jueves, 7 de junio de 2012

Maquinaciones


(El profesor del IESA, Ramón Piñango, hace un análisis del escenario político-electoral del país, destacando la importancia de respetar la legitimidad de los procesos que se han desarrollado hasta la fecha de cara a las próximas elecciones presidenciales. Publicado en el diario El Nacional el 5 de junio)


Es difícil anticipar, aunque sea de manera penumbrosa, lo que ha de ocurrir de aquí hasta el final del año. Sin embargo, en las últimas semanas los eventos parecen esbozar los rumbos que puede tomar la historia del país, y es bueno escucharlos no sólo para anticiparlos, sino también para tratar de hacer más probable lo que consideramos más deseable.

Los días que vivimos se prestan para torcer el rumbo político que quienes creemos en la democracia nos hemos trazado. Antes de señalar lo que puede estarse engendrando, primero es bueno considerar lo obvio: 1) que hay un candidato unitario opositor cuya campaña progresa; 2) que el Presidente está seriamente enfermo con un cáncer.

De la candidatura de Capriles se dirá lo que se quiera, pero es difícil negar su avance, aunque a algunos les parezca insuficiente. Más aún, los ataques recientes parecen responder al temor de que triunfe. De la enfermedad del Presidente es difícil dudar, aunque parte de la población no crea en ella.

Es innegable que cada vez lo vemos y escuchamos menos. Se trata de un mutis progresivo. ¿Cómo no pensar que, con velocidad creciente, se aproxima el día del mutis definitivo? Esos hechos, por ser claramente constatables, generan maquinaciones nada santas revestidas de amor al país y compromiso con su futuro.

No es un secreto que la grave enfermedad de Hugo Chávez, razón de ser y eje del Gobierno, la revolución y el PSUV, ha destapado ambiciones, conflictos e intrigas de todo tipo. Ni la persona más candorosa puede dudar que la gente del régimen está pensando qué hacer cuando la enfermedad inutilice a su líder o cuando él desaparezca. La candidatura de Chávez es inminente, lo cual complica las cosas.

Si algo le llega a ocurrir al candidato, lo cual es probable, habrá que improvisar un candidato sustituto, y, a estas alturas, cualquier candidato será un improvisado porque los votos no se endosan fácilmente, aunque Chávez lo quiera y así lo proclame. En tal situación es fácil pensar que el PSUV pedirá postergar las elecciones. Argumentará que hay que presentar un nuevo candidato a no menos del 40% del electorado.

Pero las ambiciones, conflictos e intrigas no son rasgos exclusivos del chavismo. El antichavismo tiene también una dosis de estos fenómenos humanos. Los comentarios negativos, hechos públicamente, sobre la campaña de Capriles no pueden ser tomados como simples críticas "constructivas".

Hay una clara intención de minar desde ahora la candidatura del candidato de la oposición. Es más, hay razones para pensar que si su crecimiento es aún mayor, los esfuerzos para disminuirlo o desplazarlo arreciarán. Ya se escucha el comentario de que "no es que Capriles no pueda ganar, sino que el muchacho no va a poder con un país tan enredado... no es mala idea postergar las elecciones y pensar en otras opciones".

Y así comienza la convergencia del chavismo y cierto antichavismo. Por eso las exploraciones de conveniencias mutuas que algunos llaman negociaciones. La idea de postergar las elecciones es parte de un paquete que incluye un gobierno de transición hacia una indefinida fecha electoral. Poco a poco se urde el argumento de que "a ustedes y nosotros nos conviene". Y entre una y otra cosa se mezcla el "hay que negociar para que no nos matemos".

Pero resulta que ese "ustedes" y ese "nosotros" son muy amplios y abusivos. Nadie puede ignorar el voto de más de 3 millones de personas en las primarias. Nadie puede intentar negociar impunemente la postergación de las elecciones del 7 de octubre, por una supuesta conveniencia del interés nacional.

Y lo de la "paz" no es más que un burdo chantaje, utilizado muchas veces por gente que, desde distintos campos de acción, la ha minado.

rapinango@gmail.com

No hay comentarios: