lunes, 25 de junio de 2012

De la esclerosis al dinamismo

(El presidente del Consejo Directivo del IESA, Gustavo Roosen, analiza las propuestas presentadas por Conindustrias para alcanzar una visión industrial en el año 2025. Publicado en el diario El Nacional el 25 de junio de 2012)

Mientras desde la Asamblea Nacional se anuncia la Ley Antimonopolio, otra forma de apretar el cerco en torno al sector privado y de entorpecer la dinámica de las cadenas productivas, los empresarios agrupados en Conindustria proponen al país una visión industrial para el año 2025.

Contrario a una constante internacional de leyes antimonopolio que castigan las conductas de abuso pero alientan la competencia productiva, la propuesta oficial venezolana castiga el éxito. Producto de una visión estatista de la economía, alienta la exclusión del sector privado y juega a su debilitamiento y dependencia. La posición de Conindustria, por el contrario, expresa una visión estratégica de un país con enormes oportunidades en el campo industrial y urgido de promover un desarrollo diversificado, más ahora cuando los mercados mundiales de la energía adelantan iniciativas alternativas y los precios del petróleo van tomando otro nivel.

El programa planteado en el reciente Congreso de Conindustria conduciría a un crecimiento del sector industrial capaz de representar el 20% del PIB, ahora reducido al 13%, y a la creación de 7.000 empresas y 700.000 empleos productivos, frente a la pérdida de 300.000 puestos de trabajo y la quiebra de más de 5.000 empresas ocurridas durante este gobierno.

Los objetivos definidos por Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, responden a una visión de país dispuesto a superar el rentismo y la dependencia petrolera y a convertirse en un actor competitivo en el mercado internacional. Así se entienden los propósitos de desarrollar cadenas productivas para crear una oferta competitiva, avanzar hacia una economía diversificada, aprovechar las ventajas competitivas y las oportunidades abiertas por la expansión y globalización del comercio, reducir la dependencia de las importaciones, ampliar la oferta exportadora por la vía de las microsegmentaciones, maximizar el potencial de generación de empleos dignos, impulsar la capacitación para el trabajo, promover espacios de diálogo para la renovación del pacto social entre los actores del mundo productivo, promover la innovación y la actualización tecnológica, buscar nuevas formas de financiamiento por la vía de la generación de capitales, lograr la deseable simbiosis entre un sector público eficiente y una industria privada fortalecida.

Esta definición de objetivos está en sintonía con la inspiradora visión presentada por Carlota Pérez, investigadora y consultora venezolana de renombre internacional, en su conferencia "Oportunidades para el desarrollo, la tecnología y la inclusión social en el contexto global del Siglo XXI".

En efecto, no se puede menos que coincidir con ella cuando plantea que la tecnología, la innovación y la educación son los grandes motores del desarrollo y el bienestar, o cuando señala las oportunidades que brinda la hiper-segmentación de los mercados para apuntar a nichos especializados de poco volumen y alta rentabilidad. De allí una de sus conclusiones: "El camino es la constante elevación tecnológica del capital humano y las empresas, la mejora de los productos y la densificación de las redes de apoyo" Para América Latina en general y para Venezuela en particular es vital atender la coincidencia observada por Carlota Pérez de una oportunidad tecnológica acompañada de una oportunidad de mercado, gracias a las cuales será posible financiar las inversiones requeridas.

Frente a la falta de visión del sector público y a sus veladas pretensiones monopólicas se impone el reto de sentar las bases para el relanzamiento del sector industrial venezolano. El objetivo de generar una oferta exportadora sólo puede lograrse a partir de más inversión, más educación, actualización tecnológica y apertura comercial. Pensar en una sociedad industrial capaz de sustentar el bienestar de la población pasa por desarrollar políticas públicas concertadas, inclusivas, respetuosas del ambiente, abiertas a la productividad, a la competividad, a la búsqueda de oportunidades, a la innovación y a la generación de empleo.

nesoor@cantv.net

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