viernes, 21 de agosto de 2009

José Mayora\\ Para los lectores

Nobleza obliga, reza una vieja conseja que traigo a colación pues así como nos permitimos opinar semanalmente, los lectores reaccionan a nuestras opiniones y es justo que se les conteste. En esta oportunidad me siento obligado a comentar algunas preocupaciones de diversos lectores que, estoy seguro, no se han puesto de acuerdo y sin embargo, coinciden en algunas apreciaciones y sentimientos. Ciertamente es un privilegio tener acceso a este medio, que lo interpreto como una irrenunciable oportunidad para contribuir con puntos de vista que pueden abonar criterios para mejor comprender el acontecer nacional. Tal oportunidad no puede ser vista como una excusa para plantear acciones o puntos de vista reñidos con valores democráticos.

De manera que cuando se nos pide más valentía, posiciones más radicales, o formular convocatorias extremas, reñidas con las sendas de la verdadera libertad y de la justicia, se malinterpreta el papel de un columnista. Al menos de quien escribe. Quienes nos piden que dejemos las quejas y pasemos a la acción, parecen olvidar que si el 2 de diciembre los venezolanos hubiesen salido masivamente a votar en contra del proyecto de reforma, la victoria no hubiese sido pírrica, al decir del líder del proceso revolucionario. Desde esta tribuna hay que convocar la responsabilidad lo que bajo ningún respecto calificado de queja. Más que una queja es una sugerencia para tomar las riendas de la situación. No entenderlo así es preocupante.

Pienso, por ejemplo, en la recién aprobada Ley de Educación, incluida la irritante sonrisa de la presidenta del Congreso. Tal hecho, ¿amerita que haya alguna convocatoria formal para salir a la calle a defender tanto a nuestros hijos, como a los hijos del por venir de tantos padres venezolanos que algún día lo serán? Para conseguir más argumentos no hay necesidad de alejarse de la Asamblea Nacional. La Ley Electoral propone borrar de un brochazo a las minorías, hecho por demás antidemocrático que requiere respuestas muy distintas al regocijo por la desaparición de algunos partidos, organizaciones imprescindibles en cualquier democracia, postulado que no me cansare de repetir aún y a pesar de los errores que han cometido, cometen y posiblemente seguirán cometiendo. Y qué pasa cuando desde diferentes puntos de la geografía organizacional se hacen convocatorias y no las atendemos.

¿Qué pasa? Quienes hoy rigen un camino, por demás nefasto, antes de acceder al poder, trabajaron soterradamente para acceder al mismo durante más de veinte años: ¿creen ustedes que lo dejarán fácilmente? ¡No! La responsabilidad por modificar el actual escenario, no es sólo de quien escribe, también lo es de quien lee. Si algún mensaje debe quedar en el imaginario de los destinatarios de las opiniones escritas, es que con la misma persistencia que semana a semana debemos entregar un artículo, con esa misma persistencia los ciudadanos deben defender sus derechos, privilegiar la justicia, emprender acciones que fortalezcan a la economía, a la cultura, a la educación, en fin a todas las finalidades públicas.

Para tal vocación no hay descanso porque las pausas serán interesadamente aprovechadas por quienes apuestan y estimulan la ausencia de respuesta ciudadana, respuesta que es a lo único que le tiene miedo el líder de este proyecto revolucionario. Si me piden un pronunciamiento contundente creo que hay una brillante oportunidad en las próximas elecciones legislativas siempre y cuando se cumplan dos condiciones necesaria y suficiente: la primera que los ciudadanos responsablemente salgan masivamente a votar; la segunda, que la oposición se estructure en torno a candidatos que le sumen votos a la organización nacional y no a las individualizaciones.

Y si sobre el CNE hay dudas, la única manera de combatirlas es con evidencias contundentes para que a esta institución no le quede otro remedio que reconocer la derrota de la revolución. La revolución llegó al poder con el voto de los venezolanos, pues le toca a esos venezolanos sacarla del poder, ese es el reto, mientras tanto, todos los días a las 8 de la mañana hay que continuar trabajando para que se vayan creando las condiciones de debilitamiento de un proyecto monocrático y destructivo como el que se adelanta en Venezuela.

Artículo de opinión aparecido en El Universal
20 de agosto de 2009
mayora.j@gmail.com
http://politica.eluniversal.com/2009/08/20/opi_art_para-los-lectores_20A2635483.shtml

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