Al final de la primera jornada nocturna, exhaustos y con ganas de dormir, aparece un señor a enseñarnos los principios básicos de limpieza del negocio.Nos entrega unos escobillones gigantescos, y con manguera y jabón empieza a generar tal cantidad de espuma que literalmente nos llegaba a los tobillos. Después de media hora de lucha contra la manguera, cual General Patton, el individuo inspeccionó minuciosamente cada rincón de la cocina.Resultado: "N" veces tuvimos que repetir el procedimiento completo para lograr los estándares de limpieza que requería el negocio.
Después de perder un pilón de kilos, al final del primer día de apertura de nuestra tienda, el cocinero me informa que había terminado su jornada... BINGO!! Ahí entendí. La organización estaba tratando de hacerme entender algo más que la técnica con el escobillón para evitar que me comiera la espuma: la importancia de conocer cada aspecto de mi negocio en detalle.Todo buen empresario necesita no sólo rodearse de la mejor gente, sino entender dentro de lo posible, los aspectos fundamentales que le permitan tomar las mejores decisiones, y además, tener la actitud adecuada hacia realizar cualquier labor que sea necesaria.Por lo tanto, si vas a montar una cocina, está preparado para agarrar un escobillón.
Columna de emprendedores del IESA
El Mundo Economía&Negocios
14 de octubre de 2009
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