(El profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, afirma que el gobierno ejecutará una devaluación heterodoxa que combine mayores tasas de cambio. Publicado en el diario El Universal, el 26 de octubre de 2012)
Tras pasar los últimos meses pensando en cómo corregir los
desequilibrios de la economía sin impactar el consumo de las familias de
menores ingresos, estamos en buena posición para analizar lo que se nos viene
en 2013. El gobierno ha conseguido cabalgar las elecciones con el gasto público
más elevado de nuestra historia. En términos del tamaño de la economía el gasto
público (gobierno central, Pdvsa, Fonden, Fondo Chino e hijos de estos últimos)
superó el 50%, cuando América Latina promedia 30%. El aumento fue equivalente a
33% más de gasto por persona en sólo un año.
Dado que nuestros ingresos no aumentaron de forma
significativa, incurrimos en un déficit de 19% del PIB: por cada cuatro que nos
ingresan gastamos cinco. ¿Qué tan grave es eso? Llevar la gasolina de un
céntimo a setenta y cinco bolívares el litro recaudaría 1,6% del PIB. Cada 1%
de IVA levanta 0,5% del PIB. ¡De ahí a 19%! España hoy se ahoga en un déficit
de 8% del PIB y riesgo país de 4%, nosotros con un déficit de más del doble
tenemos una prima de riesgo que ronda 10%. ¿Cómo fue posible financiar en 2012
ese hueco colosal?
El gobierno utilizó tres mecanismos. En primer lugar, el BCV
cubrió con emisiones de dinero el déficit de Pdvsa (que paga regalías por
barriles que no cobra y lleva una pesada carga del gasto social). ¿Cómo
funciona esto? Pdvsa firma pagarés al Banco Central a cambio de circulante. En
2012 este mecanismo financió 6,4% del PIB (o un tercio del déficit). Ahora
bien, una vez que Pdvsa paga a proveedores y empleados, el dinero sale a la
calle e ingresa en el sistema financiero. Como la demanda de crédito productivo
está estacionada, los bancos utilizaron esos depósitos para comprar títulos de
deuda pública. Así se financiaron otros 12% del PIB (60% del déficit). Por
último, una parte pequeña (1,6% del PIB) se financió emitiendo deuda externa.
¿Cuáles son los riesgos de esta estrategia? Esta secuencia
de políticas provocó un crecimiento fenomenal de la liquidez, que en las
semanas previas a la elección llegó a 60%- 65% (vs. misma semana del 2011). Una
expansión así, cuando el crecimiento es de 5%, es consistente con una inflación
mucho mayor. No ha sido así, pero es un riesgo latente. En lugar de inflación,
lo que hemos observado es una caída en la velocidad de circulación del dinero:
es como si los bolívares se hubiesen estacionado y hubiesen dejado de perseguir
bienes. Entre 2006 y 2012 el número de vueltas que un bolívar de liquidez da al
año bajó de seis a tres. Difícil que caiga más. Si seguimos imprimiendo dinero
a este ritmo el riesgo de caer en una espiral inflacionaria más acelerada será
cada vez mayor. Algo de esto habrá. El gobierno también recortará el gasto en
2013 y ejecutará una devaluación heterodoxa que combine mayores tasas de cambio
a nivel de Cadivi, Sitme y el dólar negro. Todas estas medidas tendrán impactos
negativos sobre el crecimiento, o al menos lo han tenido en nuestra historia.
Dado que los pronósticos de precios del petróleo son estables, a uno le cuesta
pensar de dónde saldrán los 2% o 3% de crecimiento que muchos analistas, bancos
e instituciones multilaterales tienen previsto para Venezuela. ¡Todo un
paquetazo!
@miguelsantos12
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