Dicen que la historia se repite cada cierto tiempo. El tipo de cambio anclado a 2,15 bolívares fuertes por dólar desde marzo 2005 castiga cada vez más a las empresas exportadoras, sobre todo a las públicas, que concentraron 95% de las ventas al exterior, al cierre del semestre pasado.La culpa -una vez más- es de la sobrevaluación monetaria, un fenómeno que ya forma parte estructural de la economía nacional y se traduce en el encarecimiento de las exportaciones venezolanas, al momento de salir a mercados foráneos, donde se encuentran con productos similares ofrecidos por empresas de países con menor tasa de inflación y/o monedas domésticas sometidas a devaluación progresiva.
"El problema es que aquí la política cambiaria se utiliza como política antinflacionaria, lo que provoca distorsiones porque castiga la producción nacional", explicó el economista Víctor Álvarez, quien fue presidente de la CVG, director de Pdvsa y ministro de Industrias Básicas.Álvarez afirma que "a los exportadores no les alcanza para pagar sus costos locales. Es un síndrome de la economía rentista. Cuando hay abundancia de divisas -producto de la renta petrolera- éstas se abaratan".Afirma que esta distorsión se puede corregir "ajustando el tipo de cambio, porque la inflación se debe reflejar en el valor del dólar, como una mercancía más que es".
Pável Gómez, economista del Iesa, explica el impacto cambiario que sienten empresas como Pdvsa, Sidor y Venalum, sometidas al control de cambio como exportadoras que son: "Sufren porque sus costos internos vienen creciendo al ritmo de la inflación, además están obligadas a venderle al Banco Central de Venezuela sus divisas obtenidas por ventas externas, a una tasa de cambio de 2,15 bolívares por dólar, establecida en marzo 2005. Desde entonces, sus costos han crecido 110% aproximadamente", comentó Gómez.
El Índice de Cambio Real Efectivo (Irce) -indicador que el BCV utiliza para calcular la competitividad comercial internacional del bolívar- ha caído 96,5 puntos desde que se aplicó la última corrección a la paridad oficial, en marzo de 2005, hasta diciembre pasado.Esto representa una apreciación de la moneda nacional de 38,3% en términos de la competitividad internacional, según las estadísticas oficiales disponibles.Sector privado minusválido "El anclaje cambiario impide cualquier posibilidad de exportación, porque el mercado local es en bolívares y todos los insumos se transan a la tasa de cambio no oficial, conocida como el dólar permuta", dijo Eduardo Garmendia, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y deMinería (Aimm).
Garmendia considera que existe potencial nacional para exportar estructuras metálicas, láminas para techos galvanizadas o de aluminio, envases de gran dimensión y calderas pirotubulares, porque además "el mercado local se ha reducido".El empresario metalúrgico afirma que además del ajuste cambiario, se requiere agilizar los reembolsos de impuestos a exportadores, conocidos como "draw back", "que en algunos casos presentan retrasos hasta de dos años".
Una vieja discusión
El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, abordó tangencialmente el problema cambiario la semana pasada, durante unas jornadas de reflexión organizadas por el Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez."En 1934 hubo una devaluación del dólar como efecto de la crisis y todas las monedas del mundo siguieron esa devaluación, menos Venezuela, donde se revaluó el bolívar. Llevaron el tipo de cambio de Bs.5,20 a 3,09 por dólar", recordó el Ministro.
Según Rodríguez, esto ocurrió en medio de una muy interesante discusión entre Alberto Adriani partidario de la devaluación- y Vicente Lecuna banquero que pensaba lo contrario.Adriani argumentaba que sin una devaluación las exportaciones se encarecerían frente a las de otros países; para entonces el país era un gran exportador de café, cacao y otros productos agrícolas.Finalmente ganó Vicente Lecuna -relata el Ministro- quien afirmaba que lo perdido en exportaciones encarecidas, podría ganarse sobradamente al revaluar el bolívar, porque había un plan de modernizar la economía y se necesitaba importar mucha maquinaria.
"Adriani tenía tanta razón que desde entonces Venezuela dejó de ser un país exportador de bienes agrícolas y se convirtió en un país importador hasta hoy- de bienes agrícolas", sentenció Alí Rodríguez.Víctor Álvarez afirma que ese episodio marcó un hito histórico en la condición rentista de la economía nacional."Se revalúo la moneda como mecanismo de presión para que las multinacionales entregasen más dólares al estado", explicó el economista, coordinador del programa de investigación sobre el nuevo modelo productivo venezolano, en el Centro Internacional Miranda. .Sin embargo, afirma que la sola corrección cambiaria para exportadores no garantiza una transformación del aparato industrial, se requiere que las empresas asuman un compromiso por la adecuación tecnológica, innovación, mejoras en eficiencia y mayor productividad para generar más productos de mejor calidad para los mercados domésticos e internacionales.
¿Y entonces? Probablemente la situación de hoy (aunque distante en el tiempo) no sea tan distinta. Rodríguez considera que se requieren 40.000 tractores y 100.000 cosechadoras para lograr llevar la actividad agrícola de 2,4 a 4 millones de hectáreas cultivadas. La vía más expedita para disponer de esos equipos es importarlos. Pável Gómez califica la sobrevaluación monetaria como "un subsidio a las importaciones y un impuesto a los exportadores privados y públicos, cuyo resultado se observa en una caída sostenida de las ventas externas no petroleras desde 2005, mientras las compras foráneas se han potenciado.
Por su parte el economista Abelardo Daza sostiene que el principal problema de Pdvsa es el anclaje cambiario, que la ha forzado a incrementar su deuda externa hasta $18.000 millones."Pdvsa tiene problemas de caja porque ese tipo de cambio oficial no paga ni la mitad de lo que pagaba hace cinco años, a pesar de que sus ingresos en dólares sean más altos", explicó.Según Daza, el anclaje cambiario es el desequilibrio macroeconómico más importante del país.En 2008, la Siderúrgica del Orinoco (CVG) reportó una perdida por 202 millones de dólares.
Ferrominera CVG prevé arrojar pérdidas este año, mientras busca financiamiento por al menos $300 millones para ampliar su capacidad de producción.En la agenda del Gobierno y el parlamento siguen pendientes nuevos endeudamientos externos por $6.000 millones para Pdvsa, CVG y Corpoelec.Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, asegura que Pdvsa sólo entrega al BCV 40% de sus divisas por exportaciones.A la estatal petrolera se le señala de intervenir en el mercado "permuta", con divisas obtenidas por venta de crudo, con el fin de obtener los bolívares necesarios para cubrir gastos domésticos, lo que evidenciaría falla presupuestaria con el tipo de cambio oficial.Los cálculos de Ecoanalítica apuntan a que la sobrevaluación monetaria supera el 55% en promedio, tras un estudio comparativo con los principales socios comerciales de Venezuela: Estados Unidos, Colombia y Brasil.
Noticia aparecida en El Mundo
Profesores del IESA, Pavel Gómez y Aberlado Daza
10 de agosto de 2009
http://www.entornointeligente.com/resumen/resumen.php?items=944114
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