(El profesor del IESA, Carlos Machado Allison, nos habla sobre los aciertos y desaciertos en las políticas agroalimentarias en Venezuela. Publicado en el diario El Universal el martes 8 de mayo de 2012)
La defensa de su política, el ocultamiento de los resultados y el filtro ideológico del Gobierno es tan coherente como falaz. El Gobierno sí se ha apuntado algunos éxitos en materia alimentaria. Con un gasto excesivo y con frecuencia poco eficiente, elevó la disponibilidad diaria de calorías de la población más pobre. Esto es cierto, la evidencia viene de las confiables hojas de balance, cifras recientes del INN y estudios sobre salud alimentaria que muestran aumento de peso en los niños, pero sin incremento en la estatura y un porcentaje preocupante de obesidad con mala nutrición.
Lo ha hecho mediante subsidios que rondan los 8 mil millones de bolívares sólo para mantener la red Mercal. A esta erogación es necesario sumar varios miles de millones de dólares en importaciones y un costoso crecimiento burocrático. Además se han gastado, de modo ineficiente, miles de millones a través del crédito público, erogaciones de Pdvsa, pago de bienhechurías y algunas propiedades, pago a asesores cubanos, gastos de movilización de efectivos, compra de maquinaria, pérdida de alimentos, creación de empresas agrícolas públicas y quién sabe cuantas cosas más.
No se ha incrementado ni la producción nacional ni su eficiencia, tampoco la sostenibilidad de la producción, el empleo de tecnología moderna, las fuentes de trabajo bien remuneradas y el consumo de frutas, hortalizas, raíces y tubérculos. Los venezolanos están comiendo más harinas, azúcar, grasas y carne de aves debido al modo en que se aplican los subsidios, pero no han mejorado su dieta y tampoco se han logrado las metas del Gobierno: desarrollo endógeno, auto-abastecimiento, seguridad alimentaria, calidad y sanidad, así como la cacareada, pero incomprensible, soberanía alimentaria. Han obtenido votos, no han logrado progreso.
Poco probable
Hay alimentos que debemos importar, en otros el autoabastecimiento total es poco probable, pero podríamos producir más e importar menos, y están aquellos que no sólo deberían satisfacer el consumo interno, sino que es posible exportar. Es factible producir más azúcar, carne bovina, leche, maíz blanco, arroz, plátano, cambur, café, cacao, piña, guayaba, tomate, cebolla, pimentón, papa, palma aceitera y una larga lista de cultivos tropicales que la industria privada podría darle valor agregado.
¿Los fracasos del Gobierno? Erosionar los derechos de propiedad, elevar la inseguridad personal en el campo, eliminar fuentes de conocimiento ahogando a las universidades, haberse metido a productor, industrial e importador en lugar de ocuparse de la infraestructura vial, de riego, sanitaria y educativa del mundo rural. Haber creado una trama de permisos y controles, entre ellos los de precios y divisas que han paralizado al sector agroalimentario generando episodios de escasez e inflación desmedida.
Consumidores, productores, industriales y distribuidores necesitan tanto una nueva y moderna política agroalimentaria como un nuevo gobierno.
cemacallison@gmail.com
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