miércoles, 4 de noviembre de 2009

Gustavo Roosen \\ En la escuela de lo social

Dos hechos recientes llevan a reflexionar sobre la brecha que separa la preparación de la improvisación, el talento del dinero, la disposición a coordinar y trabajar de la acción aislacionista y entorpecedora.

Se trata de la celebración del Simposio Iberoamericano sobre Responsabilidad Social Empresarial y de la distinción lograda por el IESA al ser ubicado como el primero en América Latina y el número 60 en el mundo en la catalogación que evalúa los programas de MBA en función de su desempeño en materia de responsabilidad social empresarial y de la pertinencia de sus programas de formación para la gerencia responsable en lo social y ambiental. Ambos hechos ponen en evidencia la importancia del tema, el avance registrado en la formulación de nuevos conceptos y modelos y la capacidad demostrada para formar gente especializada, proponer soluciones y desarrollar proyectos efectivos en este campo.

Organizado por la Fundación Venezuela sin Límites y la Fundación Eugenio Mendoza, el simposio realizado en la Unimet contó con la participación de expertos, empresarios y personalidades iberoamericanas. El resultado: un material de gran valor por las experiencias, los aportes teóricos y prácticos y, muy especialmente, por las conclusiones, que apuntan a la conformación y fortalecimiento de redes, la ampliación de alianzas estratégicas entre gobierno, sociedad civil y comunidades, y la creación de plataformas de conocimiento que unifiquen políticas para lograr mayor impacto social.

La ubicación del IESA en esta segunda edición del Beyond Grey Pinstripes, en la que fueron seleccionadas 149 escuelas de 24 países, constituye, por su parte, un reconocimiento al cumplimiento de su misión de formar un liderazgo responsable y de aportar, desde la investigación y la experiencia directa, a la comprensión y solución de los problemas sociales. Gracias a este trabajo, el IESA subió 15 posiciones en este ranking que determina los MBA líderes en la incorporación de temas de responsabilidad social, ambiental y ética.

El demostrado interés empresarial sobre el tema y la calidad de instituciones como el IESA para la formación de empresarios con sentido de responsabilidad social y de planificadores y promotores de programas de acción social contrasta con el desinterés de los sectores oficiales, su actitud autosuficiente y la pretensión de apropiarse de lo social, excluyendo a los demás, desconociendo u obstruyendo su trabajo. Estos contrastes ponen en evidencia la posición de unos sectores interesados en aportar soluciones a los problemas sociales y la de otros más interesados en el provecho político que puedan derivar de ellos, la de quienes promueven ideas y las desarrollan y la de quienes las retrasan en nombre de viejos planteamientos, negando a la sociedad la oportunidad de aplicar propuestas bien orientadas y viables.

El aislamiento y la apropiación partidista del tema de la pobreza no sólo daña a quienes los promueven, porque limita su visión y su eficiencia, sino, fundamentalmente, a la sociedad en la medida en que retarda los nuevos conceptos y entorpece las soluciones. Desconocer los principios y las experiencias en este campo sólo puede conducir al manejo inadecuado del problema y a la ineficacia. El país cuenta con la oportunidad de ofrecer la formación necesaria, tanto para manejar una visión adecuada de los problemas sociales como para desarrollar programas que contribuyan a su solución.

El desprecio de las oportunidades de formación termina en el desprecio del talento y mina las oportunidades de unir esfuerzos para impulsar programas sociales dotados de foco y pertinencia.

Artículo de opinión
El Nacional, 04 de noviembre de 2009
www.el-nacional.com

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