en el Estado Miranda, en otras palabras los votantes de Amazonas van a estar representados 6 veces más por habitante que los votantes de Miranda o Distrito Capital.
2. El método se basa en circuitos electorales o circunscripciones nominales, definidas entre municipios y parroquias.
Por ejemplo, a Distrito Capital le corresponden 10 diputados al igual que a Carabobo, 70% de esos diputados son nominales y sólo el 30% por lista proporcional. En este caso para elegir a los 7 diputados nominales el territorio se divide en circuitos de uno, dos o tres diputados. Si un partido saca 40% en todos esos circuitos, otro saca 39% y un tercero 21%, el de mayor puntaje gana todos los diputados. La primera minoría en esos circuitos se lleva los 7 diputados, es decir, con 40% de los votos obtiene 70% de los diputados. El voto por lista si es proporcional, es decir, el que saque más votos se queda con el primer diputado y sólo se queda con el segundo si obtiene más del doble de los votos con respecto al siguiente partido. En el ejemplo en que se eligen 3 escaños por lista, el de mayor respaldo popular puede obtener un máximo de dos diputados cuando están en juego tres cargos. En resumen, en nuestro ejemplo con 40% de los votos un partido puede obtener 8 o 9 de los 10 diputados asignados a un estado (7 nominales y 1 o 2 por lista), es decir hasta 90% de los diputados con sólo 40% de los votos. Mientras, el partido que sacó 39% de los votos, que con el sistema proporcional hubiese obtenido los mismos 4 diputados que la primera minoría, obtendrá sólo 1 diputado. Es decir, se puede señalar que el nuevo esquema es un sistema electoral en el que el ganador se lo lleva todo. Cabe destacar, que en algunos casos la oposición va a salir beneficiada, por ejemplo en el Zulia y Táchira, pero mayoritariamente beneficia al oficialismo pues domina en los estados más despoblados del país que a su vez están sobre-representados.
3. Cuando se definió la Ley electoral se le otorgó la facultad al Consejo Nacional Electoral de modificar las circunscripciones electorales.
De esta manera, a juicio de Monaldi, se le dio la posibilidad al CNE de aventajar al partido oficial al organizar las circunscripciones electorales de una manera que les convenga. Para explicar esta situación el experto en economía política tomó como ejemplo el Circuito 2 del estado Miranda conformado por Baruta, El Hatillo y Chacao, al cual a efectos de la venidera votación se le agregó la parroquia Leoncio Martinez del Municipio Sucre. Se trata de un sector dominado ampliamente por la oposición por lo que se presume pudo haber sido agregada al circuito 2 para reunir los votos opositores y dejarle ese circuito considerado perdido por el oficialismo, al tiempo que se le estaría restando fuerza a la oposición en el circuito de Petare.
¿Por qué vale la pena votar?
Para Monaldi un pequeño número de votos puede hacer la diferencia en algunos circuitos competidos, por ejemplo Petare, y aún en los circuitos que ya están decididos, lo más importante es que en el voto lista no está definido quien va a ganar y en estos casos unos pocos votos pueden hacer la diferencia. Además al sufragar dejamos expresadas las tendencias de cara a las elecciones presidenciales de 2012 para dejar registro de cuáles son las tendencias y cuál sector cuenta con el respaldo de la mayoría.
Recordó que en el poder legislativo, luego de que la oposición se retirara en el 2005, la uniformidad de criterios impide que se lleve a cabo un debate plural en el que se vean representados todos los sectores del país.
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