jueves, 13 de mayo de 2010

Josefina Bruni \\ Un país difícil para los emprendedores sociales

En Venezuela hay un renovado interés por lo social. Lo observamos en el discurso del presidente Chávez, en las misiones sociales, y en el realzado interés de las empresas privadas por destacarse en los ámbitos de la responsabilidad social empresarial y la inversión social. Sin embargo, muchas de las energías emprendedoras del país van en una dirección opuesta.

¿Por qué? Por la estructura de incentivos que el Estado venezolano ha construido en la última década. Por una parte, los emprendedores sociales que en el pasado lideraban procesos de cambio y transformación social ven hoy en día coartadas sus iniciativas: es difícil obtener el estatus de organización sin fines de lucro, obtener fondos internacionales para realizar obras sociales se ha convertido en una actividad cercana a la delictiva, y el Estado ha dejado de colaborar (y en muchos casos ha entrado en abierta competencia) con las organizaciones de la sociedad civil.

En cambio, Venezuela se ha convertido en el edén de una raza de emprendedores socialmente perniciosos: los contratistas aduladores y pagadores de comisiones, los secuestradores y ladrones de carros, los traficantes de gasolina, los pseudo-líderes comunales que se lucran con fondos públicos en nombre de la desgracia ajena. Así pues, mientras que el resto del mundo avanza en la construcción de una sociedad socialmente emprendedora, en Venezuela nos movemos, pese a nuestro discurso, en dirección contraria.

Columna del Centro de Emprendedores
El Mundo, Jueves, 13 de mayo de 2010

Prof. Josefina Bruni Celli
www.elmundo.com.ve

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