martes, 27 de noviembre de 2012

Sensatez y sensibilidad

(El profesor del IESA, Ricardo Villasmil, afirma que las preferencias políticas responden mucho más a la emoción que a la razón. Publicado en El Universal, el 17 de noviembre de 2012)


"Conócete a ti mismo", decían los sabios griegos, "y conocerás a los Dioses". Hoy sabemos que la complejidad del ser humano obedece a su proceso evolutivo, y más concretamente, a la superposición reciente de una estructura movida por la razón -la corteza cerebral- sobre una estructura antiquísima movida por el instinto y la emoción. Nuestras motivaciones y nuestras decisiones son, por ende, una compleja e inseparable mezcla de razones y emociones.


Los movimientos intelectuales se han diferenciado entre sí en buena medida en función de la primacía que le dan a los componentes de esta mezcla. Estas divisiones han marcado tendencias y movimientos en la literatura, en la música y en las artes en general, así como en ciencias políticas y sociales. La tendencia hasta hace unos años fue la de ver al hombre como un ser perfectamente racional, pero la incapacidad de sus modelos para explicar la realidad, unida a importantes hallazgos en el campo de la psicología cognitiva, están conduciendo a desechar esta premisa.

En retrospectiva, parece absurdo que hayamos llegado a modelarnos como seres racionales. Como decía Alexander Hamilton, "somos seres razonables más que racionales, movidos fundamentalmente por el impulso de la pasión". Y como lo han sabido por décadas los expertos en mercadeo, muchas si no todas nuestras decisiones las tomamos manipulados, consciente e inconscientemente, por nuestras emociones.

Somos como somos y no seríamos ni más exitosos ni más felices gobernados exclusivamente por la razón o por la emoción. Una de las personas a mi juicio supo comprender mejor nuestra inevitable y afortunada dualidad, fue Jane Austen. En Sense and Sensibility, Elinor y Marianne sufren como arquetipos de la sensatez y de la sensibilidad, respectivamente, pero un día se abren emocionalmente, desarrollan la empatía necesaria para aprender de la otra e inician su camino hacia la felicidad.

La conducción de campañas políticas es una de las disciplinas en donde estos hallazgos tienen mayor aplicabilidad, ya que las preferencias políticas responden mucho más a la emoción -a la identificación que genera el líder, su discurso, sus ideales, principios, valores y prioridades- que a la razón. Porque como dicen las Escrituras, el pan es importante, pero no sólo de pan vive el hombre.

@rvillasmilbond; www.ricardovillasmil.com

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