martes, 29 de enero de 2013

#EspaciosParaElDiálogo


(Valentina Urdaneta, Especialista en Comunicaciones Digitales del IESA, considera que hay que contar no sólo con espacios virtuales, sino con redes reales, medios y formas de organización ciudadana que permitan pensar, trabajar en equipo, crecer y actuar como nación. Publicado en El Universal, el 22 de enero de 2013)

En estos días, al encender la televisión o escuchar varias emisoras de radio, he tenido la sensación de vivir en un país con un trastorno de personalidad múltiple, de realidades opuestas, donde todo o nada está pasando. Frente a esto, las redes sociales han pasado a ser prácticamente los únicos medios para informarse y sobre todo hacer públicas las opiniones.

La twitósfera venezolana se ha convertido en un espacio frenéticamente participativo, repleto de quejas, ideas, desahogos y conversaciones sobre el acontecer nacional; donde los usuarios virtuales (ciudadanos reales) pueden expresarse.

Con las redes sociales, los públicos han dejado de ser receptores de información pasivos y pasaron a ser activos, con poder de decisión e influencia en procesos sociales y políticos. Una de estas redes es Twitter. El uso de este nuevo medio ha sido una variable significativa en la victoria y derrocamiento de gobernantes. Tal es el caso de la victoria de Obama, donde Twitter se convirtió en un canal legítimo en la arena política tras el resultado de la campaña presidencial del 2008 a través de una estrategia online. Igualmente, la salida del poder de Mubarak en Egipto en el 2011 obedeció a un fenómeno donde Twitter jugó un papel importante.

Los tweets, mensajes de 140 caracteres, son valiosos por dos razones: pueden servir a los historiadores de fuente en tiempo real de los eventos que suceden y pueden ser testimonio del rol significativo que las redes sociales juegan en eventos políticos o transformaciones sociales.

Venezuela es el noveno país del planeta que más usa las redes sociales y Latinoamérica es una de las regiones de más rápido crecimiento para Twitter. Sin embargo, a pesar del poder de esta red y de las ventajas que ofrece, aún los usuarios que tienen acceso a ella representan un porcentaje muy pequeño de la población venezolana (12% en 2012). Por lo tanto, hay que preguntarse cuáles serían los espacios idóneos para llegar no sólo a un sector, sino a todos los estratos sociales y grupos etarios del país. No bastan las redes sociales para esto. Se necesitan medios masivos, comunicación cara a cara y redes humanas para escuchar propuestas y soluciones.

No es viable una sociedad que sólo se exprese y comunique por Twitter, que además restringe los mensajes a pocas palabras y no permite una conversación lineal.

Los venezolanos debemos cuestionarnos sobre cuáles espacios tenemos para comunicarnos y cómo lo hacemos. Por ejemplo, los medios tradicionales, ¿A qué noticia le dan prioridad? ¿Los artículos de opinión llegan realmente al colectivo? Asimismo, las personas con poder en la opinión pública deberían preguntarse cuál lenguaje llega más a la gente. Los líderes deben esforzarse por seducir a su pueblo, y escucharlo. Un buen liderazgo no es sordo; sirve de puente y debe de estar al servicio de la comunidad antes que al de una ideología.

No se puede lograr un diálogo exitoso sin que exista encuentro. Hay que contar no sólo con espacios virtuales, sino con redes reales, medios y formas de organización ciudadana que permitan pensar, trabajar en equipo, crecer y actuar como nación.

Especialista en comunicación - IESA

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