Transcurren tiempos cada vez más complejos y retadores, crisis financieras que se trasponen a crisis tecnológicas, que derivan en profundas crisis económicas, políticas y sociales; ahora potenciadas en un contexto cada vez más globalizado y altamente interconectado, propio de la era de la información.Carlota Pérez, reconocida experta venezolana adscrita a la Universidad de Cambridge, quien ha dedicado sus estudios al análisis de las tendencias históricas relativas a la interrelación sistémica entre las revoluciones tecnológicas, el capital financiero y la sociedad, identifica que oleada tras oleada, luego de estos grandes quiebres se suceden períodos de crecimiento y bonanza.
Sin embargo, e inspirándose en la teoría darwiniana, ese crecimiento ha sido y será capitalizado solamente por los más aptos, aquellos que fueron capaces de romper los paradigmas y no perdieron la visión estratégica de largo plazo, manteniéndose muy alertas y flexibles para anticipar y adaptarse a los súbitos cambios que el entorno más inmediato impone. Como bien lo decía Einstein: "la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia".
Y es en esta "angustia creadora" que se generan los mayores retos para las empresas en marcha y para los emprendedores, con un mercado laboral más competido donde, por una parte, las organizaciones que quieran posicionar o mantener sus liderazgos, deben realizar grandes cambios de paradigmas para garantizar el éxito en la gestión productiva, como parte de una estrategia vital; y al mismo tiempo deben ser capaces de atraer y retener los mejores talentos, que a su vez recrearán y desarrollarán ese porvenir de crecimiento.
Por su parte, los profesionales están mucho más conscientes que su "empleabilidad" aumenta en la medida que mantienen actualizados sus conocimientos y desarrollan habilidades que les permitan sortear con ventaja las dificultades e identificar las oportunidades que ofrecen los nuevos tiempos. Hubo una época en que la acumulación de títulos universitarios era garantía de éxito en la carrera profesional; no obstante, hoy las exigencias son más complejas y, además del conocimiento técnico, los requisitos para lograr un desempeño exitoso son cada vez más sistémicos, más integrales.
Un buen ejemplo de ello es que actualmente las habilidades más valoradas y demandadas por el mercado laboral, están vinculadas con competencias como: comunicación y liderazgo, capacidad para gestionar la incertidumbre y la complejidad, desarrollo de equipos de trabajo, manejo de la multiculturalidad, entre otras; habilidades que la literatura en gerencia reconoce como competencias blandas.
No en balde algunos estudios señalan que el 80% de los talentos comunes en los gerentes reconocidos como exitosos, están relacionados con ese tipo de habilidades.Entonces, sólo podrán estar preparados aquellas organizaciones y talentos que asuman el reto de invertir en su desarrollo y formación, con un enfoque estratégico e integral
Artículo de opinión, El Universal
08 de agosto de 2009
carlos.garcia@iesa.edu.ve
subdelia.sevilla@iesa.edu.ve
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