jueves, 26 de noviembre de 2009

Prof. José Mayora\\ Los moles de Jackeline

En días pasados, a raíz de la inocultable situación eléctrica, la súper gerente capitalina mencionaba la existencia de 26 moles que, en Caracas, contribuían con esta crisis. De verdad que en principio no logré descifrar las palabras de tan polifacética gerente. Inmediatamente acudí al diccionario y conseguí que la palabra mole significa algo muy grande y corpulento. Es decir, que sí capté la idea, lo que la funcionaria de marras quería decir era que existían 26 grandes problemas que afectaban la generación eléctrica.

Imagínense que el Gobierno se ponga eficiente y comience a construir o a dar incentivos a la iniciativa privada para que construya viviendas, colapsarían las ciudades donde hay más déficit de vivienda pues, por decir lo menos, se incrementarán significativamente las unidades baño, las estufas, las lavadoras y los encuentros familiares.

La salud no se queda atrás. Baste que el Gobierno decida, por una parte, restituir a los hospitales su operatividad y que Barrio Adentro rescate los dos mil y pico de centros que están inoperantes, para que vean lo que significa consumo de energía eléctrica. Piensen en este escenario: quirófanos operando; laboratorios haciendo exámenes de sangre, orina y heces; médicos cubanos atendiendo consultas diariamente, en fin, fundiendo los medidores de luz.

Parte de la preocupación de la señora Faría son los maratónicos programas dominicales del señor Presidente. Su preocupación no es sólo por lo que duran, piense en aquellos funcionarios que no asistieron al programa y que deben verlo por televisión o escucharlo por la radio oficial. Súmele también, la cantidad de medios privados que tienen que ver ese programa pues caso contrario, corren el riesgo de estar desinformados.

Me imagino que usted debe tener poder suficiente para detener la reconstrucción de la torre de Parque Central. Usted se imagina jefa lo que significaría esa torre tragando kilovatios hasta avanzadas horas de la madrugada, tal como lo ha dicho el líder del proceso haciendo referencia que en la revolución no hay horario laboral, de tal suerte que los empleados públicos deben estar como los Boy Scouts: siempre listos.

¿Y el Sambil, qué? Esta mole es como un bunker de sueños, un refugio, un espacio fresco, limpio, con vitrinas hipnotizantes y circulación segura, el cual usted y su jefe quisieran verlo vacío no sólo por lo del ahorro energético, sino también porque se combatiría el flagelo del consumismo capitalista. No obstante, si usted quiere pasar a la mera historia, hay una idea que puesta en práctica dejaría vacío a cualquier espacio similar. En uno de sus acostumbrados soliloquios dominicales, su jefe prometió la restitución de la salubridad, cristalinidad y desfecalización del río Guaire. Imagínese señora Faría que ese gentío que irracionalmente se refugia en los centros comerciales, se desplazara masivamente a la ribera del Guaire para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor: balnearios llenos de pueblo; ferias de comida con leña; lanchitas propulsadas con tracción de sangre; parejas caminando bajo las románticas luces de bombillos ahorradores de energía, traídos de Cuba.

Todo lo anterior pasa por entender que el presupuesto nacional del 2010, se ha constituido también en una mole, no porque consuma electricidad, ¡no! Al contrario, la inversión para el sector eléctrico disminuyó con relación al año 2009 y de tal disminución solo queda el recrudecimiento de la crisis. Mucho me temo que no habrá luz al final del túnel: eso sí es una mole.

Artículo de opinión
jueves, 26 de noviembre de 2009
Mayora.j@gmail.com
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