martes, 22 de mayo de 2012

Con acento femenino


(El presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, destaca el papel de la mujer  venezolana en el rol de líder. Publicado en el diario El Nacional el 14 de mayo)

Hablamos del liderazgo ejercido por mujeres. La novedad no es su existencia, sino su reconocimiento. En contra de la tendencia a limitar el liderazgo al ámbito del poder político, de la gerencia o de la dirección empresarial, se impone una visión que incluya espacios mucho más amplios como el social, el familiar, el académico, el de las ideas, el de los comportamientos.

En todos ellos, la presencia de la mujer se evidencia históricamente, tanto cuando se asocia con autoridad formal, dirección, conducción, mando o gerencia como, especialmente, cuando se vincula con influencia, autoridad moral, modelaje.

Cierto que el liderazgo no tiene género. La condición masculina o femenina puede añadir un rasgo distintivo, pero la definición de liderazgo, sus características y los modos de ejercerlo son fundamentalmente los mismos. Cierto también que el liderazgo ha sido descrito tradicionalmente desde la perspectiva del hombre, en masculino, con características socialmente atribuidas de modo preferente al varón: poder, decisión, mando, competitividad, jerarquía.

Del ejercicio del liderazgo por parte de las mujeres, sin embargo, hay que reconocer lo que podría llamarse el "estilo femenino", asociado al liderazgo emocional, a mayores niveles de pensamiento analítico y conceptual, mayor iniciativa, amplio sentido participativo y de cooperación, mayor flexibilidad, mayor disposición al trabajo en equipo. Se trata de una manera de ejercer una autoridad más emocional que racional, de un estilo más democrático, dialogante, mediador, incluyente, horizontal. El estilo femenino ha modificado para bien el concepto mismo del liderazgo y de su ejercicio.

Sin aceptar los estereotipos que vinculan lo femenino con mayores habilidades emocionales y relacionan modo de ejercer liderazgo con la apelación a los valores, la mediación, la reconciliación, la negociación, la atención prioritaria a la comunicación, no cabe duda de que su presencia ha contribuido a fortalecer un modo de liderazgo más cercano y más comprometido. El liderazgo femenino se consolida más sobre la prudencia que sobre la audacia, sobre la constancia que sobre la heroicidad, sobre la intuición y la planificación que sobre el golpe de suerte, sobre la disposición al trabajo que sobre la genialidad momentánea.

Los estudiosos del fenómeno destacan como características de este estilo de liderazgo la intuición, la capacidad de escuchar, la sensibilidad en las relaciones, la facilidad de la comunicación, la disposición al aprendizaje y la enseñanza, la perseverancia. Y destacan habilidades como sentido de organización, manejo simultáneo de temas y roles, conciliación de intereses y búsqueda de consenso.

La presencia de la mujer en el mundo del trabajo ha llevado incluso a modificar conceptos sobre aspectos fundamentales como la educación, la cooperación, la competitividad, la productividad, las relaciones laborales, la visión del trabajo desde la perspectiva de la familia y la comunidad. La presencia igualitaria en las organizaciones, incluidas las posiciones de dirección, se ha convertido un indicador de progreso. Lo contrario se percibe como retraso. Cuando las empresas se proponen ser más competitivas e innovadoras incorporan, cada vez más, talento y valores femeninos. Y quienes acceden a esas posiciones lo hacen por calidad y competividad. El sistema de cuotas no cuenta a la hora del liderazgo.

La mujer ha conquistado su protagonismo dentro de la sociedad y ha tenido que demostrar su capacidad frente a nuevos retos y responsabilidades. Además de los obstáculos marcados por los condicionamientos sociales y de la trampa cultural de los estereotipos, pesa sobre ellas la tensión entre trabajo y familia, el argumento de la incompatibilidad entre las responsabilidades en el hogar y las de la empresa u organización, entre su mundo privado y el mundo público donde se desarrolla y se ejerce el liderazgo. Si alguien pensó que el éxito llega solo, las mujeres han estado allí para demostrar que sólo se consigue con esfuerzo.

nesoor@cantv.net

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