A Diego lo suspendieron dos días del colegio porque vendió a sus amiguitos las pulseras que el mismo fabricaba". Esto comentaba la madre de un niño que cursa actualmente estudios de primaria en un conocido colegio de Caracas. Aunque parezca una anécdota de un joven travieso, este hecho podría explicar en parte el porqué de las fallas que hoy en día muestran nuestros emprendedores.
Año tras año Venezuela evidencia ser uno de los países más emprendedores del mundo. Según estudios realizados por el Iesa, 20% de los venezolanos mayores de edad están iniciando una empresa o tienen una de reciente data. Sin embargo, solo 5% de estos logra mantenerla por más de 3,5 años.
Una de las razones que limita el desempeño de nuestros emprendedores tiene que ver con la formación que han recibido. Países que muestran grandes proporciones de empresas establecidas poseen sistemas educativos adecuados para potenciar las habilidades y actitudes empresariales.
Aunque la educación tradicional desarrolla destrezas y habilidades necesarias para el crecimiento personal y económico, no es muy eficaz en la formación de actitudes emprendedoras. En Venezuela, la educación debería introducir la formación empresarial en el sistema educativo formal desde primaria, y ofrecer programas de formación vocacional dirigidos a empresarios que ya han terminado su educación formal.
Si en lugar de castigar a Diego por vender pulseras, lo incorporamos en un sistema de formación que desarrolle sus competencias, posiblemente en unos años monte una compañía con mayor probabilidad de éxito.
Columna semanal del Centro de Emprededores del IESA
Diario El Mundo Economía&Negocios
19 de agosto de 2009
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