lunes, 12 de julio de 2010

Urbi Garay\\ El reto es sobrevivir

**Los controles de cambio y precios, regulaciones, problemas con el acceso al capital y el debilitamiento institucional, así como las amenazas a la propiedad frenan la propensión a invertir en Venezuela. Hay que tener una clara visión estratégica y mucha prudencia para aprovechar las oportunidades.

¿Es posible invertir en Venezuela? Pregunta difícil de responder como pocas. La vía más fácil es decir que depende del estómago del potencial inversionista, qué tan buena es la oportunidad de negocio y si la tasa de retorno compensa el nivel de riesgo real de esta economía, además de ser superior a la inflación elevada que caracteriza a este mercado.

Una oportunidad así no es lo más común, por lo que invertir en el país, en esta circunstancia compleja que atraviesa, entraña riesgos notables y significa que quien se arriesga debe estar preparado para enfrentar los peores escenarios.

El profesor del Centro de Finanzas del Instituto de Estudios Superiores de Administración, Urbi Garay, de entrada señala que cualquier persona que quiera desarrollar alguna actividad productiva en el país debe tomar las previsiones normales para actuar en cualquier mercado y algunas adicionales.

A su juicio, un realista y suficiente análisis del entorno es indispensable. Una pregunta clave es qué tan estratégico para el Estado es el sector donde se va a invertir. Si se coloca capital en un negocio agrícola, por ejemplo, hay que estar claros en que el riesgo de expropiación es mayor. Igualmente, hay que evaluar el tipo de regulación que se ejerce y cómo se aplica.

En este sentido, algunas áreas de la actividad comercial pueden ser particularmente vulnerables a inspecciones y sanciones, como la venta de alimentos y otros productos esenciales. Estas actuaciones gubernamentales impactan los costos de manera muy importante y deben ser consideradas en cualquier plan de negocios que se implante.

Fuentes de una red de automercados con presencia parcial en el territorio nacional, sobre todo en las grandes ciudades de la zona centro-occidental, revelaron a GERENTE que recibieron 46 inspecciones del Indepabis durante el año pasado, lo que quiere decir que la entidad visitó la cadena casi una vez por semana.

La misma empresa recibió 19 inspecciones del Seniat y del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. En 40% de los casos, la cadena sufrió alguna sanción de multa y cierre temporal. Las fuentes de la compañía, quienes solicitan la reserva por "temor a represalias", indican que lo más grave fueron los cierres temporales de puntos de venta, que originaron incrementos en los costos de almacenamiento y servicios, aparte de un impacto en las ventas de 5% para el ejercicio 2009.

En general, la actitud de los funcionarios es la de presumir la culpabilidad de los inspeccionados. Las fuentes de la red de automercados señalaron que otro problema fundamental es el de los inventarios. Aunque no fueron objeto de confiscación, durante el año pasado, decidieron reformular sus políticas de almacenamiento para reducir los volúmenes, incluso en productos no perecederos.

Esta práctica es generalizada en el sector Comercio, en los segmentos de bienes esenciales, por cuanto se incrementaron en 50% los procedimientos de intervención de almacenes, durante el año pasado. Las grandes distribuidoras de alimentos fueron las más afectadas. Las empresas cafetaleras fueron intervenidas por 90 días y al final Fama de América terminó estatizada.

Si quiere leer la entrevista completa en la Revista Gerente consulte: http://www.gerente.com/revistas/gerente/0610/venezuela/portada3_0610.html
Lunes, 12 de julio de 2010
www.iesa.edu.ve

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