En el Iesa recibimos personas preguntando sobre la conveniencia de iniciar o expandir una empresa. No emitimos juicios de valor sobre una iniciativa porque conocemos emprendedores a quienes llamaron locos al inicio y actualmente tienen exitosos negocios.
Apoyamos a los emprendedores obligándoles a hacer un análisis suficiente de sus iniciativas antes de avanzar y les pedimos revisar lo bueno y lo malo que puedan visualizar. Deben identificar en su idea las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas; y hacerse preguntas "de abogado del diablo" para no perder de vista nada y justificar todo lo posible.
Al final, el optimismo para emprender se convierte en un convencimiento para seguir o, por el contrario, descubrir que no es factible continuar.Los emprendedores tienen una idea, sueñan, crean o perciben una oportunidad de negocio y reúnen los recursos para materializarla, superando múltiples dificultades y retos.
Con distinto grado de innovación, asumen el riesgo calculado de hacer algo nuevo, distinto o mejor, y son capaces de liderar una organización exitosa. Emprender es más que inventar, es hacer realidad lo soñado.Para mayor probabilidad de éxito, pedimos completar en 2 ó 3 semanas una revisión global de su idea y, dedicar 2 ó 3 meses para elaborar su Plan de Negocio. Esto implica definir el producto o servicio, explorar el tamaño del mercado potencial, identificar la competencia actual y previsible, mencionar factores diferenciadores y claves del éxito, describir cómo se implementará la idea y sus procesos principales, y anticipar los recursos humanos y financieros requeridos.
Columna del Centro de Enprendedores del IESA
EL Mundo Economía&Negocios
2 de septiembre de 2009
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