miércoles, 14 de abril de 2010

Pavel Gómez\\ El barranco de la política venezolana

Para Juan Carlos Rey

En el atardecer de mi café, recordaba un comentario sobre mi insistencia con la política en un diario de economía: En Venezuela, la economía es una carreta tirada por los caballos de la política y la política se fue por un barranco, huyendo de las pedradas de la economía. Es preciso comprender las raíces del colapso del sistema político venezolano para evitar estrellarnos una y otra vez con la misma piedra.

Diversos autores han tratado de entender el curso del país vinculando política y economía. Entre estos, hay dos que me han resultado fascinantes: Domingo Alberto Rangel y Juan Carlos Rey.
Rangel usa el lente de la historia económica para comprender los caminos por los que se ha desplazado el país. Rey, por su parte, combina el instrumental de la ciencia política y el de la economía para comprender la política, en general, y para explicar los arreglos políticos bajo los cuales hemos vivido los venezolanos. Su análisis del auge y colapso del "pacto de Punto Fijo" es fascinante y esclarecedor. Sobre esto último va este artículo.
Juan Carlos Rey fue uno de los primeros en estudiar la crisis del sistema político venezolano, allá por los años ochenta, y en advertir sobre las amenazas de destrucción de los partidos y sobre los riesgos de la antipolítica.

Dos de sus artículos alimentan el centro de esta reflexión: a) Rey (1991) "La democracia venezolana y la crisis del sistema populista de conciliación"; y b) Rey (2010) "El sistema de partidos falló". Ambos pueden conseguirse con relativa facilidad: El primero está en internet y el segundo se encuentra en la revista SIC, de marzo de 2010.
En Rey (1991), el autor explica la naturaleza del sistema político iniciado en 1958 y esboza algunas hipótesis sobre el declive de este arreglo. El cuento es más o menos así: desde la aparición del petróleo, la política venezolana fue un terreno de pugna entre quienes pujaban por la monopolización de la renta petrolera (entre amigos y familiares del presidente de turno) y quienes aspiraban a un mayor grado de democratización de esta.

Después de la noche gomecista, el primer ensayo de democratización amplia ocurrió durante el período conocido como el "trienio adeco" (1945-48). Sin embargo, este experimento colapsó debido en gran medida al sectarismo de los adecos de la época y a la exclusión de poderosos intereses. La democratización inicial llegó a su fin con el golpe contra Gallegos de 1948, y el poder político y la renta petrolera se reconcentraron durante los diez años siguientes. El 23 de enero de 1958 representa el fin de este otro ciclo de monopolización.

Con la idea de dotar de estabilidad al nuevo sistema político, sus diseñadores concibieron un esquema corporativista, en el cual coexistieran un conjunto amplio de intereses, mediados por estructuras como los tres principales partidos (AD, Copei y URD), la CTV, Fedecámaras, la alta jerarquía eclesiástica, el alto mando militar y los tecnócratas que formaban la alta burocracia.
Al mismo tiempo, se realizaría un aumento sustantivo en la cobertura y en la calidad de bienes públicos "democratizadores" como la salud, la educación y el acceso al crédito bancario.

Este esquema de repartición estaba basado en un supuesto clave: la renta petrolera era relativamente estable, tal como lo era el precio internacional del crudo, y el ingreso del gobierno sería creciente, dado que los impuestos y otras cargas fiscales de las empresas petroleras eran crecientes. Esto se traducía en que la torta a repartir era cada vez más grande, lo cual hacía sustentable un esquema tipo "todos contentos".
O casi todos, ya que se había excluido del pacto a sectores de la izquierda joven (MIR y PCV). Esta exclusión, si bien sería negativa para el país debido a la carga de resentimiento que acumularía, era positiva para el pacto, ya que la opción subversiva escogida por los excluidos se convirtió en un incentivo a cooperar entre los que formaban el pacto (por la amenaza de barrido si los miembros del pacto no cooperaban).

Esto fue, resumidamente, el esquema político denominado "pacto de Punto Fijo". Este esquema fue satisfactorio para una amplia mayoría del país hasta principios de los años ochenta, en particular hasta el viernes negro de 1983.
Rey identificó que el malestar que siguió al viernes negro reflejaba la crisis del sistema político e hizo esfuerzos intelectuales infructuosos por explicar el colapso y por convencer a la clase política de la necesidad de un viraje.

Como sabemos, el viraje no ocurrió y este sistema político naufragó a finales de los noventa, en el pantano de la antipolítica que sirvió la mesa al triunfo de Hugo Chávez en diciembre de 1998.
De acuerdo con Rey, el sistema colapsó por una serie de problemas: a) los partidos AD y Copei se comportaban como el equivalente político a un cártel u oligopolio; b) desaparece la amenaza subversiva a finales de los sesenta y con ella desaparecen los incentivos a la cooperación intra-cártel; c) cobra auditorio en el país un grupo de autodenominados "notables", que bombardeaban a los partidos y a los políticos profesionales; y d) la miopía de los políticos no les permitió ver la bomba de tiempo hasta que explotó.

Sin embargo, hay algunos elementos económicos que no son tomados en cuenta por Rey, y que jugaron un rol decisivo como detonantes de lo que señala. La naturaleza rentista de la economía venezolana, sembrada desde 1934-35, la cual implicó la destrucción del aparato productivo no petrolero y el traslado de toda la carga económica del país hacia el sector público; y la volatilidad del ingreso petrolero que se inicia a mediados de los setenta. Si lo que se reparte es renta petrolera, y esta se hace volátil e impredecible, es natural que los políticos se volvieran cortoplacistas. Estos elementos son la clave para entender las fuentes del cortoplacismo que hizo naufragar a los partidos venezolanos. Hasta que esto no se comprenda seguiremos tropezando con el mismo muro, a merced de mesías, "notables", voceros de la "sociedad civil" y oportunistas.
"Con las piedras lanzadas contra mí he construido los muros de mi casa". Anise Koltz
**Juan Carlos Rey fue de los primeros en estudiar la crisis del sistema político venezolano

Artículo de opinión
Miércoles, 14 de abril de 2010
www.elmundo.com.ve

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