Brasil se encuentra a la cabeza y ha superado la barrera de los 50 mil millones de dólares en exportaciones agrícolas y lo ha hecho después de elevar el consumo interno de más de 150 millones de personas. La producción de soya y de bovinos es inmensa, no menos importante la de caña de azúcar, pollos de engorde, huevos, frutales, maíz y arroz. Como gran productor de café Brasil había incursionado en los mercados internacionales y el cultivo de caña para etanol marcó un hito histórico. Argentina ha sido, desde años atrás, importante productor de trigo, maíz y bovinos, luego sumó soya, derivados de la leche y otros productos que le generan al país más de 20 mil millones de dólares al año. Paraguay se inscribió, a la par de Bolivia, en la ruta de la soya y buenos ingresos reciben de su exportación. Uruguay no se ha quedado atrás con carne bovina, quesos y otros productos. En Ecuador la acuicultura, el cacao, los plátanos y cambures dan buenos dividendos. Chile tradicional país minero de áspera geografía, grandes montañas y desiertos, surte una porción importante del mercado de vinos, peras, ciruelas y otras frutas subtropicales amén de frutos del mar y buenos filetes de salmón.
La lista sigue:
Perú vive una revolución agrícola que incluye productos agrícolas de alto valor para la exportación como espárragos, aceitunas y cítricos. No olvidamos a a Colombia con su tradicional café, al que hay que añadir flores, frutas de diverso tipo y a juzgar por nuestras importaciones, también bovinos, pollos y huevos. Hasta la modesta y muy pobre Guyana exporta arroz y maderas finas. En América Central también progresan: Costa Rica y Guatemala junto a Honduras encabezan la lista.
¿Qué hicieron en esa década? Pues nada extraordinario, sus gobiernos abrieron espacios al sector privado, junto a los productores realizaron acuerdos y viajaron en misiones para abrir nuevos mercados. Los gobiernos entendieron la importancia de la propiedad privada, la concertación con los productores, inversiones en vialidad y sistemas de riego, carreteras y vías férreas, educación, ciencia y tecnología. ¿Errores? Muchos, en especial fallas conceptuales sobre lo que significa el desarrollo y la forma de vida rural. Pero la mayoría va en buen camino, y nosotros, por el peor de todos, el antiguo, el fracasado estatismo donde el Gobierno quiere hacer de todo y todo queda mal o a mitad de camino.
Por eso estamos importando tanto para felicidad de los vecinos y otros que no son ni vecinos, ni queridos por nuestro gobierno, pero que son buenos productores de cosas que necesitamos.
cemacallison@gmail.com
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